Can not
Subió la mirada, estaba tratando de prestar atención pero lo que no sabía es que la junta tan importante que tenían era con la empresa de Momo y que estaría justo frente a ella de brazos cruzados sin mirarla, la tensión se sentía y estaba segura que la odiaba, ella también lo hacía, había roto una amistad perfecta que no tuvo nada malo, desde que la comenzaron ya sabía que tenía sentimientos hacía la mayor pero no tuvo que abrir la boca porque al hacerlo se dio cuenta que a lo que tanto le tenía miedo se hizo realidad.
"Debemos mejorar el producto". Mantuvo los ojos fijos en la pelinegra quien no dejaba de ver la pantalla, la chica que estaba hablando estaba bastante concentrada en explicar todo de la mejor manera posible, debería estar prestándole atención en vez de estar concentrada esperando que alguien que no le está prestando atención en lo más mínimo se de la vuelta para mirarla, porque obviamente no quiere saber nada de ella, estaba llegando a un punto en el que su corazón se estaba encogiendo cada vez más, tanto que sentía que se iba a ahogar, acomodó un poco el cuello de su camisa y movió el cuerpo en dirección a la chica.
Hirai se percató de ello, darse cuenta que la estaba mirando significaba una sola cosa y eso era que seguía resentida por lo que sucedió, y es que si, ella también lo estaría, claro que hubiera esperado un poco más sin importarle el dolor que se instalaría en su pecho, porque debía aguantar y ser fuerte, eso era lo que creía, apretó los labios y acomodó los lentes, no tendría que estar pensando en ello, si no concentrada en la disminución de presupuesto del producto para una ganancia mayor.
"Tal vez si utilizamos productos naturales reduciremos el veinte por ciento del presupuesto". Asintió y suspiró, tenía que hablar y apoyar la idea ya que le parecía perfecta. "Sin embargo la productividad disminuiría un diez por ciento". Ahora sí que tenía que pensarlo, apoyó el mentón en su mano y se quedó viendo la hoja que tenía frente suyo en la que daban una explicación más detallada, no podía pensar en otra cosa que no fuera la mirada de Sana, parecía estar asustada y a la vez triste, fue una completa idiota y debe mejorar las cosas antes de que sea demasiado tarde.
No quiere arrepentirse en un futuro de mi haber luchado por alguien que vale demasiado la pena, le gusta Sana y no quiere perderla, sin importar que haya entrado en pánico en medio de la confesión, tiene que solucionar el problema que armó, porque así las cosas estarían mejor, puede que no volvieran a la normalidad pero con tal de saber que la peli gris estaba bien se daba por pagada, suspiró e hizo como que seguía concentrada leyendo cuando lo único que había en su mente era la misma oración que se repetía como vente veces.
"Crees que...". Ambas levantaron la mano diciendo exactamente lo mismo al hacerlo, no dijeron más nada después de eso solo conectaron miradas un par de veces sabiendo que si la otra no hablaba estarían perdidas porque se darían cuenta que pasó algo entre ellas, ni es que se odian o que tienen algún tipo de resentimiento hacia la otra solo que la menor está dolida por lo que sucedió, sin importar que este un poco equivocada con los pensamientos que tiene de Momo, en algún punto de la noche pensó que solo la uso para retener a alguien, muchas personas lo hacen.
"Puede decirlo usted señorita Minatozaki". Mina las veía en silencio, sentía que debía pegarles a ambas o dejarlas encerradas en un ascensor o algo por el estilo, el problema es que eso sucedía en las películas, solo en ellas, porque si llega a hacerlo las cosas no van a salir bien, se sentirá demasiado culpable si es que puede empeorar la situación de las dos personas más lentas que ha conocido desde que tiene uso de razón, le gustaría ayudarlas pero es que sabe muy bien como es Sana, no deja que nadie la ayude y es por eso que le pasan cientos de cosas a la vez y luego no sabe cómo solucionarlas.
"Prefiero que lo diga usted primero señorita Hirai". Hizo una pequeña reverencia y señaló la pantalla con ambas manos para que se diera cuenta que le estaba cediendo su paso, Momo no tuvo de otra más que aceptarlo porque sería demasiado extraño que la jefa de una empresa este luchando contra una chica que es de la empresa con la que se asoció por el simple hecho de quién hablara antes y después, tenía que ser fuerte y hacer como que las cosas iban bien entre ambas porque se supone que no se conocen.
Las veces que se han visto juntas nunca se consiguen a nadie del trabajo, cosa que es bueno, así no tendrán que darle explicaciones a tantas personas que dicen no estar al pendiente de nada pero es lo contrario, todo el mundo está viendo el mínimo movimiento que hacen para molestarlas porque creen que son las mejores en lo que hacen y les tienen envidia por ello.
Además de que se dio cuenta de que todos las estaban mirando confundidos ya que nones muy normal que dos personas actúen así sin conocerse o algo tan normal como lo es cederle el paso a alguien para que hable, una parte de ella también quería saber que era lo que dirían y si es que le sería útil, cosa que cree porque sabe lo inteligente que es la peli gris, se siente mal por ello ahora le tocará hablar demasiado hasta que no pueda más para que todos entiendan de que realmente apoya lo que le están planteando, por más que no se siente muy feliz de que ahora las cosas vayan tan lento.
Quedarse en silencio escuchando solamente los latidos acelerados y fuertes de su corazón, no estaba siendo una buena idea se estaba mareando y el dolor de cabeza, que ya tenía por enterarse que tenía que entrar por más de una hora a un lugar encerrado con varias personas y que una de ellas era la única persona en el mundo que no se quería encontrar, estaba aumentando demasiado rápido porque tenía miedo, no sabía qué hacer ni para dónde iría cuando todo se acabará, debía actuar como que todo estaba bien pero no al punto en el que Momo crea que no le importó nada porque claro que le importó y si algo aprendió es que debe dejar claro que las cosas no están bien como siempre.
Porque si lo seguía haciendo lo más probable es que en cualquier momento termine explotando sin poder aguantar nada, no quiere ser de esas personas que explota de una manera en la que no se pueden controlar porque le da miedo cuando actúan así.
Sintió como si todo su mundo se sacudió se la nada y su pecho dolió tanto que llevó la mano a éste y presionó un poco, tenía que relajarse antes de explotar, de la nada unas ganas inmensas de llorar se apoderaron de ella, tuvo que acomodar su cabello de tal manera que no se notará que estaba al borde de las lágrimas porque no sabía que decirles, y que fuera creíble, se quedó mirando la hoja tratando de concentrarse en lo que realmente importaba, pero ni siquiera eso llegaba a ser tan bueno como para no pensar en que rompió algo que la estaba sanando, por fin podía decir que podía sonreír todos los días sin que fuera tan falso.
Ahora no le quedaba de otra que actuar como antes, porque le volvieron a romper el corazón, solo que ésta vez de una buena manera y no con golpes, gritos y abusos. "Para mi es una excelente idea, la verdad es que usted señorita Kim es alguien muy buena en su trabajo". Subió la mirada y notó como la chica le sonrió a Momo, subió ambas cejas y chasqueó la lengua, de seguro le haría lo mismo que a ella, mientras rodaba los ojos se acomodó en la silla cruzándose de brazos al apoyarse del espaldar.
"Gracias a usted por tomarse su tiempo para escuchar todo lo que tenía que decir". Estaba siendo demasiado para ella, movió todo el cuerpo, hasta la silla, en dirección a su compañera de trabajo buscando una explicación de lo que estaba sucediendo, parecía una leona protegiendo lo que es suyo, porque aunque no lo fuera y la rechazó no puede evitar sentir celos, ese sentimiento que te pudre el cerebro y no puedes hacer nada contra el, Mina se dio cuenta de ello, Sana estaba celosa y debía controlarla antes de que dijera o hiciera algo cuestionable en medio de personas que monitorean absolutamente todo.
Se acercó a la oreja de Sana disimuladamente y murmuró. "Cálmate no quiero que se den cuenta que te estás muriendo de celos". Se acomodó los botones de la camisa y volvió a acomodar en su silla, como si nada hubiera sucedido, era en estos momentos que le sacaba provecho a su voz.
"La junta a concluido". Dar por finalizada lo único que hacía que estuviera molesta era lo mejor que le podía pasar pero ahora no volvería a ver a Momo en mucho tiempo, porque obviamente ninguna se acercaría a la otra, son así y se ha dado cuenta de ello, dos cobardes que no son capaces de hablar cuando lo amerita la situación pero cuando es algo en lo que deberían callarse, hablan de más.
"Ha sido un placer para m-". Salió del lugar, no iba a escucharla, ya no quería hacerlo le dolía el corazón de tan solo saber que estaba en el mismo lugar que ella, era suficiente tenía que solucionar lo que sentía de una manera u otra, se dio media vuelta y caminó hasta la zona más solitaria del edificio, en donde todos fumaban a escondidas, no le importaba el humo, aunque le hiciera daño, solo quería estar un momento a solas sin importar que hubieran personas.
Subió las escaleras y sonrió un poco al ver la ventana, por fin estaría a solas consigo misma, no había nadie, pensaría en lo que acababa de sucederle y haría hasta lo imposible por quitarse de la cabeza a Momo que es la única pieza en su vida que ya comienza a dolerle.
"¿Por qué te fuiste así?". Se congeló al escuchar esa voz, no era de nadie más y de nadie menos que de Momo, no quería hablarle y estaba al borde del colapso porque no había nadie a su alrededor, no podía poner alguna excusa e irse porque sabía cómo era Hirai la tomaría de las manos y la obligaría a escuchar lo que tenga que decir.
"Necesitaba...tomar un poco de sol". Dijo mientras cerraba los ojos y dejaba que los rayos de sol impactarán contra su piel blancuzca. "¿Que haces aquí?".
"Quiero hablar contigo". Negó con la cabeza, no tenía nada de que hablar con alguien que le rompió el corazón, debía seguir adelante y no prestarle atención a la excusa y explicación más estúpida que podía tener. "Sana...".
"No quiero escuchar lo que vas a decirme". Dejó bien en claro mientras se le acercaba, el olor a durazno hizo que todo su cuerpo se activará pero no le presto atención a eso, ya no lo haría. "Arruiné nuestra amistad porque cuando veo que alguien me da cariño y me apoya enseguida comienzo a desarrollar sentimientos que ni yo misma puedo explicar". Sintió un fuerte nudo en la garganta y cuando se dio cuenta era demasiado tarde, estaba llorando frente a Momo.
"Por favor escuchame...". Trató de abrazarla pero Minatozaki se alejó. "Deja de llorar ¿Si?". Hizo un mohín, también quería llorar, no lo podía negar. "Solo escuchame".
"No tengo nada que escuchar de ti". Suspiró mientras limpiaba sus lágrimas, decidió irse son importarle los pasos detrás suyo no los sollozos de Momo.
"Tú...ta-también me gustas". Pero eso, fue demasiado.
Sana necesita un golpe en la cara y Momo algo para hacerla hablar sin tantos rodeos.
Espero les haya gustado el capítulo, ya saben voten y comenten qué creen que pasará en el siguiente capítulo.
Pista: supermercado.
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