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15.- Bruja

Los reflejos de sus ojos se vuelven cada vez más nítidos y claros. A medida que se acercan más puedo contabilizarlos. Son más de diez. Tres se detienen frente a nosotros y el resto nos rodean. El lobo del centro es un poco más grande que el resto y vuelve a su forma humana mientras yo frunzo el ceño. Es el alfa de Warden.

¡Mierda!

Warden avanza hacia su alfa y se detiene frente a él. Sus cabezas quedan a la misma altura.

—Regresa a tu forma humana—le habla a Warden, pero este solo le gruñe de regreso—. Sabes que puedo obligarte y no te gustará que lo haga— Warden resopla nuevamente y Aren contiene la risa.

—¿Qué le ha dicho? —le pregunto en voz baja.

—Lo ha mandado a la mierda.

—No puedo creer que Warden esté desafiando a su alfa.

—Yo tampoco, esto va a estar interesante.

—Muy bien, si así lo deseas—el alfa avanza hasta pararse justo frente a Warden, le coloca una mano en la cabeza y puedo ver sus ojos relucir en rojo mientras presiona ahí.—. Obedece a tu alfa y vuelve a tu forma humana.

Warden agacha un poco la cabeza, pero solo lo justo para coger el impulso que necesita. Mueve su cabeza fuertemente y hace que su alfa vuele por los aires y aterrice a unos metros de él. Todos los lobos comienzan a gruñir y aullar.

El alfa se acerca nuevamente a Warden y se queda mirando sus ojos.

—¡Eso no es posible! —Warden le gruñe nuevamente y este da un paso hacia atrás—. Puedes intentar protegerlos, pero eso no te ayudará mucho, no contra la bruja.

Y justo en ese instante se abre un portal detrás del alfa y por el aparecen la madre de Warden, su hermano, la bruja con un collar en el cuello y dos hombres más sujetando la cadena.

—Pensábamos que te habías escapado, pero después reflexionamos, no puedes irte de aquí, no sin alguien que te abra un portal—la madre de Warden camina hacia nosotros—. Apártate a un lado, no quiero tener que hacerte daño, pero si continúas interponiéndote, no me importará pasar por encima de ti.

Warden da un paso frente a su madre, se agazapa y le muestra los colmillos. Esto no va a terminar bien.

—¡Bruja! Encárgate de mi hijo insolente.

—¡No! —grito mientras salgo de atrás de Aren y me coloco frente a Warden—. Lo siento—le murmuro mirándolo levemente—. Déjalos a todos en paz y llévame a mí, te soy más valiosa que todos ellos.

—¡Estúpida! —me da una bofetada—. A mí nadie me da órdenes.

Comienzo a respirar agitadamente y unas palabras se forman en mi mente. Estiro mi mano hacia ella y las pronuncio.

Fugam capere. —y en un segundo la madre de Warden está suspendida en el aire.

—¡Bruja!

Y en un segundo, yo soy lanzada contra el auto sin nadie poder detenerlo. Intento moverme, pero no puedo. Observo a Warden, Aren y Lena mirar hacia mí sin poder hacer nada, también han quedado congelados. Orla murmura palabras en voz baja mientras una de sus manos está extendida hacia mi y la otra está cerrada en un puño hacia mis amigos y protectores. Cuando abre el puño, los tres caen al suelo inconscientes.

—¡No! —grito mientras intento socorrerlos, pero no puedo moverme.

—Esto ha sido toda una sorpresa. Nunca imaginé que fueras una bruja, lucías tan, humana.

—Ha sido una sorpresa también para mí, créeme— respondo con la mandíbula apretada—. Déjalos en paz.

—¿Porque debería hacerlo?

—Ya me tienes a mí, ellos no te son de importancia.

—Tienes razón. ¿Que podrían aportarme dos vampiros y un lobo? —chasquea los dedos en el aire y aparece uno de los guardias. —Ponle un collar a la nueva bruja, no quiero más truquitos.

Se acerca a mi sosteniendo otro collar similar en la mano, este tiene una cadena adjunta y sin yo poder moverme o defenderme, me lo coloca en el cuello. Y en cuanto lo tengo puesto, me siento extraña. Tiran del collar y me obligan a ponerme de pie. Tiran de mi hasta que estoy junto a mi tatarabuela. Intercambiamos una mirada y ella frunce el ceño.

"Esto no va a salir bien" —puedo escuchar ese breve pensamiento en mi mente.

—Creo que ha sido suficiente por una noche, necesito descansar para la boda real mañana—la madre de Warden camina hacia el portal—. Llévense a las dos brujas, ya saben qué hacer con ellas.

—¿Qué hacemos con el resto?

—Traigan a mi hijo, necesita que le dé una lección. La vampira llévensela, creo que ella será una buena diversión para los lobeznos. —todos comienzan a aullar.

—¿Y al enorme vampiro que le hacemos?

—Dáselo de comer a todos, creo que es un buen premio por tan buena cacería.

—¡No! ¡No! —grito mientras soy arrastrada dentro del portal. Intento decir su nombre, pero no puedo. Lo último que veo es como todos los lobos saltan sobre Aren y comienzan a morderlo.—. ¡Maldita loca! ¡Lo vas a pagar! —le grito mientras intento forcejear, pero soy arrastrada hacia el suelo.

—Ya he escuchado eso millones de veces, estás en desventaja querida—mientras las lágrimas salen de mis ojos puedo ver en la distancia las luces de una ciudad—. Llévenselas y suban a mi hijo al auto.

Veo como cargan a Warden hacia el auto y este desaparece en la distancia. Justo a nuestro lado hay otro portal abierto y somos empujadas violentamente por este. Del otro lado, nos espera un helicóptero batiendo sus aspas. Nos empujan hacia arriba y nos colocan una capucha en la cabeza que impide ver hacia dónde vamos.

—"¿Hacia dónde nos llevan?" —le pregunto en mis pensamientos, pero no son respondidos.

El viaje transcurre en total silencio. Ni siquiera sé cuanto tiempo pasa hasta que siento como el helicóptero toca tierra y tiran de nosotras nuevamente. Tropiezo constantemente mientras camino. Hay muchas piedras en el lugar.

—¡Idiota!

—Si no quieres que tropiece, sácame la capucha.

—Deja de hablar y camina. —me grita nuevamente mientras me empuja.

Y así, soy conducida hacia algún lugar, entre empujones y tirones de la cadena a mi cuello. Siento el sonido del metal chirriante moverse y después soy empujada dentro. Me sacan la capucha y mis ojos comienzan a adaptarse a aquel ambiente oscuro y siniestro. Mi cadena es enganchada con cerrojos en un extremo de la celda y mi captor se marcha cerrando la puerta detrás. Ni siquiera le ponen cerrojo, no lo necesitan ya que aquí, y apenas tenemos movimiento hasta ella.

Todo a mi alrededor es de piedra mohosa y ennegrecida. Contengo una arcada ante la mezcla de olores que llegan a mi nariz. Huele a amoniaco y a carne podrida. Busco en todas direcciones, pero no encuentro de donde provienen.

Del techo caen gotas de agua. Estoy en una celda, pero parece una especie de cueva medieval. En un extremo del suelo, una sucia y delgada colchoneta de apenas un metro de diámetro.

—Bienvenida a tu nuevo hogar. —solo entonces me percato de Orla sentada en el sucio suelo a unos metros de mí. Me acerco a ella y me siento a su lado.

—He venido a rescatarte, no pienso quedarme aquí.

—No pierdas el tiempo—murmura con voz cansada—, llevo intentándolo muchos años, ya he perdido la esperanza.

—Me dijiste que tendrían que hacerse sacrificios para lograr rescatarte.

—Y así es, pero no podrás hacerlo sin él. Lo necesitabas para lograr tu objetivo.

—Aren vendrá por mí.

—¿Sabes lo que le sucede a un vampiro cuando lo muerde un lobo? —niego con la cabeza—. Los lobos y los vampiros son enemigos naturales, sus mordidas son venenosas para el otro. La única forma de inhibir el veneno es si se alimenta después o si alguien lo muerde y extrae el veneno de su cuerpo.

—Aren estará bien, un puñado de lobos no puede con él. —respondo positivamente y esperanzada.

—Siento lástima por ti, no sabes cuanto te vas a desilusionar.

—¡No hables así! ¡Aren siempre cumple sus promesas! —le grito mientras siento lágrimas en mis ojos.

—Juró proteger a mi especie y aquí estoy, la última de mi raza.

—Eso no es del todo cierto, yo también soy una bruja.

—La ultima vez que nos vimos, solo eras humana—inquiere ahora intrigada—. ¿Qué sucedió?

—Es una historia complicada. —murmuro mientras me limpio las lágrimas.

—Te escucho.

Y aquí estoy, pensando como comenzar a contarle esta historia. En realidad, la historia no es tan complicada. Es solo, que aún estoy asimilando el hecho de que doy descendiente de la bruja más poderosa que existe. Cómo le explico que su hija vivió y tuvo una vida y una familia. Que yo soy su tataranieta. La miro y ella me mira con una mezcla de intriga y curiosidad. Frunzo el ceño.

—¿Acabas de leer mi mente?

—Lo siento, tus pensamientos son muy ruidosos como para evitarlos.

—Entonces creo que no tengo que contarte nada.

—Solo tengo curiosidad, ¿cómo es posible que tengas magia cuando mi hija no la tenía?

—Ni idea. Tenía la esperanza de que tú me contaras.

—Esto que me estás contando cambia mucho las cosas con respecto a nuestras costumbres.

—¿Te refieres a lo que hacían con los niños que no tenían magia?

—Exacto—la bruja se queda mirando hacia la puerta—. Alguien viene.

Varios lobos se detienen afuera de la celda.

—Arriba bruja, debes abrir otro portal.

—Sabes muy bien que no puedo abrir tantos portales en el mismo día.

—Me importa una mierda si puedes o no, vamos—tiran de su cadena y ella se levanta tambaleándose hacia los lados.

—¡Déjala! ¡No ves que está débil! —le grito mientras me pongo de pie.

No veo venir el fuerte golpe que me propinan en el rostro que hace que caiga al suelo. Intento enfocar la vista en mi agresor, pero veo borroso y algo caliente comienza a correr por mi rostro.

—¡Maldito! ¡Sácame el collar y atrévete a tocarme de nuevo!

—¡Zorra! No sabes cómo vamos a disfrutar contigo. ¡Llévatela! —le grita a otro de los guardias que se llevan a Orla casi a rastras. Me levanta del suelo y tira de mi cabello haciéndome gritar—. Ahórrate los gritos, eso es lo que más nos gusta. Escuchar a perras como tu gritar mientras las cogemos por detrás. —siento su agitada respiración en mi cuello— ¡Camina! —me grita dándome un empujón.

Soy arrastrada por la cueva completamente oscura, tropiezo y me sujeto de las paredes como puedo. Después de quince minutos caminando, frente a mí se abre una puerta. La luz intensa me deja ciega por un instante. Me empujan dentro de una estancia. Ya no hay humedad ni hedor. Hay paredes alrededor y un techo también. Tiran de mí y me conducen hacia el interior de lo que parece una enorme casa, o eso creo.

La última puerta que me abren es una habitación. En lo primero que me fijo es que en las paredes hay muchos símbolos dibujados. Símbolos de las brujas. Puedo reconocerlos porque los he visto en el libro de hechizos, pero no sé qué significan. Cuando estoy en el centro de la habitación, me quitan el collar.

—Me a bañarte, dentro de media hora vendré por ti.

—¿Y si no lo hago? —le digo desafiante. Se acerca a mi y me sonríe perversamente.

—Las consecuencias para ti serán peor, pero igual de satisfactorias para nosotros. No gastes energías haciendo magia, en esta habitación no funciona.

Y diciendo esto, desaparece cerrando la puerta.

Me adentro en la habitación. Hay una enorme cama que imagino que nunca voy a poder utilizar. Sobre ella hay un vestido de color negro. Estos lobos no les importan las leyes ni los vampiros en lo absoluto. Me adentro en el baño de la habitación. Está completamente equipado con toallas y todo tipo de productos cosméticos y de aseo.

La tina, está completamente llena y con espuma hasta arriba. El olor de ella es exquisito. Y sin pensarlo dos veces, me desnudo y me meto dentro. Nunca había deseado tanto un baño como ahora. Mientras me recuesto en la tina pienso en Orla, y en lo que dijo de que no podía abrir otro portal más, no sé qué le sucederá.

Vierto gel en la esponja y comienzo a deslizarla por mi cuerpo, y sin poderlo evitar anhelo el toque de Aren. Y comienzo a pensar en él. ¿Qué le habrán hecho los lobos? Una lágrima comienza a bajar por mi mejilla. No puedo evitar los sentimientos que tengo por él, a pesar del parentesco que podemos tener. Ni siquiera pude aclarar con Orla si el era o no el padre de sus hijos.

«Aren, ven por mi»

Murmuro mientras me seco las lágrimas y termino de bañarme. Cuando estoy envuelta en la toalla, limpio el vaho del espejo y me miro. Tengo un corte desde la sien hacia el pómulo, lo toco y duele un poco, pero ha dejado de sangrar, al menos no necesitaré puntos. El pómulo lo tengo algo hinchado y enrojecido. Salgo del baño y me quedo mirando el vestido sobre la cama. Me acerco y lo sostengo entre mis manos. Mi ropa está en pésimas condiciones y aunque esto es un claro desafío para los vampiros, no creo que llegue a encontrarme con ninguno.

Mientras me coloco el vestido soy consciente de dos cosas. La primera, es que este vestido, a pesar de que proviene de los lobos, me encanta como se ajusta a mi cuerpo. Y la segunda, es que hay una alta posibilidad de que yo no sobreviva a esta noche.

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Este capítulo está dedicado a CarlaGarcia359

¿Que creen que va a suceder ahora?

No olviden dejarme sus comentarios y su voto.
Xoxo🐦⭐





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