6.-Voodoo
Ya es sábado una vez más.
Ha transcurrido una semana y un día desde que le salvé la vida a el vampiro cuyo nombre no puedo pronunciar en público. Aren.
Y todo este tiempo, a pesar que me dije que no lo haría, siempre he terminado, inevitablemente, pensando en él. Cuando me dijo su nombre y al descubrir lo que significa para ellos decirlo, pensé que sería algo importante. Pero no he tenido noticias de él en todo este tiempo. Es como si hubiese desaparecido.
Hoy no tengo ganas de nada, pero sé que mi felicidad pronto se va a terminar y desvanecerse cómo mismo lo hizo Aren. Hoy es 30 de octubre y desde ayer comenzó el Festival Voodoo.
Es pasado el mediodía y sé que en cualquier momento tocarán a la puerta para hacer de este día algo más animado. Me siento en la cama con la intención de levantarme cuando alguien toca de forma insistente a la puerta.
Que les dije.
Me levanto y camino, sin prisa, hacia allí. Abro y me encuentro con mi tortura de todos mis días libres, Mel. Ella entra en la sala cargando una bolsa en la mano de la que escapa el delicioso olor a buñuelos. Si piensa que me va a convencer con eso, está en lo cierto.
—Hoy tienes el día libre, ¿cierto? —como si ella no lo supiera.
—No me digas, ya puedo adivinar tus intensiones. ¿Festival Voodoo?
—¡Siiii! Este año estará super genial. Creo que deberíamos buscarnos unos disfraces.
—Ajá. Sabes que no me gusta estar rodeada de criaturas que pueden chuparme la sangre, ¿cierto?
—¿De veras? ¿Qué no te lo hicieron hace una semana?
—Eso fue muy diferente.
—Vamos Elizabeth, no sales desde hace tiempo. Creo que es hora de que conozcas a alguien. O al menos de que te diviertas. — me dice muy animada.
Me le quedo mirando entrecerrando los ojos. Aún no creo estar lista para conocer a alguien. Aún me duele su ausencia. Creo que aún no pasa el tiempo suficiente para olvidarlo.
—Te traje unos buñuelos, no me puedes decir que no. — me dice con cara de súplica mientras abre la bolsa dejando escapar el aroma de los buñuelos dulces.
Le quito la bolsa de la mano y meto mi mano dentro cogiendo un buñuelo y dándole una mordida.
—Si encuentro un disfraz te llamo. — le contesto mientras devoro rápido el buñuelo y cojo otro más de la bolsa.
—Perfecto— me dice mientras se dirige hacia la puerta—. Pasaré por ti a las 9:00pm.
Y se marcha sin darme tiempo a protestar. Termino con mi dulce desayuno-almuerzo y después me dirijo hacia mi habitación. Abro el armario y miro en su interior.
Necesito un disfraz.
Estoy terminando de maquillarme los ojos frente al espejo de cuerpo entero de mi habitación. Solo me falta ponerme los colmillos y pintarme los labios. Ni siquiera sé porque me estoy disfrazando de vampira. Nunca, hasta hoy, lo había hecho.
Estoy terminando de pintarme los labios cuando tocan a la puerta. Mel es muy puntual. Camino hacia allí y abro. Y ella me recibe con una radiante sonrisa.
—¡Wau! ¡Estas impresionante! Toda una vampiresa. — le digo mientras ella da una vuelta y me muestra su capa.
—Gracias. ¿Y tú de que vas vestida? ¿De motorista? —me pregunta mientras me observa detenidamente y yo ruedo los ojos.
—Creo que de lo mismo que tú, aunque no tan extravagante.
No necesité mucho para mi disfraz. Solo comprar unas lentes de contacto de color rojo para mis ojos y unos colmillos. El resto lo tenía en mi armario. Un sencillo vestido negro por encima de la rodilla, unos botines negros de tacón de 15 centímetros. Y una chaqueta de cuero negro.
—¿Ya estás lista? —pregunta frunciendo el ceño.
Sé que no entiende mi disfraz, y no quiero que lo entienda tampoco.
—Sí. Déjame coger la chaqueta y nos vamos.
Me dirijo a la habitación y recojo la chaqueta de cuero que está sobre la cama. Me detengo frente al espejo y me miro una vez más.
Sí. Estoy bien así.
es un hervidero de cuerpos sudorosos bailando y saltando al ritmo de las intoxicantes mezclas de música electrónica que escapan por los altavoces e inundan todo el lugar. La mayoría de las personas llevan disfraces, otras no. Y entre tantas personas es muy difícil distinguir quienes son criaturas supernaturales y quienes no. Todos están disfrutando de la música electrónica o de las atracciones del parque de diversiones. Se pueden sentir las vibraciones en el suelo mientras caminas,
—¡Vamos! Adentrémonos en la multitud y disfrutemos de esta noche. — me grita Mel por encima de la música.
Mel tira de mi mano hacia donde la música electrónica se va haciendo más escandalosa y comienzan a aparecer las grandes pantallas. Y allí al igual que el resto de personas que ha ido a disfrutar del concierto de hoy, saltamos y movemos nuestros cuerpos bajo las luces de neón y la luz de la luna.
—Necesito un descanso—le grito por encima de la música—. Voy por algo de beber.
—Te espero aquí mismo. No tardes. — me grita mientras continúa bailando.
Me detengo sobre un puente que cruza un lago. La vista es muy hermosa aquí. Los sauces llorones rodean ambos extremos del puente. Me recuesto al muro y cierro los ojos por un instante. Todo está en silencio. La música apenas se escucha aquí y hay poca iluminación también. Así que solo tengo la poca iluminación de la luna en el cielo y en el estanque mientras la briza nocturna mueve la copa de los árboles.
Continúo retrocediendo hasta que, sin ver por dónde voy, piso una rama. Esta cruje con mi peso y se rompe atrayendo la atención del lobo que yergue sus orejas y se enfoca en mi dirección. Sus ojos no se apartan de mi mientras me gruñe.
«Esto no es bueno.»
El lobo continúa gruñéndome, se encorva en sus patas delanteras, y me muestra todos sus colmillos. Está listo para atacar.
—¡Quieto! —le digo alzando mis manos en el aire.
El lobo me lanza un gruñido más fuerte, uno que aturde mis oídos y sé que, si hay alguien cerca, lo podrá escuchar. A pesar de que está bastante oscuro, puedo ver como la saliva cae de su boca hacia el suelo.
Sé que no debo darle la espalda. Pero debo hacer algo para escapar de él. De otra forma, mañana seré el titular del periódico matutino. Me quedo observando al lobo furioso y a mis manos aún alzadas. Y sin pensar en las consecuencias de lo que estoy por hacer, le lanzo una de las botellas de agua por la cabeza al lobo. El lobo se queja con un gemido de dolor y yo echo a correr, gritando.
___________________________________________
Espero les haya gustado el capítulo. Alguien se a metido en un grave problema y nada menos que con un lobo.
¿Que creen que sucederá?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejarme su voto.
Xoxo🐦⭐
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro