16.- Deseos
—¡Lizzy!
Siento que alguien grita mi nombre. Pero estoy muy cómoda aquí como para levantarme. Me abrazo más al cuerpo de Aren y este me estrecha contra su cuerpo. No quiero moverme de aquí.
—¡Lizzy!
Gritan nuevamente.
Es que acaso no puede entender que es muy temprano aún. Abro los ojos y miro hacia la ventana. El sol está comenzando a salir. Me giro hacia la mesita y miro la hora, son apenas las 8:00am.
Dejo de sentir los gritos de Mel afuera, quizás se convenció de que no voy a levantarme y se marchó. Vuelvo a acomodarme contra el cuerpo desnudo de Aren y sonrío mientras la sábana nos cubre parcialmente. Y entonces la puerta de la habitación se abre de repente y yo me giro hacia la intrusa.
—¡Porque mierda no me abres la puerta! —grita con energía.
—Es muy temprano Mel, déjame dormir. — refunfuño mientras entrecierro los ojos soñolienta.
—¡Que te deje dormir! —entonces el gesto de su rostro cambia cuando desplaza su mirada hacia el enorme ocupante junto a mí en la cama—. ¡Oh Mierda!
Se gira y sale de la habitación.
Aren aún duerme. No se ha despertado con los gritos de Mel, que extraño. Me levanto de la cama, recojo la camiseta del suelo y me la coloco. Salgo en busca de Mel mientras acomodo mi cabello desordenado con las manos.
Mel está sentada en la sala con la cabeza entre las manos. Cuando siente mis pasos alza la mirada hacia mí y se queda mirando la camiseta que apenas me llega a medio muslo.
—Me tenías preocupada Lizzy.
—¿Preocupada? Pero si hace apenas unas horas que nos vimos.
—¡¿Unas horas?! Lizzy hace más de veinticuatro horas que no sé nada de ti.
—¿Cómo dices?
Saca su teléfono y me lo muestra. Y entonces veo a que se refiere. Hoy es jueves, no miércoles.
—¡Mierda!
—Eso mismo digo yo. ¿Qué sucedió?
—No lo sé Mel. Regresé del club y Aren estaba aquí. Discutimos, él se marchó. Regresó nuevamente, me pidió disculpas, bailamos, nos besamos, tuvimos sexo y nos quedamos dormidos. — debo omitir la parte de que se emborrachó y que me mordió.
—Nadie duerme más de veinticuatro horas seguidas Lizzy.
—Lo sé. Hasta yo estoy asombrada. — me siento a su lado.
—Entonces que tal.
Me giro hacia ella. Ahora me mira con una sonrisa pícara en el rostro. No, no le voy a dar esa satisfacción.
—Es muy temprano para esta conversación—le digo mientras la empujo rumbo a la puerta.
—Tienes que contarme Lizzy, no recuerdo que tuviese tatuajes.
—Además, que no me has traído buñuelos, así que no pienso contarte nada hasta que regreses con una bolsa llena—le abro la puerta y la empujo fuera.
—¡Esto no es justo! — me grita.
—No te apresures, estaremos esperándote—grito mientras cierro la puerta con una sonrisa.
Me separo de la puerta frunciendo el ceño. ¿Por dónde ha entrado ella?
—¿Ya se ha marchado?
—Sí.
Me giro hacia donde proviene su voz y me tengo que recostar a la puerta. Está con solo los bóxers puestos y camina en mi dirección con un andar sexy y elegante al mismo tiempo. Se detiene frente a mí y me pierdo en su mirada. Sus ojos tienen un azul intenso hoy, resultado de beber mi sangre y en su rostro reluce una radiante sonrisa.
—Buenos días— susurra mientras acerca su rostro al mío y me da un beso que me deja congelada en mi sitio. — Esperaba algo más de entusiasmo en este beso. — susurra con sus labios a escasos centímetros del mío.
—Lo siento, me has tomado por sorpresa. — respondo.
—Imagino que sí, al igual que tú me tomaste por sorpresa anoche.
—Ya que tocas ese tema—digo separándome de él—, hemos dormido más de veinticuatro horas seguidas.
—¿Cómo dices? —pregunta atónito.
—Hoy es jueves.
—Eso no es posible —murmura incrédulo—. Nosotros no dormimos tanto.
—Imagino que no. Nosotros tampoco, un poco más en comparación, pero no más de doce horas seguidas— y entonces me pregunto si recuerda lo que sucedió anoche. Yo lo recuerdo todo con lujo de detalles, es lo extraño pues no bebí de su sangre. No debería recordar nada hoy. Así que me pregunto si anoche igual fue un sueño—. Recuerdas todo lo sucedido, ¿cierto?
—Desde luego que lo recuerdo—se acerca a mí y me aparta el cabello a un lado antes de deslizar el dedo por mi cuello—. Disculpa por haberte mordido.
Subo mis manos hacia sus hombros y acaricio donde enterré mis uñas. Ya no tiene marca ninguna.
—¿Todo fue real? —pregunto ilusionada, pues aún no lo creo.
Bien todo pudo haber sido un efecto de su mordida como la primera vez. Y recuerdo que fue bastante parecido todo, fue tan real que lo de anoche me hace tener dudas.
—Lo fue, ¿acaso lo dudas?
—Es que no tiene sentido, no bebí de tu sangre para inhibir el efecto de tu mordida.
—No, pero al parecer mi sangre entró en tu sistema por debajo de las uñas—responde pensativo—. Interesante en verdad.
—Disculpa por haberte hecho daño. — susurro mientras acaricio sus hombros con suavidad.
—Lo que hiciste—susurra mientras se pega contra mi cuerpo y me hace retroceder hasta que me recuesta a la puerta—. No me lo esperé.
—Yo tampoco esperé sentir todo lo que sentí anoche, Aren.
—Ambos experimentamos algo totalmente nuevo. Nunca imaginé que el orgasmo supiera tan delicioso. — susurra mientras besa mi mejilla.
—Me he perdido.
Se queda mirándome con una sonrisa radiante en el rostro.
—Cuando te mordí anoche en el cuello, tu sangre sabía a manzana con canela. Tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para separarme de ti—baja su boca hacia mi cuello y me besa un costado—. Cuando te mordí después, sabías a algo totalmente nuevo—sube sus labios por mi cuello hacia mi mejilla y muerde mis labios tirando del inferior.
—¡Dios! —susurro excitada por su olor adictivo a mar.
—Pero, no recuerdo nada de lo sucedido después de la segunda mordida.
—¿De veras? —exclamo estupefacta.
—No, solo recuerdo tu delicioso sabor y nada más. ¿Sucedió algo más?
—Me mordiste mientras tenía un orgasmo.
—Oh. — es lo único que tengo como respuesta.
Recuerdo que eso es parte de su reproducción y que me dijo que eso nunca iba a suceder entre nosotros. Entonces, ¿Qué cambió anoche?
—¿Porque lo hiciste?
—No podía detenerme. Si no te volvía a morder te ibas a desmayar producto del frenesí de mi mordida.
—Lo de anoche fue algo intenso y fuera de este mundo. —murmuro contra sus labios.
—Literalmente—ambos reímos y cuando dejamos de hacerlo me pierdo en su mirada—. Lo de anoche fue nuevo, adictivo y excitante—susurra—. Y justo ahora, mientras recuerdo tu delicioso sabor, hace que te desee una vez más.
Nos miramos a los ojos, ambos sabemos lo que queremos, no se necesitan muchas palabras para expresar como nos sentimos justo ahora.
Enredo mis manos en su cuello y tiro de él hacia mí. Su beso, como todos, es feroz y electrizante. Me hace gemir y jadear de placer. Pega su cuerpo más al mío dejándome sentir el efecto que este beso provoca en él. Gruñe contra mis labios. Sus manos bajan por el contorno de mi cuerpo, recorriendo mis ligeras curvas, hasta desaparecer debajo de la camiseta. Aprieta mis nalgas. Vuelve a gruñir mientras me carga, me recuesta a la puerta y yo enredo mis piernas en su cintura.
—Te deseo. —gimo en sus labios
—Y yo a ti.
Y entonces en un flash estamos en el baño. Parpadeo varias veces mientras mi respiración se incrementa. No sé cómo lo hace, pero sin bajarme de su regazo hace desaparecer mi camiseta y sus bóxers antes de recostarme a la pared de azulejos.
—Primero, necesito dejar algo claro.
—Ujum. —no puedo articular palabra alguna mientras su erección potente presiona en mi sexo deseosa de entrar.
—Esta atracción es real, no es fingida. Nada lo es. Tu olor y tu sabor me vuelven loco. Pero debemos tomar precauciones.
—¿Precauciones?
—Sí. Aunque no lo percibes, tienes mi olor impregnado por todo tu cuerpo y eso es algo que tenemos que evitar a toda costa. No puedes tener mi olor encima. Eso solo te convertiría en un blanco del asesino. Así que...
—Necesito una ducha. — respondo interrumpiendo sus palabras.
El solo me sonríe mientras me baja de su regazo. Y yo que pensé que iba a disfrutar de sexo matutino en la ducha. Abre la ducha metiéndose debajo de ella. Lo observo mientras el agua cae sobre su cabello y después sobre su cuerpo imponente. Y por un segundo me quedo mirando su trasero. ¿Qué sucedería si...?
No lo pienso dos veces doy un paso en su dirección y coloco mis manos en su espalda musculosa. Voy deslizándolas lento hacia el sur con un solo objetivo en mente.
—Debemos ducharnos antes de que Mel regrese con el desayuno.
—Ujum. — mis manos alcanzan su objetivo. Las aprieto y masajeo a mi antojo.
Y me gano un gruñido feroz de su parte. Sonrío para mis adentros pues no imaginé que él pudiese perder el control tan fácil. Y entonces se gira velozmente salpicando agua por todas partes. Me acorrala contra la pared respirando agitado y con sus colmillos expuestos. Creo que esto se ha convertido en algo normal en él ya.
—Yo también puedo jugar este juego, pero hagamos algo mucho más divertido y placentero—y entonces me levanta en el aire sosteniéndome por las caderas y haciendo que mi sexo quede a la altura de su boca y mis piernas descansen en sus hombros mientras presiona mi espalda contra los azulejos—. Veamos quien gruñe más de los dos.
Y sin darme tiempo a procesar lo que acaba de decir, su boca cubre mi sexo y yo me arqueo de placer. El contacto de su lengua en mi sexo envía un torrente de sensaciones por mi cuerpo. Me sostengo de su cabeza mientras su boca y su lengua, les dan un trato nada delicado a mis labios vaginales. Los chupa, tira de ellos y desliza la lengua por mi apertura haciéndome jadear de pura satisfacción. Sus movimientos son lentos, bastante lentos para un vampiro diría yo. Así que me veo suplicando por más.
—¡Más! ¡Rápido! —grito mientras todo mi bajo vientre comienza a contraerse ante su tacto.
Nunca he tenido ningún juguete sexual, pero ya sé lo que se debe sentir al aumentarle la velocidad.
Aren aumenta la velocidad en que desliza su lengua por mi clítoris y mi sexo. El placer que ya sentía aumenta en intensidad mientras me dejo llevar hacia el borde de un eminente orgasmo que arrasa con todos mis pensamientos racionales y lógicos.
Grito su nombre, una y otra vez mientras los espasmos de mi cuerpo comienzan a detenerse. Aren baja su velocidad a medida que mi cuerpo se relaja. Y me baja hacia el suelo pero no suelta mi cintura.
—¿Te sientes mucho mejor ahora? —me le quedo mirando embobada a su boca. Esa boca sabe cómo satisfacer a una mujer.
—Sí, gracias. — susurro mientras él me sonríe.
—Bien, ahora que tal si nos bañamos. Mel no está muy contenta.
—¿Mel ya regresó?
—Desde hace unos minutos, incluso nos buscó por toda la casa y ahora está preparando el desayuno.
—No me digas que...
—Oh si, tus gritos deben de haberse escuchado en toda la casa.
—¡Dios que vergüenza! —susurro bajando la cabeza. Y entonces me quedo mirando su enrome erección que me saluda.
—¿Debería hacer lo mismo por ti? —inquiero mientras me acerco y lo acaricio.
—No hay quid pro quo aquí, Lizzy. No quiero que sientas que porque te haya proporcionado un orgasmo...
—Un asombroso orgasmo.
—De acuerdo un asombroso...
—No, un orgasmo de otro mundo.
—De acuerdo. No quiero que sientas que me debes el mismo favor a mí.
—Pero, quiero complacerte de la misma forma. Quiero que sientas el mismo placer que yo acabo de sentir.
—¿Crees que no acabo de sentir placer?
—Bueno...
—El placer va mucho más allá de alcanzar la liberación, de una felación o del propio acto en sí. He sentido mucho placer con solo tener mi boca en ti. Tu solo sabor en mis labios ha hecho que me corra, aunque no lo hayas notado. Los vampiros no necesitamos descansar o recuperar el aliento. Si dejo que tu boca me toque ahora, te garantizo que vamos a estar varias horas en esta situación.
—¿Horas?
—Eso sería algo extenuante para un humano, lo sé. Solo quiero dejarte claro el punto de lo diferente que somos.
—Sé que somos diferentes, Aren, no tienes que recordármelo. — me molesta su aclaración de nuestras diferencias.
—Debo hacerlo. Al parecer se te olvida que eres mucho más frágil de lo que crees. Yo debo controlar mi fuerza todo el tiempo. El daño sería irreparable si no lo hiciera.
Me aparto de su agarre y busco la esponja a la que le vierto gel de baño. Me acaba de arruinar mi buen humor post orgásmico con su breve lección de las diferencias entre nuestras razas. Lo cual solo me ha llevado a una conclusión. El sexo entre dos vampiros siempre va a ser mucho mejor que con una frágil y simple humana. Le doy la espalda y comienzo a restregarme con ímpetu el cuerpo, con demasiada fuerza diría yo. Pero creo que no puedo quedarme callada, no es propio de mí. Lanzo la esponja a un lado y me giro hacia él pues he llegado a una conclusión mucho más profunda.
—Sabes que, sí, somos diferentes en cuanto a la resistencia y fuerza. Pero ustedes son mucho más débiles que nosotros—Aren levanta una ceja desafiante. Me acerco a él y lo reto con la mirada mientras coloco un dedo en su pecho—. Ustedes dependen de nosotros para sobrevivir, lo cual nos convierte en la especie superior. — le digo mientras hago énfasis presionando mi dedo contra su pecho varias veces.
Lo he dicho. Doy media vuelta con una sonrisa contenida y dispuesta a salir triunfante del baño con la última palabra. Pero en un segundo lo tengo frente a mí, sonriéndome y recogiéndose el cabello mojado en un moño alto.
—Lo admito, dependemos de ustedes para sobrevivir. Pero también he descubierto algo recientemente—no me muevo de mi lugar mientras el avanza hacia mí y se detiene cuando tiene su cuerpo pegado al mío. Alzo mi mirada desafiante hacia la suya y el solo me sonríe. Acerca su rostro al mío y detiene con sus labios a milímetros de los míos—. Nunca enfurezcas a una mujer después de un orgasmo.
Dejo escapar el aliento ante sus palabras. Y ni siquiera reacciono cuando me veo de vuelta en la ducha, cargada, con mis piernas alrededor de su cintura.
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Este capítulo está dedicado a lulshsb
Espero les guste este capítulo. ¿Que les pareció el sexo vampírico?
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Xoxo🐦⭐
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