IX; THE CALL
Esta historia puede contener lenguaje inapropiado y violencia, se recomienda discreción.
Los personajes y el mundo donde esta historia se desarrolla son en mayor parte propiedad de J. K. Rowling.
09; la llamada
"Escoje una estrella en el oscuro horizonte
y sigue la luz
Volverás.
Cuando esto acabe".
(REGINA SPEKTOR)
El andén 9 y 3/4 estaba repleto de magos. Sin embargo Lily empujaba su carrito sin una pizca de vacilación.
Se sentía como si estuviera volviendo al lugar donde pertenecía, como una leona a punto de ser soltada en su hábitat natural; el nerviosismo había desaparecido repentinamente, esfumándose.
Sus hermanos parecían contentos por ella, revolviéndole el cabello rojizo mientras le parloteaban acerca de las casas en las que podía ser escogida.
James le hablaba de lo mucho que ella quería estar en Gryffindor cuando era pequeña, y la pequeña adiccion a los leones que había creado en esos tiempos.
Claramente aquello era imposible de saber para Lily, quien simplemente los escuchaba hablar como si no se refirieran a ella. Había descubierto que se sentía ajena totalmente a las historias que relataban sobre su niñez, nunca podía volverlas propias.
Hogwarts era lo único que le provocaba alguna reacción en lo absoluto, como si de un chip dentro de ella se tratara. La idea de estar en la escuela, y poder controlar todo aquello que parecía querer fugarse de sí, la entusiasmaba lo suficiente.
Era algo magnético en el lugar, lo mismo que la hacía querer quedarse la primera vez que había estado allí.
Sus ojos se cruzaron con Scorpius Malfoy, quien se encontraba saludando a su familia con Albus junto a él, y el revoltijo de emociones en su estómago pareció calmarse durante unos cuantos segundos.
Como si los males desaparecieran.
Se despidió de sus padres cuando Hugo llegó hasta ella para llevarla dentro del tren, siendo quien más le había contado sobre el lugar.
Habían comenzado a hablar un poco más luego de una visita a la madriguera, casi al final del verano. Tener casi la misma edad era quizás lo que más los había movido siempre hacia el otro.
Lily sí recordaba a Hugo. Más bien lo reconocía, del sueño reiterativo con el que se encontraba algunas noches.
Veía a la niña abrazar al pelirrojo y morir en menos de un aleteo de mariposa. Era corto pero abrumador, haciéndola sobresaltarse algunas veces y dejándola sin poder conciliar el sueño.
Encontrar al niño de su sueño parecía difícil, sin embargo. Hugo era probablemente sólo un fantasma de quien ella había conocido tantos años atrás.
— Al fin podemos ir juntos en el tren —dijo él, cuando ambos entraban en un compartimiento vacío. El tren se había llenado rápidamente.
Podía imaginarse que siempre había deseado aquello, fantasear con la idea de que realmente habían comenzado a asistir cuando tenían once años.
Pero sería una ficción por completo, alejada de los hechos que estaban sucediendo en sus vidas.
No pasó mucho tiempo hasta que Louis, a quien ella recordaba de su cumpleaños y de algunas salidas, llegó con otra muchacha.
Ambos parecían ensimismados con el otro, mientras discutían acerca de algo que Lily no entendió en lo absoluto.
La chica era, cuánto menos, bonita. Tenía cabello castaño clarísimo que se acercaba al rubio peligrosamente, enormes ojos azules y unos curiosos aretes de remolacha miniatura que destacaban en el atuendo.
Si no fuera por su sonrisa destellante, incluso podría haber imaginado que Louis y ella eran parientes.
— Lils, es genial que puedas venir con nosotros —la aludida se preguntó porque todos sus primos le decían cosas tan parecidas. Quizás era algo ensayado entre ellos.
Piper Scarmander le sonrió, empujando a Hugo para sentarse a su lado. — ¡Vamos a ser la mejores amigas, Lily!—
La muchacha estaba, prácticamente, gritando.
Sin embargo la pelirroja se encontró mirando a su primo Louis, quien había tomado posesión del asiento frente a ella.
— ¿No deberías estar un año más arriba?— pregunto Lily, sin pelos en la lengua. Tenía una honestidad sin filtro alguno, y podía recordar a la perfección que él era un año más grande.
Sin embargo no se esperó que el muchacho enrojeciera, mientras su vista se desviaba hacia el pasillo. Hugo explotó en carcajadas, mientras que Piper le palmeó con suavidad el hombro a Louis casi como si lo consolara.
— Voy a juntarme con mis amigos en unos minutos, dejé mi equipaje ahí— comento nervioso el muchacho.
Y Lily intuyó algo, un sentimiento en el aire que la hizo sonreír durante una milésima de segundo.
Piper continuó llenando de preguntas durante el resto del viaje, contándole cosas sobre Hogwarts y todas las casas que en este había.
Estaba volviendo y al fin se sentía segura.
Scorpius y Rose charlaban animadamente para el momento en que ella entró en la oficina de la directora McGonagall. Y otras dos personas estaban cerca de ellos, hablando en susurros.
— Alumnos— comenzó la mujer. — Fueron llamados puesto que necesitamos hacerle la selección a la señorita Potter, pero debido a sus condiciones decidimos hacerlo de manera más privada—
Los desconocidos pegaron sus ojos a ella, mientras que Rose le sonreía alentadoramente.
— Señorita Potter— pidió, y le indicó que se sentará en el taburete que allí había.
— Vas a ver qué será divertido, él incluso va a hablar contigo— comentó su prima mientras se apoyaba en el brazo de Scorpius con una emoción que, a los ojos de Lily, parecía falsa.
Toda aquella vertiente de sensaciones seguía allí, instalada. Las malos presentimientos afloraban cada tanto, y ella tenía que cerrar los ojos con fuerza para alejar los pensamientos malos de su cabeza.
El sombrero seleccionador, sin embargo, nunca le habló como Rose dijo que haría. Y el silencioso consumió la habitación hasta que el objeto movió su boca solo para soltar una palabra.
— Slytherin— por algún motivo parecían sorprendidos, y ella misma pudo notar la falta de entusiasmo en el extraño objeto.
Recordaba los alaridos que oyó durante la cena. Sin embargo era como si toda la vida se hubiera esfumado, y la voz del objeto no fue más que un hilo fino y desganado.
Fue entonces cuando su mirada se cruzó con la de él, y Lily pudo sentirse alegre durante unos segundos al ver cómo sonreía.
Todo lo que la llamaba estaba allí, en esa habitación.
— Muy bien— McGonagall carraspeó, incómoda— Señor Malfoy, será usted el encargado de que la señorita llegue a su habitación esta noche, además de explicarle las reglas que tenemos en el castillo.
>> Y nosotras, señorita Potter, hablaremos mañana acerca de sus clases suplementarias. Ahora, pueden ir todos a dormir.
Los despidió sin mucho más, y los prefectos caminaron Lily hasta algunos pasillos donde comenzaron a dispersarse.
El lugar era enorme y enredado.
— Tienes una marca que no tenias antes— observó Lily, en voz baja. Quizás era extraño decirle aquello, o el hecho de que ella estaba segura de que lucia más cansado.
La marca era diminuta y casi imperceptible, una línea fina que atravesaba su mejilla.
Entonces fue como si él desapareciera, y los puentes que salían fuera de la ciudad se cerraran para que nadie entrara.
— El kneazle de mi madre— fue la única respuesta.
Pero, por alguna razón, Lily sabía que estaba mintiendo.
Sé que dije que iba a esperar hasta el domingo peroooo estoy muy emocionada porque lean este capítulo.
Así que decidí adelantarme y subirlo antes.
No se olviden de comenzar a maquinar los cerebros, porque ahora se viene lo bueno.
Mucho amor. 🧡
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