Rescue
Su paso era lento para no dar pistas de que estaba cerca. Trataba hondo para calmar la resequedad que se estaba posando en su garganta por la anticipación. Ya no había escuchado nada más y temía que aquella persona que escucho estuviese ya sin vida. No podía ver mucho así que se limitaba a observar cada uno de sus movimientos que eran pensados varias veces para no hacer algo indebido. El callejón era largo y hacia eco a cualquier cosa que produjera el más mínimo sonido.
Esperaba que aquellas personas que ayudó estarán bien. Seok Jin había sido muy valiente, a pesar de verlo llorando al principio de todo. ¿Quién no lo haría? Estaban viviendo una pesadilla. Jamás alguien imaginó que el gobierno y su poder harían algo tan vil.
¿Cómo pudo haber sido fiel por tantos años a los que pretendían acabar con la nación?
Pasó su lengua por los labios, acusando el sentido del oído para prestar más atención y no caer en alguna trampa. Una risa estaba acompañada por unos sollozos a unos metros. Aferró sus dedos a la base de los cuchillos y entonó los ojos para que sus pupilas pudieran ver más allá.
En el suelo, un hombre de cuerpo amplio y alto se encontraba de rodillas, con una inclinación un tanto encontrada. Su cuerpo se movía erráticamente en un compás tosco. En una de sus manos tenía una especie de navaja, de la destinaba sangre y lamía con gusto.
Yoon Gi entonces se agachó un poco y bajó sus ojos al cuerpo blanquecino. Los ojos estaban abnegados en lágrimas, las heridas en su estómago descubierto y pecho no parecían ser profundas, pero eso no era lo suficiente como para que el dolor le atravesará el alma al pelinegro. La otra mano del sujeto le apretaba el cuello y su risa complacida salía de él agresor haciéndose eco una y otra vez.
La rabia empezó a acumularse y recorrerle las venas. Eran unos bastardos, todos los que estaban siendo parte de esto deberían morir de la misma manera en la que estaban dañando a aquellas personas. Yoon Gi respiró profundo y trató de tomar la rienda de sus sentimientos por un instante.
Le era imposible viendo tala acción.
Caminó en la idea de atravesarle la garganta al desgraciado con uno de los cuchillos. No tenía tiempo para pensar en si era lo correcto o no porque la vida del chico pedía de un hilo y más que eso, los otros vándalos estaban a punto de aparecerá seguramente del otro lado del callejón.
Con rapidez, emitió los pasos necesarios y se colocó detrás del hombre. Este estaba demasiado distraído como para percatarse de su presencia, haciéndole aprovechar, le tomó del mentón con firmeza, alzando la cabeza hasta su pecho. Colocó uno de los cuchillos y cortó profundamente.
Sus manos le temblaban un poco, pero aún así, apartó al sujeto de un solo movimiento. Sin importarle nada más o pensar más de la cuenta, se agachó y sostuvo al menor que estaba debilitado. Lo incorporó con un movimiento brusco que lo hizo quejarse.
ㅡLo siento...ㅡ expresó el mayor angustiado. ㅡ¿Crees que puedes caminar?
El menor no respondió. Sólo alzó sus ojos acuosos entorno a él. Yoon Gi entendió que el chico no estaba en sus cinco sentidos y con determinación, lo alzó, apretándolo contra si para darle soporte. Le acomodó la ropa, subió sus pantalones y entonces lo tomó de la cintura. ㅡVamos, tenemos que salir de aquí.ㅡ indicó el mayor llevándolo consigo. Jimin trató de dar unos pasos, pero se quejó por el dolor que le recorrían el cuerpo.
El pálido lo miró, notando como entreabría los labios y fruncía el ceño. Necesitaban salir de allí o no sobrevivirían y la posibilidad de volver arriba era nula. Así que necesitaba arriesgarse. Salir por el otro lado era su única opción.
No podía dejarlo.
No quería hacerlo.
No después de haber hecho ese gran esfuerzo por salvarlo.
ㅡTengo que sacarnos de aquí, se que te dolerá esto pero aguanto aún poco hasta que estemos fuera de peligro.ㅡ susurró, para luego soltar uno de los cuchillos. Con un solo movimiento, tomó al rubio de las caderas y lo tomó como un saco, dejándolo sobre su hombro.
ㅡAh.ㅡ gimió el menor apretando los ojos. Yoon Gi empezó a correr con el otro cuchillo en su mano y sosteniendo a Jimin por la parte trasera de las rodillas. Llegó a la esquina del callejón y dirección su vista a ambos lados de la calle. Estaba despejado, así que corrió como pudo al otro lado y entró a uno de los edificios más cercanos. Allí todo estaba en silencio. Era una comunidad de casa y debido a que la seguridad en Corea era a base de Tecnología, dudaba que alguna estuviese abierta, así que optó por esconderse en alguna parte tras el edificio. El jovencito en su hombro no era tan pesado, pero sabía que estaba sufriendo por su causa.
Ya detrás del edificio, lo bajó y observó su cara. Estaba enrojecido por la posición y las manchas de sangre atravesaban la tela de la camiseta que llevaba puesta. El chico estaba respirando con al igual que Yoon Gi sus labios estaban blancos al igual que su piel. No se veía en las mejores condiciones.
ㅡRespira.ㅡ el rubio rompió en llanto, aferrado en puños la camisa que el mayor llevaba. Sus labios prodigaban una serie de murmullos inentendibles. Estaba destruido.
ㅡ¿Porqué me salvó? Debió dejarme morir.
El corazón del mayor se rompió al escuchar esas palabras. Nunca había vivido algo semejante, pero si entendía por lo que estaba pasando el pequeño. Estaba en un momento de dolor. Su cuerpo había sido utilizado para las más grandes aberraciones. Quizá en esos momentos sentía asco de si mismo, pero Yoon Gi no había podido en su conciencia aceptar la idea de dejar que ese perverso acabará con esa pobre alma.
El quizá no era la persona más recomendable para estar en esa posición, no era el mejor de la armada, tampoco tenía una rango poderoso; quizá no era un héroe, pero quería hacer algo al menos. Luchar por alguien.
Dejo que el menor de derrotista en lágrimas sobre su pecho, hasta que sus ojos estuvieron hinchados y sólo eran parte de él unos pequeños lamentos. Lo apartó un poco, dándose cuenta de que el chico dormitaba. No estaban en un lugar seguro y no podían darse ese lujo por más que quisieran. El mismo no estaba del todo bien. Su cuerpo ya le estaba pidiendo energía.
Zarandeó al chico y este abrió débilmente los ojos.
ㅡDebemos irnos.
El pálido tomó las piernas del menor, para llevarlo igual que antes. Empezó a caminar con destreza, arrinconándose entre las partes más oscuras de las calles. La noche estaba un poco calurosa y se sentía una densidad en todos lados. Yoon Gi miraba a todos lados alerta. Si llegaban a una tienda de convivencia encontrarían algo de comer y quizá utensilios para limpiar las heridas del jovencito.
Después de caminar unas cuantas calles y ver que extrañamente no había gente en derredor, encontró una tienda y se adentró a ella. Dejando a Jimin en el suelo cuidadosamente, se dispuso a cerrar la puerta y caminar entre los estantes para ver su había alguien en el local.
No se escuchaba nada. Sólo había silencio.
Caminó nuevamente hasta el chico y observó sus ojos que se abrían y cerraban por segundos. Yoon Gi lo ayudó a alejarse de la puerta y quedar entre uno de los estantes. Recorrió el lugar en busca que algún botiquín registrando cada espacio, hasta que rió con ella.
Dentro habían algunas cosas básicas de enfermería. Las sacó estando al lado del menor y subió la tela para limpiar las heridas correspondientes. Luego de hacerlo, tomó unos analgésicos e hizo que los tomará con un poco de agua. El chico ahora estaba dormido sobre su regazo.
Yoon Gi soltó un suspiro. Sacó un paquete de galletas que se encontraba cerca y empezó a comer en silencio.
Creía que se volvería loco. Su corazón saltaba en su pecho y no dejaba de darle vueltas en la cabeza todo lo sucedido en ese periodo de tiempo. Era terrible.
Dejó que la presión en su pecho se calmada un poco, mientras comía y alentaba al menor que se retorcía; Pero el recuerdo de su madre llegó a su mente, dándose cuenta de que ella también debía estar en peligro. La había dejado en casa. La tormentosa desazón que empezaba a sentir era fuerte. Empezaba a reprimirse por su descuido. Debió estar con ella para salvarla.
El peso de la incertidumbre se habría paso en su pecho y las palabras de aliento no detendrían el temor alojado allí. Ella posiblemente estaba muerta. Su pesimismo y lo vivido lo estaban llevando por ese camino pedregoso. Al límite. Ella no podía morir. Ella tenía que estar viva porque el la necesitaba. No podía vivir sin ella.
Calmate, Yoon Gi Ella debe estar en buenas manos.
Ella está bien.
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