Pain
Yoon Gi empacó en una mochila todas las cosas que Ho Seok le había asignado guardar para los casos que pudiesen encontrarse al llegar al refugio improvisado, donde estaban las personas que habían salvado.
Todo tipo de herramientas de medicina, incluso pañales descartables por si se daba la ocasión que el parto de la esposa de Nam Joon se realizara.
Miró al moreno que tenía la vista fija en la puerta de cristal que habían pasado horas antes. Sus ojos estaban nublados por sus propios pensamientos y debajo tenía ojeras, pues el pequeño descanso no había sido suficiente. Estaba de pie. Con ahora un tubo de diez milímetros de grosor sumamente pesado y largo entre los dedos.
Yoon Gi se levantó de su posición en cuclillas y se colocó la mochila sobre los hombros.
ㅡPienso que debería llevarlo por ti. Tienes más agilidad motriz que yo para enfrentar a cualquiera que se nos atravieseㅡsugirió Ho Seok.
ㅡIntentaré llevarnos por un lugar seguro. Por allí pude guiarnos a Jimin y Tae Hyung sin ningún problema.
Su amigo asintió, seguro de que cualquier cosa que Yoon Gi hiciera lo haría poniendo todas sus defensas delante. Era un hombre excelente en el área de milicia. Lo había descubierto en los entrenamientos y aunque se habían separado, aún seguía creyendo en él.
Su amigo no cambió ni un poco.
Sonrió, empezando la caminata entre los callejones y edificios de la metrópolis. El moreno se mantenía alerta al lado de ambos, como si esperara que sucediera algo. Que siquiera un ataque inesperado se realizara.
Yoon Gi en cambio, se mantenía pensando en lo que sucedería cuando llegarán allí. En que esperar, que encontrar y como buscar la manera de ir a casa para percatarse de que su madre y padrastro estuviese vivos. Pues ya no podía pensar en la idea de ir en busca del vehículo. Es más, lo había olvidado por completo con tanto caos y se imaginaba que estaría totalmente destrozado con el ataque en el restaurante.
Los tres hombres se escabullian por los callejones con suavidad, hasta que llegaron al reconocible lugar donde el mayor de los tres había rescatado al rubio. Las escaleras estaban intactas aún no quería tomar el riesgo de ir por el frente de la plaza para no avisar de su llegada, por si algún asesino permanecía por esos lares.
Avanzó con determinación, subieron aljunto de los demás. Abrió la puerta de emergencia y entró al pasillo. Viendo en el suelo los cadaveres repartidos por doquier. El olor a putrefacción era intenso y asqueroso. Tuvo que llevarse la mano a la cara para taparse y evitar las náuseas que empezaban a revolverle el estómago.
Con una señal de cabeza indicó que lo siguieran. Llegaron a la puerta de metal y Yoon Gi la tocó despacio con sus nudillos.
Del otro lado, los murmullos leves se escuchaban.
ㅡPor favor, abran. Venimos a ayudarlos.ㅡagregó el pelinegro esperando que los escucharán del otro lado. Pero la puerta no se abrió de inmediato como esperaban. El soldado volvió al tocar un poco más fuerte, dándole unos minutos luego de apartarse.
La puerta se abrió despacio, dejando ver a un chico de cabello castaño que miraba con alivio a los tres hombres enfrente suyo. Dejó que pasaran al reducido espacio dejando ver la horrenda escena en aquel lugar.
Ninguno de los que estuvo antes estaba ya. Manchas de sangre y fluidos estaban en el piso y una mujer casi desvanecida en uno de los costados.
ㅡ¿Qué pasó aquí?ㅡpreguntó el mayor con el ceño fruncido y la mirada paseándose por todo el entorno.
ㅡTodos se fueron y nos dejaron. Tuve que lidiar como pude con uno de ellos...ㅡJungkook, el muchacho en persona estaba allí todo ensangrentado, aún son su pie lastimado, pero más que eso tenía cortes en todas partes del cuerpo. Cayó casi desmayado antes de terminar sus palabras.
Yoon Gi lo sostenía, mientras miraba en una esquina a un niño pequeño que mantenía los ojos cerrados, cual Nam Joon no dudó en correr hasta él tan sólo verlo y apretarlo entre sus brazos.
ㅡMi amor, ¿estas bien?ㅡbuscó por todo su cuerpecito algún indicio de heridas, pero el niño estaba intacto.
ㅡPapi, ¿eres tu?ㅡcuestionó el menor con sus ojitos ahora abriéndose lentamente.
ㅡSi, pequeño. Estoy aquí.ㅡLe acarició el cabello lasio y lo aferró a su cuerpo en un abrazo lleno de sentimiento. Besó su mejilla sintiendo como sus manitas se apoyaban en su cara.
ㅡMi amigo dijo que no abriera los ojos, porque estábamos jugando las escondidas. Pensé que tu también estabas con nosotros. ¿Tu también jugabas papá?ㅡpreguntó el pequeño mirando a su padre con interés.
ㅡSi. Ya me encontraste.
ㅡPero no me moví. Creo que hiciste trampa. Mi amigo dijo que yo tenía que contar y luego iría a buscarlo.
En ese momento hizo click en la cabeza de Nam Joon, récordando que su esposa estaba a un extremo. Giró su cabeza, cargando al niño para evitar que viera la condición de su madre y el chico que al parecer había hecho todo lo posible por que su hijo y esposa estuvieran a salvo. Le agradecería con toda el alma cuando se recuperara.
Allí se encontraba Yoon Gi sentado sobre sus piernas haciendo lo que le pedía el médico que se dedicaba a analizar a su mujer. Ho Seok se dedicó a inspeccionar bien a la mujer, hasta que sus ojos se desviaron de su cuerpo para mirar al moreno que apretaba tembloroso al pequeño niño.
Su mirada lo decía absolutamente todo. La mujer estaba muerta y el bebé también.
ㅡLo siento.ㅡdijo con voz apagada. Nam Joon se desmoronó, apretó al menor entre sus brazos mientras un mar de llanto se desprendía y resbalaba por su cara.
Lo habia perdido todo.
El destino se había encargado de cobrarle la muerte de Seok Jin con creces.
Ho Seok se volvió hasta Yoon Gi, que había curado todo lo posible las heridas de Jungkook. Y ahora más calmado miraba de un lado a otro buscando algo.
ㅡ¿Dónde está Seok Jin?ㅡ preguntó el pelinegro, pero no fue escuchado por el moreno que se sumía en su propia desgracia.
Un sonido abrupto les asustó. La puerta del almacén había sido golpeada duramente.
ㅡ¡Salgan de allí! Sabemos que están dentro.
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