Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Víctima número dos y número tres.

    
Contenido explícito.

Yuta suelta un grito desgarrador cuando ya navaja se clava en su muslo izquierdo pero rápidamente es callado por un puñetazo dirigido a su boca.

La sangre comienza a hacerse presente en su ropa blanca, gime y muerde su labio inferior cuando uno de ellos remueve la navaja cortando su carne interior.

— Hijo de puta— Lo insulta en un suspiro ahogado. —. Ojalá y te pudras en el infierno.

—¿Yo?— Jeno se auto señala y suelta una risita.— Sí, quizás me iré al infierno. Pero tú lo harás primero y tendrás que decirme que tal es, quizás me guste.

El japonés quiere golpearlo pero sus manos están atadas y es apuntado con un arma qué está dirigida a su cabeza. ¿Por qué no lo asesinaban de una vez? Sería mucho más fácil.

— Todos están locos, psicópatas de mierda. — Lucas solloza en su lugar.

Luego de Yuta seguía él y no quería. No quería morir, se supone que pasaría la noche de depuración y luego se iría a China a terminar su año de Universidad. No podía morir, tenía una vida planificada.

—¿De verdad lo dices tú?— Renjun se carcajea y lo toma de su mentón para obligarlo a qué lo mirase. — El que años anteriores salía a depurar y hasta, abusaba de cualquier persona sin importarle algo.

— Eres un asco, Lucas.— Chenle le insulta y sigue obligándolo a mirar la escena de tortura.— Mira, quizás tengas un tipo de muerte preferida y mis compañeros pueden hacerla realidad.

— Eso Lucas, ¿Cómo quieres morir?— Jaemin le pregunta con una sonrisa de por medio.

Cualquiera que le viera pensaría que el chico no mataría ni una mosca, pero el cuerpo de Taeyong gritaba lo contrario.

—¿Prefieres tener un cuchillo aquí?— Jeno señala la navaja que incrustó en el muslo de Yuta, segundos después, la saca.—¿O aquí?— Y procede a clavarla en el hombro del chico el cual grita.— Shh, que si Lucas habla no puedo escucharlo.

El nombrado solo puede llorar e implorar la pronta liberación de su amigo. Necesitaba acabar con esto ya.

Siempre estuvo a favor de la depuración porque sus padres le inculcaron la idea de liberar su estrés mediante actos ilícitos, que no todos los días, podía cometer. Lo creyó sensato, hasta lo esperaba con ansias.

Más nunca imaginó verse en esta situación. Nunca.

— Dime, Nakamoto Yuta...¿Que se siente obtener un poco de todo el sufrimiento que tuvo mi amigo?— Jeno le da una bofetada tan fuerte que hace girar su rostro.

—¿Quieres morir ahora, no?— Jaemin deja de apuntarlo con el arma y lo enfrenta.

Sus ojos están inyectados de venganza, casi negros y no hay una pizca de emoción en éstos. Solo un manto tan negro como la misma noche que cubre a Busan.

—¡Responde!— Le exije cuando no recibe una respuesta.

Yuta muerde su lengua al sentir como Jeno seguía y seguía clavando la navaja en su hombro, hasta podría decir que, a ese punto, terminaría rompiendo cada parte de su interior.

— Yo...

—¿Tú qué?

Jaemin lo toma de sus cabellos y tironea de estos causándole dolor, los ojos cristalinos de Yuta son un próximo cántico de victoria para el castaño de dieciocho años.

—¿Quieres morir, no? — Acercando un poco más su rostro, lo deja a centímetros de éste.— Eso te pedí yo aquella noche, les pedí morir pero me dejaron aquí y como le dije a Taeyong, fue el peor error que pudieron cometer.

— Por tu culpa tuve que asesinar a Sungchan.— Yuta susurra y escupe a Jaemin.

— Oh, tú no hiciste eso...— Jeno murmura con sorpresa.

— Jeno— Su amigo lo llama.—, la navaja.

«¿Jeno?» Yuta se pregunta dentro suyo y parpadea varias veces, ¿Acaso había escuchado bien?

La primera vez que lo oyó, no lo creyó posible ya que entre nombres y demás, también gritaban y se reían como locos desquiciados mientras los mañataban, pero ahora...

—¿J-jeno?— Murmura mirando al chico que le tiende la navaja a Jaemin.

El mismo, Nakamoto.

Yuta quiere decir algo, de hecho está dispuesto a hacerlo, pero sus palabras se ven más que interrumpidas cuando siente la filosa cuchilla incrustrarse en su estómago y luego esta sale para volverse a introducir.

Una, dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis veces.

Renjun, Chenle y Jeno miraban el espectáculo en total silencio siendo acompañado por los sollozos de Lucas, el cual ya no quería ver, pero uno de ellos se empeñaba en hacerle sufrir de esa forma.

— Esperé tanto tiempo por esto, que ahora, verte aquí, siendo tan sumiso, tan débil y con unas ganas inmensas de morir, me hace entender que valió la pena esperar. — Jaemin murmura antes de sacar la navaja y clavarla en el cuello de Yuta.

— T-tienes un traidor c-contigo.— En sus últimos suspiros, Yuta farfulla perdiendo poco a poco la vista.

— Jeno, ven. — Sin embargo, él no responde a sus dichos y llama al chico que aún sigue con su máscara.— Termina tú.

— Será un gusto, Jaemin.

« Jaemin es el que te arrebató la vida, Yuta. Él fue el que interrumpió tu vida de forma sucia y atroz ».

Sin embargo el chico nombrado ya no estaba a su vista, sino el otro, el cual si bien no se podía ver su rostro, sí juraba que sonreía detrás de esa asquerosa cosa que llevaba.

Tiempo sin vernos, Nakamoto.

— S-saliste a tus padres, q-que puedo esperar— Tosiendo sangre, Yuta lo mira fijamente y sonríe levemente.— ojalá que m-mueras, lo deseo tanto.

Jeno cansado de sus palabras, se acomoda de una forma en la que Lucas no pueda verle el rostro y se saca la máscara dispuesto a que Yuta si lo vea. Así que cuando lo tiene frente a frente, sus ojos muestran la diversión, el éxtasis y la venganza de algo, que había tomado como suyo.

— Nos vemos en el infierno, Yuta.

Y dispara directo en su corazón.

El chico ya no sufría más, sus ojos permanecieron abiertos, la sangre seguía corriendo por todo su cuerpo, su cabeza se ladeo hacía el costado y ya no existía ni una gota de vida en Nakamoto Yuta, la segunda víctima.

—¡Yuta! — Lucas grita con desespero. —¡Malnacidos, hijos de puta! — Insulta con total furia. —¡Los odio!

— Callen al grandullón llorón — Jaemin bufa. — Chenle y Jeno, ¿Se encargan?

—¿Tú y Renjun que harán?— El rubio pregunta extrañado.

— Iremos a perimetrar el lugar, quizás gente haya entrado y no quiero toparme con sorpresas. — Na dice con total seriedad y no hace notar duda alguna.

Los cuatros se quedan en un silencio absoluto por unos segundos hasta que Renjun decide hablar.

— Será un recorrido rápido, volveremos cuánto antes.

Jeno quien se ponía nuevamente la máscara, asiente sin decir nada, mientras que Chenle no tuvo más opción que también estar de acuerdo.

— Perfecto, ven Renjun.

Yendo en dirección hacía Jaemin, ambos no tardan en desaparecer de la escena.

— Comencemos con mi buen amigo...— Chenle palmea el hombro de Lucas y suelta una risita al sentir su llanto.

— Vamos, prometo que no dolerá mucho. — Jeno se burla.

<...>

Lucas chilla fervientemente al sentir como otro de sus dientes es arrancado, las lágrimas ya no le permitían ver nada, sus sentidos estaban idos y las ganas de morir aumentaban cada vez más y más.

Los mocosos se estaban divirtiendo con él, lo hacían con suma lentitud. Parecían maníacos al reírse de su pobre y cruel destino.

—¿Acaso esto no es una bonita forma de sacarse el estrés, Chenle?— Jeno le pregunta y arranca un premolar.

La boca del chino se encontraba empapada en sangre, ya el dolor no podía ser peor, ya no lo sentía como algo cercano, más bien, era totalmente lejano a él.

— Si que lo es.— El chico asiente mientras enrosca una soga en el cuello de Lucas. Y pronto él toma acción.

Con su propia arma, Chenle le propina un golpe en la nariz rompiéndosela y la sangre salpica sus máscaras.

No tenían un límite, la noche los había consumido por completo, ellos ya no median sus actos.

Es como si aquellos demonios interiores hubieran tomado poder de sus cuerpos mostrando cada partícula de ira, molestia, tristeza, odio y rencor.

— Veo que se están divirtiendo, ¿no?— Una voz gruesa hace eco en la cochera.

Sin embargo no recibe respuesta por parte de ninguno de ellos, Jaemin suelta una pequeña risa y baja su arma la cual apuntaba a uno del grupo.

— Mira, mira Jae— Jeno lo llama y como si fuera un niño pequeño dispuesto a mostrar lo que hizo, dice:—¿No es esto genial?

Cuando el nombrado tiene una vista mucho más cercana, no evita en soltar un jadeo al ver el rostro de Lucas totalmente desfigurado, no hay ni una parte de él que esté sana.

Cortes, golpes, moretones, sangre...

— Creo que unos cortes no le vendrían mal— Decidiendo responder indiferente, dice con desdén.—¿Nos haces los honores, Renjun?

El chico que mantenía su sentido de alerta al tope máximo, se acerca poco a poco y cuando recibe la navaja llena de sangre ajena, observa a Lucas que suelta murmullos inentendibles y se llena de rabia al recordar porque estaban haciendo esto.

Soltando su arma, se va contra el extranjero y perfora su pecho de varias puñaladas y suelta un grito de furia, el cual guardaba  desde las siete en punto de la tarde que sonó la alarma.

—¡Muerete, maldito enfermo!— Y en un acto de rapidez, coge el arma que sostenía anteriormente y jala el gatillo dándole tres tiros directos a la cabeza.

Luego de aquel barullo, el cuerpo de Lucas cae de la silla desmoronandose junto a los otros dos. Y allí mismo, los cuatro muchachos se dan cuenta de algo...

Lo habían hecho.

Lo hicieron.

— Están muertos...— Chenle susurra mirándolos uno por uno.

— Lo hiciste, Jaemin. — Jeno dice observando a Yuta.

Sí, lo hizo.

Su cuerpo entero comenzó a temblar y de rodillas cayó producto de la tensión acumulada, una parte suya comenzaba a sentirse pésimo, pero otra le demostraba que estaba libre...

No del todo, pero libre.

Porque aún la noche no terminaba.

La depuración seguía en su cumbre máxima.
  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro