Comienzo.
21 de Marzo del 2018.
Jaemin cierra sus ojos con fuerzas al sentir otro disparo no muy lejano de su hogar. La depuración estaba llevándose a cabo y eso revolvía su estómago con fuerzas.
Él realmente intentaba dormir, pero el temor y la sensación de que algo podría pasarle estaba latente en su pecho. Quizás se debía al temor que lo abordaba cada vez que escuchaba esa maldita sirena y a los pocos minutos, veía como sus vecinos salían con armas, hachas, vestidos de forma terrorífica y con una sonrisa torcida en sus labios.
«La purga» fue aceptada hace más de quince años en Corea del Sur y eso ha sido el peor error que pudieron cometer.
Un día al año, la gente se olvidaba de su humanidad, dejaban de lado toda cordura y sensatez para volverse demonios vestidos de personas.
— Jaemin, ¿Estás bien?— Su padre le pregunta al momento de entrar a su habitación. Él solo puede negar.
— No. Me siento pésimo, papá. — Afirma levantándose de su cama para luego, refregar su rostro con ambas manos y tironear levemente sus cabellos castaños.
Ejerciendo un poco de fuerzas con sus manos, se pone de pie y estira su cuerpo. Ni siquiera pudo dormir media hora, la ansiedad y adrenalina que corría por todo su cuerpo le obligaban a permanecer despierto. Su padre, por otro lado, parecía estar más que calmado, quizás por el hecho de estar acostumbrado.
Pero ¿realmente alguien puede acostumbrarse a vivir un infierno así por doce horas? Jaemin no lo cree posible, al menos él no.
— Tranquilo, no falta mucho para que esto termine y verás que todo vuelve a ser como antes. — Apoyando su mano sobre el hombro de su hijo, le sonríe tenuemente.
Jaemin se sintió molesto por ese comentario, ¿cómo que todo volvería a ser como antes? ¡Eso era una tonta y muy estúpida mentira!
A las siete en punto la sirena volvería a sonar y luego de ello, los hospitales, clínicas y cualquier centro de los barrios más carenciados, estarían colapsados por la cantidad exhuberante de heridos y sin contar el hecho de que la policía saldría a perimetral toda la ciudad en busca de los cadáveres de quienes no contaron con la suerte de pasar otra sucia depuración.
No. Nada volvería a ser lo mismo, todo es tan tétrico y perturbador que le encantaría acabar con ello.
— Papá, nada volverá a ser lo mismo— Refunfuña y se aleja de su progenitor—¿no piensas en toda esa gente que está siendo torturada, asesinada y hasta violada por los psicópatas que apoyan esto?— Jaemin señala en dirección a su ventana. — La gente no será la misma, la sociedad es una mierda de por sí y esto la contamina aún más.
— Jaemin...
Las palabras que estaban a punto de salir por la boca de su padre son interrumpidas por unas risas escandalosas, ambos se miran entre sí y no tardan en correr hacia la ventana que Jaemin mantenía cerrada pero que gracias a sus rendijas, podía ver con claridad hacía las afueras.
Allí mismo, los dos hombres notaron a un grupo de personas acercarse hasta su hogar, éstos portaban armas de todo tipo—claro, las permitidas por el mismo Gobierno—, y traían sus rostros encubiertos por unas máscaras de animales.
Un poco sonso, pero temeroso.
—¡Na Kyuhyun y Kim Wheein!— Uno de ellos gritó y a los pocos segundos, soltó una risa involuntaria.—¿Que les parece si jugamos un rato?
Sin darse cuenta, Jaemin comenzó a temblar entero. Es la primera vez que estaban pasando por una situación así.
—¡Hoy es noche de depuración! ¡Todo está permitido!— Otra persona grita y es la voz de una mujer.
A Jaemin se le hizo conocido su tono, pero no tenía tiempo alguno para pensar.
— Ve por tu madre, Jae. — Su padre le pide con urgencia.
El chico solo asiente frenéticamente y sale corriendo de su habitación, gracias a los Cielos sus habitaciones no estaban para nada lejos y tuvieron que pasar unos pocos segundos para que él estuviese tocando la puerta con desespero. Ese corto tiempo en donde su madre no le respondió, fue algo eterno pero cuando tuvo su cuerpo frente suyo, no dudó un segundo en tomarla de su mano y sin dejar que dijese algo, la llevó consigo nuevamente al cuarto que le pertenece.
—¡Jaemin, me duele hijo! — Wheein exclama y aunque intenta soltarse, percibe el temblar de su pequeño y frunce su ceño. —¿Que está sucediendo?
—¡Wheein y Kyuhyun, solo queremos hablar!
Eso sucedía.
— L-los están buscando, mamá. — Jaemin murmura con su voz quebrada.
La pelirroja mujer se suelta de su agarre y va dónde su esposo está, allí ve la misma imagen que sus dos familiares y suelta un gemido de temor.
— Voy en busca de mi arma, ambos quédense aquí. — Kyuhyun les pide con seriedad.
— Papá, no.
— Necesitamos con que defendernos, Jaemin.
Y aunque quisiera negarse, tenía razón. Él sabía muy bien que no tardarían en comenzar a golpear las ventanas, la puerta principal e incluso, la trasera para poder entrar y llevar a cabo su cometido.
Dándoles una última mirada, Kyuhyun sale de allí con rapidez y Wheein solo puede abrazar a su hijo, el cual le llevaba más de diez centímetros pero para ella seguiría siendo su pequeño Nana, al cual teme dejar solo.
Si esas personas querían entrar a su hogar, sus minutos estaban contados. No podían defenderse de aquel numeroso grupo, lo sabía muy bien.
— Mamá, tengo miedo— Ella escucha a Jaemin susurrar y siente como se aferra más a ella—, no quiero morir está noche. No así.
Y como si el maldito destino estuviese jugando a su favor, los vidrios de las ventanas pertenecientes a la planta baja se rompen gracias a disparos y no faltaría mucho para que lo hicieran con aquellas maderas que Jaemin y su padre pusieron como un escudo.
Wheein suelta otro quejido de temor y el miedo dominó por completo cada parte de su ser cuando las risas, los gritos de felicidad y sus nombres salían como un cántico sacado del mismo infierno.
— Sé que están aquí, hagamos esto fácil y no tan largo. El tiempo se acaba. — Escuchan a uno decir.
El corazón de Jaemin parecía a punto de explotar, pero se mantenía en su margen y miraba con urgencia la puerta de su habitación, a los pocos segundos escucha pasos acercarse con apresuro y rápidamente opta por una posición de defensa colocando a su madre detrás de su cuerpo.
Si iban a matar a alguien, que él sea primero. Pero no permitiría que la tocaran. No.
Mirando a su costado, ve un cuchillo filoso que llevó consigo y sin dudarlo, lo tomó. Pero toda alarma que pudo tener se fue cuando divisó a su padre entrar y cerrar la puerta con cautela, aunque sabía muy bien que eso fue escuchado por los depuradores.
— Mantengan la boca cerrada, por favor.
Kyuhyun se acercó a ellos dejando notar las gotas de sudor recorrer su frente y terminar en su barbilla.
— Papá, ayúdame a colocar el escritorio en la puerta. — Jaemin le pide con decisión. — Eso podrá detenerlos por unos momentos, quizás así podremos escapar por la ventana.
Y es que estaba decidido a luchar por vivir, no podían morir de una forma tan patética y mucho menos en la noche de la depuración.
Ambos salen en busca de dicho mueble y lo corren con rapidez como al mismo tiempo también escuchaban el ruido de vidrios, pisadas y risotadas en la planta baja. Solo era cuestión de tiempo para que se aburrieran de buscar en el espacioso lugar que, siempre, dejaban como un lugar abandonado en casos así y al otro día, acomodaban cómo estaba.
—¡Hay que revisar la segunda planta!
No.
El castaño maldijo para sus adentros y cuando terminó de colocar el escritorio de una forma estratégica, el correr de aquel grupo lo distrajo por unos cuantos segundos.
—¡Jaemin!— Su madre lo llamó. Él da vuelta su rostro encontrándose con ella. —¡Vamos!
Claramente deberían saltar de una considerada altura, pero el golpe podría ser amortiguado por las bolsas de basura que había en el contenedor.
El pequeño de los Na no demoró un segundo en llegar hasta ellos y ahora sí, tomó nuevamente el cuchillo en caso de necesitarlo—algo muy obvio—. Dispuesto a saltar, la puerta perteneciente a su habitación, empezó a ser golpeada con fuerzas.
—¡Aquí están, aquí!— Otra vez aquella voz conocida para Jaemin volvió a exclamar. —¡Rompan la puerta!
—¡Vámonos!
Wheein se asomó mirando hacia afuera y rápidamente se dio cuenta del panorama, había cuatro depuradores afueras apuntándole.
— No puede ser...— Susurro y se alejó con lentitud de la ventana.
—¡Mamá, adelante!
— Hay... Hay cuatro personas afuera apuntando hacía la ventana, nos matarían en el momento que saltemos. — Ella murmura pérdida en la situación.
Los tres se miraron entre sí y no debieron si quiera pasar unos segundos para escuchar varios disparos sobre la puerta y como empujaban para entrar. Kyuhyun alzó el arma esperando el momento justo para asesinar al primero que asomase su nariz.
Jaemin por otra parte, sostenía el cuchillo con su mano temblorosa y el sudor recorriendo su espalda mojando levemente su camiseta gris.
— Mamá, escondete debajo de mi cama. — Su hijo le pide. Wheein no puede negarse a un pedido tan desesperado, por lo que antes de hacerlo, lo abraza por detrás y susurra un «Te amo»— Yo también lo hago.
Quince segundos exactos fueron los necesarios para que dos depuradores entrarán a la habitación perteneciente a Jaemin y allí mismo, Kyuhyun jaló el gatillo dándole a uno en su pecho matándolo al instante mientras que el otro, tomó acción rápidamente y disparó contra ellos pero fueron lo suficientemente rápidos como para esquivarlos.
—¡Ve por el mocoso!— Uno con una máscara terrorífica de un animal muerto, exclama molesto al ver a su compañero muerto. —¡Lo pagarás, Na Kyuhyun!
Jaemin quedó acorralado entre la pared y dos tipos que se acercaban a él, sin embargo, tuvo la valentía suficiente como para abalanzarse a uno de ellos y clavar el cuchillo que escondió detrás suyo en el abdomen del sujeto, con sus ojos lagrimosos, enterró aún más su arma y sintió como su mano comenzaba a mancharse de sangre ajena.
—¡Mátalo!— El acuchillado chilló.
— No. Taeyong quiere que él presencie todo. Mejor muere tú.— Y próximo a ello, el supuesto compañero del depurador que Jaemin atacó, llevó su arma hasta la sien de este y terminó con su vida en un segundo. — Ahora sí, ven conmigo.
Por la impresión, Jaemin cayó junto al fallecido e hizo que el cuchillo se enterrase mucho más, un jadeo de sorpresa se escapó de sus labios cuando lo tomaron de sus cabellos y comenzaron a arrastrarlo.
—¡Sueltame, hijo de puta!— Gritó enfurecido.
—¡Calla! Que por tu culpa tuve que matar a mi amigo. — Quién lo llevaba de una forma poco formal, le gruñe.
¿Y eso importaba? ¡Por un demonio! Irrumpieron en su hogar con la intención de matar a sus padres, pero claro... Todo crimen hoy no se cuenta como ello.
Jaemin se queja cuando su cuerpo se golpea con cada escalón que bajan y su desesperación crece al escuchar como su madre grita e implora que no le hagan nada, que podría darles lo que quisiese con tal que les dejaran vivir.
« Ojalá fuese tan fácil, mamá ». Pensó para sus adentros.
Claramente su padre ya se encontraba reducido en el suelo mientras era atado de pies y manos. Sus ojos se encontraron para decirte todo y a la vez nada.
—¿Dónde dejo a esta rata de alcantarilla, Taeyong?
— Dale la oportunidad de ver todo en primera fila, Yuta. — El nombrado responde observándolo con desdén. —¿Acaso lo heriste?— Pregunta.
Claramente lo pensaría, pues sus ropas están manchadas con sangre ajena.
— No. Apuñaló a Sungchan y tuve que matarlo, después de todo, no sobreviviría a la herida que éste— Sujetándolo un poco más fuerte, ocasionó un quejido por parte de Jaemin—, le provocó.
El tipo llamado Taeyong chasqueó su lengua y miró con desdén al chico, pero luego esa expresión se cambió a una de perversión.
— Vamos a ver el lado positivo, Sungchan murió cumpliendo su misión. Al menos, se llevó consigo seis vidas.
Jaemin solo pudo contener las ganas de maldecirlos y aunque estuviese a punto de abrir su boca, el ruido de algo o más bien, alguien, caer por las escaleras se llevó toda su atención y al ver cómo su madre se retorcía del dolor provocado por la caída tan fuerte, quiso ir donde ella pero no se lo permitieron.
Wheein se encontraba amarrada al igual que su padre y la tipa que poseía una máscara de zorro, la llevó al lado de Kyuhyun.
— Creo que es tiempo de comenzar con nuestra diversión, ¿no lo creen, muchachos?— Yuta, el que aún seguía sosteniéndolo, murmuró con morbosidad.
— A tus órdenes.
—¡No, por favor no!— Jaemin gritó cuando notó las intenciones de uno de ellos. —¡No lo hagan!— Suplicó con desespero.
Pero no lo escucharon, la primer puñalada la recibió Kyuhyun, quién soltó un grito ahogado que fue apagado por una patada en su cabeza.
Jaemin intentaba soltarse, gritaba y sus lágrimas ya no pudieron ser contenidas. Estas se desparramaban por todo su rostro, quemaban su piel como si fuesen fuego.
Estaban torturando a sus padres frente sus ojos.
— Mira este espectáculo, pequeño— Quien aún seguía sosteniéndolo, murmuró en su oído y aquello le produjo asco. Mucho asco.—, quizás el año que viene gustes en depurar.
— Maldito psicópata.— Jaemin ruge y lo enfrenta.
—¡Yuta! Es tu turno, hombre.
El nombrado suelta otra risita burlona y con su mano llama a alguien para que lo sostuviera, así lo hizo un tipo de más de metro ochenta. Agarrándolo de sus brazos, lo apretujó tanto que Jaemin gimió de dolor.
—¡Por favor! A mi hijo no le hagan nada— Wheein suplicó antes de recibir una patada en su estómago. — A él no.
Jaemin quería morir junto a ellos, debía de hacerlo. Cerrando sus ojos, mordió su labio inferior con fuerzas provocandose un sangrado y por mucho que deseara no ver, si escuchaba las patadas, los gritos de sus padres, las risas de los depuradores que causaban escalofríos en todo su interior.
— No sabes cuánto disfruto de esto— Taeyong murmuró cerca de los labios de la mujer y besó éstos aunque estuvieran llenos de sangre—, me hubieses correspondido y nada malo te estaría pasando, Wheein.
— El día que mueras, espero que sufras tanto que implores la muerte rápida.— La mujer murmuró dejando que Jaemin escuche ello.
— Cada palabra que sueltas, es una puñalada para tu marido.— Taeyong respondió con desdén y volvió a clavar el cuchillo en el pecho de Kyuhyun. — Vuelve a decir algo y quién será torturado es aquel mocoso.
—¿No quieres divertirte un poco, pequeñín?— Quien lo sostenía susurró con un tono perverso y Jaemin intentó alejarse, pero no pudo.
Los próximos quince minutos fueron una tortura para él, para sus padres y una diversión para el grupo que se encargaba de jugar con sus cuerpos.
—3:07... Se lleva a cabo la muerte de Na Kyuhyun y Kim Wheein, ¿unas últimas palabras?— Yuta observa su reloj y segundos después, recarga su arma así como Taeyong.
Kyuhyun ya no podía hablar, él estaba muerto. Él ya no respondía a nada. En cambio Wheein, respiraba con dificultad, mirando hacia atrás, conecta su mirada apagada con la de su hijo y susurra:
— Te amo.
— Mamá...— Jaemin solloza y el momento que lo marcaría por siempre, se produce allí mismo.
Ocho disparos se efectúan sobre sus padres. Cuatro en cada uno, sus cabezas fueron sus objetivos, la sangre salpicó y llegó hasta el hijo de ambos, el cuál soltó un grito desgarrador que rompió sus cuerdas vocales.
Los asesinaron, los depuradores lo hicieron a las 3:07 de la madrugada.
—¿Acaso esto no es una obra maestra?— Taeyong se mofa y obtiene la risa de sus compañeros.
—¿Que haremos con él, Tae?
— Déjalo, Lucas. — El mayor le dice con desinterés.
Lucas, Taeyong, Yuta... Faltaban siete más por saber.
— Pero yo quería divertirme con él. — Lucas, se queja y acaricia la mejilla de Jaemin, el cual no podía si quiera articular una palabra.
Su shock era imposible de sacar con facilidad.
— Quizás el año que viene. Ahora vámonos, tenemos poco tiempo.
Jaemin no supo en qué momento sucedió, pero todos ellos se sacaron sus máscaras para limpiarse y sus rostros quedaron a la deriva permitiéndole verlos detalladamente.
Que error tan estúpido pero una ventaja para Na Jaemin.
Y así, sin más, se fueron de allí sin decirle nada. Solo soltando halagos para ellos mismos, riéndose y mofándose de la situación.
Cuando supo que estaba a solas, con una fuerza sobre humana, se levantó de su lugar y corrió hasta sus padres y poco le importó mancharse de sangre hasta su rostro, solo pudo abrazarlos y llorar en desconsuelo porque se los habían arrebatado.
— Por favor, no me dejen...— Susurró quebrado.
La depuración llegó a la vida de Jaemin y esta no se iría fácilmente.
Advierto que más escenas fuertes se irán mostrando a partir de los capítulos. Es una temática fuerte en sí. Sin más que decir, espero lo disfruten.
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