0. Not Sad, But Not Happy.
Uno, due, tre, quattro, cinque... ¿Sei?
Para ser francos, Louis no tenía idea de donde estaba.
Era un cuarto gris, lleno de grietas y humedad en las paredes que a simple vista, necesitaban más que una mano de pintura. Ninguna luz estaba encendida, estando él y el cuerpo encima suyo moviéndose en la completa oscuridad. La luz de la luna que entraba por la pequeña ventana de aquel motel de mala muerte iluminaba una pequeña parte de la habitación de forma precaria, iluminando lo que parecía un mueble antiguo y descuidado, y parte de la alfombra que cubría el suelo de dicha habitación, alfombra que estaba más que sucia y que Louis podía jurar hasta tenia restos de fluidos.
Sin embargo, Louis no había despegado la mirada de aquel rincón desde que había llegado.
Sette, ottcho... No, otto. Nove, ¿Dieci?
Era complicado pero a la vez sencillo. Una antítesis en su máxima expresión – cabe aclarar que desde el momento en que aprendió el significado de esa palabra no había parado de utilizarla. Los italianos eran tan raros. Su idioma era similar al castellano, demasiado similar, a tal punto de que una persona sin ningún tipo de estudio – Louis, por ejemplo – podría aprenderlo sin ningún problema. Aunque claro que, esa simplicidad acababa cuando las palabras propias del español tenían un significado totalmente diferente en Italia. Ósea, ¿Por qué mierda bicchiere significa vaso, y porque vaso significa tarro o florero? Louis lo encontraba una seria falta de respeto.
Aunque tampoco era como si el español fuera diferente a este último.
Undici, dodici, tredici, quattordici... Oh, es fácil, es como un ciclo.
Un fuerte golpe fue depositado en su mejilla.
Louis frunció el ceño molesto – Hey, no toques la mercancía amigo, eso te costara más caro.
El hombre encima suyo frunció el ceño, Louis no recordaba bien su nombre, ¿Jeff? ¿Jonas? ¿Julio? Tiene cara de Julio – Como si no te gustara maldita zorra – de un momento a otro, el ojizarco sintió el pene del extraño en su interior, sin ningún tipo de preparación; Tal vez, si Louis no estuviera tan acostumbrado a eso, aquello dolería más de lo que ya lo hace – ¿Mercancía dices? – El hombre hablo entre gemidos – Estas totalmente abierto maldita puta, porque eso es lo que eres, ¿No es así? Una maldita puta rogando por un nudo.
Lo curioso de esa afirmación es que Louis ni siquiera había pronunciado una palabra.
Quindici, sedici, settedici... No, eso suena espantoso. ¿Dicisette? No, horrible como Julio... Ok, no es tan fácil.
Louis trato de recordar el libro que le había robado al alfa con el que había follado hace unos días. Era un libro simple, italiano para nivel primario o algo así. Louis había sido capaz de leer las primeras cinco o siete páginas del mismo hasta que el alfa, ¿Samuel?, decidió despertarse de su aparente eterno sueño y lo descubrió con el libro en sus pequeñas manos. Afortunadamente para Louis, el alfa le había dejado conservarlo, claro que, no sin antes decirle que de todas formas, nunca iba a llegar a comprenderlo del todo, debido a que un omega, especialmente uno como el, solo tienen mierda en la cabeza.
Louis en aquel momento se preguntó si así trataría a todos sus alumnos. Porque sí, aquel alfa imbécil era profesor.
Dici, dica, diciasette... ¡Diciasette!, entonces le debe seguir, Diciotto, dicianove... ¡Venti!
De un momento a otro, el cuerpo de Louis fue cambiado de posición, pecho contra las sabanas. Se las arregló para seguir viendo el mismo sitio de todos modos.
-Te gusta así, ¿No es cierto? Desesperado por mi nudo – El hombre dijo entre gemidos, abriendo aún más las piernas del más bajo.
Louis rodo los ojos - Lo que tú digas micro pene – pensó.
Louis termino la noche fingiendo dos orgasmos, ¿Dónde estaba su Oscar?
El pequeño omega no durmió en toda la noche, molesto debido a los ronquidos del alfa obeso que descansaba a su lado. Louis solo sabía contar hasta el veinte en italiano, así que intentar contar números más grandes no era más que una forma de humillarse así mismo, además de que Julio no ayudaba, roncando como un maldito oso. Louis quería golpearlo, al menos un poco para que sintiera el mismo dolor que Louis sentía en todo el cuerpo. ¿Por qué todo el mundo asociaba que los omegas eran elásticos y buenos en la cama? Louis apenas podía agacharse sin sentir un calambre en una de sus piernas. O al menos así era antes, ya que Louis podía pasarse una vida entera enumerando las diferentes posturas que le habían ordenado hacer en la cama.
Su estómago gruño en búsqueda de comida, Louis lo ignoro como siempre.
Tomo un poco del dinero del alfa inconsciente a su lado, 300 dólares para ser precisos. Se vistió con lentitud y abandono aquel pestilente lugar que no resulto ser más que un motel barato en las orillas de la ciudad. Subió a un viejo auto negro, lleno de polvo y con una de sus llantas pinchadas. Ignoro olímpicamente al hombre a su lado, y le tendió el dinero de mala gana.
-Mamá necesita cubrir los gastos de los pañales de las gemelas, dáselo a ella – gruño cuando el otro hombre hizo el amago de interrumpirlo – Si no se lo das, le arrancare el pene a cada uno de los hombres a los que me vendas, contigo incluido.
El beta a su lado solo bufo y gruño, sabiendo que no había mentira alguna en las palabras del omega.
-Tienes a dos alfas esperando por ti a la nueve – Louis bufo molesto – Te volverás solo, tengo que llevar a tu madre y a tus hermanas al hospital. Y ni se te ocurra huir o desmayarte, maldito omega anoréxico.
Y eran las cinco de las mañana, el día de Louis apenas comenzaba.
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Advertencias:
Está historia desarrollará los siguientes temas que pueden no ser del agrado de ciertas personas:
•Harry Alfa; Louis Omega.
•Anorexia
•Menciones de Violación.
•Violencia Física & Psicológica.
Holis! Espero que les haya gustado está introducción de la obra, y si es así, haganmelo saber mediante votos y comentarios. Si alguien quiere dedicación, solo díganme lo. 🌼
Pasense por mis otras obras L. S si quieren.
10 votos para el primer capítulo.
All the Love in the World for you 💓
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