"Te amo porque tu me amas"
El sonido del motor de la motocicleta se escucha en las calles, un "rum" clásico va pasando por el nocturno camino. Boscha va centrada en el camino mientras que yo abrazo con fuerza sus caderas. Pongo mi cabeza de lado para no golpearle con el casco y cierro los ojos. Me olvido del camino y por instantes dejo de escuchar incluso el sonido que hay detrás de todo. Hoy vamos a quien sabe dónde a cenar, hoy celebramos otro mes juntas y decidimos en hacer algo. Aunque claramente no me he enterado el que puesto que Boscha es la que lleva las riendas.
Vuelvo a abrir los ojos los cuales son deslumbrados ante las luces de la ciudad. Pareciese que pequeñas esferas de luz sobrevolaran la ciudad. Siempre he visto esto y hoy parece como si fuese la primera vez de mi vida.
-Estuve pensando en que hacer- dijo Boscha por el comunicador de los cascos -Pero por más que lo pensase no se me ocurría nada que... Bueno, me convenciera. Entonces mi abuela dijo que lo pensaba de más-
-¿Y luego?-
-Dijo que cualquier cosa que hiciera yo tú la aceptarías, puede que si pero...-
-Cariño. Es un momento de las dos ¿Enserio crees que me importa el dinero o algo así?-
-Espero que no- respondió riendo -En una de mis vueltas encontré un lugar, es pequeño pero agradable-
En eso paramos al lado de una pequeña arbolada, la noche hizo que me diera escalofríos el solo mirar. Boscha bajo y me ofreció su mano con una gran sonrisa, al tomarla el miedo desapareció y solo quedamos las dos. Ella me guía entre las ramas y a lo lejos veo unas pequeñas luces iluminando apenas el lugar.
-Oh no ¡Me vas a matar!- bromee a lo que Boscha sonrió
-Oh si, somos un culto que mata a chicas hermosas como tú-
Las risas se elevaron y entre empujones llegamos. Pare mirando el lugar y luego vi a Boscha, la abrace y volví a ver el lugar; Una mesa estaba digamos en el medio de todo, unas velas esperaban ser prendidas sobre ella. Un pequeño generador daba la fuerza suficiente como para que focos colocados sobre algunas ramas dieran claridad y dos bandejas con una cubeta con su elevación esperaban también.
-Este lugar- dijo Boscha llevándome a mi asiento -No tiene una gran historia conmigo, de hecho es resiente, a veces me da por dar paseos y bueno. Lo encontré o el a mí eso no importa, al inicio quería llevarte a un restaurant o algo más "fino" pero-
-Me encanta ¿Tu hiciste eso?-
-Bueno, si-
-Con mayor razón idiota y tú abuela tiene razón, me importa más el estar contigo-
-Vamos-
Boscha fue donde las bandejas y las abrió dejando ver carne y pasta para cada una. Me dio mi plato para luego tomar la botella de la cubeta y dejar al descubierto una sidra. Me sirvió en una copa con un gesto galante lo cual me dio risa y luego se sentó, prendió las velas con un encendedor y sonrió triunfante.
-¿Cuánto llevas haciendo esto?-
-No sé. Supongo que desde que dijimos que deberíamos hacer algo- enrollo su tenedor en la pasta y la llevo a su boca -Vamos, no es venenoso. La hice yo-
-Con mayor razón- dije riendo para luego probar la carne con gusto
Las dos comimos entre miradas y sonrisas, tranquilas entre el ruido nocturno que nos proporcionaba el lugar. Al casi acabar la comida como la sidra Boscha dejo de comer, ahora solo me miraba.
-¿Pasa algo?-
-Es, difícil. Sabes, el saber que estoy contigo, Siempre que lo pienso más me asombro ¿Qué le viste a esta chica?-
Sonreí, sonreí como si un niño me preguntase de donde vienen los bebés.
-Boscha Patterson- llame con gracia y cariño en cada una de las letras -La persona que estuvo ahí para mí cuando sin problemas me pudo dejar a mi suerte, la que golpeo al concejal, la que me defendía de todos y todo. La que me limpiaba las lágrimas y la que siempre estaba a mi lado apoyándome en los peores momentos. Dime Boscha ¿Crees que no mereces que te amé? Vamos, antes de ti yo era un gran lio-
-Como todos, cariño. Es solo... Que me sigue sorprendiendo, tú eres. Bueno, no creo tener palabras para describirte en realidad-
-Hagamos esto, las dos décimos una palabra para describir a la otra y asunto terminado ¿Qué te parece?-
-Buena idea-
-Bien. A la 1... 2... 3-
-¡El amor de mi vida!- dijimos las dos, el sonido de las hojas moviéndose y del transformador. Las miradas nerviosas de la otra y el final repentino para asentir. Nos reímos y terminamos de comer lo que quedaba
....
El pasto sonaba débilmente ante nuestros pies. La música de la pequeña bocina era más que suficiente: Truely de Lionel Richie suena acompañando nuestros compás. Nos movemos de un lado a otro, con lentitud. Boscha me abraza de la cadera mientras que mis manos descansan en sus hombros, las dos nos miramos con serenidad, con confianza.
-Te amo- dijo besando mi frente -Te amo como no tienes idea Luz Noceda-
No dije nada, solo sonreí. Descanse mi cabeza en su pecho y las dos seguimos bailando en total serenidad.
¿Cuánto paso exactamente desde el campamento? La respuesta es simple pues en unas dos semanas iremos de nuevo
¿Hace cuánto que Boscha y yo somos pareja? Casi un año
¿Hace cuánto que las dos somos así de felices? Puede que desde que nos declaramos
¿Acaso queda algo de nuestras antiguas yo? De la chica con problemas de drogas y alcohol o la chica que se desmayaba cada que algo la superaba
No sé exactamente. Solo sé que estar al lado de ella, en este momento, justo ahora. Es una de las mejores cosas que me han pasado y, si tuviera que volver a pasar por todo, si tuviese que volver a tragarme el amargo trago. Lo haría sin dudar.
Porque Boscha Patterson.
Es el amor de mi vida.
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