Capitulo final. Espero que lo disfrutéis♡

Elisa

Conduje sin ningún rumbo establecido. La carretera estrecha se veía infinita y me pregunté si en algún momento del viaje me cruzaría con algún coche. Llevaba apenas conduciendo y ya me estaba aburriendo de esta carretera interminable.

Por otro lado, no sabía muy bien cómo me sentía. Era una sensación muy extraña. Me sentía nostálgica y me emocionaba pensar en todo lo que había vivido. Por supuesto, el corazón lo tenía echo trizas y dudaba mucho si iba a ser capaz de volver a amar. Pues sabía que iba a ser muy difícil olvidarme de Jimin.

Pero la vida es así.

Y de esto tenía que aprender y si tenía que llorar, iba a hacerlo. Y si me tenía que enfadar, me iba a enfadar. No iba a suprimir mis emociones, aunque tenía claro que tampoco me iba a derrumbar.

Iba a seguir hacia adelante.

Tenía la ventanilla bajada al máximo ya que el aire acondicionado no funcionaba (no sé muy bien qué fue lo que el mecánico arregló a parte de la batería). El calor que hacía era insoportable, pero al menos el viento que entraba me sentaba bien, como que me aclaraba las ideas de mi loca cabeza.

Una pregunta me surgió, me pregunté cómo estaría yendo la boda. Si ya habrían dado el sí y estarían de camino a la ceremonia para celebrarlo por todo lo alto. Me imaginé a Jimin sonriendo feliz y me pregunté si así se estaría sintiendo.

Sacudí mi cabeza para quitarme una imagen de él en el altar de la iglesia y a su lado Miyeon. Tenía que pasar de página y centrarme en mi. Y en la carretera, no vaya a ser que se me cruzara una planta rodadora en mitad de esta y tuviese un susto.

Dios, qué aburrido estaba siendo.

Le subí el volumen a la radio a ver si así me subía un poco el ánimo. Sin embargo tuve que apagarla porque no había ninguna frecuencia que se pudiera disfrutar sin ese sonido tan molesto. Bufé cansada.

Para colmo empecé a sentir algo extraño en el coche. El motor comenzó a producir unos ruidos muy raros que me hicieron advertirme de algo pero no sabía exactamente qué pasaba. El coche era muy viejo y los testigos ni siquiera funcionaban. Al poco rato ahogué un pequeño grito cuando el coche empezó a dar tirones.

- No puede ser – mascullé golpeando el volante. – Si es que soy estúpida – me grité. Caí que no había repostado y me estaba quedando de nuevo tirada en mitad de una carretera ABANDONADA.

De inmediato activé las luces de emergencia y me dirigí fuera de la calzada para inmovilizar (aunque solo se iba a parar) el coche.

Salí enfurecida de él y di vueltas de desesperación pensando qué podría hacer. El sol pegaba muy fuerte y me moría de hambre.

Cogí mi móvil para encenderlo y así mirar a cuanto me quedaba la gasolinera más próxima. ¡Una hora andando! Casi desfallezco cuando lo vi. ¿Cómo iba a ir andando con el calor que hacía? Aunque quizás me moriría de hambre antes. Iría igual. Tenía ropa para taparme la cara para no quemarme y agua, ya que me iba a deshidratar. Luego me encontré con un montón de mensajes de Sarah.

Sarah: Elisa

Dnd stas?

Me reí porque siempre me escribía así por mensajes.

No t creo... T fuiste sin despedirte de mi?" :'(

T voy a echar mucho de menos. Espero q vengas a verme algún día.

T perdono esta vez pq sé q nos volveremos a ver, pero a la próxima q t vayas sin despedirte pienso ir a x ti y t arrancaré el cabello hasta dejarte calva >:(

Me había mandado esos mensajes hace una hora. Me apoyé en el capó del coche y solté un suspiro apenada. Me daba mucha pena haberme ido así.

Decidí llamarla, es lo menos que podría hacer.

- ¡Elisa! – me contestó con un tono desesperado. Se escuchaba mucho barrullo de fondo pero no reconocí nada de lo que se decía. Quizás estaban celebrando que Jimin ya se había casado.

- Hey, lo siento por irme así... Me lo he pasado muy bien contigo. Siento mucho no poder despedirme como es debido pero se me echó el tiempo encima... Pero me gustaría que sepas que me hiciste muy feliz el día que me dijiste que era tu amiga...

- Elisa ¿¡Dónde estas!? – me gritó y fruncí el ceño extrañada porque parecía que había ignorado mis palabras.

- No lo sé... - miré a mi alrededor. Todo era campo.

- ¡Tienes que volver! – me sorprendía lo nerviosa que estaba.- ¡De verdad!

- Sarah... No puedo... - literalmente, ni queriendo podía volver. 

- No te vayas. Tienes que volver – repitió y me dio la sensación que estaba corriendo. "Vamos Sarah" escuché de fondo a Jungkook algo nervioso. Fruncí el ceño. Suspiré, iba a empezar a prepararme para ir a por la gasolina.

- Bueno, Sarah. Voy a seguir. Me he quedado tirada en la carretera y voy a por gasolina.

- ¿Te quedaste tirada? – preguntó sorprendida.

- Sí – me reí porque me daba mucha vergüenza no haber pensado en ello antes de salir.

- ¿Dónde estás?

- Pues no sé, lejos en una carretera muy larga y aburrida. ¿Por qué no hay nada cerca? Dios mío voy a perder la cabeza. 

- Voy a por ti. - soltó decidida.

- Nononononono – dije rápidamente. – No te preocupes, está todo bajo control. 

- Vale... - Sarah soltó un suspiro y siguió hablando - Ten mucho cuidado. Te quiero, amiga.

- Y yo, Sarah. Eres una genia. Nos veremos, te lo aseguro. 

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo.

- No me olvides o tendré que ir a por ti y seguramente no vaya a buenas. - me reí por su amenaza 

- ¡Nunca! 

- Cualquier cosa que necesites, llámame. 

- Sí.

Nos despedimos y colgué. Me sentí algo triste por haberme despedido de ella así pero después de prometerle que iría a verla, lo tendría en cuenta. 

Apagué el teléfono para despejarme un poco de él. Fui a por mi mochila y pillé una camiseta para ponérmela alrededor de mi cabeza, me comí unas galletitas que había cogido de la despensa de los Park y tomé la botella de agua. Empecé andar hacia la gasolinera.

Esperaba no morir de camino. 

...

Empezaba a arrepentirme. Estaba loca y por supuesto no tenía nada bajo control.

- ¿De verdad no va a pasar ningún coche? - empecé hablar en voz alta. Creo que el calor me estaba afectando demasiado. Estaba esperando algún coche para hacer autostop. Las piernas me empezaban a darme calambres y el cuerpo me pesaba cada vez más. Me reí fuertemente por la situación que estaba viviendo.

Seguí hacia adelante sin mirar atrás, estaba segura de que faltaba poco. Tenía que aguantar un poquito más...

Me empezaba a desesperar el silencio de la zona e intentaba aguantar y autoengañarme pero ya no sabía cuánto tiempo llevaba ahí caminando por el arcén lleno de tierra y plantas.

- Me voy a morir aquí – gimoteé sintiendo mis piernas temblar.

Fue entonces como un milagro y muy a lo lejos reconocí el sonido de un motor y cada vez se escuchaba acercándose a una velocidad rápida. Me volteé con la esperanza de que dicha persona que llevaba ese coche me socorriera.

Abrí la boca cuando reconocí ese coche, no me lo podía creer. Fue bajando la velocidad y paró a mi lado.

- ¿Necesitas ayuda?

Mi corazón dio un vuelco cuando lo vi asomado por la ventanilla. No pude articular ninguna palabra cuando este paró el coche fuera de la carretera y salió de él para dirigirse hacia a mi corriendo. Se veía increíblemente atractivo en ese traje negro. Pestañeé varias veces, no me podía creer que esto estaba siendo real.

- ¿Jimin? ¿Q-Qué haces aquí? - tartamudeé observando su cuerpo de arribabajo.

Jimin me miró con las cejas fruncidas, quizás era un poco obvio lo que estaba ocurriendo, pero yo no me lo podía creer. Dio un paso más acortando nuestra distancia. Su mano se posicionó en mi cuello tentándome y le miré a sus ojos profundos.

- Me voy contigo, Elisa – susurró rozando sus labios con los míos. Noté su aliento cerca y la piel se me erizó. 

- ¿Me ha dado una insolación y esto me lo estoy imaginando? - pregunté cerrando los ojos y escuché la melódica risa de JImin que alegró mi corazón. Llevó sus manos a mis mejillas para acariciarlas suavemente. 

- No. Es real, Elisa. Muy real - abrí los ojos lentamente para hacer contacto con los suyos - Te amo, te amo tanto que no puedo dejarte ir de esta manera. - mi corazón latió rápido por sus palabras y noté la sangre subirme a las mejillas. Jimin me miraba con amor mientras acariciaba mi mejilla. Incliné mi cabeza para que sus labios pudieran tocar los míos. 

- ¿De verdad quieres venir conmigo?

Asintió con la cabeza y una sonrisa se le dibujó en sus labios. 

- Contigo, hasta el fin del mundo. - expresó.

Junté mis labios con los suyos, los había extrañado mucho.  Jamás me cansaría de ellos. Mi corazón bombeaba como loco, estaba muy feliz. Su mano acarició mi cuello mientras nuestras lenguas se reencontraban una vez más. Sus adictivos labios se movían lentamente contra los míos, me tenía cautivada. 

- Yo también te amo. - expresé cuando nos separamos un poco aunque pegó su frente contra la mía. Sonrió por mis palabras y dejó un beso en mi frente. Luego entrelazó su mano con la mía, encajaba perfectamente. Esa sensación me encantó. 

- ¿Dónde ibas caminando? ¿Estas loca? - me preguntó riéndose y me reí con él. 

- ¿Viste mi coche de camino? - asintió con la cabeza - Pues me quedé sin gasolina... - Jimin se rió negando con la cabeza. 

- Bueno... - sonrió de lado y caminó hasta su camioneta que la había dejado a unos metros de donde estaba. Se giró para seguir hablando - Yo tengo una camioneta muy bonita... con la que podemos comenzar nuestra aventura... - sugirió mientras acariciaba la parte de atrás de su coche. Rodé los ojos con una sonrisa en mis labios. 

- ¿Y mi coche? - pregunté apoyando mi peso en una pierna y cruzándome de brazos. 

- Puedo pedirle a Jungkook que venga a por él y que te lo guarde en casa. 

- De acuerdo... - me encaminé a él y puse mi mano en su pecho para empujarlo levemente contra el coche. Este me miró sorprendido cuando acorté la distancia.

- ¿Y cuál será nuestro próximo destino? - le susurré con una sonrisa picara en mi cara. 

- No lo sé - contestó - pero lo próximo que quiero hacer es volver hacerte mía como anoche. 

- ¡Jimin! - expresé escandalizada aunque me encantó cómo reaccionó con mis acciones y esa mirada tan picara que me echaba. Seguí hablando - Como si lo quieres repetir aquí atrás, total no va a pasar ningún coche... - opiné echándole una mirada traviesa y él carcajeó fuertemente. 

- No me lo digas dos veces... - advirtió mientras me acariciaba el cabello y le saqué la lengua.

- Venga, vámonos ya. - propuse y asintió con la cabeza con una sonrisa. 

- ¿Quieres conducir mi bebé?

-¿Me has llamado "bebé" o te refieres al coche? - pregunté arqueando una ceja.

- Obviamente... mi coche... 

Rodé los ojos mientras escuchaba su risa de fondo. Preferí que condujera él ya que yo estaba un poco cansada. Le compartí una sonrisa una vez estábamos ahí dentro. Se había quitado la chaqueta del traje y las mangas las tenía remangadas, estaba muy sexy. En ese momento me di cuenta que no teníamos nada. Solamente lo más importante pero ni siquiera llevábamos ropa de repuesto.  

Íbamos a empezar de nuevo.

Y eso me ansiaba. Me emocionaba.

- Oye, Elisa - habló antes de que arrancara el coche. Dejé de inspeccionar la parte de dentro para mirarle fijamente a los ojos. Brillaban y expresaban mucha emoción. Yo seguía pensando que me había dado una insolación y yacía tirada en la carretera imaginándome todo esto. - Gracias.

- ¿Por qué?

- Por muchas cosas. Gracias a ti me he dado cuenta de muchas cosas. Yo también quiero vivir, quiero sentirme libre y buscar mi felicidad... - me tomó la mano y la volvió a entrelazar con las suyas. - Jamás en mi vida pensé que sería capaz de priorizarme, pero lo hice. Hoy lo hice. 

- Me alegro mucho, Jimin - contesté mirándolo orgullosa y me acerqué para darle un beso en los labios. - Estoy muy feliz de que me acompañes. - una de sus manos la colocó en mi pierna y miró al frente, ya iba arrancar. 

- ¿Nos vamos?

Asentí con la cabeza muy feliz.

- Nos vamos - contesté. Arrancó el coche y se incorporó en la vacía carretera. 

- ¿A dónde? - preguntó con una sonrisa de lado. Estaba que saltaba de felicidad. 

- A donde sea... pero a tu lado. - contesté haciendo hincapié lo último. Entrelazó su mano con la mía y se llevó mi mano a sus labios para dejar un suave beso.

- Siempre a tu lado. - expresó con mi mano en sus labios y su mirada en mis ojos.

- Jimin.

- ¿Qué?

- Te amo - este sonrió manteniendo su mano entrelazada con la mía. 

- Yo también te amo. 

Vi que la radio de su coche tenía el pendrive conectado con música, tomé la libertad de subirle considerablemente el volumen a una canción que nos acompañó el primer día que lo conocí. La vivía con esa canción. Terminamos cantando a pleno pulmón la letra de "I Want To Be Free". Qué sensación tan emocionante.  Sentíamos que nadie nos podría parar. 

Empezaba una nueva aventura. Otro capitulo más en nuestras vidas. 

Un punto y aparte, porque esto no es un final...

Apenas acaba de comenzar.

♡   FIN   ♡

Muchísimas gracias a todos por acompañarme en esta pequeña historia. Gracias a todos por los votos, los comentarios y toda muestra de apoyo hacia a la historia y mi persona. No os imagináis lo agradecida y feliz que estoy.  Me propuse terminar esta novela nada más empezarla hace 9 meses y me siento satisfecha de haberlo conseguido. Me he obligado a ser constante y aunque hubo momentos dónde más costaron seguir, puedo decir que lo hice. 

Ha sido un año de locos y esta historia me ha ayudado mucho a tomar rotundas decisiones en mi vida, esta historia ha sido mi apoyo durante este tiempo. Crear a Elisa ha sido mi salvadora. Punto y Aparte ha sido mi terapia, una forma de querer ver la vida y darme cuenta de muchas cosas. 

Gracias de corazón por leer mi pequeña novela. Espero que os haya gustado, que os haya ayudado a despejaros de la vida frenetica que vivimos, que os haya entretenido por un rato... Que os haya hecho sentir algo. Yo con eso ya estoy más que satisfecha. 

Gracias por darme una oportunidad y animarme a seguir escribiendo. Sé que hay mucho que mejorar y aprender, os prometo que si sigo escribiendo seguiré mejorando mi escritura para poder describiros las ideas de mi loca cabeza. 

No me despido aún de Punto y Aparte, pues falta el epilogo.

Así que, nos veremos en unos días.

Me despido por ahora...

¡Hasta pronto! ♡