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Epilogo

Las olas de la playa paradisiaca rompían contra la arena natural. Bajo un cielo despejado y un sol sofocante se encontraban Elisa y Jimin paseando por la orilla. Con las manos entrelazadas seguían ese paseo que se les había hecho rutinario. Tenían la playa cerca pues la cabaña donde vivían estaba a primera línea.

Una cabaña pequeña y acogedora, amueblada con lo justo y necesario.

Las playas de Tailandia habían enamorado a esos dos desde la primera vez que la visitaron. Como la vida en ese país era tan barata decidieron vivir en él por una temporada después de recorrer otros países por el mundo.

Se habían vuelto unos auténticos aventureros, dispuestos a comer todo tipo de comidas, de vivir y pasar noches en las calles de algún país perdido. De conocer muchas culturas diferentes, otros puntos de vista y amigos nuevos. Otras veces, no había sido fácil, el idioma, las ubicaciones, los imprevistos...

Pero lo importante es que se tenían el uno al otro.

Y el amor nunca faltaba.

Eran felices con poca cosa. Felices buscándose la vida cada día, porque cada día era uno diferente. Y eso les flipaba.

Habían pasado ya dos años desde que salieron huyendo del pueblo. Desde que Jimin dejó toda su vida atrás y cometió esta locura junto con el amor de su vida.

Al año decidieron casarse. En realidad fue Jimin quien tomó el primer paso. Fue en un viaje a Bali, cerca de la playa, ni siquiera se esperaron y ahí mismo se casaron. No necesitaban más.

Jimin volteó suavemente a Elisa para acariciar su cara y su largo pelo. Elisa se veía más saludable que nunca, hacía ejercicio e intentaba llevar un vida más sana. Se veía increíble y más enérgica que nunca. Jimin igual, descansar un poco del trabajo del campo le sentó bien. Aunque extrañaba muchas veces sus animales, sabía que algún día volvería. La miró con amor, como todos los días y acortó la distancia para besarla. Se amaban tanto que no se imaginaban ni un futuro separados.

- ¡Hey! - gritó Jungkook haciendo que se separaran de un salto.

- Siempre están igual... - murmuró Sarah que acompañaba a Jungkook por aquella playa. Elisa sonrió al ver a sus amigos quienes habían decidido visitarlos por unos días.

- ¡Al fin despertáis! - expresó Jimin - La fiesta de anoche tampoco fue para tanto... - Elisa rodó los ojos.

- Bueno... Sarah no puede decir lo mismo - dijo Jungkook por lo bajo. - Se tuvo que emborrachar para olvidar que le pedí la mano... - se llevó un golpe de parte de ella mientras se veía algo ofendida.

- ¿Estas tonto? - le preguntó ella mientras Jungkook se reía gracioso. Claramente ella le había aceptado. Se iban a casar.

Caminaron un poco más sintiendo el agua mojar sus pies, era una sensación muy relajante. Jungkook y Sarah seguían molestándose el uno al otro, siempre estaban igual pero también eran inseparables. Elisa estaba orgullosa de ellos y los amaba un montón.

Jimin le compartió una de esas sonrisas que le aceleraban el corazón y se preguntó cómo podía amarlo tanto. Era su mejor amigo, su familia, el amor de su vida. Era lo mejor que le había pasado.

- ¿Ya te dije hoy que te amo? - le preguntó Elisa y Jimin se estremeció por su inesperada intervención.

- Sí... - se quedó pensativo - Me lo dijiste en cuanto te despertaste.

- Bueno, te lo repito por si se te olvida... - Jimin se carcajeó y tomó a Elisa en brazos para darle un beso fugaz en sus labios.

- Yo también te amo - contestó él cerca de sus labios.

- ¿Por qué esos dos son tan cursis? - preguntó Sarah con una clara cara de asco.

- Tú también eres así conmigo, no te quejes... - le susurró Jungkook con un codazo y Sarah rodó los ojos.

Elisa recordaba a su familia con frecuencia, de hecho, al menos una vez por semana se ponía en contacto con ellos para saber cómo les estaba yendo. Por lo general, todo estaba bien. Sunyee había conseguido separarse de su marido, no tuvo mucha dificultad, algo que todos agradecieron. Al poco tiempo tuvo una niña muy bonita. Elisa se emocionó al verla en fotos. Estaba deseando volver para poder ver a su sobrina.

Volverían, aún no sabían cuándo, pero lo harían. No querían tenerlo todo controlado, pero sí que les emocionaba la idea de verse en una casa propia y... algún que otro hijo merodeando y liándola parda.

De momento seguirían viviendo el presente, juntos para ser más fuerte que nunca y superando todo tipo de barreras que la vida a veces te pone en el camino. Sin miedo y creando recuerdos para el día de mañana se vean juntos rememorando grandes momentos como los que estaban viviendo.

Elisa y Jimin habían encontrado el sentido de la vida.

Habían aprendido a vivir.



Gracias.

Gracias de todo corazón por apoyar esta historia.

Ojalá nos volvamos a leer pronto. De momento, no puedo asegurar nada y voy descansar un poco mi cabeza para no quemarme.

Finalmente me despido de Punto y Aparte, una historia de la que he puesto mucho amor al escribirla y de la que me siento muy orgullosa de que haya conseguido terminarla.

A todos los que me habéis apoyado y todos los comentarios que en cada capitulo habéis compartido... muchiiiisimas gracias. De verdad, sin vuestro apoyo no habría sido capaz de terminarla. Amé todos vuestros comentarios, no os imagináis cómo me emocionaba al recibir las notificaciones...

Y ahora sí, ya no habrán más partes... :(

Así que, solo me queda decir que...

Nos veremos en algún futuro...

Cuidaros mucho y un besito muy grande.

Atentamente,

Alice. (kookainex)

08/12/2022

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