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№34 - El tiempo se acaba

Elisa

Jimin no dudó y acortó la poca distancia atrapando mis labios con los suyos. Nos fundimos en un beso lento, saboreando sus labios, sin prisas... Estos sabían a sal y no sé por qué pero me encantaban. Por otro lado, mi cuerpo reaccionaba con tan solo su tacto, se me erizaba la piel cuando sentía sus manos en mi espalda desnuda y me acercaba más a él. Nuestras lenguas jugaban entre ellas y ladeé la cabeza para que pudiera profundizar más. Poco a poco una electricidad invadió mi cuerpo. Rodeé mis brazos en su cuello pues no quería separarlo de mí y al parecer Jimin tampoco tenía la intención.

Estábamos solos en esa preciosa playa. El sonido de las olas rompiendo en la orilla y el canto de algunas aves volando por el cielo es lo único que se podía escuchar.

Cuando se separó para coger aire me miraba con una mirada que no sabía cómo describirla. Me relamí los labios, estaba muy nerviosa por lo que acababa de ocurrir.

- ¿Vas arrepentirte? - pregunté mirándole apenada y preparada para llevarme el disgusto. En cambio, este negó con la cabeza mientras apartaba mis pelos de mi cara. Nadie me había mirado así... con tanto amor.

- No, esta vez, no.

Mi corazón ya latía como loco desde hacía tiempo, pero aquella respuesta provocó un vuelco en él.

No se iba a ir.

Al menos esa noche, no.

Sus labios eran muy adictivos y la forma en la que me besaba me provocaba muchas sensaciones que jamás antes había experimentado. Estos encajaban a la perfección con los míos y cada segundo que pasaba se me nublaba más la mente. El tiempo pasaba y poco a poco empezaba a desear sentirlo cada vez más, sobretodo cuando la temperatura de nuestros cuerpos empezó a subir considerablemente.

Comencé a bajar mis labios por su cuello y sonreí contra su piel al verlo como reaccionaba. Su respiración, su piel, sus manos tensándose contra mi espalda, todo él estaba reaccionando por mis besos. Su perfecta piel sabía a sal por el agua.

Jimin maldijo entredientes cuando me concentré en su cuello y al poco empecé a notar un bulto en mi muslo.

- Me estas volviendo loco - musitó cerca de mi oido mientras yo seguía dejando besos por su cuerpo y sonreí orgullosa de lo que le estaba provocando. El ambiente se estaba caldeando muy rápido. De repente fue él quien atacó mi cuello y se me erizó la piel nada más sentir sus carnosos labios en mi nuca. Jadeé inconscientemente.

El calor me iba a matar, sentía mi cara muy roja y un cosquilleo en la parte baja de mi estómago. Jimin dejó mi cuello para mirarme a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas y brillaban. Echó para atrás mi cabello mientras yo sentía mis manos temblar, no del frío, el agua estaba perfecta, si no de la excitación que estaba sintiendo.

De repente Jimin levantó y me ayudó a ponerme de pie. Le miré confusa. No entendía que pasaba ahora.

¿Ya habíamos acabado? Justo cuando empezaba lo mejor...

Me tomó de la mano y me sacó del agua encaminándose a la camioneta. La arena se metía entre los dedos de los pies y ya apenas quedaba algo de luz natural. Me fijé en su mano entrelazada con la mía y me encantó como me llevaba tan decidido. Desde mi lugar pude observar su impresionante cuerpo. Me entraban muchos calores si seguía mirándole.

Me sorprendió cuando me giró con un leve tirón y me acorraló detrás de su camioneta. Vi su sonrisa picara y no pude evitar sonreír igual. Pues esto solamente había sido el principio.

Me sentó en la parte de atrás tomando mis muslos, se puso entre mis piernas y tomó mi cuello para juntar sus labios con los míos en un frenético beso y mucho, mucho más apasionado que el que nos habíamos dado antes. No sabía dónde poner mis manos, su cuerpo me estaba volviendo loca. Fui bajando por su pecho trabajado hasta que llegué a su abultado bóxer. Jimin gruñó contra mis labios y los mordió levemente.

- Dios, Elisa. Vas hacer que pierda el control - expresó con una sonrisa y solté una carcajada mientras acariciaba su rostro. Luego me tumbó con lentitud mientras se posicionaba encima de mi sin aplastarme. Sus manos recorrieron mi cuerpo de arribabajo, acariciando mis piernas hasta llegar a mi vientre. Me empezaba a molestar el sujetador cuando le di permiso de que acariciara mis pechos.

Jimin parecía que no quería pasarse de la raya. No quería incomodarme, pero él no me incomodaba en absoluto.

- Jimin - balbuceé entre jadeos cuando besaba cada rincón de mi cuerpo. Este emitió un 'hmm?' y se separó para mirarme. Me incorporé un poco y le tomé el rostro- Te deseo y mucho.

- Yo también. No puedo más.

Lo volví a besar y ahora fui yo la que se puso encima de él. Sus manos fueron al cierre de mi sujetador y, peleándose un rato con él, finalmente logró sacarlo. Nos reímos un poco y sus manos fueron a mis pechos para acariciarlos con cuidado. Poco a poco fue bajando a mi zona intima y sus caricias me provocaron jadeos y un cúmulo de sensaciones. Me temblaba el cuerpo y cada vez pedía más.

No creía que duraría mucho si seguía jugando en mi feminidad. A los pocos minutos me dejó totalmente desnuda ante sus ojos, que me comían de arribabajo.

- Eres preciosa - susurró acariciando mi cuerpo y observándome. Él sí que era precioso. Le agarré del cuello y lo atraje a mis labios.

Ambos ya habíamos perdido la poca cordura que nos quedaba. Ya lo tenía completamente desnudo y no pude evitar ruborizarme.

- Un segundo - me quité de encima de él y buscó rápidamente entre las cosas que habían en la parte de atrás de su camioneta, su cartera. De ahí sacó un preservativo y mientras se lo colocaba fui dejando besos y más besos por su cuerpo.

La noche ya había caído y la única luz que teníamos era la de la luna que estaba preciosa. Una luna enorme y brillante acompañada de millones de estrellas que llenaban todo el cielo oscuro. Al no haber ni una pizca de contaminación lumínica, se podían contemplar fácilmente.

Jimin me tenía debajo de él y con su mirada me preguntó si estaba lista. Asentí y abrí las piernas para ir sintiendo como entraba en mi con cuidado.

No pensaba en nada, simplemente me dejé llevar.

Lo único que sabía es que jamás podría olvidarme de Jimin.

Se movía con cuidado, repartiendo besos por mi cuerpo para minimizar el dolor mientras me acostumbraba a sentirlo dentro de mí. Mis dedos abrazaban con fuerza su espalda en cada embestida que realizaba. Jadeos empezaban a salir inconscientemente de nuestras bocas. Miradas cómplices, besos robados, caricias, manos entrelazadas, amor.

Deseaba que esa noche fuera eterna.

Me salía su nombre varias veces, pidiéndole más cuando sentía mi cuerpo tener espasmos del placer. Jimin también se veía al límite, cerraba los ojos concentrado en no perder el ritmo en los movimientos. Una fina capa de sudor nos cubría la piel y sentí que no tardaría en llegar al clímax. Ambos íbamos a terminar.

Erguí mi cuerpo a la vez que sentía mil espasmos con el orgasmo que estaba teniendo. Jimin también había llegado. Mi respiración se habían alterado considerablemente y me estaba resultando difícil controlarla a la vez que sentía todo mi cuerpo temblar. Con cuidado se derrumbó a mi lado y nos quedamos en silencio, boca arriba e intentando recomponer todo el aire que nos faltaba.

- Wow - expresé aún ahogada y una sonrisa se formó en mi cara.

El cielo estrellado se veía bellísimo, me sentía como si estuviese volando por él.

Su mano se posó en mi vientre y giré la cabeza para fijar mi mirada con la suya. Seguidamente me acurruqué a su lado y pasó su brazo por mi cadera. No quería separarme de él nunca más. Así quería estar por mucho tiempo. Me acarició la cara y le dediqué una sonrisa de la que me devolvió al instante.

Estaba profundamente enamorada de él.

- Te quiero, Elisa - confesó mirándome a los ojos fijamente. Esas palabras me hicieron muy feliz.

- Yo también te quiero - respondí sincera mientras le acariciaba el rostro y dejé un beso en sus los labios. Jimin me dedicó una sonrisa.

Al rato cogió una de las mantas y la extendió para taparnos con ella ya que empezaba a hacer un poco de fresco. Aunque estar abrazada a él me mantenía en caliente.

Perdí la noción del tiempo que estuvimos ahí abrazados, la cosa es que no quería apartarlo de mi. Miraba el cielo sintiendo su calor corporal. Estaba muy feliz por lo que acabábamos de compartir.

De repente una idea pasó por mi cabeza y giré el rostro para mirarle. Este se sorprendió.

- Jimin, vente conmigo.

- ¿Cómo?

- Huye conmigo. Mañana.

Me parecía una idea maravillosa.

Pero sentí como se tensaba. Me incorporé emocionada.

- Nos vamos a vivir nuevas experiencias, tú y yo, juntos - expresé mirándole feliz pero Jimin me sonrió apenado. Se quedó en silencio. En ese momento borré la sonrisa de mi cara. - Vale... Ya entendí.

- Elisa, yo... lo siento mucho. - sentí como se me rompía el corazón. Era una sensación demoledora.

Giré mi cabeza para no mirarle a los ojos pero seguía escuchándole de fondo.

- No puedo hacerlo...- Su mano tocó mi brazo. Empecé a indignarme. No me parecía justo.

- ¿Por qué tienes que casarte? - pregunté algo alterada y volví a mirarle - Le has engañado, realmente no la amas, no quieres nada de esa mujer ¿Por qué vas a casarte con ella?

- Debo hacerlo...

- ¿Debes hacerlo? - chasqueé la lengua y miré mi alrededor molesta - No lo entiendo, Jimin.

Se incorporó y me tomó de la cara aunque no quería mirarlo. Se veía muy triste.

- Me encantaría huir contigo. Me encantaría compartir más momentos como el que acabamos de compartir. Me encantaría estar siempre a tu lado...

- ¿Pero...? - estaba muy molesta.

- Pero no puedo... - dijo con un suspiro - Tengo que casarme, aunque jamás llegue a ser feliz pero no puedo fallar a mi familia.

- ¿A tu familia? - asintió con la cabeza - Tu familia lo que va a querer es que seas feliz, no que te amargues la vida porque sí...

- Es más complicado de lo que parece...

Negué con la cabeza. No lo entendía pero el tiempo se nos estaba acabando.

- ¿Y cómo quieres que me sienta yo al respecto? - le recriminé - Sentimos lo mismo y aun así te vas a casar con una persona que no amas. ¿Y yo qué? ¿De verdad me quieres que tan fácilmente me vas a echar de tu vida? No es justo, Jimin.

Jimin me miró callado quizás reflexionando pero me molestaba mucho que no hiciera nada al respecto. Seguí hablando para terminar ya esta conversación.

- En fin... Ojalá algún día puedas ser feliz. Ojalá tengas la valentía de sobreponerte antes que a los demás.

- No puedo. Me da miedo.

- Algún día. Ojalá algún día puedas, tal y como yo hice - aparté su mano de mi rostro lentamente. Me levanté apartando la manta y fui a buscar mi ropa desparramada por toda la playa. Jimin se quedó solo en la parte de atrás de la camioneta.

Se acabó.

Tendría que ir haciéndome la idea de olvidarme de todos estos sentimientos.

Ya solo quedaban unas horas para marcharme....

Y para siempre.

...♡...

vaya montaña rusa de emociones

omg... al fin llegó una parte muy esperada pero no os podéis imaginar como me ha costado escribirla. No se me da muy bien escribir este tipo de situaciones +18. Me da mucha vergu y.y JAJAJA

aún así, espero que haya sido de vuestro agrado 7u7r

y una cosa...

IMPORTANTIIIIIISIMA

¡¡¡¡¡QUE ESTE ES EL PENÚLTIMO CAPITULOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

grito mucho

Muchísimas gracias a todos por leer, os adoro mucho <3 Me habéis dado mucha motivación para escribir, habéis apoyado siempre capitulo tras capitulo y la verdad es que me hacíais MUUUUY feliz. Parece que ya estoy despidiéndome pero bueno, nunca esta demás agradeceros por el apoyo que le dais a la historia y a mi <3

Nos veremos en el último capítulo

(aunque también habrá epilogo) :P

Byeee♡

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