№22 - Sorpresa
Jimin
Me encontraba tranquilamente barriendo el suelo de la entrada cuando escuché la puerta abrirse y ver la furgoneta entrar. Reconocí a mi hermana dentro de él conduciendo y ahí ya me pareció extraño... ¿Dónde estaba Elisa si había ido con ella...?
La escoba se me cayó de las manos cuando visualicé aquel coche entrando detrás de la furgoneta. Me puse de los nervios y sentí un calor sofocante invadir mi cuerpo entero. Sabía que se me iba a caer el pelo en los próximos minutos. Ramen salió corriendo a dar la bienvenida a las chicas, aquello iba a retrasarla un poco en llegar a mí. Aproveché para meterme dentro de casa e ir directo a mi cuarto para encerrarme. Sabía que Elisa vendría directo a mí nada más salir del coche.
Iba hacerme el loco, me tiré en la cama y me puse a disimular como si viera la televisión pero esta estaba apagada. Ni siquiera me dio tiempo a encenderla cuando Elisa abrió la puerta de mi cuarto.
- ¡Qué susto, Elisa! - solté y sentí un escalofrió cuando vi su expresión claramente molesta y cabreada. - Eh... ¿Hola? ¿Algo que tengas que decirme...? - me incorporé de la cama aun fingiendo que no sabía nada.
- Mira - levantó su mano enseñándome las llaves de su coche. Justo en ese momento se escuchó un estruendo fuera de la casa. Estaba empezando a llover fuertemente y aquel ruido que me sobresaltó fue un trueno.
-¡Oh! ¿Ya está arreglado? Qué bie- fingí emoción pero ella me interrumpió.
- Lo sabías desde hace dos semanas, Jimin...
- Eh... Yo no - se puso de brazos cruzados y me levanté de la cama soltando un suspiro rendido.
- ¿En serio no me lo vas a decir?
- Ahh - me pasé las manos desesperadamente por el pelo - Sí, es cierto. Lo sabía y te lo oculté.
- ¿Por qué hiciste eso?
- Porque sí. - me moví de un lado a otro, me sentía acorralado. No quería decirle la verdadera razón. Incluso el pensamiento de huir por la ventana pasó por mi cabeza, aunque probablemente me matase. Elisa se veía entre molesta y confusa.
- ¡Jimin!
- ¡No quería que te fueras tan pronto! - exploté soltándole la verdad. Me agotó mucho la situación, todo me estaba superando. Había perdido totalmente el juicio. El lio que tenía en la cabeza era imposible de resolver.
Me senté en el filo de la cama y me tapé la cara con mis manos. Estaba avergonzado por todo lo que estaba ocurriendo. Jamás había imaginado que fuera ser capaz de hacerle algo así a Miyeon.
- ¿Jimin? - suavizó la voz y relajó sus brazos. No se le veía tan a la defensiva. Había estado evitando su mirada pero al verla más receptiva fijé mi mirada con la suya. Se acercó hacia a mí, se sentó a mi lado y sentí mi corazón dar un vuelco cuando puso su mano encima de la mía- No puedo quedarme aquí.
- Ya.
- No puedo. En menos de una semana te vas a casar... Tengo que irme, y lo sabes perfectamente...
- Lo sé, de verdad que lo sé - al tenerla tan cerca no hacia falta hablar con un noto alto. Me fijé en sus ojos, estos se veían tristes. - Yo solo quería tenerte más tiempo a mi lado...
Quería llorar, de verdad, no podía más con esta situación. Jamás en mi vida me había sentido así con alguien y ese pensamiento me carcomía por dentro. Pues Miyeon no se merecía esto, la estaba traicionando e iba a romper su pobre corazón.
Elisa suspiró apenada y me mostró una sonrisa triste. Luego soltó mi mano para ponerse de pie e irse pero yo se lo impedí. Me levanté para detenerla.
- Te quiero Elisa.
Ella me daba la espalda y sabía muy bien que esto no se lo esperaba en absoluto. Se giró mirándome con una expresión de espanto absoluto. Empezó a balbucear y su respiración se aceleró.
- ¿Q-que has dicho? - consiguió articular aunque no daba crédito alguno.
- Eso, que te quiero - repetí y ella negó repetidas veces la cabeza.
- No, Jimin, eso no puede ser posible... - negaba aún mientras intentaba alejarse de mí. - ¿Y qué pasa con Miyeon?
Elisa se veía apunto de colapsar, yo estaba igual.
Me estaba costando hasta respirar, en ese instante solamente quería desaparecer de la faz de la tierra.
- No puede ser posible, pero... pero es lo que siento. Aunque este mandando a la mierda una relación de 5 años y de la que estoy apunto de casarme, es lo que puto siento, Elisa- dije lo último con rabia porque me estaba volviendo loco.
Elisa se pasó las manos por la cara mirándome espantada.
- Listo, mañana por la mañana me marcho - anunció dándose la vuelta tratando de irse de ahí pero la volví a detener haciendo que se volteara.
- ¿¡Mañana!? ¿Y a dónde te vas a ir?
- No sé... - respondió mientras yo seguía interrogandola desesperadamente.
- Si no tienes otro sitio...
- No sé...
- ¿Y qué harás tú sola?
- ¡Jimin! ¡No lo sé! ¡Ya me las apañaré! Eso no me importa - habló nerviosa mientras yo la miraba a los ojos y ella evitaba hacer contacto fijo - Lo único que sé es que voy arruinar tu vida si me quedo aquí más tiempo.
- ¿Arruinar? ¿Qué estás diciendo?
- La verdad.
Yo estaba flipando. Iba a reprocharle pero...
- ¡ELISA! - la voz de mi madre la hizo sobresaltar y de inmediato nos quedamos en silencio. Elisa reaccionó muy nerviosa cuando la puerta se abrió, yo bufé, siempre nos estaban interrumpiendo. Nunca teníamos ni un momento para aclarar las cosas. - ¡Elisa! Te estaba buscando - decía ella con una sonrisa en la cara. Algo bueno venía anunciarle.
- ¿Q-Qué pasa? - tartamudeaba aún nerviosa por lo último ocurrido. Yo estaba disimulándolo muy bien pero estaba igual o peor que ella.
- Alguien te busca en la entrada - anunció mi madre intentando guardarse una sonrisilla. Aquello la confundió muchísimo y salimos todos juntos del cuarto.
Era increíble todo el ruido de gente que se escuchaba proveniente de la entrada hasta el segundo piso.
- ¿Pero qué...? - masculló Elisa bajando por las escaleras. Yo no entendía nada, hasta que los vimos ahí. Elisa se quedó completamente estática viendo a toda esa gente que le esperaba en la puerta.
- ¡Elisa! - gritó una señora mayor junto con un señor y a su lado estaban dos chicas más acompañados por unos niños, supongo que eran sus hijos, que no paraban de hacer trastadas en la entrada de nuestra casa.
- ¿Qué... qué hacéis todos aquí? - preguntó Elisa y me sorprendió lo seria que se había puesto. Notaba su incomodidad y molestia, tampoco trataba de ocultarlo. Esta sorpresa no le había gustado en absoluto.
Llegué a la conclusión de quiénes eran esos desconocidos.
Era su familia que finalmente habían logrado localizarla.
...
¡Hooooola! :)
Cuanto tiempo... He estado muy liada, hace unas tres semanas que me trasladé a otra ciudad lejitos de mi casa y nada, estoy adaptándome poco a poco a mis nuevas responsabilidades de vida adulta. Por ahora, todo super bien, estoy muy contenta ^-^
Me ha costado un pelín escribir este capitulo más que nada porque no sabía muy bien cómo desarrollar todo este lío que hay montado pero bueno, espero que os haya gustado y que esperéis con ansias el próximo capitulo.
Muchas gracias <3
Nos vemos y cuidaros mucho.
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