Elisa

Han pasado dos semanas desde que llegué aquí y puedo jurar que han sido las dos mejores semanas de mi vida. Me pasé las mañanas trabajando junto con la familia de Jimin, cada día se hacían tareas diferentes por lo tanto no había ningún momento en el que me aburría. Además, trabajar con Jimin era divertido, él siempre lo hacía todo más ameno y gracioso. Tenía mucha paciencia conmigo y me enseñaba muchas cosas. Luego por la tarde salíamos a divertirnos, quedábamos con Jungkook y con Sarah para hacer diferentes actividades. Algunos días íbamos al bar de la plaza a tomar algo y hablar de la vida, otras veces íbamos a la casa de Sarah y hacíamos maratón de películas.

Por cierto, Sarah me cortó un poco el pelo, ahora lo llevaba por los hombros. Como ella quería practicar me ofrecí como voluntaria y sinceramente me lo dejó muy bonito. Todos me decían que me quedaba muy bien. Además, para el verano era lo mejor, así no pasaba tanto calor.

Mi relación con Sarah y Jungkook cada día mejoraba. Me llevaba extremadamente bien con Sarah, era muy divertida y sus ideas locas me hacían mucha gracia. Su última idea fue ir a dar todos un paseo con bicicletas, yo nunca había montado en una pero todos me enseñaron y se rieron mucho de mí. Hasta me grabaron mientras se cachondeaban .

Juro que me sentía como una adolescente.

También había pasado algo de tiempo con Suni que había estado muy estresada por los últimos exámenes que tenía. Le había ayudado un poco, simplemente me sentaba a su lado y le hacía repetir y que me explicara el temario con sus palabras. Me agradeció mucho por la ayuda, al parecer le fueron bien los exámenes.

Era sábado por la mañana, los fines de semanas al parecer tenía libre, eso me dijo Jiyu. Según ella había trabajado demasiado y me merecía un descanso. Así que, aproveché para dormir hasta tarde.

Estaba en mi cama y las sabanas ya empezaban a sobrar por el calor que hacía por las noches. Así que me encontraba durmiendo con una pierna fuera de la sabana. Desde que llegué aquí descansaba super bien.

En ese momento me encontraba soñando, en él estaba en el exterior de la casa, disfrutando del día tan bonito que hacía. Me sentía en paz y muy tranquila. De repente me dio por ir al establo y vi a Jimin en él. Verlo ahí me hizo ponerme muy feliz y no podía dejar de sonreír mientras me acercaba a él. Cuando me escuchó llegar él se giró y vi que llevaba la camisa desabrochada dejándome ver su pecho. Se sorprendió al verme pero decidido se acercó a mí y sin que me lo esperase, tomó mi cadera y cortó la poca distancia que teníamos pegando sus labios con los míos.

Aunque no me lo esperaba, al parecer no podía separarme de él, sus labios son muy adictivos y le correspondí totalmente. Cada vez el beso iba cogiendo más intensidad y sentía que ardía por dentro. Sus manos tocaban mi cuerpo de arribabajo y yo ni siquiera podía pensar. Solo pensaba que vaya maravilla de beso.

Quería profundizar más y un poco más y un poco más...

El sonido de mi teléfono me despertó de un golpe y literalmente salté de la cama espantada por el tono y... por aquel sueño que acababa de tener.

- Dios mío, Elisa - me dije a mi misma dándome cuenta de lo ocurrido.

Me limpié el sudor de mi cara y tomé, con mi manos aún temblorosas, el móvil de mi mesita. Casi nunca lo utilizaba, a veces ni lo sacaba de casa. No me interesaba nada más fuera de este pueblo.

''Sunyee''

Mi hermana me estaba llamando. Pensaba que ya se habían rendido. Después de dos semanas y aun intentaban ponerse en contacto conmigo. Increíble.

No lo cogí, así que volví a tumbarme en la cama pero aún estaba muy nerviosa por el sueño que había tenido. Lo había sentido muy real y podía jurar hasta aún lo sentía. Iba a cerrar los ojos otra vez pero volví a escuchar mi móvil sonar, esta vez Sunyee estaba acribillándome a mensajes.

Sunyee: Elisa

Sunyee: Contéstame, por favor. 🥺

Sunyee: Hace mucho que no sabemos de ti ¿Estas bien? ¿Dónde estas?

Sunyee: Háblame, por favor.

Bufé muy cansada y decidí devolverle la llamada y ponerle fin a esto de una vez.

- Ay, Elisa, me llamaste... - dijo ella sintiéndose aliviada.

- No quiero hablar con vosotros. Dejad de acosarme a llamadas y mensajes.

- Escúchame Elisa, por favor. - se le escuchaba con un hilo de voz.

- No, yo ya no existo para vosotros. Creo que lo dejé bien claro ese día. Si no, ya te lo he vuelto a repetir.

- Si yo te entiendo, Elisa. Por favor, dime donde estas, iré a por ti y hablamos tranquilamente.

- No, no me entiendes y al parecer nunca lo hiciste. Nunca pareció importarte nada sobre mí así que ahora no lo intentes porque no voy a cambiar de opinión.

- Elisa... Estamos todos muy arrepentidos, queremos verte...

- Tarde - hablé seria - No vuelvas a llamarme.

- Elis- le colgué.

Suspiré y dejé el móvil encima de la mesita con mala gana. Me agotaba tener que enfrentarme a algo del pasado.

- ¿Puedes por favor escucharme en vez de interrumpirme todo el maldito rato? - escuché a Jimin vociferar fuera de la casa y me sorprendí. Me asomé discretamente por la ventana y lo vi junto con Miyeon.

- Llevo toda la semana pidiéndote que vengas conmigo a ver las casas y has estado pasando de mi. Todo por estar con tus amiguitos.

- Eso no es cierto, cuando querías ir tenía que trabajar - habló él molesto.

- Argh, Jimin ¿Podrías concentrarte en lo que importa ahora mismo? - bufó Miyeon cansada.

- Miyeon, por Dios. Acabamos de ir a ver una casa y porque la elegí yo, ya ni te gusta. Llevo meses buscando y nada, todo mal.

- No. Me. Gustan. - dijo ella con los brazos cruzados. Me sorprendía ver a Miyeon hablar así porque las veces que había coincidido con ella era todo lo contrario a lo que estaba viendo ahora mismo. Parecía más simpática y no tan mandona y egoísta. Estaba flipando.

- ¿Podrías por una vez en tu vida hacer algo por mi como mudarnos a la ciudad? ¿De verdad tanto te cuesta? - le soltó Miyeon. Abrí la boca anonadada. Qué fuerte.

- ¿A que viene ese chantaje de mierda? Yo he hecho muchas cosas por ti, Miyeon. No me vengas ahora como victima.

- ¡A mi no me hables así! - gritó Miyeon perdiendo los nervios.- Estoy muy harta de esta conversación.

- ¿Y yo no? Miyeon, ya te lo he explicado ¿Por qué no lo puedes entender? Te estoy pidiendo un poco de comprensión.

- No lo entiendo, no puedo entender como te puede gustar vivir en este aburrido pueblo.

- Vale, suficiente. Es imposible hablar contigo - bufó Jimin muy molesto y le dio la espalda- Paso.

-Muy bien... Muy bien. Así solucionamos las cosas ¿no?

- Miyeon... - dijo él frustrado antes de alejarse de ella - Vamos a dejar el tema aquí, por el bien de ambos.

- ¿Sabes qué? - Miyeon esperó que Jimin respondiese.

- ¿Qué? - dijo muy seco y con cara de estar harto de todo.

- Que me voy a la capital a mirar las casas que más me han interesado. Me acompañes o no, me marcho por unos días. - Jimin soltó una risa sarcástica.

- Pues que te vaya bien... Ya me dirás donde viviremos - dijo él sarcástico y Miyeon chasqueó con la lengua mientras le fulminaba con la mirada.

- Me voy. - declaró ella indignada alejándose de él.

- Adiós.

Miyeon se fue de ahí y, yo aún escondida en mi cuarto, observé a Jimin dejarse caer en una silla de la terraza. Escondía su cara detrás de su mano, seguramente frustrado y muy enfadado por esa última conversación. Eso había sido muy fuerte.

No sé si hice lo correcto pero fui a él.

- ¿Estas bien? - le pregunté y él se sorprendió por mi presencia.

- Oh, hola Elisa - me saludó e intentó mostrarse igual de amigable como siempre pero aún así se notaba que no estaba bien. Me senté en la silla que tenía al lado. - Estoy bien, gracias y tú ¿Cómo dormiste hoy?

- Perdón Jimin... Es que logré escuchar un poco de lo que te ha pasado con Miyeon...

Soltó un suspiro.

- Perdón, hemos gritado mucho... Pero no puedo, en serio... - soltó él - Me saca de quicio. Habíamos ido a ver una casa a un pueblo cercano de aquí, tenía un buen precio, dos pisos con 3 habitaciones y 2 baños, jardín grande... Dios, era perfecta y aún así, no le parecía bien. Te juro que ya no sé qué hacer y mira, intenté hablar con ella y así hemos acabado. Peleados.

- Vaya... Qué mal...

- Un poco pero bueno... - me mostró una sonrisa para no preocuparme - Cambiemos de tema, que me da mucho dolor de cabeza... ¿Sabes qué pasa hoy, no?

Asentí con la cabeza mostrándole una sonrisa amplia. Estaba ansiosa de que llegase este día desde que Sarah y él me lo anunciaron.

- Hoy son las fiestas del pueblo por el comienzo del verano - habló él.

- Qué emoción, Jimin. -

- Y tanto. Son los mejores días del año. Ya verás que bien nos lo vamos a pasar -se puso de pie y se estiró un poco- Bueno, hoy es nuestro día libre, vamos aprovechar un poco ¿no? - dijo con una sonrisa cómplice y yo asentí con la cabeza, sabía lo que quería hacer. Ya lo habíamos estado haciendo días anteriores y se había vuelto en una actividad muy divertida y especial para nosotros.

- ¿Paseo con los caballos? - propuse levantándome de la silla y este sonrió plenamente, muy feliz.

- Vamos ¿Una carrera hasta el establo? - propuso poniéndose a mi lado retándome.

- ¿Y qué hay de premio? - pregunté con una sonrisa.

- Ah... No sé, ya veremos.

- Espero que valga la pena porque te voy a ganar - dicho eso salí corriendo hacia el establo.

- ¡Tramposa! - gritó él detrás de mí corriendo y yo me carcajeaba fuertemente.

Gané.

- Espero mi premio - le dije enseñándole la lengua y él negaba con la cabeza.

- Qué tramposa y boba eres - me desordenó el pelo, creo que ya se había acostumbrado hacerlo y yo ya ni me quejaba, de hecho, me gustaba - Ya pensaré en el premio. Aunque no te lo mereces.

...♡...

bien intensito este capitulo

me reí mucho escribiendo la parte del sueño

pobre elisa

en fin, espero que os haya gustado mucho, no sé cómo lo hago para tener tiempo y escribir porque me la paso trabajando todo el día

imagino que es porque estoy muy inspirada y motivada, así que espero seguir así por mucho tiempo (diosito te rezo kada noxe)

jsjsjsjs muchas gracias por seguir aquí y leer

nos vemos! <3