Parte 9 ~ Lágrimas carmesí
Melissa empujo al monstruo como pudo y corrió dentro del edificio, justo al lado opuesto del pasillo había unas estrechas escaleras que subían, al final de ellas Harper y Cassidy la esperaban dándole ánimos para que corriera más rápido, pero ella estaba demasiado cansada y daba zancadas lentas.
El monstruo en cambio corría tras ella a toda velocidad, Harper tensó su arco tan rápido como pudo y clavó una flecha justo en el cuello del monstruo.
El monstruo empezó a toser descontrolado, trastabillo y rodó por las escaleras.
Melissa siguió subiendo con todas sus fuerzas y se aproximarón a una sala de máquinas, justo encima de la sala de máquinas estaba un cuerpo, los ojos le brillaban y parecía que cada ojo proyectaba un número.
La sala de máquinas tenía dos puertas, una de ellas llevaba hacía un laboratorio lleno de tubos de ensayo catalogados con pequeñas etiquetas y el otro era un cuarto lleno de varillas de metal, parecían conductores, pero ¿De que?
Cassidy tomo una barra de metal y la uso para trabar la puerta tras ellos mientras forcejeaban con el monstruo para evitar que entrara.
—¡Aléjate, monstruo! —dijo Cassidy gimoteando.
—Tengo nombre, idiota —respondió el monstruo.
—Para lo que me importa —dijo Harper mientras apuntaba una flecha a su rostro.
El monstruo vaciló antes de soltar la puerta para evitar su ataque.
—Bien hecho —felicitó Cassidy.
—¿Cuál es el plan? —los interrumpío Melissa.
—No se exactamente para que sirve está maquina, pero —señalo una antena en el techo a través del ventanal que daba a la sala de las varas—, es un conductor de ondas, puedo activarlo y así atraerá una nube de tormenta, y tomara la energía de los rayos que salgan de ella y así podremos...
—...Freírlo —aventuró Melissa.
—Asi es, pero necesito un rato para encenderlo y aun no sabemos si funciona.
—El monstruo está fuera, apresurate.
Sus palabras parecieron un embrujo, las puertas empezaron a retumbar con gran fuerza, por el pequeño vidrio situado al medio de la puerta se podía observar al monstruo intentando derribarla.
—¡Charlotte va a matarlos a todos! —hizo una pausa y miro por el cristal—, excepto a ti pequeño Harper, serás un buen recipiente mientras estés vivo.
Harper tomo una expresión repulsiva y se abstuvo de seguir mirando, ya no tenía flechas para retenerlo.
Cassidy pareció recordar algo y se volvió hacia el monstruo.
—¿Hablas de ti mismo en tercera persona? —bromeo entre risas.
—¡Misma! Misma —dejo de golpear— soy chica.
Charlotte meneo la cabeza y continuo su tarea.
Melissa no dudo en entrar al laboratorio y buscar algo útil.
La vara de metal que manténia la puerta cerrada empezaba a ceder y la desesperación empezaba a reinar.
Harper apego su espalda a la pared más lejana a la puerta.
—¿Cómo vas?
Cassidy levantó un dedo y siguió tocando y jugando con la consola de controles.
La puerta finalmente cedió, Charlotte entro iracunda y lo primero que vio fue lo que más deseaba, Harper.
Este palidecia horrorizado, se había quedado sin flechas.
Melissa corrió desde el laboratorio con una botella de un líquido verde burbujeante etiquetado y lo lanzo a los pies del monstruo entre Harper y el.
Apenas voló unos segundos frente a el pero pudo leer perfectamente la etiqueta "FALCON" la botella estalló con fuerza en el piso y salpicó a todos del líquido.
Un poco del líquido entro en la herida en la espalda de Harper y este cayó y empezó a retorcerse de dolor.
Melissa observo a Harper.
—Lo siento —masculló.
Harper le dirigió una mirada ufuscada mientras sostenía su herida, los ojos de Harper se colorearon de un rojo claro mientras se retorcía en el piso.
Charlotte tomo a Harper del cuello y lo levanto.
—Seras mío —susurro entre dientes.
Harper intentaba horrorizado, no quería ser "suyo"
Melissa arremetió contra Charlotte con un placaje y este cayó unos centímetros tras ellos.
—Listo —Cassidy se volvió hacia la pelea—, encierrenlo dentro de la sala.
Charlotte miro la sala y les dirigió una sonrisa confiada.
—Eso no va a funcionar, no podrán mantenerme allí dentro el tiempo suficiente.
—Ya veremos.
Melissa tomo una vara de metal y corrió hacia el monstruo, este se limitaba a esquivar los ataques y retroceder con una molesta sonrisa en el rostro.
Charlotte creía que había ganado la pelea, ellos estaban encerrados y no podrían encerrarla con ellos. Detrás de Charlotte se alzó una sombra, Harper se lanzó sobre Charlotte tirándola al suelo.
Melissa aprovecho la oportunidad y entre ambos cargaron el cuerpo a rastras a la sala, este giraba y pataleaba intentando librarse.
Harper gemía e intentaba mantenerse en pie, sus ojos se tornaron de un color diferente, pasaron de ser castaños a ser negros y cada vez estaban más inyectados en sangre.
Lanzaron el cuerpo dentro de la sala y cerraron la puerta, se mantuvieron apoyados en ella intentado que Charlotte no saliera, la puerta retumbaba con fuerza y Harper apenas podía mantenerse en pie.
—¡Necesito unos segundos! —chillo Cassidy.
Justo en ese momento Harper cayó al suelo, sus ojos estaban totalmente llenos de sangre y empezaban a soltar lágrimas de sangre igualmente. Ya no gritaba ni gemía, su respiración estaba entrecortada y parecía que cada vez le costaba más, palidecia y temblaba.
Charlotte dejo de dar tumbos a la puerta y se dirigió al ventanal que separaba los mecanismos de la sala. Una nube de tormenta se empezaba a formar encima del edificio, era densa, como si estuviera apunto de caer un gran rayo.
—Puedo salvarlo —Charlotte miraba el cuerpo y babeaba, como si quisiera comerlo, pero también había tristeza en sus ojos, bueno, en los de Ethan.
Ambos hicieron caso omiso a su propuesta y siguieron con el plan.
Charlotte tomo impulso y derribo la puerta con un placaje, se acercó de un salto al cuerpo de Harper, parecía a punto de morir, tomo la espada de Melissa con su única mano y estuvo apunto de clavarselo a si mismo.
Melissa llegó rápidamente por su espalda y le aplicó una llave inmovilizando sus brazos y lo llevo junto con ella a la sala.
—¡Enciendela! —gritó Melissa soportando la fuerza de Charlotte.
—¡Morirás! —Cassidy estaba al tanto de que ella lo sabría, pero no quería ver a su amiga morir.
Melissa le dirigió una sonrisa. Bajaba un hilo de sangre por la comisura de sus labios.
—No hay honor sin gloria.
Cassidy asintió a través del ventanal, y apretó un botón en el panel. Casi podría jurar que una lágrima salía de su rostro.
La sala empezó a hacer ruidos, estruendosos y el piso temblaba, Melissa cerro sus ojos preparándose. Moriría. Lo sabía.
En ese momento los ruidos cesaron. El estruendo y los temblores se detuvieron.
—¡Mierda! —exclamo Cassidy— el pararrayos principal está dañado.
Charlotte se reía entre dientes intentando liberarse de sus ataduras.
Melissa apretó la mandíbula.
—Puedes repararlo.
Cassidy vaciló un instante.
—Puedo usar mi espada como pararrayos, pero no puedo quedarme y encenderla al mismo tiempo.
Melissa relincho a sabiendas que tendría que hacer todo una vez más.
Pensó un instante. No podía soltar su cuerpo consciente o escaparía... Consciente. La palabra voló por su cerebro unos segundos.
Melissa empujo a Charlotte con fuerza contra la pared, está rebotó y apenas se volvió hacia Melissa está clavó su empuñadura en su coronilla. Charlotte cayó abatida, pero algo le decía que no duraría así mucho tiempo.
Corrió y tomo la espada de Cassidy de su cinto.
Melissa dirigió una mirada a Cassidy que lo dijo todo, como si hablarán mentalmente.
Cassidy asintió y empezó a tocar botones de la máquina nuevamente.
Melissa trepó por varias barras de metal hacia el techo donde había una cúpula de cristal con un agujero en medio donde parecía faltar algo.
Melissa se situó arriba del techo por una abertura a un costado, se subió deslizandose en medio de la cúpula que debía medir dos metros cuadrados —¿O redondos?—, había una placa de metal justo en medio y el centro de la placa estaba destruido y corroído.
Melissa se paró allí tambaleándose con la placa para no caer. Aunque no sirvió de mucho.
La placa cedió ante su peso —y el de la armadura— y la hizo caer a la sala. Pudo sostener su peso apenas sosteniendo de los bordes de la placa rota.
—¡Hazlo! —Melissa hacia esfuerzos por no caer.
Cassidy no respondió, pero en el cielo empezo a arremolinarse más nubes. El aire adquirió un sabor metálico. Melissa pudo notar que se le ponía la piel de gallina.
Estruendosos relámpagos atacaron el cielo, y una única nube de tormenta rondaba el edificio.
Charlotte se levantaba atontada dando tumbos con las manos en su cabeza. Eso de que ahora sí experimentará dolor era divertido.
Melissa colgaba de una mano empuñando con su otra mano la espada, la levantaba difícilmente esperando el rayo ideal.
Finalmente Cassidy balbuceo algo que Melissa no pudo escuchar y un relámpago alcanzo la punta de la espada de Melissa.
El rayo causo un estallido en la punta de la espada y cayó de espalda al suelo.
Melissa cayó mientras el rayo atacaba todo su cuerpo. El rayo rebotó en su pechera y se condujo por todas las barras de metal electrificando toda la sala. El cuerpo de Charlotte apretaba los dientes y todo su cuerpo temblaba, sus ojos parecían querer saltar de sus cuentas.
Melissa golpeó el piso y quedó inmóvil en el, su armadura humeaba y partes de ella parecían haberse derretido.
Una luz roja manchaba la habitación, y los rayos que retumbaban en la sala se volvian mas poderosos. El panel de controles emanaba humo hasta que estalló golpeando a Cassidy contra el muro más cercano dejándolo inconsciente y apagando los rayos.
El cuerpo de Ethan permanecía inmóvil en el suelo, no parecía poder moverse, pero sus órbitas se voltearon y su cuerpo dejo de retorcerse.
Un velo negro parecido al que vieron al decapitar al anciano abandono el cuerpo de Ethan y sobrevoló la sala sin inmutarse a los rayos.
El velo negro empezó a dar vueltas y a sobrevolar la habitación. Melissa estaba totalmente inmóvil, e indefensa.
Melissa estaba aturdida, observando el velo solo pudo imaginar que aprovecharía y tomaría su cuerpo, no pudo lamentarse lo suficiente por haber fallado, pero no había nada más por hacer. Moriría dentro de poco tiempo y la criatura posiblemente tomaría su cuerpo y formaría el caos en la ciudad.
El velo esta vez era diferente, más que un velo parecían brasas de un color negro, dio unas vueltas por la habitación, Melissa por un momento creyó que tomaría su cuerpo, estaba totalmente inmóvil, a punto de morir por la fuerza del rayo.
Pero el velo se dirigió fuera de la sala y dio unas vueltas sobre el cuerpo apenas vivo de Harper, órbitaba el cuerpo como analizándolo antes de decidirse y inundar el cuerpo de Harper con sus llamas.
Harper empezó a retorcerse como Ethan, arqueo la espalda brutalmente y soltaba un grito ahogado, parecía sufrir mucho más que antes, pero no tenía aires ni para gritar. Sus ojos seguían inundados en sangre y lloraban lágrimas carmesí mientras se desorbitaban, sus labios no se movían pero sus ojos lo decían todo, una lágrima carmesí cayó de su cara y finalmente clavó su mirada en Melissa.
Harper estiró su mano intentando llegar a ella, pero antes de eso cerro sus ojos y se desmayo.
Su pecho subía y bajaba en estado inconsciente, estaba vivo.
Melissa no tardó mucho más en caer. Soltó un bufido de humo y cerró los ojos.
***
Era la mañana donde partirían a la misión, Hayami sabía que no debía hacer maleta así que se limitó a cargar las provisiones aunque se supone sería una misión corta.
Tristán esperaba a los tres chicos que caminaban tras el, saco un palillo de dientes de su boca y lo tiro al suelo.
—Vamos —solo pronunció esas palabras y todos subieron corriendo al auto.
Hayami lo notaba mucho más serio que de costumbre, llevaba el pelo teñido de rojo agarrado en una cola y llevaba su armadura, está parecía hecha de papel, apenas tenía grosor, aunque Tristán no pareció importarle.
Este conducía el auto plácidamente por la ciudad, era extraño que portará su armadura en la ciudad, pero nadie se percataba y los pocos que si no le daban importancia.
Tardaron alrededor de dos horas en cruzar todo la ciudad, todos estaban en un incomodo silencio, Nathaniel miraba la ventana y Fay revisaba su teléfono.
Llegaron al laboratorio y lo primero que pudieron observar fue la verja rota, condujeron más adelante en busca del auto, y efectivamente a un lado del laboratorio estaba el auto destrozado.
Tristán tragó saliva.
—Me estacionare aquí para que se alisten, seremos rápidos no sabemos que hay aquí.
Tristán bajo rápidamente del auto, y soltó su cabello.
Fay y Nate intercambiaron una mirada y siguieron su ejemplo, a Hayami le parecía extraño no haber escuchado ninguna palabra de ellos dos desde el incidente con Kenn.
Hayami bajo y se vistió con su armadura como todos los demás.
Tristán explotaba los alrededores mientras los esperaba, algunos autos pasaban pero nadie parecía darle importancia a un auto quemado, estando en una dictadura talvez les parecía muy normal.
Finalmente todos estaban listos para entrar al laboratorio. Tristan encabezaba el grupo, llevaba su hoja enfundada en su cinto, llevaba una expresión seria en su tez clara.
Caminaba con confianza, sin temer a lo que viniera.
Hayami pudo notar que todos llevaban espadas largas a excepción de Nathaniel que llevaba dos pequeñas hachas ancladas a su espalda, también llevaba algo parecido a piel de animal como falda sobre su armadura, sin duda era el que resaltaba más del grupo.
Tristán llegó a la sección de la cerca con un corte, la analizo un momento y la atravesó.
Tristán entro y miro perplejo una serie de rocas blancas apiladas en la entrada, no..., No eran rocas, eran hueso, grandes huesos entornados alrededor de un cráneo gigante con un solo cuerno.
Todos avanzaron excepto Tristán este se quedó observando la figura y notaba que su respiración se agitaba.
—Metamorfos —murmuro entre dientes.
Hayami se volvió.
—¿Que?
—Nada...
Tristán rápidamente aumento el paso, y observó la puerta destrozada a un lado de la verja, había sangre alrededor de todo el patio, esparramados en charcos en distintos lugares, al ver qué el metamorfo no tenía sangre pudo adivinar que sería de alguno de los chicos.
Todos observaban, Nathaniel y Fay no parecían impresionados, quién imaginaria que cosas habrían visto esos chicos.
Tristán dejo de inspeccionar e hizo una señal con la mano.
Todos siguieron a Tristan dentro del edificio, al lado izquierdo había escaleras que subían a una segunda planta, al lado derecho un pasillo inundado de agua con habitaciones a ambos lados.
—Primero exploraremos la primera planta —Tristan los dirigió con la cabeza, su voz rebotaba en eco por el pasillo, se escuchaba un goteo poco frecuente, Tristán inspeccionó la primera habitación, apenas abrir la puerta un hedor lo atacó, había cuerpos totalmente pálidos y empezando la descomposición.
Tristán cerro la puerta y dejo de observar.
Así inspeccionaron todas las habitaciones, en ninguna de ellas se encontraban sus amigos... por suerte.
Llegaron a la habitación final. Una sala gigantesca con jaulas y computadoras, había una gran pantalla plana que estaba destrozada y colgando.
Dos de las jaulas estaban abiertas de par en par, de una salían huellas humanas.
Hayami observó la habitación, lo primero que resaltaba era un charco de sangre, la suficiente para ya haberse desangrado sin embargo no había cuerpo allí.
Al lado de las jaulas habían planas con datos junto a las puertas.
Nathaniel se acercó a la primera jaula, y leyó la plana.
Sujeto 2801
Nombre: Charlotte.
Mutación: Posesión espiritual.
El sujeto puede manifestar una forma no física cuando su sujeto muere. En el transcurso de los proyectos su sujeto murió y adoptó el cuerpo del doctor Russel Simonns.
Proyecto de re -transmutación: Fallido.
El sujeto se ve invulnerable a los tratamientos.
Nathaniel se preguntaba que habrá salido de esa jaula.
Se dirigió a la segunda jaula, la que seguía un rastro de huellas humanas.
Esta también tenia una plana, venía incorporada una foto de un hombre de pelo castaño corto y ojos completamente negros, como los de un venado.
Sujeto 3805
Nombre: Desconocido.
Mutación: Metamorfosis animal.
El sujeto tiene la capacidad de cambiar su cuerpo físicamente hacia el de un venado.
Proyecto de re -transmutación: En proceso...
Nathaniel observó las planas y el piso, concluyó en qué el hombre habría podido escapar de alguna forma y había posibilidades de que fuera la montaña de huesos de afuera.
—Parece que lo de esta jaula escapó —señalo la jaula a su izquierda—, y está también.
—La montaña de huesos afuera era uno de ellos —respondió Tristán observando un brazo con una abrazadera de metal pegada a el.
—El metamorfo —respondió Nate.
Tristán se volvió extrañado de que lo supiera. Estuvo a punto de soltar unas palabras, pero al ver las planas suspiro y siguió observando.
Fay se había situado al lado de Nate y observaba las planillas también.
—Escaparon dos de ellos —advirtió Fay.
—¿Dónde está el otro? —preguntó Hayami que seguía a Tristán.
—Otra... —corrigió Nate—, es chica... Creo
Hayami ya olía algo raro en el lugar, por suerte no habían encontrado nada malo respecto a sus compañeros a excepción del brazo... Que seguía siendo algo muy malo.
Hayami se dio cuenta que las manos eran grandes y duras, eran manos de hombre, se pregunto si sería de Cassidy.
Pero no, apenas habían entrado, con suerte talvez sus compañeros estarían vagando por la ciudad buscando un transporte para volver a Camelot.
Tristán se levantó y volvió al pasillo.
—Aqui no hay rastros de ellos —Tristan y Hayami habían visto el brazo. Nate y Fay aún no.
Hayami ignoro el hecho de que Tristán dio por alto el brazo en el suelo y lo siguió.
Este cruzó el pasillo inquieto, se tambaleaba de un lado a otro y volteaba a todos lados buscando algo.
Cruzaron el pasillo y subieron las escaleras. Tristán se detuvo casi al final de las escaleras.
—Huele a chamuscado —Tristan abrió los ojos como platos y desenfundó su espada.
Su espada era igual que las reglamentarias a diferencia de la de los estudiantes.
Hayami siguió su ejemplo y saco su arma. Nate y Fay los seguían con sus armas guardadas aún.
Tristán observó la puerta que apenas colgaba de una bisagra y se tambaleaba. Aspiro el aire y entro a la habitación.
Ahogo un chillido y guardo su espada y corrió.
Tristán corrió directamente al cuerpo de Harper que yacía en el suelo. Levantó la mirada y pudo observar también a Cassidy al otro lado del laboratorio, su cara sangraba y respiraba débilmente.
Harper tenía una cortada en el costillar que goteaba sangre, está parecía rota, como arena resquebrajaba con un tono verdoso en ella.
Hayami entro y quedó conmocionada, busco a Melissa con la mirada, observó dentro de una gran sala de la que brotaban chispas.
Salía humo de la habitación, al acercarse se dio cuenta que el humo provenía de la armadura chamuscada de su amiga, tenía la cara rojiza y la piel quemada superficialmente. Su armadura humeaba y algunos lados estaban derretidos, aún tenía color en la piel así que no llevaba mucho tiempo allí.
En cambio a un lado estaba el cuerpo de Ethan, este estaba pálido y le faltaba el antebrazo derecho. De el era el brazo en el laboratorio.
Tristan gritaba mientras presionaba la herida de Harper, aunque esta apenas y sangraba, sus párpados cerrados estaban rodeados de sangre seca.
Tristán cargo a Harper sobre su hombro y tomo a Cassidy por el cinto y los arrastró afuera.
Hayami no sabía que hacer así que lo imitó, tomo a Melissa sobre sus hombros. Miró el cuerpo pálido de Ethan.
—Lo siento —masculló al salir de la habitación.
Al salir de la sala observó un cartel que colgaba junto a la puerta y rezaba:
Sala de transmutación
Todos corrieron fuera del edificio, Nate y Fay ayudaban a Tristán dando tumbos. Los arrojaron a los asientos traseros del auto y subieron.
Tristán se detuvo y miro el arrebol del atardecer confundido, no podía estar anocheciendo, apenas habían estado allí una hora, era imposible que hubieran pasado tantas horas.
Hayami saco la cabeza por la ventana y grito.
—¡Que demonios haces, debemos irnos!
Tristán volvió a la realidad y subió al asiento del conductor.
Cruzaron la ciudad increíblemente rápido, el auto rugía y daba saltos en cada colina.
Incluso un auto de policía intento perseguirlos, pero Tristán no pretendía detenerse.
Llegaron a las afueras de la ciudad, el cuerpo de los chicos se estaban poniendo fríos y su respiración se entrecortaba.
Tristán aceleró el auto levantando una nube de tierra tras ellos.
Finalmente llegaron a Camelot, Arthur esperaba en las puertas a su llegada.
—Donde habéis estado, llevan todo el día desaparecidos... —su voz se cortó al ver los cuerpos amontonados en los asientos traseros.
Arthur hizo señas a algunas personas tras suyo, estás llegaron con camillas y cuidadosamente tomaron los cuerpos.
Los paramédicos corrían unos tras otros siguiendo e inspeccionando los cuerpos, uno llegó con una palanca y forcejeaban con la armadura derretida de Melissa. En el transcurso del forcejeo un pedazo de hueso cayó de su cinto, este medía casi un metro con forma cilíndrica que desemboca en una punta.
Hayami corrió tras ellos y tomo el cuerno, lo miro mientras una lágrima caía por su rostro.
Tras ella Arthur y Tristán discutían histéricos sin saber nada, Arthur los señalaba e insistía con Tristan.
Este se mostraba preocupado y dando vueltas.
Nate y Fay apenas llegaron desaparecieron entre la multitud, Hayami supuso que irían en busca de Kenn
Arthur corrió tras las camillas siguiendo a los paramédicos, Arthur les gritaba y los apresuraba.
Tristán estaba tras de ella con los ojos llenos de lágrimas y murmuraba incoherencias entre dientes "Capitanes" "Metamorfos" "¿CaptainSafe?"
Tristán observó a Hayami y se limpio las lágrimas. La tomo por los hombros.
—Estaran bien —su voz sonaba segura, pero su rostro no tanto—, muchas cosas acaban de desatarse.
Dicho eso Tristán partió tras Arthur camino al hospital.
Hayami no sabía que hacer, no sabía si correr tras ellos y observar que sucedía, si correr por Camelot buscando a Kenn o simplemente esconderse en su habitación.
Corrió al hospital de Camelot, justo cuando llegó habían varios doctores rodeando a sus amigos, estaban en tres camillas distintas, Harper llevaba vendado todo el torso y estába conectado a un vial.
Cassidy llevaba vendas en la cabeza y tablas en su costillar.
Los doctores seguían dando vueltas y haciendo cosas con el cuerpo de Melissa, unos corrían moviendo las piezas de metal mientras otros le inyectaban y daban medicinas.
Voltearon su cuerpo en la camilla, su espalda tenía un patrón como el de una hoja resquebrajada hecha con delgadas líneas de color azul. Los doctores lograron extraer la armadura completa y dejaron el cuerpo reposar. Lo conectaron a un vial igual que a Harper.
Uno de los doctores se volvió hacia Hayami y le dirigió una sonrisa.
—Es fuerte —masculló el doctor.
***
La luz de luna entraba por pequeñas ventanas en lo alto de la habitación.
Una gran mesa redonda con un mantel de color rojo con un león bordado que lo tapaba por el centro
Todos permanecían en silencio y maldecian entre dientes, habían dice plazas en la mesa de las cuales solo había diez en uso.
Los murmuros cesaron cuando Arthur entro en la sala. Su rostro estaba iluminado por candelabros de pared, con la luz de las antorchas su serio rostro se tornaba terrorífico. Su cinto iba totalmente vacío y su capa tampoco estaba en su espalda. Sus largas greñas grises estaban desordenadas y sueltas.
Arthur camino unos centímetros y dirigió una mirada a todos en la sala.
A continúacion asintió con la cabeza y se sentó en una de las plazas vacías
Todos proyectaban una expresión fría ante la situación.
Arthur aspiró profundo y rompió el silencio.
—Informe de misión.
Un hombre de unos treinta años se levantó deprisa con papeles en mano. Tenia un corte rapado a los lados y pelo largo arriba de color castaño. Ojos verde mar con una mirada penetrante.
—Cassidy solo sufre de una contusión y algunas costillas rotas por lo cual debería despertar dentro de un día máximo. Harper sufrió una infección por químicos y desconocen su estado, está entubado y en observación y... —tragó saliva— Melissa... Esta en estado crítico, parece haber sido impactada por un rayo y haber sufrido una caída, tiene costillas rotas y los doctores piensan que su destino es incierto.
Un adulto de pelo gris bien peinado agregó.
—E Ethan —se levantó—, Ethan, el joven que murió.
—Asi es, Sir Bedivere —admitió el primero.
—Todos eran ciudadanos de Camelot y me parece justo que les den igual importancia, Sir Lamorak.
Arthur levantó una mano y ambos se sentaron.
—El laboratorio en el que estuvieron es de CaptainSafe.
Voces fluyeron por la sala, pero se detuvieron apenas empezaron. Arthur siguió.
—Era un centro de investigación el cual se les fue de las manos unos de sus experimentos.
—¿Irsele de las manos? —la pregunta voló unos segundos antes de que alguien diera el paso.
Una mujer carraspeo haciendo notar que era ella la de la pregunta.
—Han matado a un joven y han dejado en el hospital a otros tres.
—No hace falta que lo recalques.
—Chist —la chica volvió la mirada furiosa.
—Todos estos al tanto de la situación y debemos encontrar una solución.
—¿Acaso a nadie le importa que esos chicos se recuperen? —replicó la chica.
Tristán resaltó de la multitud con una mirada perdida y la mandíbula apretada.
—No dudes que lo harán.
—A esa chica le cayó un rayo, siquiera como pudo haber pasado.
—No importa como haya pasado, dentro de ese laboratorio había más capitanes de los que contamos.
Todos volvieron sus miradas hacia el. Tristán se enderezó.
—Uno de los maquinistas parecía tener el poder de hacer pasar el tiempo mucho más rápido dentro de edificio y por esa razón tardamos horas en una misión tan corta.
Tristán parecía esperar que alguien siguiera, pero nadie lo hizo.
—Los dos experimentos fallidos —entrelazó sus dedos—, uno poseyó el cuerpo de Ethan... Y podría estar dentro del cuerpo de alguno de los tres chicos en el hospital.
Las palabras resonaron en eco. Varios negaron con la cabeza sin saber que pensar. Sir Bedivere empezó.
—¿Y que propones? —parecía indignado— que matemos a todos y veamos cuál es el monstruo.
Tristán negó con la cabeza.
—Según parece solo puede poseer cuerpos sin vida por lo tanto mientras no muera ninguno estaremos a salvo.
El silencio reinó unos segundos antes de que alguien alzará la mano. Perceval entre todos levantó la mano. Llevaba el abdomen vendado.
—Esa chica...
—La que te dio una paliza.
Algunas risas lo interrumpieron. Sin duda Perceval quisiera saber quién lo dijo para lanzarle su espada.
—Si, la que me dio una paliza.
Dirigió una mirada a Tristán comunicándole todo.
—Es posible —respondió Tristán—, Aún no estoy seguro.
Perceval acarició su cabeza como recordando el gran golpe que recibió.
Arthur se mesio en su silla.
—Yo estuve en ese combate, y te apostaría a que si.
—Incluso si lo es no parece estar al tanto —admitió Tristán.
—Seria bueno bueno tenerla de nuestro lado.
Sir Lamorak comentó mientras todos mantenían el silenció.
Arthur asintió.
—Aún hay muchas cosas por cubrir. Nisiquiera sabes que hace CaptainSafe es territorio europeo, pero estoy seguro que no era el único de sus laboratorios.
—Parecía clandestino —añadió Tristán.
Arthur lo observó haciéndole muecas para que siguiera.
—He estado... —vaciló— escuchado de laboratorios de CaptainSafe y lo que nunca faltan son medidas de seguridad, ese lugar solo tenía una verja, tenían jaulas, aunque no dudaría que el que esté detrás de esto sea CaptainSafe.
Arthur cerró los ojos.
—Europa parecía territorio inhóspito para CaptainSafe, pero temo haberme equivocado, si CaptainSafe está en el país estará apoyando al gobierno y eso alzaria una gran guerra para todos nosotros... Y con la reciente desaparicion de Sir Kay nos falta una plaza aquí arriba.
Todos permanecían en silencio como sabiendo que Sir Kay ya estaría muerto.
Varios miraron las espadas que se posaban tras el asiento de Arthur. Eran dos espadas medievales cruzadas colgadas en la pared con un candelabro de pared en cada flanco.
Todos se levantaban para retirarse cuando Tristán los interrumpío una última vez.
—Una cosa más.
Tristán parecía absorto en la sala, como si no estuviera listo para irse. Con la mirada clavada en la mesa habló.
—A los tres chicos los encontramos en una sala de transmutación recién usada, hasta ahora no sabemos si ellos utilizaron la máquina, pero... Podemos esperarnos lo peor.
Los caballeros quisieron hacer caso omiso y siguieron saliendo de la sala.
Arthur paso por su lado y le tocó el hombro.
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