Parte 2~Clandestinidad
El chico apenas tenía una vaga idea de cómo llegar a la zona de los Highlanders, porque, no tenía un lugar exacto. Su plan sería llegar a la zona de la fábrica y merodear un poco rogando encontrar algo o alguien.
Es bastante raro que un adolescente no sepa ubicarse en su propia ciudad, pero, los estrictos toques de queda completaban un cuadro de desinformación
O tal vez no, a pesar de ser una mujer cuidadosa los toques de queda ya tienen tantos años que decidió bajar su seguridad para usarla en otras cosas, básicamente las calles están vacías y sin guardias, aprovecho eso y decidió salir de noche. Hayami ya dormía así que no habría problema y volvería antes del amanecer.
Partió en su viaje, llevando el maletín y su teléfono solo con una aplicación de mapas
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Tardo poco más de 3 horas caminando para llegar al sector de fábricas de la ciudad, allí no habia animales, solo humo, drogas y malas decisiones.
Nir parecía no ser la única persona que aprovechaba ese lugar abandonado. Se veían vagabundos y drogadictos tirados a lo largo de todo el lugar, la mayoría estaban dormidos o no lo suficiente en este mundo para ser una amenaza. Aún así iba con la guardia en alto frente a cualquier peligro
Se escuchaban pasos alrededor, de personas corriendo en la oscuridad, por un momento pensó que podría defenderse con el contenido de aquel maletín, pero, recordó que ni siquiera tenía la certeza de que aún funcionarán, tenía una vaga idea de en qué servirían pero nada conciso.
Seguía caminando entre las distintas fábricas abandonadas, hasta que llego a un punto donde los pasos y la incertidumbre de que había en la oscuridad aumentaban. En ese punto ya lo único que quería era que no lo decapitaran y usarán para hacer estacas tribales.
Escucho como los pasos incesantes que lo seguían se detuvieron, su corazón retumbaba de miedo, pero, debía tranquilizarse y seguir adelante.
Se escuchaba el atemorizante sonido de cuchillas golpeando el suelo, y golpes a paredes que parecían no provenir de ningún lado y a la vez de todos.
—¡Forastero! —Se escucho una voz en eco saliendo del edificio.
—¿Quién te piensas que eres extraño? ¿Guardia real? Mmm... Eres muy flaco y joven para eso —Seguía sin verse la silueta del la persona que hablaba.
—Tal vez es un recluta intentando hacer una hazaña y creerse más que los demas guardias, no sería el primero —grito otra persona, saliendo de las sombras hacia él era moreno, latino, pelo largo con una coleta.
—¡Espera!, Te... Tengo un maletín, mi padre me dijo que debía venir aquí —Él chico se vio más intrigado.
—¿Y quien se supone que es tu padre? —pregunto calmo.
—Sirius...
El chico se dejo ver caminando rápidamente hacia Nir soltando su arma. Era joven no parecía pasar los 25 años pelo corto y piel pálida, traía ropa muy elegante para ser un guerrero; una gabardina larga de color carmesí, un chaleco del mismo color encima de una camisa blanca formal.
—¿Nir? —solto el nombre al aire causando unos segundos de silencio.
—¿Como sabes mi nombre? —replico levantando la mirada.
En ese momento su cara se volvió amistosa, se acercó lentamente y dirigió un abrazo a Nir.
—Me alegra que estés aquí —dijo terminando el abrazo.
—Lo... Lo siento no te conozco —Le respondió, parecía estar seguro de conocerlo.
—Claro que me conoces, solo no lo recuerdas. Soy Cameron. —En ese momento su semblante cambio de miedo a impresión, ese viejo amigo de la infancia que solo desapareció en las sombras con su familia, parecía imposible que estuviera allí.
—¿Cameron? Cómo es posible ¿Que haces aquí?
—Eso debería preguntarlo yo, pero, me temo ya saber la respuesta. Sirius murió.
—¿Como lo sabes?
—Sirius era muy cuidadoso con ustedes —respondió—. El sabría cómo hacer que mientras viviera no te acercaras a este lugar.
—Tengo mucho que mostrarte —Tomo su brazo para llevarlo.
Se soltó de el de un jalón que requirió más fuerza de la que esperaba.
—No puedo hacer el tour turístico. Mi padre me dio una misión y he venido a cumplirla.
—Entiendo, ¿Y cuál es exactamente esa misión? —Se cruzo de brazos y sentó en el piso frío.
—Terminar la dictadura.
La respuesta pareció volar por todo el lugar hasta que Cameron se digno a volver a hablar.
—¡Whoo! Si fuera tan fácil decirlo cómo hacerlo ya lo habríamos hecho hace mucho —respondió soncarron—. Además incluso querer entrar a cualquiera de las divisiones requiere que tengas la aceptación del capitán de una de estas —Se levantó queriendo marcharse—. Y el capitán de aquí no es nada fácil de convencer.
—Llevame con el —Dirigio la mirada a sus ojos y acerco decidido.
—Temia que dijeras eso —replico negando con la cabeza—. Me temo que ese capitán, soy yo.
—¿Es enserio? ¿No eres muy joven?
—No miden tu edad, miden tus habilidades, además, después de la muerte de papá me dejaron al mando.
—¿¡Ramsay murió!? —respondió exaltado, no tanto por la noticia si no por la tranquilidad con la que lo dijo... claro Tomando en cuenta la cercanía que tenía con el. —¿Y así lo dices?
—Practicamente apenas dejamos de vernos, el murió. Esa fue la principal razón. Aunque no tome el mando en ese momento claro —Respondió—. Aun así soy el más joven en estar aquí.
—No puedo creerlo, esto es una mala broma ¿No?
—Me creas o no, necesitas mi ayuda —Respondió levantando una ceja—. No creo que sea necesaria un consejo para su entrada a la ciudad, por mi parte ambos pueden quedarse el tiempo que necesiten.
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Nir volvió a casa lo antes posible para evitar que amaneciera, se tardo más de lo esperado en esa charla.
Al estar a punto de llegar a casa se veía el sol saliendo por las colinas lo cual indicaba el amanecer. Eso complicó un poco la situación, pero, pudo llegar al lugar sin que nadie descubriera su salida. Estaba agotado por pasar toda la noche despierto, decidió faltar a clases ese día y dormir todo el día, era casi poético como unas semanas atrás el peor de sus problemas eran las tareas, ahora, lo era el unirse a una causa rebelde, y apenas el agua le llegaba a las rodillas.
Estuvo unos días viviendo cotidianamente pensando en que haría con su vida y más que todo pensado en la reaparición de Cameron en su vida.
Aquel chico que recordaba como un niño con el cual jugar, ambos disfrutaban las caricaturas de superhéroes, soñaban con ser uno de ellos. Era el hijo de un compañero del trabajo de su padre, luego de que empezaran los toques de queda, dejo de verlo.
Ya el tiempo era escaso para la reuniones sociales, lo último que supo de el fue que se había enlistado a los catorce años, soñaba con ayuda a otras personas así que era lo mejor para el.
Ese primer pensamiento de seguir la responsabilidad de su padre parecía esfumarse con los pensamientos más lógicos que podían haber, al pensar en el peligro que representaba unirse a una causa rebelde su garganta se cerraba.
Nada de eso importaría después de alguna forma, al llegar de la escuela al día siguiente caminaban por la acera.
—¡HOLA CHICOS! —Exclamo parado frente a la casa. —Nir... Te pedí que vinieras lo antes posible con tu hermana.
—Sobre eso... Creo que me parece mejor si no... Este... Solo evitó entrar a este asunto —Respondió incómodo. —Por seguridad... Y eso.
—Lo siento, pero, no fue pregunta —dijo con mirada maliciosa metiendo su mano en el bolsillo de su gabardina—. De una u otra forma vendrán conmigo.
—¿Quien es el chico guapo? —Se unió Hayami sardonicamente—. ¿Y porque tiene un interruptor de explosivos en su mano?
Es increíble la tranquilidad con la que puede decir esa oración.
—¿¡Interruptor de que!? —En ese momento después de ver su mano la frase "Sude frío" describe perfectamente la situación. —¡Estas demente!, ¿Piensas volar la casa?
—No, no lo hare, el interruptor es automático; ni yo se cuando se activará —dijo en tono de amenaza y soncarron al saber que había ganado—. Vámonos entonces.
Decidio aceptar que si el destino quiere que vaya con él, iría con él.
—Tanto tiempo sin vernos, Hayami —Dijo coqueto.
—Cameron —Respondio ella a su coqueteo.
Es extraño que lo recordara, normalmente olvida todo excepto sus libros.
Claro así redujo la explicación de toda la semana.
El termino la explicación de porque debían irse de su casa, Hayami luego de verlo, básicamente no le importo que acababan de echarnos de nuestra casa.
Encontró otro maletín, era más largo y menos alto, este tenía grabado el nombre de Hayami.
Primero fuimos a la fábrica, para dejar bajas las sospechas, había una pequeña comunidad de personas, la mayoría pasaba el día entrenando, algunos llevaban ropas muy elegantes y sofisticadas para ir a un batalla, otros simplemente vestían sudaderas y monos de color gris o negros —los más comunes.
De camino a su casa veía como todo al alrededor era una ciudad clandestina asentada en las afueras de la zona industrial, increíble, como se habían creado una comunidad tan grande, lo único que le faltaba para ser completamente una ciudad eran los niños, los cuales obviamente no expondrían al peligro de vivir asi. A pesar de esa felicidad superficial que había aún se sentía algo en el aire, algo tan denso que podía cortar con la mano, eso era... Ese inminente miedo a que estuvieran en su tranquila rutina, aunque monótona era mejor que la alternativa los cuales era el ejército extremista de Kira a los cuales no les temblará el dedo en matar decenas de habitantes de este tranquilo lugar por un mísero sueldo mayor al normal.
Luego de dejar de divagar en sus pensamientos Cam habló:
—Es increíble como hace años la gente creía que las armas de fuego serían el futuro de las guerras, pero increíblemente las armas blancas han derrumbado más gobiernos que un arma de fuego, Kira es el ejemplo claro de esto, luego de asociarse con esa empresa contra mutantes que llaman "CaptainSafe" logro tomar un país entero es impresionante y atemorizante la verdad.
»Sigo sin entender el sentido de esa empresa ya los Capitanes son una leyenda de la cual tenemos recuerdos lejanos la única prueba evidente es su empresa multimillonaria contra ellos —Seguia caminando por la ciudad dando zancadas de vez en cuando para evitar baches a lo largo del camino—. Como sea, tenemos algunos espías infiltrados en sus bases principales, se rumora estar situada en la capital en Londres aunque hasta que no vuelva Sparrow no sabremos nada —Respondió a mí cara de confusión y pensamiento.
—¿Sparrow? —Contestó Nir volviendo a la realidad con incertidumbre.
—Es nuestro informante que ha llegado más lejos hasta ahora llevamos sin verlo ya casi 2 años ya que no puede haber fallas en su trabajo, si te preguntas por su nombre son claves para no usar nuestro verdaderos nombres ya que es más fácil ocultarnos así. Mi nombre clave es... —Una extraña presencia a sus espaldas erizo la piel de Nir.
—Captain Crimson, todo una leyenda —Exclamo aquel chico de antes que estaba con Cameron; las bajo y se presentó.
—Mucho gusto, ¡me llamo Jesris! —dijo gritando, luego se quitó sus audífonos y siguió su presentación—. Lo siento jeje suelo hacer estas tareas escuchando música para hacerlas menos aburridas pero... No pude evitar escuchar que hablaban de Captain Crimson. —Exclamo como si estuviéramos hablando de otra persona que no fuera Cam.
—¿Te refieres a Cam? —Preguntó obviando la respuesta.
—Podria decirse que si pero en el campo de batalla el es otra cosa se convierte en... En... Un león de dos melenas, un poderoso fénix que renace de las cenizas un... Un... —Era imposible tomar enserio esa conversación ya que parecía una batalla pero en vez de insultos eran halagos constantes.
—Ya basta Jesris me halagas pero en combate de cuerpo a cuerpo me ganas fácilmente no le quites méritos a todo tu entrenamiento. —Exclamo Cameron halagandolo, solo se veía como ellos se peleaban diciendo que el otro era mejor, era algo extraño pero se notaba que eran buenos amigos.
—El nombre de Black Lion no es tan conocido, pero, tienes razón —dijo sonriendo mientras tomaba las cajas y volvía a sus deberes.
—Por cierto, lo siento por lo de antes, aquí somos muy paranoicos y necesitamos bastante seguridad —dijo dirigiendo su mirada al chico y volviendo a su rutina.
Luego de un rato de caminar por toda la ciudad y constantes paradas de saludos y gente que tenía otros problemas, llegamos. Era una simple tienda de acampar aunque un poco más grande, al entrar había una cama hecha con sábanas y almohadas en el piso; cerca había una mesa seguida de una silla para acompañarla.
—¿Te gusta? —mascullo—. No es lo más lujoso, pero, no pasarás frío.
—No puedo quejarme —respondió menos seguro.
—Puedes ponerlo en esa mesa —dijo señalando el maletín.
Cam parecía feliz por la expresión que pondría Hayami, el parecía ya saber que habría dentro. Al abrirlo había una abrazadera de metal, tenía un aspecto delicado, brillante y gris como un metal bien pulido, era larga, lo suficiente para cubrir todo el ante brazo, había un símbolo en medio de ella orientado hacia uno de sus lados; la cabeza de un león rugiendo, con una melena de color rojizo que contrastaba con el resto de la abrazadera.
—Es una de las partes más importantes de la armadura de un caballero, era de Elena, su madre Sirius no quería que terminaran aquí, pero, si lo están es porque la vida les depara más de lo que el pensaba —dijo con una expresión de nostalgia.
—¿Mamá también formaba parte de la revolución? —preguntó Hayami hablando por primera vez después de un largo rato.
—Ella era lo más cercano y fiel que podía ser un caballero.
—¿Un caballero? —preguntó Nir.
—Asi es. Al tener esa espada era como si ya supiera que debía hacer. Luego de un tiempo conoció al líder de la división de caballeros, Camelot, y el la hizo oficialmente un caballero, el nombre de Percival tenía el honor de tomarla.
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