Invasión Punk (ayuda)
Luego del incidente con el vecino, Yoongi y Jimin volvieron a su departamento, siendo el pálido quién entró de los últimos y cerró la puerta trás él-Diablos.-se apoyó en la madera y se deslizó hasta tocar el piso-Definitivamente debo empezar a controlarme o cualquier día de estos alguien me dispara.
Jimin lo miró, asintiendo ante lo dicho por su amigo-Eso está más que claro, ese chico se veía como un delincuente...
El azabache bajó su mirada, cerrando sus manos con fuerza-Lo siento Jimin, siempre te meto en peleas por mi temperamento.-el rubio se acercó al más bajo y se agachó frente a él, posó sus manos en el rostro del contrario y levantó su cabeza.
-Tranquilo Yooni, yo soy tu guardia real, ¿Recuerdas?-menciona con una sonrisa en su rostro, feliz de haber conseguido una suave risa por parte del azabache-Y tú eres mi príncipe en apuros.
-Ya, que pesado.-respondió el pálido con una gran sonrisa, empujando con poca fuerza al rubio-Venga, vamos a comer a algún lado o al menos a comprar algo de pan.-Jimin asintió, ambos amigos se levantaron, el pálido fue en busca de su billetera y salieron de su hogar sin más, no encontraban necesario arreglarse, a fin de cuentas aquel viejo edificio se encontraba muy lejos del ajetreo de la capital.
Ya en el primer piso, el rubio hablaba animadamente sobre como deseaba decorar su cuarto, cuando de la nada se encuentran con un pequeño jovencito, bueno, adolescente. No es que ellos fueran tan viejos, ambos tenían 21 años, pero a ese chico no le tiraban más de 17, Yoongi lo miró detenidamente, ya que estaba sentado en el escalón de la entrada. Su cabello era negro, algo largo, bastante bonito a su parecer, con un estilo punk, cosa que lo desánimo un poco ya que no soportaba a esos tipos.
La voz del rubio llamó la atención del chico y dirigió su mirada a los amigos. El pálido abrió los ojos en grande cuando divisó sus ojos rojos y sangre en su rostro, no lo conocía, pero aún así, ver a un niño de esa forma era algo deprimente, además de recordarle su pasado. En el intercambio de miradas, el más joven se para y corre a los brazos de alguien que bajó rápido por las escaleras, a un lado de Yoongi y Jimin.
El vecino delincuente.
-Vamos Jimin.-dijo el azabache, no quería otro encuentro desafortunado con ese tipo.
...
El resto de la mañana ambos amigos desayunaron en una pequeña cafetería que se encontraba a unas dos calles del edificio-Me encanta este lugar Yooni, es tan fresco y tranquilo.
Yoongi asintió, era simplemente perfecto-Si, es agradable saber que hay una cafetería y unas tiendas cerca.
-Y una escuela, ahhh ya siento el clima juvenil.
Luego de aquel intercambio de palabras, ambos se miraron y sonrieron en grande. No fue necesario hablar más, la vista del mar era más que hermosa, al punto de robar su total atención. El sol mañanero brillaba con intensidad en las cristalinas aguas, los árboles y flores danzaban gracias a la suave brisa, Yoongi cerró los ojos y suspiró con paz.
Definitivamente, el haberse ido de su casa con su amigo fue una gran decisión, estaba más que seguro que las vidas de ambos serian mejor de ahora en adelante. Sin darse cuenta, ambos llegaron al edificio y subieron a su piso, una vez en el pasillo escucharon el sonido de una guitarra eléctrica.
-¡Eso!, hasta que lograste tocar la canción completa-era la voz del vecino punk de la mañana, Jimin miró al azabache y caminaron aún más rápido, ya que la puerta de al lado se encontraba abierta de par en par, y ninguno de los dos deseaba tener otro encuentro con el más alto.
Lamentablemente, no lograron pasar sin ser vistos. A unos pasos de la puerta, un chico de cabello azul salió de la nada y chocó con Yoongi, logrando que el más bajo cayera de bruces al suelo-¡Mierda!, lo siento mucho.
El desconocido se agachó y ofreció su mano a Yoongi-Lo siento, lo siento, no me fijé.
Jimin se agachó-Yooni, ¿estás bien?, te pegaste fuerte.
El pálido, con las mejillas rosadas por la vergüenza levanto la mirada. Lo primero que sus pupilas lograron ver fue un cabello largo y sedoso, de color azul eléctrico, unos labios gruesos y un estilo de ropa bastante punk.
"Dios, porqué hay tanta gente así en este edificio, me voy a matar" pensó.
Gracias al escándalo del chico desconocido con sus disculpas, otros cuatro hombres salieron del departamento, entre ellos, su vecino.
-¿Qué hiciste ahora Seokjin?-habló el más moreno de todos.
El chico de cabello azul volteó su mirada e hizo una mueca a su grupo de amigos-Nada del otro mundo, solo me golpeé sin querer con él.-respondió, mientras que ayudaba a Yoongi a ponerse de pie-De verdad lo lamento mucho, soy algo despistado a veces.
Yoongi mantenía su mirada en el suelo por dos simples razones, la primera es que tenía vergüenza por caerse y la segunda es que al frente suyo estaba nada más ni nada menos que su vecino loco. Soltó una risa nerviosa sin levantar la cabeza y negó-No te preocupes, enserio.
Jimin se encontraba igual de nervioso, la diferencia es que él sí estaba mirando al vecino delincuente. Kim Taehyung tenía sus brazos cruzados, resaltando sus músculos ya que su playera no tenía mangas, viéndose intimidante, además de que observaba a Yoongi con frialdad y malicia.
El rubio quitó su vista del castaño y examinó a los demás hombres en el pasillo. Era su vecino extraño, el chico del cabello azúl, un moreno alto, otro muy musculoso de cabello rojo y el adolescente -posiblemente bravucón- de las escaleras.
"Joder, son todos muy intimidantes"
Cada uno de ellos vestía como unos completos punks, dejándolo totalmente intranquilo al saber que tiene ese tipo de vecinos-Bueno...Yooni, si estás bien entremos al departamento.-dijo nervioso.
Yoongi asintió y levantó su cabeza, cruzando rápidamente su mirada con otra.
Y no era la del delincuente.
Sus ojos se encontraron con unos azules inocentes. El adolescente de cabello largo desvío su cabeza, le ponía intranquilo tanta intensidad con un desconocido.
-Adios, y no te preocupes por el golpe, ni dolió.-dicho eso, Yoongi y Jimin aceleraron el paso y por fin entraron a su hogar, dejando afuera a los cuatro desconocidos y al punk loco.
...
Segundos después de que ambos chicos entraran corriendo a su departamento, el grupo de punks entro al 710. Taehyung fue directo al sillón y se tiró con fuerza, tomando la bolsa de papas fritas y comenzando a comer sin vergüenza alguna. Wooyoung, el menor de todos se sentó a su lado y le pidió una.
-¿Y ellos quiénes son Tae?-preguntó Namjoon, recibiendo una mirada de todos los presentes.
La verdad es que a cada uno de ellos les dió cierta intriga los nuevos inquilinos del edificio, sabian a ciencia cierta que muy pocas personas llegaban a su pueblo, especialmente a ese casi abandonado y tetrico edificio-Meh, unos idiotas que llegaron ayer, ya tuve un problema con el bajito con cara de vampirito en la mañana.
El de cabello azul levantó una ceja-Me lo imaginaba, los mirabas con repulsión.-rascó su barbilla-Ademas, la esperanza de vida en este basurero es de viejos depresivos de ochenta, mínimo-San, otro de los más jóvenes soltó una carcajada.
-¡Pero bueno!, no lo analices tanto, nuestro querido Tae mira a todos con repulsión.-dijo San en medio de su risa, dando una calada a su cigarrillo.
Wooyoung se mantenía en silencio, saboreando su papita y jugando con un mechón de su cabello, recordaba a ambos desconocidos, los vió en la mañana en la primera planta del edificio, cuando por desgracia estaba cubierto de sangre y parecía un psicópata en potencia.
-¿Porqué tanta insistencia con este tema?, solo son dos tipos nuevos en el edificio, nada más, no son dioses o algo.-dijo el castaño, recibiendo más risas de los demás.
El peliazul se acercó y le dió un suave golpe en la cabeza-Venga Tae, ¿acaso no los viste?, son unos bombones.
San tosió-Agh, no me jodas Seokjin, ya te pusiste maricón.
El más alto se volteó con rapidez, mirando con odio al pelirojo-Más respeto niñato de mierda, que tienes diecisiete años nomás, aún se te ve la estúpida placenta.
Y así, como siempre, Seokjin y San comenzaron a pelear, Namjoon sin ganas de oír a ambos se escapó al baño.
Taehyung rodó los ojos y siguió comiendo papitas, dirigió la mirada a su derecha y observo con detenimiento el perfil de Wooyoung, al único que realmente apreciaba de todos esos idiotas que por desgracia eran su banda. Con tristeza recorrió su mirada por el rostro del pelinegro, recordando cómo se veía en la mañana.
Definitivamente la vida de su menor era todo un caso.
...
Nuevamente en el día, Yoongi y Jimin entraron alterados a su departamento, dónde ambos se tiraron al suelo una vez la puerta se encontraba cerrada-Dios mío, ya no aguanto, no puedo creer que tengamos tan mala suerte.-susurró el pálido, tirando con fuerza sus cabellos.
Jimin, quién se estaba retorciendo lo miró-Eran todos muy intimidantes, no sé cómo sobreviviremos estando invadidos de todos esos punks raritos.
El azabache volteó su cabeza-Lo mejor será mantenerlos alejados, o sino quién sabe que pasará.
-Claramente Yoongi, si no es el vecino delincuente, es el chiquillo ese que estaba a dos gotitas de la anemia.
El pálido soltó una leve carcajada, ¿que eran esas comparaciones?, Jimin tenía una imaginación impresionante en los peores casos-¿Anemia?
-Si, el que estaba en la escalera en la mañana.
El contrario asintió-Aaah, igual él no me dió mala vibra, es más, cuando cruzamos la mirada noté un brillo de inocencia.
Jimin se sentó-¿Acaso eres psíquico o algo?
Yoongi negó-No sabría cómo explicarlo, solo sé que no me dió mala vibra.
-En fin, no me importa, mientras menos los veamos, mejor.
"Sí, mientras más lejos, mejor"
...
Entrada la noche, Jungkook cruzó la puerta de su departamento, caminaba con la espalda encorvada debido al cansancio. Sus turnos en la escuela eran cada vez más pesados.
No, no era lo que la mayoría pensaba, un maestro o algo por el estilo, por desgracia era el conserje. Literalmente si trabajo constaba en limpiar cada rincón de ese basurero, y ese día nuevamente confirmó lo mucho que odiaba a los niñatos que dejaban la escuela hecha un chiquero.
Prendió la luz de la sala y soltó un gruñido al verla hecha un desastre, y peor aún, a sus amigos durmiendo desparramados en el suelo. Namjoon y Seokjin dormían a baba tendida. Jungkook reprimió sus ganas de patearlos y caminó hasta la cocina, necesitaba un té para relajarse y así evitar por completo una escena suya pateando a todos, incluyendo Taehyung.
Mientras esperaba que el agua hirviera escuchó una conversación proveniente de su habitación, se dirigió con sigilo y miró en el pequeño espacio que le permitía la puerta entreabierta.
Ahí, encima de su amada y preciada cama se encontraba San encima de Wooyoung, besando toda la extensión de su cuello, las manos del más bajo acariciaban con fuerza los cabellos rojos.
Jungkook frunció su ceño con enojo por tres simples cosas.
Uno, esos niños no deberían estar ahí, deberían estar en sus casas.
Dos, así que por eso nos los vió en la escuela, estaban nuevamente perdiendo el tiempo con Taehyung y los otros dos imbéciles.
Y tres, la peor de todas, ¿Acaso pensaban tener relaciones en su cama?, que asco.
Aunque la voz del mejor lo saco de su cabeza-San...san.
-¿Mhmm?
-No quiero ahora...-Wooyoung se vió en la obligación de relajar la situación al momento de sentir las manos de San en su parte íntima-Estas drogado...
-No lo estoy, por favor cariño estoy así por ti, te deseo.-reposo su cabeza en el cuello del moreno, mordiendo la piel con fuerza.
-¡Ah, San...ya basta!-puso sus manos en el fornido pecho y lo empujó con fuerza, sin éxito ya que el otro era mucho más músculoso que él-Quiero hacerlo contigo cuando estés sobrio, no así.
-Quiero ahora, sabes que sobrio no lo haré, no soy un maricón cuando no estoy bajo los efectos de alguna sustancia.
Al oír nuevamente esas palabras, el corazón de Wooyoung se agrietó. Sí, San siempre decía cosas así o se burlaba de Seokjin por su preferencia con los hombres, pero a puertas cerradas le demostraba el amor que tanto anhelaba.
Su ceño se frunció y empujó a San con fuerza, haciéndolo caer de la cama-¿¡Qué diablos Wooyoung!?-se levantó con furia y se acercó al otro, agarrando su cabello y tirándolo.
-¡Aléjate, te odio!
San estaba dispuesto a tomarlo de los hombros y exigirle una explicación de su repentino mal humor, pero una mano lo agarro y atrajo hacia él con brusquedad-Ya basta, joder.
Lo que Jungkook no se esperaba para nada del mundo, es que al segundo de dar vuelta a San este se cayera de rodillas y comenzara a vomitar con fuerza-¡Diablos!
-¡San!
Wooyoung se bajó de la cama y se tiró a un lado del pelirojo, acariciando su espalda.
Cuando el vómito cesó, Jungkook agarró a San antes de que se desmayara sobre su propio desastre-Dios, Wooyoung ayúdame a estirarlo en la cama.
El menor asintió preocupado, pasando sus brazos bajo la axila del contrario. Una vez San se encontraba recostado y sin camisa, la cuál estaba toda vomitada, Jungkook interrogó al de cabello azabache-¿Qué diablos consumió San ahora?
Wooyoung se tensó, tenía una toalla en su mano y limpiaba el rostro de su enamorado-No lo sé, hyung...
Al observarlo bien, Jungkook sabía que estaba algo borracho, y eso aumentó más su preocupación-Wooyoung, porfavor.
-No estoy seguro, de verdad, sólo sé que es algo de Taetae le dió en la tarde, una pastilla creo...
El rostro de Jungkook se desfiguró.
"¿Una pastilla? ¿Éxtasis?"
-¿Dónde la guardó?
El moreno apuntó la mochila de San, y al revisarla confirmo su sospecha, la pastilla era éxtasis. El mayor cerró los ojos y apretó la bolsa en su palma, tratando de no parecer furioso al lado de Wooyoung para no preocuparlo. Se levantó rápidamente y se dirigió a la puerta-Yo limpiare el vómito, vuelvo en un segundo.-miro los ojos azules del menor-Cuida de San, si tiene otra arcada procura que no vomité sobre sí.
Wooyoung sólamente asintió, preocupado.
Una vez afuera de su habitación, Jungkook camino rápido a la de su amigo, pisando sin querer la mano de Seokjin en el proceso, despertando alarmado.
Abrió la puerta de Taehyung y lo encontró durmiendo, tomó las sábanas y las quitó, despertando al castaño-¿Qué te pasa Jungkook?
El contrario soltó una carcajada-¿Qué me pasa? ¿¡QUÉ ME PASA!? ¿¡QUÉ DIABLOS TE PASA A TI!?
Taehyung lo observo confundido, sin entender nada de la situación-¿Qué demonios Jung....
Antes de que el moreno terminara su pregunta, una bolsa con pastillas impactó contra su rostro, si no se equivocaba era la bolsa con éxtasis que le vendió a San.
-¿¡LE VENDISTE ESTA MIERDA A SAN!? ¡ES UN NIÑO MALDICIÓN! ¡HAZTE VER!
-Primero, basta de gritar, tengo resaca joder y segundo, no es un niño, sabe lo que compra y que no.
Jungkook se acercó enojado-Es un niño Taehyung, ¡demonios, solo tiene dieciocho años!
-Por eso mismo, ya está grande, el sabe que hacer con su vida, yo solo le vendí lo que tenía
-Taehyung, casi lo matas con esa estupidez, ¡vómito el almuerzo de cómo dos semanas en mi habitación!-frunció aún más su ceño-Ahora Wooyoung lo está cuidando de que no le pase nada más, entiende maldita sea.
-Deja de joder Jeon, no es mi culpa de que sea un débilucho de mierda.
Dichas esas crueles palabras, Taehyung sintió en un abrir y cerrar de ojos los puños de Jungkook apretando su camisa-No te reconozco Kim, dejé pasar la gracia de la mañana con los vecinos nuevos, pero esto Taehyung, fue mucho.-acerco su rostro-Y sí me entero que le vuelves a dar otra droga a San, olvídate de nuestra amistad y te romperé la cara.
Lo empujó y salió hecho una furia, siendo observado por Seokjin y Namjoon, quién despertó por los gritos.
Estaba más que decepcionado, aquel Taehyung no era su amigo, el que él había conocido, era un imbécil sin moral ni inteligencia. Tenía miedo, estaba consciente de que no siempre estaría presente en cada momento y decisión del castaño, convirtiéndolo, desde su punto de vista, en un peligro.
Especialmente para Wooyoung y San.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro