Caminaste apenas, más bien te arrastrabas buscando al causante de tus sueños húmedos. Una de tus amigas corrió a ayudarte, era la daltónica de los gases.

—¡Ay, mi vida! —exclamó y te levantó junto a lo que llevabas— ¿Es para mi kouhai Kirishima? —asentiste apenas y ambas fueron hasta el pelirrojo.

—¡Pugsita! —exclamó emocionado.

—¡Ya no me dices perra!

Saltaste encima de él, tu amiga sacó el enorme pug que llevabas en la espalda antes de detrás de su espalda, entregándoselo junto a un ramo de rosas y chocolates.

 La nota la llevabas tú—. ¿Tú eres la de las notas? —preguntó confundido mirando a la joven.

—¿Eh? ¡No, no, no, no! ¡Yo vengo a ayudar a mi bebé! La pobre no podía con tanto peso, mira si es cinco veces más grande que ella. —Kirishima sintió su corazón estrujarse y lágrimas masculinas en sus ojos.

—Es tan varonil —sollozó. Tu amiga se fue y Kirishima leyó la nota.

"Hola mi amor, me gustas tanto que te doy a nuestro segundo hijo pero en grande,
You know, I know.

Se llama
Juan Pablo Tercero De Los Ángeles Arturo José Luis León, Juanpi para los amigos.

Pero todo junto, sin apodos,
espero que lo ames tanto como te amo a ti y
dale chocolates a la Pug, pobrecita"

Él se sintió emocionado, te dio un par de chocolates.

—Dile que no la conozco pero será mi esposa, es tan masculina.

Y obligó a Katsuki a unirse al verlo algo decaído.