Le diste el día libre a Kaminari, caminaste moviendo tus patitas al compás de la música que se escuchaba desde tu espalda por tu celular que tenia reproduciendo una canción especifica, elegida con ayuda de la amable Artemisa de tercer año, cursos generales, curiosamente pareja de Mirio Togata.

Llegaste a Kirishima, dejaste la notita a un lado tuyo, tocaste su pierna con tu patita y él te miró—. Hola, pequeña —saludó alegre tomándote entre sus brazos, tomó la nota y escuchó la canción que estaba en el pequeño bolsito en tu espalda—. ¿Y eso? —preguntó.

—Una canción, obviamente.

Él abrió la nota, leyéndola.

"La canción que esta sonando es Call Out My Name, considero que es una canción muy hermosa, en ocasiones siento que fue un error en enamorarme de ti, no porque hayas hecho algo mal, es... porque eres tan inalcanzable, estás en la cima y no quiero que caigas por mi culpa, y yo literalmente siempre estoy cayendo, y aún así quiero que te quedes, aunque no me quieras.

Eres tan jodidamente puro, no hay maldad en ti, eres tan impresionante que no puedo evitar seguir enamorándome perdidamente de ti, es tan... indescriptible. 

Haces que mi cabeza explote con solo una sonrisa, mi corazón se derrite, y simplemente no puedo contigo ni con tu forma tan perfecta de ser... eres simplemente asombroso".

Kirishima parecía pensar mientras escuchaba la canción, te miró con una sonrisa.

—Quiero quedarme, porque no sería de hombres decir que no me está gustando la chica de las notas... pero... —ladeaste la cabeza al escuchar aquel pero. 

—¿Pero? ¿dijiste pero?

—Me gusta una chica y no es de hombres sentir algo por ambas, no quiero lastimar a la de los regalos y notas... —murmuró algo apenado. 

—"Quiero que te quedes, aunque no me quieras..." —dijiste algo desanimada—. ¿Quién es ella?

—Ella... no —negó con la cabeza dándote una sonrisa—, no te puedo decir, quiero que ella sea la primera en saberlo, solo te diré que es de cursos generales de segundo año. Lo miraste un momento y le diste la espalda, le gustaba una chica de tu misma clase.

—¿Puedes parar la canción? la llevo escuchando mucho tiempo. —Él sacó tu celular presionando el botón, apagó la canción y apreció el fondo de pantalla, eras tú en tu forma normal, con tu madre y hermanos en forma de pug.

—¿Son amigas? —preguntó mostrando la foto.

—No seas metiche y sí, ahora guárdalo. —Estabas algo agobiada esperando que no notara que eras tú la de las notitas. Lo guardó en tu bolsito mientras guardaba la notita.

—Vi unos vídeos de perritos —comentó, le prestaste atención—. Sus dueños hacen cosas con las manos y ellos ponen su cabeza... —dijo con los ojos brillantes.

Inhalaste, te dio una sonrisa esperanzada, hizo un circulo con las manos y pusiste tu cabeza ahí, cuando te alejaste soltó un chillido de emoción.

—Eres tan varonil —dijiste y te abrazó.