Un vistazo al pasado por un futuro mejor (Cumple Alba)
Pequeño aviso:
Este especial contiene spoilers sobre la historia de Alba, si quieres esperar a que termine su historia, o enterarte mejor de lo que aquí se cuenta, te recomiendo leer su historia en mi perfil.
Gracias por su atención.
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¡Feliz año nuevo!
Esa era la frase que Alba más escuchaba por donde fuera que pasaba, respondiendo de la misma forma con una sonrisa en su rostro, pues le resultaba curioso el que se celebrara de aquella forma la llegada de un nuevo año, a fin de cuentas, nunca la había experimentado antes.
Pero otra cosa que llamó su atención es que, además de celebrar por el nuevo año que recién empezaba, también se aprovechaba para recordar a los que ya no estaban, sobre todo a los que se fueron ese año, quedando pensativa al respecto.
Ya de regreso a casa, estuvo pensando precisamente en sus últimos momentos con aquellos que una vez estuvieron con ella y luego se fueron, o incluso imaginando como serían aquellos que nunca llegó a conocer.
Al llegar a casa, en un inicio iba a irse a dormir, hasta que una pequeña caja de su cómoda emite un ligero brillo, que provoca también otro brillo en su collar, aquel que se formó en su cuello el día que se convirtió en la legítima heredera del poder del Caos.
Confundida, va a abrir la cajita, encontrándose así con tres collares similares al suyo, pero solo dos de ellos brillaban, y parecían querer salir de la caja.
-Abuelo... Padre... -dice ella en voz baja bajando sus orejas mientras agarraba con mucho cuidado ambos collares, cerrando así la cajita y mirando de vuelta a la luna -Que quieren hacer? -le pregunta a ambos collares, y aunque seguían brillando, no recibe respuesta.
En eso se le ocurre una idea, regresar a aquel que una vez fue su hogar, aunque iba a necesitar energía para llegar, así que, cerrando los ojos y concentrándose un poco, "llama" a las siete Esmeraldas del Caos, y una vez a su alrededor, y con ayuda del poder que quedaba en los collares que sostenía, realiza un Chaos Control para viajar a través de estrellas y galaxias, llegando tras unos segundos a su planeta natal.
En cuanto abre los ojos, se sorprende de ver que este, poco a poco, estaba recuperando la vida, con sus plantas resurgiendo de entre las cenizas, y algún que otro animalillo correteando por la zona. Mientras caminaba sin un rumbo fijo y con las Esmeraldas a su alrededor, no podía evitar observar todo a su alrededor y, por momentos, ver el cielo tintado de negro por el humo que se elevaba, y la tierra enrojecida por la sangre y las llamas que había por doquier, dejando tras de si decenas de cuerpos sin vida por momentos, esa masacre que, aunque involuntariamente, "provocó" ella por su linaje y huida.
Tras un buen rato caminando y pensando en eso, los collares parecen cobrar vida propia, pues mientras uno de ellos se apoyaba contra su mejilla, como tratando de consolarla, el otro parecía querer guiarla a alguna parte, y sin decir nada, decide obedecer y seguirlos, llegando así a un templo que, si bien estaba algo derruído, aún conservaba sus columnas y parte de los arcos que las unían, destacando la zona central con 7 pilares, cada uno del color de una de las Esmeraldas, y un pequeño soporte con una esfera sobre él, esfera que, una vez llega al centro del templo, toca movida por un impulso.
-Bienvenida, Aurora Emerald -escucha una voz desconocida provenir de la piedra, algo que la hace sobresaltarse por un momento y mirar a su alrededor.
-¿Dónde estás? ¿Y quién eres? -pregunta a la defensiva, pues aunque le parecía conocida esa voz, no estaba segura del todo.
-Estoy delante de usted -le responde la voz, empezando la piedra a flotar y quedarse a la altura de sus ojos -Y ya sabe quien soy, alteza -tras decir esto, la piedra empieza a brillar al mismo tiempo que el collar de la eriza, volviéndose esta verde como la del collar.
-La energía Caos... -dice ella en voz baja pero audible, bajando así la guardia.
-Así es, aunque no esperaba verla aquí de regreso. Supongo que ya ha notado que su poder ya fluye por todo el universo, y que se unirá a la energía que sus ancestros otorgaron a este para seguir nutriéndolo -le dice la piedra, moviéndose ligeramente para señalar los collares que ella tenía en su mano.
-Sí pero... A-aún no tengo muy claro el por qué estoy aquí... Solo... Presentí que era donde querían ir... -dice con un tono triste mirando los collares que una vez pertenecieron a su padre y abuelo.
-Entonces deje que su instinto la guíe alteza... Lo que vino a hacer, es algo que debe hacerse con toda la pureza del corazón, alma y energía, y yo no debo perturbarla.
Ante eso, ella se queda pensativa por unos segundos, suspirando pesado al comprender lo que estaba por hacer -Puedo... Al menos verlos... Aunque sea solo una vez? -le pide a la pequeña esfera -Me gustaría guardarlos en mi memoria, y que no sean simplemente figuras sin rostro.
Debido al pedido, la piedra se queda callada por un momento, pero finalmente responde -Como desee -un vez dicho eso, las siete Esmeraldas se colocó cada una en el pilar que les correspondía, y una vez listas, emiten pequeños rayos de luz hasta la piedra, que empieza a brillar cada vez con más fuerza, al punto de cegarla por unos instantes.
Cuando abrió los ojos, una voz familiar y lejana en sus recuerdos resuena -Hola cariño.
Ella se queda paralizada por un momento, pero al darse la vuelta, allí pudo ver a 4 pegasos frente ella, dos siendo visiblemente mayores que los otros dos, y si bien solo conocía a uno de ellos y sabía que eran una especie de espíritus, las lágrimas empezaron a llenar sus ojos -Mamá... -dice en voz baja antes de dar un par de pasos y abrazar a su madre, a lo que esta le corresponde apoyando la cabeza contra su espalda, teniendo una sonrisa.
-Ey, sabía que estaba feo, pero también estoy aquí -bromea una voz masculina, y si bien no la había escuchado nunca en su vida, ella sabía perfectamente quien era, riéndose levemente antes de separarse de su madre y abrazar a su padre, que hace el mismo gesto que su pareja.
-Kohana, no eres el único que quiere ver a la heredera -comenta con "reproche" otra voz masculina
-No seas así Dullahan... Nunca ha visto a su hija y este es un momento único como para que lo regañes -le replica una segunda voz femenina, mirando así al pegaso que se veía más viejo de los cuatro manifestados.
-Tranquila Madre -le responde Kohana -Ya sé que Padre lleva tiempo también queriendo conocerla, a fin de cuentas, Shera fue la única que pudo conocerla en vida -comenta tranquilo, dando un pequeño resoplido cerca del cabello de la eriza para enredárselo un poco.
-Ey! -se queja esta riéndose para luego empezar a peinarse, mirando así a los dos más ancianos, y si bien también quería abrazarlos, prefirió hacer una pequeña reverencia como ellos hicieron como saludo.
-Eres una jovencita prometedora Aurora... Espero grandes cosas de ti -comenta Dullahan con una sonrisa.
-Y sobre todo, que no comentas los mismos errores que nosotros con Kaden... -le dice Dyanna, su abuela.
-No se preocupen... Tengo toda la ayuda que pueda necesitar, pueden estar tranquilos -les responde con una sonrisa, pues estaba feliz de tener consigo por fin a su familia, al completo, o al menos casi toda.
-¿Ayuda? ¿Qué no viniste a quedarte y restaurar...
-No -le corta ella a su abuelo, pues ya sabía por donde iba a salir -Por muy triste que sea, yo soy la última que mantendrá pura nuestra raza y linaje... No espere que me quede aquí, como dije, tengo lo que y a quien necesito en otro lugar del universo -le responde con una expresión un poco más seria para no ser replicada.
-¿Y qué hay de ti? -le pregunta este frunciendo un poco el ceño.
-Dullahan... -dice en voz baja Dyanna para que este no se enojara con su nieta.
-No, es la verdad, ¿qué harás cuando te enlaces con alguien de ese lugar? ¿Qué harás cuando muera? -le pregunta dando un paso al frente e irguiendo su postura, quedando de una forma un tanto intimidante.
-Padre, no tiene el derecho a reclamarle nada -le responde Kohan estando por ponerse en el medio entre su hija y su padre.
-No... Él tiene razón -dice la eriza, que si bien había llegado a bajar las orejas un poco, igual mantenía una postura firme, entreabriendo ligeramente sus alas -Puede que no sepa que será de mi en ese escenario, pero lo que sí estoy segura, es que dure 10, 50 o incluso 100 años, no me importa. Ya mi corazón le pertenece a alguién, y pronto estoy segura de que podré enlazarme con él, y no me importa si le gusta o no, el tiempo que pase con él, van a ser los mejores de toda mi vida, y nada ni nadie cambiará eso, menos usted. -dice con un tono firme y frunciendo ligeramente el ceño.
Toda la sala queda en silencio por ello, y si bien Dullahan tenía un mirada dura y no variaba su postura, no pudo ver en su nieta a su hijo pequeño, negándose al enlace planeado para poder estar con aquella que, según él, amaba con su corazón y espíritu, el mismo que ahora, junto a la elegida por este, habían traído al mundo a la eriza castaña que ahora lo desafiaba, como siglos atrás hizo su padre, soltando así una pequeña risa -Igualita que tu padre.
Aquello trastocó un poco a la eriza, pues se esperaba de todo menos esa reacción, pero termina sonriendo al ver que este había aceptado su decisión.
-Sus majestades -interrumpe la voz de la piedra, a la que todos miran tras eso -Lamento interrumpir, pero ya es la hora.
-Cierto es -comenta Dullahan, a lo que mira de regreso a su nieta.
Esta le sonríe a su abuelo algo entristecida, pues sabía que el tiempo se le había acabado, a lo que apoya su mano en la cabeza del pegaso frente a ella, colocándole despues al cuello el collar que le pertenecía, el cual brilla en un tono índigo, y luego repite la operación con su padre, teniendo su collar un brillo amarillento.
-¿Preparada? -le pregunta Shera a su hija, lamiéndole una mejilla de forma cariñosa, a lo que esta asiente, abrazándola por última vez.
Tras el abrazo, Shera y Dyanna se apartan un poco, mientras Alba, Dullahan y Kohana formaban un triángulo entre ellos, y cuando un haz de luz sale de la piedra verde hacia la eriza, ambos pegasos hacen brillar sus collares para crear otros haces de luz hacia ella, y así, los tres juntos pronuncian las mismas palabras -Chaos Control.
Dicho eso, los cuatro pegasos se terminan disipando, y la eriza se queda brillando por completo mientras se podían apreciar ciertos cambios en su apariencia mientras brillaba.
Una vez el brillo va desapareciendo, la piedra pierde su color verde y vuelve a reposar sobre el soporte, mientras que las Esmeraldas dejaban los pilares y volvían alrededor de la eriza, que una vez se va por completo el brillo de su cuerpo, se puede ver que su vestido simple ahora tenía una falda más ancha y larga, llegándole a la mitad de las piernas entre sus tobillos y sus rodillas, las manchas habían esaparecido y eran una fina tela cubierta de "estrellitas" que rodeba su espalda, se enrollaba ligeramente en sus brazos, y caían por estos, y sus sandalias ahora eran unos zapatos blancos con un poco de tacón, pero el cambio más importante estaba en su cabeza, sobre la que reposaba ahora una corona dorada adornada con 7 pequeñas gemas, cada una representando una Esmeralda.
Una vez su transformación completada, la eriza sonríe y, mirando al templo por última vez, empieza a caminar para irse de este, moviendo una de sus manos para crear un portal frente a ella con el que regresar a casa, escuchando una voz provenir de su collar mientras cruzaba -Larga vida a la reina Aurora Emerald.
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