🌷┆Capítulo 2
Jungkook movía sus manos con suavidad tratando de darle forma a una coronita de girasoles pero siempre fracasaba y le salía peor que la anterior. Bufó y enterró su cara en la mesa. Había visto muchos tutoriales pero estos no habían ayudado mucho. Estaba enfurruñado y su terquedad no lo hacía levantarse hasta que no terminara la coronita.
La coronita para su omega. No podía darse por vencido necesitaba hacerla para cortejarlo.
Una sonrisa se adueñó de su rostro, sus mejillas se tiñeron de rosa y miró risueño el techo... ¿Quién diría que podía ser tan cursi? Ya se parecía a su padre. Había escuchado las historias contadas por su madre de como su padre la cortejo. Soltó una risa, ahora entendía de donde había sacado su actitud impulsiva y cursi, la había sacado de su padre.
Volvió a mirar el desastre en la mesita de estar con muchos girasoles regados y comenzó a golpearse con la mesa ¡Qué tonto ni una coronita podía hacer bien!
Desde la cocina la familia Jeon observaba a Jungkook con curiosidad y cuando Jungkook volteaba todos disimulaban. Jin agarró la escoba y Namjoon tomo un trapo y lo paso por la mesada. La señora Jeon cantaba y seguía con la comida. El señor Jeon comenzó a leer el periódico. Y cuando Jungkook apartaba la mirada todos volvían a observarlo como viles chismosos.
Beomgyu que iba entrando en la cocina observó como todos parecían espías y susurraban "¿Ya habrá encontrado a el beta de sus sueños?" Ante los susurros y las miradas curiosas de su familia, Beomgyu soltó una carcajada y pensó "Sólo si supieran, un omega. Un dulce omega"
Todos se voltearon y lo acorralaron, Beomgyu suspiró, su familia eran personas geniales pero entrometidos hasta la médula.
—¿Quién es?—preguntó el señor Jeon.
—¿Es bonito? ¿Cómo es?—la señora Jeon estaba risueña agarrando sus mejillas—Hay que invitarlo a venir y prepararle mi especialidad.
—¿Entonces ya encontró a el beta ideal? ¡Que rápido! Yo me tarde años en encontrar a alguien tan extraordinario como Namjoon—dramatizó Jin.
Namjoon cejeo y susurró—Años pero aquí estamos, amor.
Jin sonrió y beso su mejilla.
Beomgyu se sintió aturdido por tantas preguntas.
—A mí no me metan en esto—los señaló y frunció su ceño—Preguntenle a Jungkook en la cena.
Todo la familia protestó y Beomgyu los ignoro y se dirigió donde estaba un derrotado alfa que había intentado hacer la coronita número 50 y había quedado peor que las anteriores. Se sentó a su lado y palmeó su hombro. Jungkook le devolvió la mirada abatido y con un gran puchero.
—Y yo que pensaba que hacer coronitas de flores era pan comido. ¡Qué martirio!
Beomgyu sonrió.
—Siempre hay algo que nos cuesta aprender o entender pero a la final lo hacemos, no te preocupes—palmeó su espalda dándole animos.
Jungkook suspiró.
—Quiero empezar el cortejo mañana y necesito esta coronita para hoy.
—Pero mañana no doy tutorías, tonto.
Una sonrisa grande y juguetona abarcó la cara del alfa y lo codeó.
—Lo sé hermanito, pero tú con tus geniales tácticas me ayudaras a que Jimin venga. No sé que excusa te inventaras pero debes traerlo—pidió y lo zarandeó.
Beomgyu se encogió de hombros. Para él estaba bien la idea, todo sea por el amor.
—Cuenta conmigo.
Jungkook volvió a dirigir su mirada caoba al desastre floral y volvió a mirar a su hermano suplicante.
—Segundo favor del día, ¿sí?—junto sus manos—Enseñame hacer una coronita.
—Esta bien, pero cuando yo necesite un favor así sea tirarse de un avión lo harás, pero primero comamos, me muero de hambre.
Jungkook asintió contento. Mañana sería un gran día.
Cuando la mesa estuvo llena de comida y todos reposaban en sus asientos Jungkook pudo sentir las miradas y como todos abrían la boca y la cerraban, quiso reír, su familia no sabía disimular. Quizás ya estaban pensando que había encontrado a su beta ideal pero su sorpresa sería mucha cuando les diga que es un omega; a los seres que siempre repudio ¡Qué karma! Definitivamente los que dicen que la boca es el castigo del cuerpo tenían mucha razón. Uno no puede despotricar contra algo porque se vuelve en tu contra. No quería un omega y ahora mírenlo todo bobo por uno.
El señor Jeon carraspeó y Jungkook observó a su padre. Ya empezaba la flamante interrogación. ¡Que agonía!
—Nunca te había visto tan empecinado en tratar de hacer una corona floral... ¿Alguien especial?—soltó la pregunta y pico su carne.
Jungkook estaba tan avergonzado de si mismo. Tantas cenas familiares donde había dicho que jamás en su vida se vería al lado de un omega y ahora estaba apunto de soltar una bomba atómica donde quedaría como un imbécil.
—Yo...
Beomgyu alzó la mano y Jungkook le dedicó una mirada fulminante. Su pequeño hermano se veía tan divertido con toda la situación.
—Sí, muy especial. Kookie esta enamorado—conto Beomgyu
Jungkook quería lanzarle la ensalada y más cuando su madre pegó un gritó emocionada.
—¡Oh por Dios mi bebé se enamoró!—sonó tan feliz y alegre al decirlo—Mi bebito está creciendo y pronto deja el nido—se seco el ojo.
Jungkook bufó, ¿por qué no podían ser normales?
—Mama, tengo 16 años aún me tendrás por mucho tiempo a tu lado. Aparte debo terminar la prepa, conseguir un trabajo y después es que nos casaremos, pero primero debo cortejarlo—notificó sus planes.
El señor Jeon miró con orgullo a su hijo.
—Se parece tanto a mí.
Namjoon que había estado callado pegó un chillido poco varonil—¡¡Awwww qué bonito!!
—Ese beta es un afortunado—Jin movió la copa de vino y se la colocó en los labios.
Beomgyu miró a su tío y decidió romperle la burbuja.
—No familia, es un omega, repito, un omega—informó y Jin escupió el vino—Padres algún día tendrán nietos, ¿no es estupendo?
Jungkook quería patear a su hermano y esconderse en una colina.
La señora Jeon se levantó y señaló a todos—Que les dije yo, mi bebé estaba pasando por una fase.
—Tendré nietos—susurró el señor Jeon—Aunque ya me estaba haciendo a la idea de que nuestro hijo se casaría con un beta, ahora las cosas cambian.
Jin miró de manera fulminante a Jungkook y este levantó sus manos en son de paz.
—Yo que defendí tus derechos, sin estereotipos, por una mejor generación de cambiaformas y ahora me dices que te enamoraste de un omega. Que falta de respeto, sobrino—se sirvió más vino.
—Como dicen la boca es el castigo del cuerpo—sonrió Namjoon—Yo recuerdo que siempre decía que mi omega sería femenino y con curvas frágiles y miren donde termine; con un hermoso hombre musculoso como yo—sus ojos se volvieron dulces cuando miraron a Jin y este le sonrió tomando su mano.
—Soy tú castigo, pero también tu fortuna.
Namjoon guiñó.
—Lo eres, cariño—y colocó un beso en los labios de su novio.
Jungkook y Beomgyu hicieron que vomitaban y más cuando sus padres se dieron un beso.
Después que la mesa se quedó en silencio Jungkook decidió sincerarse con sus sentimientos.
—Siempre repudie a los omegas y los juzgue y ahora parece irónico que quiera a un omega pero en serio lo hago y no me arrepiento—se sinceró y les dió a su familia una mirada seria cuando dijo—Jimin es el omega que quiero para mí y quiero y pido que lo acepten y lo traten con cuidado y no lo hagan sentir diferente por ser mudo—cerró sus ojos y cuando los abrió encontró los sonrientes rostros de su amorosa familia.
—Aww, ¿es Jimin? ¿El encantador omega que ama mi chocolate caliente?—formuló la pregunta la señora Jeon con sorpresa y una sonrisa cautivadora pinto su cara—Ya ganó mi corazón.
—El mío lo ganó el primer día y si mi hermano le hace algo lo estranguló—añadió Beomgyu.
—Si tú lo quieres yo igual. Los Jeon no juzgamos—apoyo el padre de Jungkook.
Namjoon y Jin evantaron sus copas y dijeron—¡Por Jimin! ¡Por Jungkook! ¡Por Jimin y Jungkook!
Jungkook sintió una calidez embargarlo. Su familia eran seres increíbles y estaba orgulloso de formar parte de ellos porque sabía que así él hubiera elegido un alfa o un beta, su familia igual hubiera recibido a su pareja con los brazos abiertos.
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