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Capítulo 3

Un nuevo día comenzaba, y con ello un nuevo problema, o al menos eso pensaba Jungkook, levantándose perezosamente de su cama. Debía prepararse para ir a la escuela, y de solo pensar en que debía encontrarse con el rubio y su grupo, ya se ponía de mal humor.

En serio no los soportaba. Es cierto, él era un odioso y podía llegar a ser muy petulante en ocasiones, pero esas personas eran simplemente insoportables; y estaba seguro de que podría hallar miles de adjetivos más para describirlos, especialmente al irritante de Huening Kai.

¡Es qué en serio podían darle un premio por ser la persona más irritante y detestable de Corea! Maldita fuera la hora en la que su padre decidió volver a ese país.

Para su sorpresa, el día transcurrió con normalidad, o al menos así fue hasta la hora del almuerzo, donde todos volvían a reunirse en la cafetería. Ese día había decidido permanecer con Eunwoo y sus amigos, Yeonjun y Taehyun. El primero, un peliazul bastante sonriente y hablador; y el segundo, un chico de cabellos rubios y sonrisa tímida, que se concentraba mayormente en su comida.

Observó despreocupadamente como "Los Herederos" caminaban con aires de grandeza hacia la mesa que siempre ocupaban. De pronto los ojos del rubio coincidieron con los suyos, y ambos se quedaron contemplándose por varios segundos, hasta que el pelinegro con mirada retadora desvió sus ojos hasta el castaño, el cual le estaba hablando desde hace minutos.

—¿Quieres salir conmigo? —ok, eso lo había tomado por sorpresa.

—¿Salir? —cuestionó con una ceja enarcada.

—Sí, una cita —dijo sonriendo—, lo lamento si estoy siendo demasiado pretensioso...pero asumí que te gustaban los chicos también.

Jeon debía admitir que el chico era muy apuesto, además de ello tenía una bonita sonrisa, bastante adorable a su parecer. Y pensaba que si no fuera por su carácter tan antipático, incluso podrían llegar a ser buenos amigos.

—Yo no salgo a citas —negó al instante, viendo el semblante decaído del contrario.

—¿Por qué?

—¿Todo tiene qué tener un por qué? Sencillamente no me gusta, ya deja de molestar con eso.

—Es que no te comprendo —ladeó la cabeza observándolo confundido.

—¿Seguirás con eso? —cuestionó perdiendo la paciencia.

—Está bien, ya me callo.

Hizo un puchero, y el de ojos grises solo pudo preguntarse cómo era que alguien de la edad y tamaño de Eunwoo, que era demasiado alto, podía verse así de tierno con una expresión tan infantil. Negó levemente soltando una risita ante eso.

—¡Te hice reír! —exclamó contento ante la mirada incrédula de sus dos amigos. Prácticamente los estaban ignorando.

—No es cierto, no reí por ti —negó viendo hacia otro lado.

—¡Si te hice reír, admítelo!

—Claro que no.

Observó al contrario, viendo como hacía una fea mueca con su rostro, y no pudiendo aguantarla, soltó una carcajada que se vio acompañada segundos después por la risa del más alto. Eso llamó la atención de algunos allí, pero principalmente la de cierto rubio que los observaba con el ceño fruncido.

—Mmm...tengo clases en cinco minutos, debo ir a buscar los libros a mi casillero —murmuró después de que terminaron de reír, mirando de reojo al rubio mantener la mirada sobre su persona, aún cuando su novio le estaba hablando—. ¿Qué tal si hacemos las cosas interesantes?

—¿Eh?

Jungkook no era tonto, conocía conscientemente sus atributos y nunca dudaba en usarlos siempre que fuera a su favor. También sabía lo que causaba en los demás, y si había una cosa que Jimin le había dejado claro desde el primer día, era que sentía una especie de atracción hacia él.

—Acéptalo como una disculpa por negarme a tu invitación —murmuró cerca de su rostro antes de pegar sus labios en la mejilla del contrario.

Se separó con una sonrisa inocente, viendo el rostro del chico tornarse rojo, bastante apenado por la acción de Jungkook.

—Nos vemos, Eunwoo —habló en voz alta para que "Los Herederos" lo escucharan.

Salió a paso victorioso del comedor, siendo seguido con la mirada por Park y su grupito de tontos. Jimin frunció el ceño viendo a Eunwoo sonreír como un imbécil, en verdad que no entendía como Jungkook prefería estar con alguien como él a sentarse con ellos, lo más superior de la preparatoria.

El pelinegro solo fue hacia su casillero tranquilamente, recogiendo lo que utilizaría en la clase y marchando a paso rápido al aula correspondiente. Soltó su bolso en el suelo, justo a su lado, antes de sentarse en su puesto y desbloquear su teléfono. Aún faltaban un par de minutos para que comenzara la clase, así que solo estaba él allí, los demás solían llegar prácticamente justo antes de que el profesor entrara a la clase.

La puerta se abrió de pronto y el rubio mal teñido —como él solía decirle— entró sentándose a su lado. Lo miró por unos segundos, en los cuales él no se dignó a levantar sus ojos del móvil.

—¿Tú y Eunwoo tienen algo? —sonrió ante la pregunta, sabía que en algún momento Park sentiría curiosidad por lo que sucedió y no aguantaría su lengua.

—¿Te dijeron algo de una salida hoy? —preguntó ignorando el cuestionamiento.

—¿Qué? Yo pregunté primero, responde —ladeó la cabeza confundido pero no quiso profundizar más en ello.

—No es tu asunto —soltó tosco, pensando para sus adentros que si el de ojos acaramelados no había respondido era porque no le habían dicho nada, por lo cual él no era el hijo de los nuevos socios de sus padres. Park era un apellido bastante común a fin de cuentas.

—¿Sabes? Kai tiene razón, eres un maleducado —profirió con la mandíbula tensa y los puños apretados. Odiaba la forma tan despectiva en que lo trataba ese chico.

—Si piensas eso ¿por qué insistes tanto en querer hablarme? ¿Acaso te gusto?

—¡Aishh, en verdad no te soporto! ¿Por qué eres así? —exclamó frotando su frente con fuerza.

—Y sigues hablando —bufó el pelinegro poniéndose de pie, decidido a abandonar el aula y perderse la clase, ya no quería seguir hablando con Park.
Una mano del contrario se aferró a su muñeca, deteniendo su marcha y obligándolo a tomar asiento nuevamente.

«¿Qué demonios le pasa a este chico?», pensó al verlo invadir su espacio personal, al punto de que las puntas de sus narices chocaron.
Estaban demasiado cerca. La respiración caliente del rubio chocaba contra su rostro, ambos pares de ojos observándose fijamente sin siquiera pestañear, prácticamente; y aunque ninguno lo notara, una tensión enorme se acumulaba a su alrededor.

—¿Por qué huyes de mí? —la pregunta salió con voz grave e hipnotizante, o eso era lo que pensaba Jungkook al oírlo.

—¡Jimin! ¡¿Qué estás haciendo?! —el grito de cierto pelirrojo los hizo separarse de golpe, el de ojos grisáceos poniéndose de pie al instante para imponer distancia entre ambos. Se dejó llevar por el ambiente y eso había sido un gran error de su parte—. ¿Y tú qué haces pegado a mi novio?

—Ya quisiera él —respondió con tono burlón.

—¡Tú! —lo señaló con su dedo índice—. ¡Maldito hijo de p...!

—Te aconsejo que no termines esa frase —masculló con advertencia, clavando sus orbes grisáceos en los oscuros del pelirrojo.

—¿Crees qué te tengo miedo? Solo eres un estúpido que busca llamar la atención.

—Chicos por favor —intentó interceder Jimin pero fue completamente ignorado.

—Pueden irse a la mierda, tanto tú como tu novio —y el tono calmado en el que Jeon habló le causó un escalofrío.

La pelea pronto se vio interrumpida por la presencia del profesor de Matemáticas, que los observó a ambos de hito en hito, notando la tensión en el ambiente.

—¿Qué sucede aquí?

—Este imbécil...

—¡Ya basta, Huening Kai! —exclamó Jimin harto del teatro de su novio. Los demás alumnos habían comenzado a llegar hace poco, y estaban observando atentamente todo el espectáculo.

Jungkook solo sonrió tiernamente y tomó el pequeño envase de jugo que Eunwoo le había regalado en el comedor, abriéndolo y vaciándolo justo sobre el cabello rojo de Kai, que abrió sus ojos de par en par, con la boca abierta por la sorpresa.

—La próxima vez que vuelvas a llamarme imbécil será mucho peor —profirió con las cejas arqueadas y una sonrisa ladina.

—¡A dirección, los dos! —gritó el profesor señalando la puerta.

⋆.ೃ࿔*:・‧͙⁺˚*・༓☾¿𝒫𝓊ℯ𝒹ℴ 𝒶𝓂𝒶𝓇𝓉ℯ?‧͙⁺˚*・༓☾⋆.ೃ࿔*:・

Una vez en la dirección sus padres fueron llamados para discutir la situación, no era la primera vez que esos dos tenían un encontronazo y todos sus compañeros eran testigos de eso.

El padre de Huening Kai, un importante empresario, había llegado pocos minutos antes, comenzando a asaltar a Jeon con amenazas absurdas, o ese era el pensamiento del menor.

—No creas que esto se quedará así, mocoso —masculló con enojo dando un par de palmadas en los hombros de su hijo.

—No me llame de esa manera —soltó de igual forma bajo la mirada sorprendida del hombre.

—¡Este mocoso! ¿Quién se cree qué es para faltarme al respeto de esta mane...?

En ese instante la puerta de la dirección se abrió, con un enojado Jeon Gongyoo aniquilando con la mirada a su hijo apenas sus ojos grisáceos hicieron contacto. Ya sabía que cuando llegara a su casa tendría un buen sermón por ello.

—Disculpen la demora, mi nombre es Jeon Gongyoo, un placer conocerlo —estrechó la mano del director.

—Lamentamos tener que interrumpir su jornada laboral, pero Jungkook ha tenido varios problemas desde que llegó a la institución.

—En verdad no puedo creerlo, Jungkook apenas es el segundo día —susurró enojado, mirando con la mandíbula apretada al pelinegro.

—No se preocupe señor Jeon, todo fue culpa de mi hijo.

Una risita sarcástica salió de los labios del Jeon menor, siendo observado por los tres adultos y el pelirrojo como si hubiera enloquecido. Le parecía increíble la manera en que las personas cambiaban su actitud hacia él con solo escuchar su apellido, siendo perfectamente entendible si mencionábamos que su padre era un empresario muy reconocido internacionalmente.

—Kai, discúlpate con el señorito Jeon —ordenó el señor que antes le decía mocoso.

—¡Pero papá...! —se quejó completamente indignado, mirando la seria expresión de su mayor—. Lo siento mucho Jungkook, me equivoqué.

—Jungkook...¿no tienes nada que decir? —le preguntó Gongyoo cruzándose de brazos.

—No —sentenció mirando hacia otro lado.

—Jeon Jungkook será mejor que te disculpes ahora.

—No lo haré —expresó solemne poniéndose de pie—. Ahora si me disculpan, tengo una clase a la que asistir.

Cuando llegó a su clase todos se quedaron callados, incluso el profesor que en ese momento se encontraba explicando un ejercicio en el pizarrón. Jungkook parecía tener un aura negra rodeándolo en ese momento.

—¿Qué sucedió? ¿Dónde está Kai?

Preguntó en un susurro, pero los ojos grises del pelinegro clavándose en su rostro de manera intensa y hasta cierto punto, perforante, lo hicieron tragar saliva audiblemente y desviar la mirada.

«¡Wow! Que miedo». Pensó, convenciéndose a sí mismo de que lo mejor era dejar al pelinegro en paz.

Durante el resto de la clase ninguno volvió a pronunciar palabra alguna. Jungkook debido a su mal humor, y Jimin por miedo a que este terminara golpeándolo si hacía algún tipo de ruido. Aún así, deseaba hablarle, y lo peor es que ni siquiera sabía porqué o de qué, simplemente tenía ganas de entablar con una conversación normal con ese chico de rizos negros tan antisocial. No sabía a qué se debía ese repentino interés, pero si sabía que desde Taemin no se sentía así; ni siquiera con Kai, con quien solo mantiene una relación por un acuerdo de sus padres.

—Oye, me gustaría hablar contigo. —Ya para el final de la clase cuando el profesor estaba orientando la tarea, el rubio se había llenado de valor para enfrentar a Jeon.

—Pues yo no contigo —contestó reacio, dispuesto a ignorar a Park.

—Solo quiero...

—¡¿Acaso no escuchas?! ¡¿Qué parte de no quiero hablar contigo no logras entender?!

Jungkook finalmente había explotado, lamentablemente no lo había hecho ni en el lugar, ni en el horario correcto.

—¡Park Jimin, Jeon Jungkook! ¡Salgan de mi clase en este instante!

Jungkook bufó cerrando sus libros de golpe y guardándolos en su mochila, expulsando su mal humor hasta por los poros. Salió apresurado, siendo seguido de cerca por el rubio que intentaba detenerlo.

—¡Esto es culpa tuya! —le acusó con el ceño fruncido y los puños apretados.

—No es mi culpa que no sepas controlarte, no descargues tu mal humor conmigo.

—En primer lugar...estoy de mal humor por tu causa —se detuvo, encarándolo—. ¿Dónde está tu orgullo de niño rico? ¿Cuántas veces debo decirte qué no me hables para qué comprendas?

—¡Ahhg, en serio qué no puedo con tu actitud! Solo eres un odioso y patético niño mimado. Estoy intentando ser amable y solo me gritas y rechazas —emitió evidentemente incómodo con la situación, intentando controlar su temperamento pues no sería nada bonito cuando Jungkook lo llevara a su límite, y Park Jimin no era una persona precisamente paciente.

—Nunca te pedí que fueras amable ni que te acercaras a mí —y esa mirada de desprecio a su persona fue lo que rebasó el vaso.

Los pasillos se encontraban vacíos pues era horario de clases aún, así que la discusión no tenía mucha audiencia, pero ninguno de los dos dudaba de que pronto aparecería un profesor por el escándalo que estaban haciendo en medio del pasillo.

—¡¿Tienes una jodida idea de quién soy para qué me mires de esa forma?! ¡Soy el jodido rey de esta escuela! —el ojigris solo le dio una mirada aburrida que lo hizo frustrar más.

—Simplemente déjame en paz, no quiero relacionarme contigo ni con tu grupito de subnormales —suspiró cansado, dispuesto a marcharse a su casa.

—¿Subnormales? —jadeó incrédulo y ofendido—. Perfecto, no volveré a hablarte...pero que sepas que estás jodido, no por nada me llaman el Rey de la preparatoria MyungDong.

Fue lo último que salió de la boca del rubio antes de darle la espalda y marcharse.

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