Capítulo 7
- FANNY -
Había tardado en volver a casa a propósito, una fuerza me estaba pegando fuertemente a ella a sabiendas que todos estaban bien y que yo debía volver y eso hacía. Pero lentamente disfrutando del pueblo que un día recorrí viva.
Seguía todo igual, mucho más el hecho de que nadie me veía. Ni viva, ni muerta. Yo solo era una persona más en la calle a la cual no le demostraban ni afecto ni cariño, más bien pena y miedo. Solía caminar con mi cabeza gacha y los ojos fijos en el piso sabiendo que la gente se apartaría de mí al caminar y no chocaría con nadie, ninguna persona le gustaba acercarse a mí. Excepto una, Megan Smith. Más de una vez la chica había intentado acercarse y ayudarme pero no podía permitirle ver dentro de mí, las personas se burlaban y me desechaban cuando las dejaba entrar. Tampoco podía hacer que la consideraran alguien tan bajo como yo y por eso la molestasen, prefería vivir en mi mundo.
Esa era una de las causas por la que había aceptado mi amistad con Lucy, ella no iba a mi colegio y siempre nos juntábamos a escondidas. Nadie podría molestarla. Pero ahora tal vez me arrepentía un poco de no haber tenido una amiga en la que confiar, tal vez Megan Smith hubiera podido ser eso para mí.
Pero ya era muy tarde.
Volví a la casa justo al escuchar gritos de la oficina, Jake y Oliver estaban discutiendo. No me apeteció escuchar la conversación que en realidad sabía de qué iba, estaban peleando a cerca de lo que Jake había hecho. Caminé escaleras arriba y llegué al primer piso justo cuando escuché que hacían una puerta giratoria allí abajo. Entré cansada de tanto bullicio de estos días a la habitación de Jake y me tiré a la cama mirando hacia el techo, era increíble lo mucho que me había acostumbrado a mi soledad. Al silencio y a las pocas conversaciones que se oían en esta casa.
La puerta se abrió y seguí con la mirada en el techo esperando que se tire junto a mí y me traspase con su cuerpo como siempre lo hacía, que me hiciera sentir incomoda y eso me obligue a salir de allí y sentarme en las escaleras o incluso visitar a Sammy para entretenerme con sus aventuras diarias en su habitación.
Pero la puerta se volvió a cerrar, escuché extraños ruidos arriba de mí y recordé la mudanza de su mejor amigo. La puerta se volvió a abrir y quedé petrificada al ver como sus ojos se clavaron directos en los míos, ansiosos y miedosos.
Él me estaba mirando, él me había visto.
Pero lo único que se le ocurrió a Jake hacer fue negarlo.
— Maldición — Dije desde afuera de su cuarto de baño — ¡Soy real idiota!
Claramente insultar a la única persona que puede verme no era la más sabia decisión, pero no podía creer que lo negara. Él salió de allí bañado y cambiado, nuevamente ignorándome algo nervioso. Lo perseguí con mi mirada en todo momento para incomodarlo aún más, caminé detrás suyo y rápidamente se fue del cuarto azotando la puerta. Una puerta que traspasé. Se dirigió a la puerta que llevaba al ático y la cerró lo más rápido posible, como si eso fuera a detenerme. Corrí detrás de él que había caminado hasta su amigo que estaba lleno de polvo y volviéndose algo loco con la cantidad de cajas y cosas por desempacar.
— Me volví loco — Dijo Jake mientras agarraba los hombros de Dylan en sus manos — Llévame al hospital, por favor.
— ¿De qué hablas Jaky?
— Estoy viendo un fantasma y está junto a nosotros, en esta misma habitación — Su amigo siguió con su expresión seria y confundida hasta que no aguanto más y estallo en risas — ¡No es divertido!
Él se sentó en la cama mientras que el morocho seguía carcajeándose parado frente a él.
— Dile que lo he visto escuchar tu conversación con Megan en el hospital — Le hablé directamente a Jake que parecía estar cada vez más pálido.
— ¿Me espiabas cuando estaba con Megan en el hospital? — Preguntó confundido y él dejo de reír.
— ¿Lo sabías? — Jake abrió su boca y esperé que de ella saliera mi nombre pero no pudo hacerlo — Jake ¿Te sientes mal?
— Fanny Courtney está justo al lado tuyo Dyl ¿Crees que me siento bien?
Dylan rápidamente se apartó de su lugar mirando para todos lados y no pude evitar una sonrisita divertida por su reacción. Rápidamente sacó su móvil del bolsillo y tecleó unos cuantos números apresurado.
— ¿Meg? — Hizo una pausa — Que importa cómo conseguí tu número, hay un problema — Miró de reojo a Jake que se agarraba la cabeza entre sus manos — ¿Sabes de alguien que sepa exorcizar casas o algo así?
— ¿Qué? — Preguntamos Jake y yo al mismo tiempo, él me miro por unos momentos hasta bajar su vista otra vez.
— ¿Eso podrá hacerme salir de aquí? — Susurré para mí misma, miré a Jake que volvía a verme cauteloso — Ayúdame, has que pongan agua bendita por toda la maldita casa si es posible, pero ayúdame.
— ¿De qué hablas?
Era la primera vez que al final me hablaba frente a frente y me tenía algo desconcertada.
— Jake yo estoy muerta pero por alguna razón quede aquí — Le expliqué despacio, me arrodillé frente a él con la charla incoherente de Dylan y Megan de fondo — Hace mucho no hablaba con alguien... Juro que estoy aquí y no soy una ilusión, estoy aquí desde hace mucho más de que llegaran ustedes.
— ¿Moriste aquí? — Asentí — ¿Tú me hablaste la noche del accidente? — Volví a asentir y noté como las lágrimas se alojaban todas en mis ojos con la amenaza de sentir — Esto es demasiado.
— ¡Meg tu no lo estás viendo hablar con la nada misma! — Gritó Dylan y los dos lo miramos — Juro que es aterrador, por favor ven.
Cortó la llamada y nos rodeó para llegar cerca de la puerta.
— Jaky — Lo llamó tan cariñosamente como si de un perro se tratara — ¿Dónde está ella ahora?
Él miro a su amigo y una sonrisa maliciosa se asomó por tu rostro.
— Junto a ti — Su amigo abrió los ojos para quedarse petrificado y luego salir corriendo escaleras abajo gritando — Esto será bastante bueno.
— No asustes a tu amigo conmigo — Me crucé de brazos y él me miro de arriba a abajo — Gracias por no seguir ignorándome.
— Si, eso me traerá problemas — Suspiró y escuchó los gritos de abajo.
— ¡No pienso ir con Jake! — Gritaba su amigo — Está poseído.
— ¡Jake baja ya mismo a cenar y deja de asustar a tu amigo! — Gritaba su madre.
Ambos reímos y nos paramos para bajar las escaleras, ahora estaba mucho más relajado. Sus hombros dejaban de estar tensos y sus puños se abrieron. Me alegraba que al fin pudiera hablar con alguien, que alguien me vea, me alegraba por un momento en toda mi vida después de la muerte de mi madre. Me sentía en paz.
Oliver se sentó en la punta de la mesa junto a Tina en su lado derecho como siempre, los lugares que cambiaron fueron los de Jake y Sammy. Su hermano pequeño ocupó el lugar al lado de su padre y el de su hermano. Dylan se sentó de mala gana delante de él y al lado de Tina, claramente prefería estar lejos de su mejor amigo demente.
— ¿Qué le hiciste a tu amigo? — Jake miró a su madre con una cara angelical y se encogió de hombros.
— Temo decirte madre que Dylan Siorra vino fallado ya de fábrica.
— El que esta fallado eres tú — Reprochó, el timbre sonó y una sonrisa se plantó en el rostro — ¡Yo abriré!
Saltó como si en su silla hubieran resortes y corrió, lo seguí detrás suyo y vi como al abrir la puerta Megan estaba del otro lado.
— Espero que no me hayas hecho correr hasta aquí por nada Dylan — Amenazó la rubia.
Me reí y caminé de vuelta al comedor.
— Es Megan y no está precisamente feliz — Le anuncié a Jake.
— Familia — Dijo el morocho detrás de mí, puso su brazo encima de los hombros de la rubia y sonrió — Les presento a mi novia.
Sam y Jake empezaron a reír juntos mientras Oliver y Tina estaban claramente sorprendidos.
— Lo siento y buen provecho — Sacó el brazo del chico de sus hombros — Soy Megan Smith, lamento llegar a estas horas es que Dylan me llamó urgente por una prueba que le harán mañana y me pidió ayuda porque no le entiende mucho a Jake.
— Con que tú eres la famosa Megan — Tina se paró y saludó — ¿Ya has comido? — Ella asintió — Bien, pueden ir a hacer sus cosas.
Jake se levantó rápido de la mesa y corrió escaleras arriba y lo seguí, con Megan y Dylan discutiendo lo más silenciosamente posible atrás nuestro. Entramos a mi cuarto y la rubia hizo a los dos chicos sentarse en la cama mientras ella ocupaba, como si fuera un trono real, la silla en frente de ellos y yo quedaba parada a su lado pareciendo una fiel escolta a ojos de Jake.
— Tú estás viendo muertos — Señaló a su izquierda — Y tú eres un jodido imbécil.
— No sé cuál es peor — Susurró Dylan.
— Estuve investigando a qué se pudo deber tus alucinaciones con aquella voz cuando estuviste por un minuto muerto — Sacó su libreta del bolsillo y la abrió en una página marcada por un lazo rojo — Es una reacción del cerebro ante la falta de oxígeno ya que cuando todos nuestros signos vitales se apagan el cerebro queda funcionando cierto tiempo más — Miró a los dos chicos para cerciorarse que estén escuchando y yo rodee los ojos irritada por tanta estupidez científica — El ojo queda sin irrigación sanguínea por lo que pierde oxigenación y ya no puede dilatarse como reflejo normal a la luz. Esto provoca que el cerebro interprete lo percibido por el ojo como una intensa luz brillante que deslumbra al final de un túnel negro. Es lo que muchas veces ven las personas clínicamente muertas, como te paso a ti.
— Ya, pero yo no vi ninguna luz al final del túnel, solo escuché una voz.
— El hecho de que a veces puedan ver personas muertas, escuchar voces y todo lo relacionado a ello son alucinaciones de la mente al perder oxígeno, lo que ocasiona una serie de descargas eléctricas sin orden entre las neuronas, lo que hace recuerdos casi reales.
— No la escuches — Le pedí a Jake con miedo de que vuelva a ignorarme — Puede llegar a ser verdad en otros casos, pero te juro que estoy aquí y que tú me estás viendo.
— Tranquila — Dijo mirándome directamente a mí y los dos chicos a su lado miraron hacia donde él lo hacía en busca de alguien — ¿Cómo explicas que la siga viendo entonces, Meg?
— ¿Por qué ahora todos me llaman Meg? — Preguntó claramente molesta, Jake se encogió de hombros mientras que su amigo planto una sonrisa estúpida en el rostro que habría jurado hizo sonrojar a la rubia si no la conociera bien — Bien, creo que se debe a algún tipo de trauma por el golpe en la cabeza. Son simples alucinaciones.
— Hagamos una cosa — Me senté en el piso y miré a Jake — Que pregunte algo que solo ella y yo deberíamos saber, nadie más.
— Pregúntame algo que solo tú y ella sabrían.
Hubo un extraño silencio y miradas en una especie de complot entre Dyl y Meg, pareció pensárselo y tiró su cabeza en el respaldo para mirar el techo.
— Bien — Aceptó, algo resignada — ¿Alguna vez le regale algo? — Jake me miró y yo tragué saliva nerviosa y asentí, cosa que él también hizo — ¿Qué cosa?
— Para la última fiesta del colegio que asistí, estaba en el baño viéndome y ella entró — Hablé recordándolo — Estaba llorando y ella me consoló y me regalo un par de aritos.
— Un par de aritos en la última fiesta que ella fue en la escuela, estaba llorando en el baño — Dijo cauteloso Jake.
— Oh por Dios — Megan rápidamente se paró tirando la silla atrás y corrió hacia un rincón — ¿Qué hizo con los aritos?
— Aparecieron en su taquilla a la semana siguiente — Sonreí de lado, me había costado como el infierno aprender a abrirla.
— Tu taquilla — Se limitó a contestar él.
Dylan miraba de un lado a otro nervioso, había subido sus piernas a la cama y ahora las abrazaba. Me paré de mi lugar y me acerqué a Megan.
— ¿Le puedes agradecer? — Pregunté, mientras le daba la espalda a Jake — Ella fue una de las pocas personas que realmente se preocupó por mí.
— Te dice gracias por preocuparte por ella — Megan cerró los ojos y asintió, calmó su respiración — Si quieres decirle algo solo habla.
— Yo quiero preguntar — Habló con una extraña seguridad Dylan y lo miré temerosa — ¿No habrás espiado a Jake desnudo o sí?
Me puse completamente roja y me crucé de brazos, miré a Jake y le envié una mirada incrédula de que siquiera se lo pregunte.
— Claro que no idiota — Él asintió.
— Chicos — Anunció Megan — Yo quiero irme a mi casa, necesito... — Se quedó callada por unos segundos — Esto es demasiado, nos vemos mañana.
— Claro, te acompaño y de paso también me voy — Antes de cerrar la puerta de la habitación ella la paro con la mano y miró hacia nada en particular.
— Adiós Fanny y... Lo siento.
Cerró la puerta y se escucharon como los pasos se alejaban por el pasillo, suspiré y sonreí.
— Te queda bien — Lo miré a Jake sin entender — Esa sonrisa no era falsa como las demás y te queda mucho mejor.
Asentí incomoda y caminé lejos de él atravesando la puerta con un leve "buenas noches" que él devolvió.
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