Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 42

- JAKE -

— No sé qué tan seguro sea ir a lo de Ways — Comentó Megan.

— No fue para nada seguro ir a la casa de Stevenson — Dijo obvia Fanny — Había un arma en su cocina, Jake le tomó foto a eso.

— ¡Maldición! — Espetó la rubia — Bien, no más ponernos en peligro. Podemos hacer algo mucho más simple.

— ¿Qué cosa? — Preguntamos los tres.

— Creemos que Richard es hijo de Tom ¿verdad? — Todos asentimos — Solo necesitamos algo de Richard, entonces mataríamos dos pájaros de un tiro. Si el examen muestra que son parientes, Richard y Tom son familia y Tom y John son hermanos.

— Bien y si no da iremos a lo de Ways — Afirmé.

Mi teléfono vibró y vi que en la pantalla mostraba la foto de mi madre. Otro teléfono más lo copió, esta vez era el de Dylan que ni siquiera quiso fijarse y siguió conduciendo. Todos sabíamos de quién era esa llamada. Y luego de unos segundos, hasta el teléfono de Megan sonó.

— Suerte que ya habíamos salido — Susurré.

Meg y yo contestamos. Megan comenzó a hacer caras y alejó el celular de su oído, con sus labios formó la palabra "mamá". En cambio, yo asentía con los ojos cerrados, como sintiendo la pesadez con cada palabra de mi madre. Cuando los gritos que venían de ambos teléfonos cesaron Dylan y Fanny se quedaron expectantes en silencio esperando a que habláramos.

— Era mamá, la llamaron del colegio. Al parecer se armó todo un revuelo, se reunió Lorena Backs con mamá y los directivos — Hizo una pausa dramática, suspiró — Estoy suspendida por una semana.

— Es mejor a lo que nos toca — Hablé, puse mi mano en el hombro de Dyl que me miró por el espejo retrovisor — ¿Recuerdas cuando dijimos que un día más no podría hacer la diferencia? Bueno, estamos suspendidos en todas las materias. Tenemos que darlas libre.

— Maldita sea — Bramó Dylan golpeando el volante del auto.

Los cuatro nos mantuvimos en silencio por un largo tramo, mirando hacia el paisaje a través de las ventanillas. No podía quitarme el ceño fruncido, estaba demasiado tenso. No me importaban las materias ni retrasarme un año entero, pero sí lo que mi madre sufriría por esto. Desde el accidente había tratado de no hacerla preocupar y estaba justo por el camino contrario.

Fanny puso su mano sobre mi hombro y recorrió todo el camino con sus dedos para posarlos detrás de mi nuca, me miró y me sonrió, me relajé por completo.

— Bien, ya nada importa — Megan se acomodó en el asiento del copiloto para poder vernos a los tres — Escuchen, esto es lo que haremos. Si queremos aprobar y salir victoriosos este año solo nos queda una cosa: terminar este caso cuanto antes. Así que ahora mismo iremos a buscar a Richard, lo tomarán a la fuerza y yo le sacaré algo de pelo.

— Eso es peligroso, aunque efectivo — Admitió Fanny — Pero si John tiene un arma ¿Por qué Richard no la tendría?

— Si tiene un arma tú saldrás, te sacarás la capucha y le darás un susto de muerte — Dijo Dylan.

Bien, no tenía reproches con eso. Estaba seguro de que hasta mojaría sus pantalones por verla otra vez.

Así fue como volvimos al centro de Sebring, serpenteamos entre las calles dirección a la casa de Richard. Fanny jamás había estado aquí, o al menos eso pienso. Yo no me hubiera entregado en bandeja al matón que me molestaba al ir a su casa si fuera ella. Estaba claro que, con la familia que tenía, el muchacho descargaba sus tensiones con los más débiles, pero ¿por qué Richard se comportó de esa manera justamente con ella? ¿Qué podrían contarnos esas paredes y techos adosados si pudieran hablar?

Salimos del auto, no sin decirle a Fanny que estuviera atenta y no se bajara la capucha por nada. Los vecinos podrían pasar caminando y verla.

Megan fue la que tocó la puerta y tras unos minutos de espera esta se abrió. Nos recibió la madre de Richard y Theo, Eliza Hudson. La mujer estaba vestida con ropa de calle, pero sus pies estaban adornados con pantuflas marrones y afelpadas.

— Hola, señorita Hudson. Soy Megan Smith, somos compañeros de Richard — La rubia y Eliza estrecharon sus manos — Nos preguntábamos si él estaba en casa.

— Sí, los recuerdo. Y no. No se encuentra en este momento — La mujer negó, nos miró a los tres algo curiosa y abrió más la puerta de casa — Pero, por favor, entren ¿Dijeron que son amigos?

Dudamos al hablar, tomé la palabra rápidamente. Nos convenía que ella pensara eso.

— Sí, lo somos.

— Me gustaría hablarles un momento, si tienen tiempo...

Los tres nos miramos, algo curiosos de lo que ella podría decirnos y algo aterrados de que esto saliera mal. Megan decidió por todos al dar un paso al frente y entrar a la casa, la seguimos diligentemente.

La señora Hudson nos ofreció café, puso las tazas en una mesa ratonera junto a los sillones donde nos sentamos, además de un plato con galletas llenas de chispas de chocolate. La mitad del plato parecía haber sido arrasado.

— Las saqué del horno hace poco, mi hijo Theo ya se devoró una gran cantidad — Dijo medio divertida, tomó un sorbo de su café y su semblante se oscureció de preocupación — Es un buen niño...

Miré a Dylan sentado a mi izquierda, una de sus cejas estaba levantada y miraba a la mujer como si fuera un rompecabezas imposible de armas. Luego a Meg, a mi derecha, ella me devolvió la mirada con un brillo en los ojos. Ese que obtienen cuando la información está al alcance de su mano.

— No lo conozco, pero parece serlo — Concedió ella — Señorita Hudson... Eliza, ¿puedo llamarla así?

— Oh, claro. No hay problema.

— No es de su hijo Theo del que quiere hablarnos ¿No es verdad?

Las manos esqueléticas de la mujer temblaron y se aferraron más a la taza caliente de café, sus ojos parecieron perturbados. Miró hacia un pasillo, tal vez donde las habitaciones se encontraban, y miró hacia nosotros nuevamente.

Ganas de revolver esta casa no me faltaban, no era muy grande tampoco. Tanto el living como la cocina y el comedor estaban juntos en un gran ambiente. Y donde quería meter mis narices era en la habitación de Richard.

— Sí, yo... Sé que Richard no se ha comportado bien estos últimos años. Y desde... desde la muerte de la muchacha no ha sido el mismo...

Abrí mi boca para hablar, Megan me frenó colocando una mano en mi brazo y negando con su cabeza. Ella dejó que Eliza siguiera hablando, a su tiempo.

— Tengo miedo, él no se merece todo esto. Era un buen muchacho, pero nuestras circunstancias y la influencia de malas personas lo llevaron a ser quién es. Solo me gustaría saber que, si algo ocurre, ustedes pueden confiar en mí para contármelo. Tal vez puedan hablarle... Convencerlo.

— ¿Convencerlo de qué, Eliza? — Pregunté ya sin aguantarme.

— Es difícil de contar... Solo prométanme que lo cuidarán. Es mi hijo, estoy muy preocupada por él.

— Lo haremos, no se preocupe — Confirmó Megan.

Ella se levantó de su asiento y fue hasta donde Eliza se encontraba, sostuvo sus manos después de apartar la taza y le regaló una sonrisa amable y tranquilizadora.

Los ojos de la mujer se acristalaron y bajó su mirada, estaba tratando de no llorar. Megan aprovechó esa distracción para cabecear hacia el pasillo, indicando que nos movamos. Pero no podíamos simplemente corretear por la casa.

— Señorita Hudson, ¿le importa si uso el baño? — Preguntó Dylan.

La mujer accedió y le indicó por dónde ir. Él se apresuró a llegar. Después de unos minutos, cuando ella ya estaba mucho más tranquila y hablábamos de trivialidades, Dylan salió por el pasillo y comenzamos a despedirnos.

Con solo mi mirada le pregunté si había conseguido algo, me guiñó un ojo mientras Eliza no veía.

Ella nos abrió la puerta, despidiéndose de nosotros y dándonos las gracias por haberla escuchado y ayudado.

Fui el primero en salir por la puerta y me quedé estático cuando mis pies tocaron el piso del camino de la entrada. Mi corazón se aceleró y no pude ni modular palabra, los chicos se quedaron igual que yo, de piedra, uno a cada lado mirando hacia el auto de Dyl.

— Dime que esto es una broma — Susurré.

Tom Ways estaba de pie a unos pasos del auto mirando la estructura metálica como si hubiera visto a un fantasma. Y tal vez lo haya hecho. Su piel estaba unos cuantos tonos más pálidos y su boca temblaba mientras parpadeaba y revisaba a la distancia el coche.

Nos miró a nosotros cuando reaccionó, caminó unos pasos hacia la casa pero sin dejar de ver el vehículo.

— Señor Ways — Traté de llamar su atención para que no siga viendo, no veíamos a Fanny en el auto pero estaba seguro que se mantenía escondida en él aún — ¿Se encuentra bien?

— Parece como si hubiera visto un muerto — Habló algo divertido Dylan.

La palabra muerto pareció hacer un clic en él. Nos miró a los tres, uno por uno, luego sobre su hombro hacia el auto.

— ¿Qué hace por aquí señor Ways? — Cuestionó Megan — No sabía que vivía por este vecindario.

Tom balbuceó algo incoherente hasta que carraspeó, trató de ajustarse la campera de cuero como si estuviera descolocada y nos contestó.

— No vivo aquí, vine porque la señorita Hudson había tenido problemas el otro día con...

— ¿Sin el uniforme reglamentario? — Inquirió Dyl.

— ¿Y sin la patrulla? — Le siguió Megan mirando de reojo un auto aparcado a unos cuantos metros de distancia, sobre la vereda de enfrente.

Cuando seguí su mirada el alma se me cayó a los pies. Reconocía ese auto negro. Es el mismo que había estado estacionado en casa varias noches atrás. Sin poder evitarlo choqué mi brazo con el de Dylan para que mirara también hacia allí, anoté la patente mentalmente. Repitiendo las letras y números en mi cabeza una y otra vez.

— Bueno, está fuera de la rutina. Solo me encontraba preocupado por su bienestar.

— Es usted muy amable y dedicado — Ofrecí, mi dejo de ironía se hizo notar a leguas.

Nuestras miradas chocaron, me observó bastante desafiante por unos segundos hasta que miró sobre nosotros hacia la mujer detrás. No quería saber lo que ocurriría cuando no estemos, él le gritaría o algo por el estilo. No me gustaba la idea de tan solo irnos y dejar a Eliza Hudson con ese hombre.

— ¿Y ustedes qué hacen por aquí? — Preguntó.

— Queríamos visitar a Richard, pero no se encuentra — Explicó Meg — Así que ya nos vamos. Que tenga un buen día.

Caminamos intentando no vernos preocupados y apresurados por llegar. Cuando vi a través de la ventana pude vislumbrar a Fanny agachada entre los asientos, en el suelo del auto.

Abrí cuidadosamente la puerta trasera, cuidando de que Ways no pueda ver hacia adentro y me metí rápidamente. Dylan arrancó el auto ni bien Meg cerró la puerta y aceleró hasta perder la casa a la distancia.

Fanny se sentó a mi lado, sobre el asiento, y suspiró.

— ¿Te vio? — Preguntó Megan.

— Lo hizo — Dijo ella — Pero cerró los ojos y me oculté, habrá pensado que está delirando.

Dylan se rio.

— Deberíamos ir a su casa por la noche, hacer que Fanny entre y le dé un susto de muerte.

— ¿Qué has sacado de su baño?

— Había un peine, pero los tres tienen el pelo del mismo color. Así que tuve que robarme el cepillo de dientes.

— ¡Eso es demasiado obvio Dylan! — Lo retó Meg.

Él sacó de su bolsillo el cepillo envuelto en papel higiénico y se lo tendió a Megan que lo guardó con el resto de las cosas que habíamos conseguido.

— ¿Estás seguro de que es suyo?

— Tranquilo Jake, tenía para elegir entre el azul, el rosado y uno de Mickey Mouse.

Suspiré y asentí. Observé a Fanny que parecía estar ida en el paisaje exterior, ver a Tom Ways no debe de ser fácil. No cuando sabe quién realmente es y el papel que toma en su vida, o más bien su muerte. Me acerqué a ella, la rodeé con mi brazo y apoyó su cabeza en mi pecho.

Estaba nervioso por todo lo que había ocurrido hoy, aunque emocionado también. Quería ya mismo ver a mi padre, por más que entrar en nuestra casa sea el pie para dar comienzo a la próxima guerra mundial.

Y, entonces, ocurrió. Un golpe, el chirrido de los frenos del auto contra el pavimento y el sonido de mi corazón en mis oídos. Chocamos.


----------------------------

¡Espero hayan disfrutado del capítulo! El viernes tienen el próximo.

Les dejo un pequeño regalito, recuerden que todas estas cosas las pueden ver primero por mi instagram: hacheescribe

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro