- JAKE - 

— Hola Megan — Saludé a la rubia mientras me sentaba a su lado, en frente de la clase, y ella denotaba su asombro — No te sorprendas, no es como si conociera a alguien o quiera hacerlo.

Ella cerró y abrió su boca varias veces y eso me hizo reír haciendo que varias miradas se posen en nosotros, o más bien en mí.

— Pues alguna de ellas tal vez querría tu presencia — Dijo mirando hacia atrás, muy seguramente al grupito de chicas interesadas en ser la primera que esté conmigo — ¿Qué es lo que quieres? Por algo viniste aquí.

— ¿Te digo la verdad? — Ella asintió — Es el único lugar tranquilo — Y muy seguramente el más sincero, pero no iba a decir aquello — Estoy cansado de las porristas.

— Eso explica mucho — Habló pero quedo callada el resto de la hora ante la presencia del profesor.

El único motivo que tenía realmente para venir era el de ver a los seguidores de Richard pero al parecer ellos no querían ser encontrados, necesitaba más información de lo que él me había dicho por teléfono. En el pueblo anterior era algo normal las carreras y nadie se metía con nadie, nos sabíamos como la palma de nuestra mano los horarios y zonas de patrullas de la policía y eso gran parte era por mí. Mi padre podía ser bastante práctico para algunas cosas aunque lo malo era que yo no sea como él, en traje y siguiendo la ley.

Había pillado sus indirectas hace ya tiempo atrás, comenzaban como chistes sin importancia para ver cómo reaccionaba yo con la noticia pero siempre me reía sin más. Un tiempo después solo eran respuestas con indirectas de parte mía que jamás seguiría su carrera, no sería un policía.

¿Quién lo iba a imaginar? De carreras ilegales a estudiar, nadie me veía en aquella posición. Mucho menos yo.

Jamás supo de mis pequeños escapes y mucho menos que, seguramente, me haya perseguido en más de una vez sin darse cuenta. Si me encontraba saliendo de casa solo decía que salía a fiestas o iría con amigos, nada de qué preocuparse. Él solía llamarlas "tonterías de adolescentes" y supongo que lo seguirá haciendo por un buen tiempo más.

Las carreras también eran montadas en los descampados a las afueras. Tampoco éramos tan idiotas como para poner la vida de más de una persona en peligro.

Al terminar las clases busqué a la pequeña rubia jefa del periódico del colegio, que hay que decir que nadie lee. Pero no la encontraba hasta que di la vuelta en una de las esquinas y me choqué con alguien haciendo que muchos papeles volaran hasta caer en el piso.

— Megan ¿Tienes que andar tan cargada?

— Lo siento — Se agachó para recogerlos y bajé a ayudarla de mala gana — Por Dios, tendré que ordenarlos y no tengo tiempo — Se agarró las manos a la cabeza — Hay que corregir, editar e imprimir. Estoy muerta.

— ¿Para tanto? — Pregunté impresionado, un simple periódico escolar sin gracia no debería costar tanto — Nadie se dará cuenta si tardan en sacarlo.

— Para tu información todos lo esperan — Nos paramos y nos dirigimos a la salida — Tu nota saldrá allí así que... Maldición.

-—Te llevo a tu casa — Saqué las llaves de mi bolsillo trasero del pantalón y me miró algo curiosa — Me queda de paso y necesitas tiempo ¿No?

Estacioné en frente de su casa ni bien llegamos y ella se bajó para luego sacarse el casco y tendérmelo.

— Gracias, has sido de ayuda Maxwell — Asentí y se quedó cruzada de brazos mientras me veía ponerme el casco — ¿Por qué eres así conmigo? — Me encogí de brazos, simplemente ni yo lo sabía. Tal vez era la única persona con la que podía hablar sin que quiera algo a cambio e inclusive, en mi promesa de no relacionarme con nadie este año, necesitaba cierta compañía — Dime que no te gusto.

— ¿Qué? — Su cara era aterrorizada, apagué la moto y apoyé mis brazos en ella — No me gustas Megan — Suspiró de alivio y levanté mis cejas — ¿Tan feo soy?

— No — Dijo rápidamente — No es eso, eres lindo. No es que piense que eres lindo, solo es un cumplido. Yo solo... — Suspiró cansada y me miró avergonzada — No eres mi tipo.

— Tampoco eres mi tipo Megan Smith — Me burlé y ella empezó a reír, era algo tan contagioso que no pude evitar imitarla — Ya ¿Quieres que te ayude con los papeles?

— No gracias, no creo que entiendas mi letra en apuros.

Volví a casa justo para el almuerzo. Estacioné al lado del auto de mi padre y entré a la casa, él estaba ya sentado en una punta de la mesa mientras mi madre gritaba en las escaleras para que Sam bajase.

— Ya voy yo — Ella suspiró de alivio, subí las escaleras y dejé mi mochila en mi habitación para luego ir a la de mi hermano pero antes de entrar escuché risas — ¿Sam?

La puerta se abrió rápidamente y mi hermano seguía riéndose, pude ver a Lucy sentada arriba de la cama con la misma sonrisa y a otro chico más acostado entre el montón de juguetes del piso.

— ¿Qué quieres?

— Es hora de comer — Me di la vuelta — No hagas que te lleve a las rastras.

Al sentarme en la mesa pude ver dos platos más en la mesa, los chicos bajaron y se sentaron.

— Hoy llegaste más tarde — Curioseó mi madre.

— Lleve a una amiga a su casa — Los chicos se rieron a mi lado y mi madre levanto una ceja — Es solo una amiga, como Lucy y Sam.

— Los chicos y yo iremos al parque — Siguió hablando como si nada — ¿Estás seguro que no quieres ir con tu amiga? — La miré enojado, había perdido la cuenta de las veces que me lo propuso hasta el día de hoy — Como Lucy y Sam.

Todos se rieron y yo solo bufé.

— Tu no te rías — Le señale a mi padre — Megan tiene que trabajar en el periódico y no pienso ir solo.

— ¡Ah! Pero si irías con ella — Sentenció mi padre.

— Claro que no — Contesté obvio, estaba cansado — Además hoy saldré con unos amigos — Mi madre asintió claramente decepcionada — ¿Y quién es tu nuevo amigo? — Le pregunté a Sam para cambiar de tema mientras llevaba un vaso a mi boca.

— Es Theo Hudson — Escupí el contenido en la mesa y mi remera, rápidamente me sequé con una servilleta mientras tocia y todos reían — Después dices ser el hermano mayor y maduro...

— Soy el hermano mayor y maduro — Aclaré — ¿Tu apellido es Hudson? — El chico asintió — ¿Tienes algo que ver con Richard Hudson?

Él permaneció estático mientras todos esperábamos su respuesta, miró a Lucy en busca de ayuda y la niña sonrió.

— Es su hermano mayor, pero no se llevan muy bien — Se encogió de hombros — ¿Tu lo conoces?

— Va conmigo a la escuela — Les diría las materias que compartíamos, pero claramente él no asistía a la mayoría por lo que no estaba al corriente — No sabía de ti.

— No muchos lo saben — Se volvió a encoger de hombros la pequeña rubia.

— Mi padre murió cuando yo era pequeño — Explicó por fin Theo con la mirada perdida en el plato — Él tiene otro padre.

— ¿Y es del pueblo?

Lucy miró hacia el pequeño algo alarmada pero ocultó su reacción rápidamente, él la miro y luego a mí para volver al plato y negar con la cabeza.

— No lo conozco — Se limitó a responder el niño, con la mentira que se denotaba a distancia.

— ¡Ya terminamos! — Sam saltó de su asiento haciendo que los dos chicos los siguiera — Vamos a preparar nuestras cosas para irnos.

Los tres corrieron escaleras arriba mientras nos lo quedábamos mirando. Se me hacía que esos dos niños eran mucho más inteligentes de lo que parecían, principalmente Lucy. Me limpié la boca y me disculpé para salir corriendo detrás de ellos, toqué la puerta de Sam y lo hice salir hasta entrar a mi habitación. Tendría una seria platica con él.

— Escúchame bien — Me senté en la cama para quedar a su altura — No quiero que vayas a la casa de Theo ¿Esta bien?

— ¿Por qué? — Se cruzó de brazos fastidiado — No tiene nada de malo.

— No, si tiene — Estaba frustrado ¿Cómo le explicaba toda la situación? — No es por él si no por el hermano Richard, invítalo aquí cuando quieras, pero no vayas a su casa.

— ¿Qué tiene su hermano?

— Es un brabucón, de los peores — Exageré — Golpea a todos en el colegio y es mala compañía.

Mi celular empezó a sonar y al mirar la pantalla mi piel se erizó, el nombre de Richard relucía en sus letras negras en el teléfono. Mi hermano lo leyó igual que yo y al mirarlo tenía las cejas levantadas.

— Tal vez deberías tomar tu propio consejo hermanito — Dijo para salir por la puerta, era penoso ser callado por tu hermano menor.

— ¿Entonces nos vemos esta noche? — Habló el del otro lado, pero no me dejo ni contestarle — Nos vendría bien si logras saber dónde estará patrullando la policía hoy.

— No lo creo, me tomará un tiempo saber eso — En el pueblo anterior vivía allí desde que había nacido, por supuesto que me las sabía de memoria. Pero aquí no solo tenía que memorizarlas si no, también, averiguarlas sin tener conocidos policías además de mi padre — Aún no conozco ni a sus compañeros.

— Maldición — Se quedó callado unos segundos — Bien, no llegues tarde.

Mi madre salió junto a Sam y sus dos amigos, era increíble que haya hecho amigos antes que yo. Mi padre iba a salir por la puerta para volver al trabajo pero se detuvo y miró hacia mí.

— Hoy llegaré bastante tarde — Me señaló — ¿Tu dónde iras?

— Supongo que a algún bar — Dije encogiéndome de hombros — Aún no lo decidimos.

— Bien, no llegues tarde. Tienes escuela mañana.

Cerró la puerta detrás de él, escuché el sonido del motor de su auto encenderse y las ruedas sobre el pavimento.

— Como si fueras a darte cuenta...

Tomé mi celular y me senté en el sillón corriendo cajas del piso que aún quedaban de la mudanza, marqué el número de Megan que atendió al tercer tono.

— ¿Hola? ¿Quién habla?

— Es doloroso que no tengas mi celular — Dije llevándome una mano al pecho y empecé a reír.

— Ah, eres tú — Sonó decepcionada — Habla, no tengo todo el día.

— Richard tiene un hermano — Ella quedó muda — ¿Lo sabias verdad? ¿Cuántos más lo saben?

— En realidad — Empezó cautelosa — Solo alguno de sus amigos, tú y yo.

— Sus amigos lo entiendo — Asentí con mi cabeza — Y yo acabo de ver como mi hermano es amigo de Theo, pero ¿Por qué lo sabes tú?

— Lo investigue ¿Ok? — Habló después de largar un fuerte suspiro — Después de lo de Fanny investigué todo su entorno — Eso aclaraba muchas dudas — Escuché que hoy habrá una carrera ¿Irás verdad?

— Claro que sí.

— Es que eres necio, te digo que te alejes de Richard y tú te le pegas como un imán — Me quedé callado, después de todo ella y mi hermanito tenían razón — Bien, se obstinado y estúpido y ve a la carrera. Agregaré "idiota" a la lista de calificativos de tu nota.

Me colgó, miré mi celular con el ceño fruncido ¡Me colgó!

Me bañé, cambié y tomé mis llaves para salir disparado con la moto a la dirección que me había dado. El cruce de la calle Sebring Pkwy y Ridgewood Drive estaba lleno de personas, motos estacionadas a los lados de la calle mientras que los autos se desviaban de la calle al ver a tanto tumulto. Esto es un descontrol, estaban todos en una calle principal. La policía caería en cualquier momento.

— Richard — Lo llamé mientras iba caminando hacia él, se dio la vuelta y me sonrió egocéntrico hasta que borró aquella expresión de la cara al notarme enojado — No entiendes lo que acabas de hacer, la policía vendrá en cualquier momento idiota — Lo empujé — Es una calle principal, se supone que deberíamos seguir vivos y libres después de la carrera ¿Acaso no sabes organizar una?

— Es mejor que te quedes callado — Me empujó — Si tan cobarde eres vete de aquí, anda ve con tu papi — Me sonrió soberbio mientras se acercaba más y más a mí y no nos sacábamos la vista de encima — Ve con el policía como un buen hijo, terminaras igual que él en un despreciable puesto y con una despreciable familia.

— ¡Al menos yo sé quién es mi padre! — Grité enojado sin medir mis palabras, un puño voló directo a mi cara. Las personas ya estaban rodeándonos, viendo el espectáculo. Richard estaba claramente enojado y molesto — Yo tengo una familia, el despreciable solo eres tú.

Otro puño voló hacia mí pero lo detuve para pegar, ahora, yo. Mis nudillos se pegaron a su barbilla y luego a su estómago. Las sirenas de la policía se escucharon y algunos chicos sacaron a Richard a las rastras, el idiota quería volver a mí en vez de escapar. Me puse el casco pero no me dio tiempo a abrochármelo, subí a mi moto y la encendí.

Tenía que salir de aquí.