Capítulo 35
- FANNY -
Por lo que sabía gracias a Jake, Dylan había pasado la noche con Megan. Eso sí que era algo completamente nuevo, no sabía cómo había hecho el chico para pasar por las barreras de la rubia y su madre.
Meg abrazó a Jaky ni bien abrió la puerta y se dio cuenta que eran ellos. Jake por su parte reaccionó algo tarde por la sorpresa, pero terminó por rodearla con sus brazos.
— ¿Ella está bien? ¿Realmente bien? — Preguntó Meg, su voz sonó ahogada por tener su cabeza enterrada en el cuerpo de Jake.
— Está bien, está aquí con nosotros. No te preocupes.
Megan lo dejó ir y sonrió. Ahora que podía verla mejor, no había mucho de aquella muchacha segura y valiente que todos estos días nos venía acompañando. Ni siquiera se había mostrado tan afectada cuando Richard se la había llevado.
Su atuendo constaba de un pantalón de chal, un suéter celeste pastel tan largo como para ocultar sus manos y sostenía su cabello por una cola de caballo despeinada.
— Vengan, pasen — Les hizo espacio para pasar por la puerta.
Jake entró primero y Dylan fue el siguiente en caminar, pero se detuvo junto a ella para abrazarla y robarle un beso bastante íntimo pero fugaz. Uno de esos que enviaba fuerza y cariño.
Me apresuré a caminar hacia adentro, Jake saludaba a una mujer algunos años mayor que Meg pero bastante joven en comparación a mis padres y a los padres de los chicos. Era tal cual la hija, rubia y ojos marrones con esa figura con caderas curvas y de buena estatura.
— Es un placer conocerla señora Smith — Dijo Jake tendiendo su mano — Mi nombre es Jake Maxwell.
— Oh, por favor, me haces sentir vieja — Ella sonrió — Mi nombre es Danna, puedes llamarme así.
— Lo haré.
Danna Smith miró por detrás de Jaky y le abrió los brazos al otro recién llegado. Dyl y Danna se saludaron como si se hubieran conocido hace años, la mujer lo abrazó y preguntó cómo había estado.
La cara de Megan era digna de una foto, ella parecía aburrida de la escena. Estaba claro que a Danna le había caído bastante bien Dylan.
— Todos se quedan a almorzar — Más que pregunta, sonó a una orden.
Los chicos asintieron y ella sonrió, Jake le mandó un mensaje a Tina con la ubicación y avisándole que no llegarían a comer. Tina le respondió que debían hablar de cuándo avisar de estas cosas, si antes o después de desaparecer de la casa.
Ya en la habitación de Megan no pude evitar observar todo impresionada. Uno hubiera pensado que la rubia mantenía cada uno de los aspectos de su vida en constante orden, desde sus tareas, la taquilla en la escuela hasta su habitación. La realidad era una mucho más espeluznante.
Había pilones de diarios escolares amontonados junto a la puerta, al lado del armario. Las puertas del mueble estaban cerradas, pero apostarían que la ropa acomodada no era algo de su fuerte tampoco. Había algunos zapatos apilados al lado de la cama, papeles y libros de texto sobre las sábanas sin acomodar. Un escritorio con una laptop decorada en stickers de series famosas, la mayoría sobre detectives o misterios. Había latas decoradas en un estante, justo arriba del escritorio, bastante infantiles y llenas de lápices, lapiceras y fibrones.
Lo que más destacaba del lugar era la enorme pizarra de corcho que colgaba en una pared, al principio pensaba que medía lo que el gran ventanal en otra de sus paredes. Pero después me di cuenta de que estaba todo tan repleto de papeles, fotos y cintas de colores que se perdía dónde el corcho finalizaba y la pared se veía.
Ni mi habitación había estado tan desordenada en lo que mi vida había durado.
— Cuando mi madre se queje del desastre de mi habitación la invitaré a conocer tu cuarto — Habló Jake tan sorprendido como yo.
Dylan entró a la habitación con una silla extra para Jake, la puso al lado de la silla de oficina en el escritorio y se sentó en esta última. Meg se sentó en su regazo y Jake se apresuró a sumarse a la ronda junto a la computadora.
— Dyl me dijo sobre Stevenson, intenté conseguir la mayor información posible y conseguí su dirección — Dijo ella mientras abría Google Maps y leía un pequeño post it pegado sobre la mesa — Es aquí, en Sunkist Avenue.
— ¿Dónde rayos queda eso? — Preguntó Dyl acercando su nariz a la pantalla.
— Realmente lejos — Contestó Megan cuando retrocedió un poco en el mapa para ver más amplio todo — Pero es directo, tardaremos nada en ir con el auto. Tomamos Lakeview Drive, la de tu casa Jake, y podemos girar sobre Kenilworth Boulevard y conducir un tirón recto hasta Sunkist.
— ¿Crees que esta vez encontremos las llaves del auto? — Le preguntó Jaky a Dylan que hizo una mueca y negó con la cabeza.
Megan suspiró y comenzó a teclear para ver las opciones que tenían en bus. No me gustaba nada que estén intentando llegar a la casa de ese hombre, no cuando cualquier cosa podría pasarles.
— Oliver se encargará de él — Le dije a Jake tratando de disuadirlo — Por favor, no vayan. Es demasiado arriesgado.
— La policía no puede hacer nada sin una orden, Fanny. Se supone que papá no tenía cómo saber que él estuvo allí. Debemos ir.
— ¿Recuerdas lo que dije? Ellos estaban planeando sacarlos del juego, sacarlos del mapa... Si algo les llegara a pasar por mi culpa jamás me lo perdonaría.
— Nada nos va a pasar — Jake se paró y me tomó por los brazos — Tranquila. Además, te tendremos a ti para protegernos ¿Acaso no puedes mover cosas?
Sí, claro que podía hacerlo. Y si no pudiera intentaría lo que sea suficiente con tal de mantenerlos alejados de los peligros. Pero eso no significaba que este plan me guste.
— Tardarán un montón en ir caminando, tienen escuela y si vuelven a faltar... — Observé una vez más a Jake y a los demás — No hay manera de que los haga cambiar de opinión ¿Verdad?
Jake negó, suspiré y me aparté de ellos para ver por la ventana.
Danna Smith entró al cuarto con una bandeja llena de pizza cortada en cuadrados y bebidas. Los chicos la ayudaron a acomodar todo entre los pilones de papeles y demás y ella se fue no sin antes quejarse del desorden de la habitación y pidiéndole a Megan que tire los mugrosos diarios de una vez.
— Entonces ¿Tu madre no mató a Dylan cuando intentó colarse a tu casa? — Preguntó Jake.
Ahora todos estaban más relajados mientras comían y charlaban de nimiedades. Dylan sonrió con esa mueca traviesa tan característica suya.
— Oh, no. Mi madre lo amó desde el primer momento, no sé cómo lo hizo — Respondió ella fastidiada — Creo que se alegró más del hecho de que trajera a alguien y que no fuera para estudiar que por cualquier otra cosa.
Ellos rieron, Dylan bufó indignado.
— Fue por mis propios encantos ¿Qué dices?
— Si tú prefieres creer eso, no seré quien arruine tu burbuja de fantasía — Replicó Meg sonriente.
Sus rostros se acercaron, no pude evitar sonreír feliz por ellos, y se dieron un pequeño y tierno beso. Megan se la veía mucho más relajada con él a su lado, hasta creía que la presencia de Jake la mejoraba de sobremanera. Me gustaba eso, saber que si yo me iba los tres tendrían en quién apoyarse. Tal vez Dylan no esté tan apegado a mí, más bien estaba ayudando a su mejor amigo. Pero tanto Jake como Megan estaba segura de que sufrirían si algo me pasara.
Sentí la mirada de Jake, sus ojos fijos en mi rostro nuevamente, poniéndome nerviosa. Había decidido no dar más vueltas al asunto, alejar a Jake era una misión imposible por lo que haría lo que él había dicho. Ambos disfrutaríamos del momento, intentaríamos vivir el ahora porque el mañana era totalmente incierto. Entonces, si algo pasaba, al menos estaría segura de que no me arrepentía de nada ni quería volver el tiempo atrás.
Estaría tranquila que dije e hice cada cosa que quería. Que traté de protegerlos, que traté de brindarles lo mejor de mí. Sobre todo, que logré unirlos.
El celular de Jake sonó interrumpiendo nuestra mirada en el otro. Él contestó, era su padre. Oliver había estado trabajando lo máximo que podía para ayudarme. Más bien para hacer justicia ante un delito oculto. Suspiré, sus familias eran más personas a la larga lista de protección.
Jake se tensó y quedó con su mirada fija en el suelo antes de colgar. Cuando los chicos le preguntaron qué ocurría, no contestó. Me acerqué rápidamente, algo temerosa por lo que su padre había dicho del otro lado del auricular, y me acuclillé junto a él. Lo tomé de las manos y lo obligué a mirarme.
— ¿Qué es lo que ocurre Jaky? Nos estás asustando.
Me observó un lago rato sin contestarme hasta que parpadeó y miró a los chicos también. Vio su celular y volvió a guardarlo. Su rostro estaba pálido y consternado.
— Esto... Creo que algo malo pasó — Susurró él.
— ¿Qué cosa? Dinos, Jake — Insistió la rubia mientras ella y Dylan se paraban.
— Nuestras familias... — Dejó la oración en el aire Dylan, dándose por entendido.
— No, ellos están bien. Pero... El profesor Gabe Shuts, él...
Jake me miró a mí con pesar y lo supe. Supe lo que su mirada significaba. Negué con mi cabeza, no podía creer eso. No lo haría. Jaky sabía que ese profesor había sido especialmente atento conmigo, era como un amigo en toda esa oscuridad que había en mi vida. Que me dijera esto... No, él jamás me mentiría con una noticia así.
Me sentí impotente, sola y deshecha.
— Gabe Shuts ha muerto — Terminó por decir Jake — Lo encontraron hace algo de una hora, se ha suicidado.
Jake se acercó y me rodeó con sus brazos. Escuché murmullos, pero no me importaba nada de lo que los demás dijeran o hicieran. Me aferré al cuerpo de Jake derramando mis lágrimas contenidas. Esto era simplemente demasiado, esto era realmente injusto. Él no merecía una muerte así, claro que no. Me había ayudado todo ese tiempo, me había escuchado y me había dado pequeños minutos de paz enseñándome a pintar y dibujar.
Mi pecho dolía, las emociones dolían tal cual como si estuviera viva. Hasta eso era injusto también. Era como si mi corazón se encogiera en la pena, daba punzadas con cada latido y la única manera de calmarlo eran con los sollozos y gritos inútiles que daba sobre el pecho del chico al que aferraba.
— Lo siento Fanny, realmente lo siento — Me susurraba Jake.
Negué con mi cabeza. Estaba bien. Realmente estaba bien. Las personas mueren ¿Verdad? Yo inclusive. Y obviamente que iba a doler.
Solo necesitaba quedarme así, con mis manos temblorosas aferradas a su espalda y ahogando cada uno de mis lamentos con su cuerpo. Eso estaba bien, mientras él estuviera aquí yo estaría bien.
Al pasar el rato me aventuré a levantar mi vista por el hombro de Jake. Megan permanecía apoyada en el escritorio, mirada perdida en el suelo y su cabeza apoyada en el hombro de Dylan. Uno de sus profesores había muerto, no es como si ella realmente hubiera tenido algo de afecto por él como yo, pero esto la estaba superando cada vez más.
Un profesor había muerto. Toda la escuela estaría conmocionada por la noticia. La escuela, su familia y...
— ¡Lucy! — Exclamé alejándome de Jake — ¡Tengo que ir a verla! Ella debe estar mal, tengo que ir Jake. No puede pasar por esto otra vez.
— Está bien, tranquila. Ella estará jugando con mi hermano, aún no deben de haberle contado.
Asentí, tenía sentido. Pero las ganas de correr a por ella no se me iban. No me sentiría ni una gota mejor hasta no tenerla conmigo, aunque ni siquiera pudiera estrecharla en mis brazos y decirle cuánto sentía todo. Cuánto me afectaba a mí como a ella.
Gabe Shuts había muerto. Se había suicidado según Jake. No, él jamás haría algo como eso. No cuando estuvo tanto tiempo luchando contra eso conmigo.
Miré a Jake a los ojos mientras lo sostenía de sus brazos. La idea que se me cruzó al instante me hizo temblar.
— No se suicidó — Dije — Lo mataron.
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¿Suicidio? ¿Asesinato? ¿Ustedes qué piensan? Los leo.
Además ¿No son totalmente tiernos Dylan y Megan? ¡Los adoro!
[ Canción: Look Back - Diplo ft. Dram ]
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