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Capítulo 14


- JAKE -

No había podido soportarlo, tenía sueño y estaba cansado. Me había pasado toda la noche repitiendo en mi cabeza las palabras de Fanny, tan dolorosamente frías y que, para mí, no tenían ningún sentido. Ella fue la que me había pedido ayuda y yo había accedido, había sido como una pregunta silenciosa en la que los dos sabíamos que lo necesitábamos. Más ella que yo, pero ahora le da igual todo. Me gritó y me pidió que me largue, que haga como si no la hubiera visto nunca ¿Cómo podía hacer semejante cosa?

A la mañana me había levantado con grandes ojeras y un gran desorden en el pelo, la forma en que me veía tan desolada y preocupada seguía en mi memoria cuando bajaba las escaleras. En las cuales cada mañana la había visto estar sentada, aguardando a que yo bajara.

El ver aquellos escalones tan solos e impolutos cierto dolor en mi pecho aumentó, me había quedado parado frente a la escalera sin darme cuenta. Mis ojos fijos donde ella debería ocupar su espacio. Podía imaginar su cabellera larga y ondulada bajando por su espalda, ella se daría vuelta al sentir mi presencia y me sonreiría como siempre deseándome los buenos días. Yo le respondería con la misma sonrisa autentica de siempre.

Pero nada de eso pasó.

Bajé los últimos escalones con pesadumbre para internarme en un ámbito aún más pesado, mi madre se encargó de Dylan y de Sam ya que se percató de mi mal humor. Me di cuenta de la otra presencia junto a nosotros momentos después, Megan se había quedado a dormir.

En algún momento de la noche habíamos cambiado lugares. Yo necesitaba estar solo, asique Dylan había terminado por ceder su habitación mientras él se dirigía a los sillones.

En la escuela lo único que hice fue llegar y sentarme en un banco a última fila aun cuando la clase no había comenzado, puse mi mochila en el asiento a mi derecha y me quedé observando por la ventana después de ponerme mis auriculares. Me aislé de todos, incluyendo del profesor que nada de culpa tenía. Gabe Shuts era un buen tipo, pero hoy no tenía ganas de aguantar sus palabrerías acerca de cómo el arte influye en el mundo y las personas.

De pronto sentí una sacudida, mi cabeza quedó despejada de mi capucha y me enderecé en mi asiento. En algún momento debí de haberme dormido en medio de la clase. Una mano me sacó los auriculares y se sentó en frente de mí con el ceño fruncido.

Lo único que me faltaba es que me reten por dormir en clase, pero en este momento me daba igual.

— ¿Sabes que no debes dormir en clase verdad? — Me preguntó el profesor de arte.

— Sí — Dije con voz ronca y adormilada — No volverá a ocurrir.

— Claro que lo hará — Exclamó en un tono obvio que me hizo quedar en mi lugar, el aula estaba vacía y todos los alumnos deben de estar ahora en sus casilleros — ¿Qué es lo que pasa chico? — Me encogí de hombros y apoyé mi espalda en el respaldo sin saber qué decir ¿Cómo le explicaba que veía muertos? — Vamos, no eres el primer alumno al que le doy consejos.

— ¿Entonces además de profesor de arte es usted psicólogo? — Reí secamente.

— No, pero me gusta ayudar a las personas — Bufó por mi falta de interés y se paró poniendo su asiento al revés para volverse a sentar apoyando su pecho en el respaldo — No debes decirme el problema si no quieres, solo descubre la manera para que pueda ayudarte.

— Es complicado...

— ¿Alcohol? ¿Drogas? — Habló seriamente y negué rápidamente con mi cabeza, yo no tenía ese tipo de problemas — ¿Amor? — Lo miré y tragué saliva, desvié mis ojos hacia la ventana donde se veía que la mañana ya había pasado unas cuantas horas — Entonces es eso...

— Hay una chica — Empecé a explicar — Bueno, hubo una chica que venía a este colegio.

— ¿La conozco? — Sonrió de lado divertido.

— Fanny Courtney — El hombre en frente de mi rápidamente borro su sonrisa y se tensó — Parece que la conocía profesor ¿Qué sabe de ella?

— Nada - Se levantó bruscamente pero antes de que pueda irse lo detuve interponiendo mi cuerpo, repetí la pregunta anterior y lo miré fijamente dándole a saber que no lo dejaría ir de buenas a primeras — La ayudaba con sus problemas, no tenía muchos amigos y cuando murió fue algo lamentable ¿Ya?

— No — Algo dentro de mí se encogió, tal vez él sepa más de lo que cuenta.

No dejaría que Fanny me aleje de ella, si no me quería consigo al menos intentaría resolver el gran conflicto que es su muerte. Después de todo se lo debía, gracias a ella yo seguía aquí. Tenía la fuerte determinación de que todo se arreglaría y para ello necesitaba de más información de la que tenía.

Y si el señor Gabe Shuts la tenía, el señor Gabe Shuts hablaría.

— ¿Qué más quieres que te diga? — Parecía nervioso, podía jurar que sus manos estaban sudando y por eso las refregaba a cada momento en su pantalón.

— Ella no se suicidó profesor, eso es seguro — Él se quedó mudo y dentro de mí la lamparita se prendió — ¿Usted sabe lo que pasó verdad?

No podía creer que no me lo negara, él se zafó de mi agarre para ir directo hacia la puerta. La cerró cuidadosamente mirando para afuera y volvió su atención a mí.

— No es que lo haya visto o que tenga pruebas — Dijo en un susurro — Pero te puedo asegurar que esa chica tenía muchos problemas, su madre había muerto y el comportamiento de su padre no la ayudaba — Asentí, aquello no era nada nuevo. Sabía perfectamente que Philip no era el padre del año y eso me enfurecía cada vez más — La cuestión acá es ¿Quién eres tú realmente?

— ¿Qué? — Pregunté desconcertado.

— Vienes a hablar de ella cuando eres completamente nuevo en este pueblo, aquí la muerte de Fanny no es muy comentada. Son todos rumores.

— Yo... — Puedo verla, vive en mi casa y acaba de destrozarme, había pensado — La conocía, por eso vine al pueblo.

— Ella no tenía amigos — Su ceño fruncido demostraba lo inseguro que estaba a cerca de mi — Me contó sobre muchas cosas, pero nunca de un chico.

Iba a contestarle hasta que volví a pensar lo que me había dicho recién, no podía creer que él lo haya sabido y jamás haya hecho absolutamente nada por ella. Fanny era una gran persona, podía notarlo a simple vista. Inclusive con sus sentimientos destrozados y con una vida triste y solitaria ella demostraba ser una buena chica. Sus sonrisas auténticas son contadas y no me había perdido ninguna de ellas, era un espectáculo cada vez que lograba hacerla un poco feliz.

Hacerla feliz era como un deporte extremo, sus labios eran de curvas peligrosas y sus ojos la perdición, su aroma era embriagador y su voz una melodía. Pero hacía de sus facciones la más intensa batalla, hacía de cada sonrisa un trofeo y ella hacía de mi buen juicio un enjambre de abejas desquiciadas.

— Usted estaba al corriente de lo que pasaba y jamás la ayudo.

— Claro que lo intenté — Me gritó — Quise ayudarla.

— Si lo hubiera hecho jamás habría pasado lo que pasó — Le señalé acusándolo — Tenía que denunciar a su padre, la policía investigaría y lo encarcelarían. Ella estaría mucho mejor sola que con él.

— No es tan sencillo muchacho — Negó.

— Pues yo por ella lo haría sencillo — Hablé sincero — Yo mismo la hubiera sacado de esa casa — Gabe negó con la cabeza y retrocedió unos pasos, no lo entendía ¿Qué tanto hubiera costado? Absolutamente nada.

El timbre sonó y tomé mis cosas para irme rápidamente, me adentré a la siguiente clase lejos del asiento de Dylan. Empecé a morder mis uñas y no le presté atención a la profesora, mi pierna se mantenía inquieta y mi corazón estaba dando tumbos. Cerré mis ojos intentando enfocarme en lo que sabía.

Tengo a un testigo de que Fanny tenía problemas con su padre, necesitaba alguna evidencia y eso estaba en el diario. Solamente debía de ir a la policía, mi padre conseguiría que la causa volviera a abrirse y pediría que buscaran a Philip para que volviera a declarar. En ese corto plazo, que con suerte no será tanto ya que nadie sabe dónde se encuentra el señor Courtney, tenía que encontrar alguna pista más. Algo que sea clave para que volvieran a investigar.

Me paré agarrando mis cosas y salí sin dar explicaciones a nadie, escuché los gritos de Dylan y, muy seguramente, también de Megan. Corrí a la salida sin duda alguna, tenía que hacer eso pero primero debía hablar con mi padre para aconsejarme.

Tomé el primer taxi que vi y le pedí que me llevara a la comisaria, en el camino repasé paso a paso y con lujo de detalles la historia que le iba a dar a mi padre. No debía sospechar de nada, tenía que sonar creíble. Me creería un loco si le decía que convivíamos con Fanny Courtney y que ella personalmente me dijo que su padre la había matado.

Pero al llegar vi a mi padre subirse a su coche con Tom Ways y un instinto me dijo que esperase a que él estuviera solo, lo esperaría en su escritorio. Caminé hacia adentro y saludé a algún que otro policía que recordaba de la vez que había estado aquí, algunos no reconocía pero de seguro mi padre les habría hablado bastante de mí. Además de conocerme por el accidente, claro está.

Mi celular volvió a sonar, había ignorado todas las veces que había vibrado en mi bolsillo y esta vez, ya cansado, lo tomé para contestar.

— ¿Qué es lo que te pasó Jake? — La voz de la rubia se hizo escuchar escandalizada al otro lado — Deberías ver a Dylan, está como loco buscándote.

— Me lo imagino — Sonreí de lado recreando a Dyl en mi cabeza buscando hasta adentro de un contenedor de basura por la calle — No se preocupen, estoy bien.

— ¿Por qué saliste como alma que lleva el diablo?

— Tal vez porque el diablo quiso que así fuera — Imaginé a Megan revoleando los ojos y escuché un suave bufido — Estoy esperando a mi padre en la comisaría, tengo una idea para hacer que Philip vuelva.

— Espera Jake, esas cosas debes pensarlas bien — Empezó a aconsejarme rápidamente — Tienes que ver todos los problemas que podrán presentarse, si la información es correcta y si a Philip o a la justicia le importa.

— Créeme, les importará — Miré hacia mis lados para asegurarme de que nadie me esté prestando atención — Tal vez a Courtney no tanto, pero la policía lo llamará para investigar.

— ¿Qué fue lo que conseguiste Maxwell? — Demandó más que preguntar.

— Un testigo — Susurré — ¿Qué tal si traes el trasero de Dylan hasta aquí? Así podremos hablar mejor.

— Bien, veré en que contenedor de basura lo encuentro — Reí al darme cuenta de las mismas ideas que tenemos de él — Oye ¿Qué paso anoche?

Dejé de reír y suspiré, tarde o temprano ellos lo sabrían.

— Simplemente me pidió que la olvidase — Del otro lado solo se escuchaba la respiración pausada de Meg, seguramente no sabría que decir — Yo no quiero olvidarla.

— Mejor discutimos eso después Jake — Aconsejó ella — No hables con Oliver sin nosotros.

— Claro que no — Corté la llamada.

No fue hasta que la puerta de la gran oficina fue abierta dejando ver a un muy preocupado Dylan, seguido por un Oliver nervioso y un Tom sin expresión alguna. Me quedé mirándolos curioso ¿Qué hacían juntos? Dyl parecía ansioso, se le notaba por el pequeño repiqueteo de su pie derecho en el piso y su mirada que iba de mi padre a mí a cada segundo.

— Vamos, ven — Suspiró mi padre, los pasos de mi mejor amigo se acercaron rápidos hacia mi hasta darme un gran golpe en la cabeza.

— ¿Qué crees que haces desapareciendo así Jaky? — Me sobé la parte afectada mientras intentaba no reírme a causa de la expresión en la cara de Dyl — Y no te rías, no le veo la gracia andar preocupado viendo en cada parte del pueblo por dónde te habías metido — Empezó a caminar de un lado a otro por delante de mí, mi padre se cruzó de brazos y frunció su ceño paciente por esperar la gran historia de Dylan — Me fijé en tu casillero — Empezó a numerar con los dedos — Me escapé del colegio y busqué en los basureros, detrás de los árboles ¡Incluso te busque en tu casa! — Me gritó parándose y extendiendo sus brazos — Pero lo único que encontré fue a un fantasma — Mi expresión se endureció rápidamente, aunque la de mi padre y su nuevo amigo era divertida. Estallaron a carcajadas — No es gracioso hablar con muertos para su información.

— Vamos Dylan — Mi padre golpeó suavemente su espalda y lo hizo sentar en la silla en frente del escritorio — Tendrías que hacerte ver por un médico.

— Si supiera — Comentó mi amigo por lo bajo mirándome fijamente, alcé una ceja y él solo negó con la cabeza — ¿Por qué te fuiste así?

— Tengo algo que decirles — Junté mis manos y las miré para no prestarles atención a ninguno allí, en mi cabeza rondaba las palabras de mi amigo. Había dicho que habló con un fantasma ¿A qué se refería? — Pero necesito que estemos solos — Observé a Tom — Además de que estoy esperando a que Megan venga.

Y como si la hubieran llamado su cabellera rubia paso por la puerta intentando controlar el nerviosismo en sus manos, su pecho subía y bajaba deprisa. Tal vez se había apurado demasiado en venir.

— Hola — Dijo casi sin voz, sonrió por compromiso como solo ella sabía hacerlo y evitó la mirada del enamorado en la sala — ¿Ya empezaron?

— No — Dijo mi padre para automáticamente mirar hacia Tom — Hablaré con ellos un momento — Él miró hacia mí y frunció los labios — Vayamos a un lugar más tranquilo.

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