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Capítulo VII: Ocultando la verdad.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento
al lector.

Hinata cepillaba el cabello de su hermana menor, ambas estaban sentadas en la cama, Hanabi le había pedido que la dejara dormir hoy con ella.

—¿Esta vez sí eres tú Onee-sama?— Hinata la miró con curiosidad.

—¿A qué te refieres?— Hanabi sintió que su hermana termino de cepillar su cabello y se volteó para verla fijamente.

—No creas que no me doy cuenta de lo que haces, mandas un clon por las noches— Hinata se sonrojo.

—Bueno, esta vez si soy yo, tenía que estar aquí porque me pediste dormir conmigo— la castaña sonrió cuando su hermana tomo sus mejillas con cariño, Hinata era más que una hermana, era como una madre para ella.

—¿Cuándo le piensas decir?— Hanabi dejo a lado las sonrisas para ponerse más seria.

—Pronto— Hinata empezó a acomodar la cama para que ambas pudieran acostarse.

—Espero que sea muy pronto— murmuró Hanabi y después se acostó a lado de su hermana— No podrás ocultarlo por tanto tiempo.

—Guarda el secreto Hanabi, por favor— la castaña asintió y abrazo a su hermana, Hinata correspondió al abrazo.

Se quedaron platicando sobre algunas cosas hasta que se quedaron profundamente dormidas. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Kiba y Shino estaban entrenando, Hinata llegó una media hora después con el almuerzo de los tres, incluso había traído algo para Akamaru.

—Debemos parar un rato para descansar— opino Shino, Kiba asintió y se fueron a sentar junto a Hinata y Akamaru.

—¿Por qué llegaste tarde Hinata?— Kiba le dió un bocado a su comida y le compartió un poco a Akamaru.

—Es que yo no iba a entrenar esta vez con ustedes— respondió Hinata avergonzada.

—Últimamente ya no quieres entrenar con nosotros, siempre eras la que se quería esforzar más— comento Shino tratando de analizar a su amiga— ¿Pasa algo?

—Es solo una orden del doctor, no debo hacer mucho esfuerzo— Hinata bebió un poco de su agua y sonrió para demostrar que no pasaba nada malo.

—¿Estás enferma?— Akamaru ladeó la cabeza triste por las palabras de Kiba.

—No precisamente, pronto se me pasará— sus amigos asintieron no muy convencidos.

—¿Y qué han hecho?— Kiba fue el primero en intentar cambiar el tema.

—Yo voy a tomar el trabajo que me ofreció Kakashi-sensei, seré el próximo maestro de la academia— Kiba y Hinata lo miraron sorprendidos.

—Eso es bueno Shino-kun— aseguró Hinata— Felicidades.

—Eso no lo esperaba, espero que te vaya muy bien Shino.

—Gracias.

—Pues yo estoy empezando a salir con alguien— comento Kiba cruzando los brazos atrás de su cabeza.

—Ya era hora— Hinata se cubrió la boca para reír por lo que dijo Shino, él no solía hacer esos comentarios.

—No eres el mejor para hablar Shino— Kiba lo miro ligeramente molesto.

—¿Y tú qué has hecho?— Shino se dirigió a Hinata para no caer en las provocaciones de Kiba.

—Pues nada importante, solo he entrenado a los niños del Clan y a Hanabi.

—Escuche que terminaste con Naruto— Shino codeó a Kiba por su falta de tacto.

—Si, terminamos.

—Te vez muy bien para haber terminado su relación, ya casi cumplían un año— hablo Shino acomodando sus lentes.

—Lo mejor era terminar nuestra relación, Naruto-kun no me amaba, no podía ser egoísta y tenerlo a mi lado sabiendo la verdad— Kiba suspiro al igual que Shino, la Hyūga miró al cielo tranquila.

—Aún no creo que ya tenemos diecinueve— hablo Kiba— ¿Cuándo crecimos tanto?

—No lo sé— respondió Shino dando una última mordida a su comida.

Hinata levantó los hombros sin saber que decir.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Obito estaba limpiando el patio de su casa cuando miro a Hinata llegar con una sonrisa, llevaba puesto un vestido claro que le llegaba cuatro dedos arriba de la rodilla. 

—¿Necesitas ayuda?— Hinata se acercó a él y lo abrazó.

—Ya estaba terminando— él la rodeó con sus brazos y la besó.

Cuando el beso termino, Hinata recargo su cabeza en el pecho del pelinegro, le encantaba escuchar sus latidos, Obito trataba de hacerla feliz como había prometido, era bueno con ella e incluso la invitó a su primera cita oficial, una cena muy linda sobre el monumento de los Hokages, la vista de las estrellas y de la aldea la emocionaron. 

—Te extraño mucho cuando estoy en casa— le dijo abrazándolo con más fuerza.

—Te puedes quedar conmigo cuando quieras ángel— Obito beso su frente y la separó para comenzar a guardar las herramientas con las que estaba limpiando.

—Lo sé— Hinata le ayudo a recoger y entraron a la casa para guardar todo— ¿Tienes hambre?

—Hace rato comí, gracias— Hinata lo miro fijamente.

—¿Te puedo pedir algo?

—Lo que tú quieras cariño— Obito miró que ella estaba sería y sintió algo de preocupación.

—Ya no cuentes mis pastillas, por favor.

Obito desvió la mirada— Yo no las cuento.

—Si lo haces, no puedes engañarme— Hinata suspiro— No las dejas en el mismo lugar que yo las dejo, y siempre están desordenadas.

—Lo siento.

—Debes confiar en mí, siempre me las tomo cuando es necesario— Obito se acercó más a ella, Hinata tomo sus manos y lo miro a los ojos.

—Es solo que no me gustaría que quedarás embarazada, sabes que eso me preocupa— dijo para después besarla rápidamente.

—Ya lo sé, pero tú también sabes que siempre me cuido— Obito asintió y Hinata acarició su mejilla.

—No volverá a suceder, te lo prometo.

—¿Puedo quedarme está noche contigo?— Hinata desvió la mirada y se abrazo a si misma— Tengo miedo de que me dejes luego de que

—Puedes quedarte todo el tiempo que quieras— Obito la beso interrumpiendo cualquier cosa que ella iba a decir— Nunca pienses que voy a dejarte ángel, eres muy importante en mi vida, por eso me estoy esforzando para amarte como mereces.

—¿Me lo prometes?

—Por supuesto, cariño.

—Ven— Hinata lo guió hasta la habitación y abrió el armario para sacar la ropa que había comprado con Ino hace tiempo— Te toca elegir lo que usaré está noche.

Obito sonrió y la abrazo desde atrás, mordió su hombro y recorrió con su lengua su cuello para terminar mordiendo su oreja. Hinata soltó una pequeña risa.

—Lo que uses está bien, pero para lo que tengo pensado la ropa no será necesaria— el sonrojo en su rostro se intensificó al escucharlo.

—Siempre sabes que decir— comento riendo, Obito la abrazo con más fuerza.

—Tengo algo que mostrarte— él cubrió sus ojos con sus manos y comenzó a caminar, Hinata extendía las manos para saber por dónde iban— Tranquila, confía en mí— Obito uso una de sus manos para no permitir que viera y con la otra mano abrió la puerta trasera.

Hinata se dió cuenta de que salían de la casa, caminaron un poco hasta que él dejo de cubrir sus ojos, la azabache miró el patio trasero tratando de encontrar algo nuevo, miró un girasol creciendo cerca de donde Obito tenía sus plantas y corrió emocionada hacia el— ¿Acabas de plantar girasoles?, ¿Por qué?, A ti no te gustan.

—A mí no, pero a tu primo si, son para él.

—Obito— murmuró aún emocionada— No era necesario.

—Tenía que hacerlo, es algo importante.

—Aún te sientes culpable, ¿Verdad?— la emoción se convirtió en tristeza, Obito camino hasta su lado y acarició su mejilla.

— Si no fuera por él no estarías aquí— Hinata lo abrazo y recargo su barbilla en su pecho para poder verlo a los ojos.

—Yo no te culpo por eso, lo sabes.

—Ya lo sé, pero necesitaba hacerlo.

—No podría guardarte rencor.

—Ya no tendrás que comprar girasoles, puedes tomar los que quieras de aquí.

—Gracias— Hinata tomo sus mejillas y junto sus labios con los de Obito.

—De nada, cariño. 

Ambos entraron a preparar algunas botanas, acomodaron los sillones para poder recostarse a ver el televisor y así se la pasaron toda la tarde, Hinata no soltaba su mano y Obito la besaba en algunas ocasiones. 

Pasar la tarde a su lado era lo mejor que podría pasarle, amaba los momentos con él y la manera en que se esforzaba por hacerla sonreír.

Cuando la noche comenzó a caer sobre Konoha, ambos apagaron el televisor y fueron a preparar la cena, decidieron hacer algo ligero ya que habían comido toda la tarde. 

Al terminar Hinata tomo uno de los conjuntos que Ino le obligó a comprar y tomo una de las playeras de Obito para darse un baño, él se recostó un rato en la cama y espero a que Hinata terminara para poder entrar.

La ojiperla se metió dentro de las cobijas de la cama, su cabello aún estaba mojado, así que se sentó y busco entre los cajones del buró a lado de la cama un libro para leer. No encontró nada pero si una revista con ofertas de una tienda, reviso que fuera reciente y la comenzó a hojear.

Obito salió con una toalla amarrada a la cadera y con otra secando su cabello, Hinata lo miro de reojo y se sonrojo cuando él la descubrió espiando sus movimientos.

—¿Quieres dormir?— Obito se quedó parado al pie de la cama, sonrió al ver como ella jugaba con sus dedos.

Hinata no sabía que decir, se movió por la cama hasta quedar frente a él y lo miro a los ojos, sin decir una palabra se quitó la playera de Obito y la dejo sobre la cama, desabrocho su sujetador y dejó que él deslizara los tirantes por sus brazos. 

Desvió la mirada al suelo mientras Obito se le quedaba viendo, Hinata lo comenzó a tocar sobre la toalla, lo miro como si estuviera pidiendo permiso, él asintió y Hinata se atrevió a quitarle la toalla, su erección comenzaba a hacerse más evidente, ella tomó entre sus manos su miembro y tocó la punta, explorando cada centímetro de su amado.

Ya no era como las otras veces, hace tiempo que Obito se encargaba de demostrar que todo era por cariño y no porque quisiera cumplir con ella todos sus deseos. Ahora podía estar con él sintiéndose amada y correspondida.

Frotó su miembro de arriba hacia abajo algunos minutos, lo miro a los ojos y después lo introdujo en su boca. Obito hizo la cabeza hacia atrás, sintiendo como la pequeña boca de Hinata lo cubría por completo, su lengua recorría cualquier espacio, lo está deleitando, escondió el húmedo cabello de Hinata detrás de sus orejas y tomo su nuca para ayudarla a marcar un ritmo.

Hinata continuo un rato más, sus ojos no se separaban del rostro de Obito, quería ver todas sus reacciones— Hinata ya no puedo más— ella no dijo nada y aumento la velocidad de las caricias de su lengua, se hizo hacia atrás cuando Obito se corrió dentro de su boca y parte de su semen se derramó sobre ella.

—Lo siento, tú querías dormir— murmuró apenada, se dejo llevar por sus emociones sin pensar en lo que él quería— ¿Ya podemos ir a la cama?

—No me puedes dejar así cariño— Obito la tomo de los brazos y la recostó en la cama, él también se subió y busco entre el buró en donde Hinata había dejado la revista, parecía no encontrar lo que quería, revolvió más el cajón hasta que sacó una venda blanca.

Hinata parpadeo confundida, ¿Para que quería una venda si ninguno de los dos estaba lastimado?

—¿Para qué es la venda?— Obito la miró y sonrió.

—Hoy todo será una sorpresa para ti ángel— Hinata sonrió tímidamente, él comenzó a cubrir sus ojos con la venda hasta que se aseguró de que ella no pudiera ver.

Recorrió con sus dedos desde la punta de sus pies hasta su cuello, de manera lenta y seductora. Pasó su lengua por su abdomen, Hinata se estremeció ante su contacto. La beso con cariño y después bajo hasta su cuello, dejaba marcas en todo el lugar que pasaba. No había lugar en el cuerpo de Hinata que le faltará por recorrer.

Arqueo la espalda cuando sintió que paseaba su lengua por uno de sus pezones e introducía dos de sus dedos en ella— Obito— él sonrió por sus gestos y aumentó la velocidad de sus movimientos, Hinata se aferró a las sábanas y gimió fuertemente.

La hizo llegar a su primer orgasmo de la noche y saco sus dedos de ella para poder introducir su miembro, la respiración de Hinata era entrecortada, Obito no se movió para dejar que ella se recupera un poco.

Sujeto con fuerza su cadera mientras ella apretaba sus hombros. Cuando miro que su respiración se regularizo comenzó a embestirla, fue despacio hasta que Hinata gimió su nombre.

Aumento la velocidad y la fuerza de sus embestidas, cada vez más profundo, mientras más pasaba el tiempo Obito sabía que ambos llegarían al límite, quitó la venda de sus ojos para poder ver su expresión cuando la hiciera llegar al clímax.

No podrás ocultarlo por tanto tiempo.

La voz de su hermana resonaba en su cabeza, sabía que debía decirle, cuando Obito le quitó la venda y lo miro perdida, supo que ya no debía ocultar la verdad. 

—Te amo.

Obito no respondió, sonrió y la penetró más rápido, se corrió dentro de ella al tiempo que Hinata alcanzaba su límite.

Salió de ella y se dejó caer a la cama cansado, a Hinata le temblaban las piernas pero aún así se levantó por otra sábana para cubrir a ambos.

Obito la abrazo y beso su frente, Hinata dejo su mano en el pecho del pelinegro y se durmió con una sonrisa.

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Hanabi entro a la habitación de su hermana mayor por la tarde y la miró acomodando su ropa, se recostó en la cama y la miró fijamente.

—¿Se lo dijiste?— Hinata volteó a verla, termino de doblar la ropa y la guardo, cerró la puerta del closet y se recargo en ella.

—No pude.

—Se lo tienes que decir— Hanabi frunció el ceño.

—Se lo diré.

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Los veo en la próxima 👋

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