Nueve
Los rumores siempre se esparcían como una enfermedad en épocas de calor y así había sido con el que se produjo la séptima mañana de su llegada al reino de Rahndoffh. Hasta a Loki le pareció un espectáculo innecesario a pesar de ser él quien impulsara dicha acción del rubio.
Debía admitir que había sido efectivo aunque no práctico. Thor entrando a la fuerza al lugar donde se reunían las principales figuras de gobierno con el rey, no era en absoluto como había pensado que el rubio se tomaría su comentario de "a este paso y contigo me haré viejo antes de que resolvamos este asunto".
Al final se había acordado una audiencia con Skadi para dentro de dos noches y allí estaban: ante las puertas de madera por las que ya habían pasado una vez antes. También de nuevo, la misma comitiva aesir estaba de pie ante o mejor dicho, bajo el trono.
Los amigos de Thor volvían a ser ejercicios matutinos y afirmaban ya no estar tan agotados como para no acudir a algo que sería crucial para Asgard. Se lo debían al Padre de Todo y a Fandral, según ellos.
—Príncipe heredero de Asgard ha venido todo el camino desde su reino para solicitar ver al rey Skadi, primero de su nombre, en un asunto que denomina usted de suma importancia.
Thor ya le había explicado que había demasiada pomposidad en esa clase de reuniones pero él se asombró de que, contrario al día que habían sido recibidos, Skadi no hablara, sino que fueran el General Mayor y el Supervisor de Alimentos los que recitaran discursos demasiado rebuscados.
—El hijo del Padre de Todo dice venir en paz, su cometido nunca fue comenzar una guerra sino salvar una vida que costaría muchas más.
Aunque Loki repetía lo que el rubio recitaba, en realidad este no le había nunca dicho explícitamente de qué trataba todo el asunto. Estaba, por tanto, a la espera de descubrir las pistas para adecuarlas a la información que ya tenía.
—¿Pero era necesario dar muerte y no sólo castigar el crimen de nuestro difunto rey Thiazi, cuyos motivos sobre tal acto nunca llegamos a oír porque no hubo oportunidad de un juicio?
—Dile que la razón de robar a Iduun y sus manzanas estaba más que clara. Que cada representante de todos los mundos estuvo allí cuando se recitó la magia antigua que prometía la inmortalidad únicamente a los Dioses. En eso Thiazi no tenía ni tiene ningún argumento a su favor.
Él trasladó lo dicho a su idioma y de pronto todos los jötuns en la sala estaban despotricando contra los aesir y su elitismo. Loki tuvo que traducir casi cada palabra a Thor y este colérico dejaba escapar un par de majaderías contra los suyos.
Aquello parecía más un mercado que la corte y así habría seguido de no ser porque Skadi se puso de pie y al instante todos callaron, incluso Thor. El jötun de cabellos plateados se reunió con ellos a mitad de la estancia y viendo a Loki lo instó a traducir lo que iba a decir.
—No niego que mi padre hizo algo que claramente estaba prohibido y que yo tampoco alcanzo a comprender el porqué de sus absurdas acciones. Sin embargo, según los Acuerdos de Paz firmados también por los nueve mundos en el principio de los tiempos, a mí padre le fue negado el derecho que ahí está estipulado, de demostrar o no su inocencia. —Skadi tomó un respiro largo y procedió—: nunca consideré que la crueldad de Asgard representada por su espada, el Dios del Trueno, estaba por sobre esa antiquísima ley.
Conforme hablaba Loki había notado que las manos que descansaban en una proyección apacible sobre las faldas del rey, se apretaban entre ellas con más fuerza. Entonces, una lágrima traicionera le hizo advertir que el rey no estaba llevándolo tan bien como aparentaba.
El maquillaje que nunca había creído que llevara, se escurrió junto con la fina gota de agua salada que cayó al vacío frente a ellos. Fue una, tan sólo una; como si él se hubiera permitido ser vulnerable pero no tanto.
Algo parecido al arrepentimiento nubló el rostro de Thor un segundo demasiado efímero para que alguien no tan atento cómo él, lo advirtiera. Después de eso, su semblante pareció inescrutable y sereno, como Loki pensaba que debía ser un rey: sin reflejar nada para no dar paso a interpretaciones.
—Entiendo mi falta como usted reconoce la de su progenitor, es por eso que vengo a ofrecerle una alianza de paz que el Padre de Todo y yo pensamos podría menguar el dolor de perder a su única familia.
—¿Y cuál sería tal solución?
—Padre de Todo le ofrece matrimonio con cualquiera de las diosas aesir o vanir casamenteras. Con dicho enlace, usted sería ascendido a Dios de las Nieves y tendría derecho a comer de las manzanas de Iduun.
Loki se quedó con la boca abierta, aquello era el mejor trato que había escuchado en su vida. También el menos engorroso: Skadi era un enano y un cambia-formas que ya le había enseñado a Loki que podía vestir la piel de los aesir. Incluso supondría un honor para su reino, al ser el único gobernado por un Dios por los siglos de los siglos.
Y ahí era donde eso se convertía en un arma de doble filo.
Supo quién más dentro de la tribuna Jötun hablaba aesir por cómo se habían quedado boqueando antes de que él terminara de transmitir el mensaje al rey y el resto también quedara con esa cara. Ambos grupos comprendiendo después lo que ello involucraba.
—Dime algo príncipe, ¿enemistándonos es la manera como pretenden distraernos para mantenernos apaciguados como lo hicieron durante su guerra contra Vanaheim?
Loki le dijo a Thor aquello no sin estar de acuerdo con el monarca. Su baba le había explicado como Asgard había prendido la mecha de la desconfianza entre los cinco reinos, lo cual casi había ocasionado una guerra civil. Esto tenía la misma pinta.
Padre de Todo estaba ofreciendo una manzana roja y dulce, pero envenenada.
—Creo que no me di a entender —agregó Thor, tomando una postura marcial: recta y sobria—.Usted, majestad, será un Dios. Como yo, como mi madre y por lo tanto si en algún momento tuviera un conflicto bélico con los otros reinos, intervendríamos. Además de que los hijos que llegara a engendrar de esa unión serrían también dioses, como usted y descendientes de una casa aesir o vanir, por lo que tendrías más aliados.
El hechicero no había llegado a ese razonamiento y le pareció admirable que Thor lo hubiera hecho tan rápido. Había descartado incluso la posibilidad de la traición para con ellos y a su vez le había dado una garantía. Eso era pensar como un estratega. ¿Cuántas batallas había vivido el príncipe durante su larga existencia para acaparar cada posibilidad?
Acabaron pidiendo un receso para platicarlo. Era lo más acertado, después de todo era una decisión por más importante. Sin embargo, Loki echaba chispas. No sólo por la razón que lo mantenía así, sino porque Thor en lugar de venir a ver por qué estaba enfadado, estaba platicando con sus amigos a solas.
No tuvo tiempo para expresar su disgusto porque una hora después fueron llamados para reanudar la audiencia y él volvió al trabajo, que era obvio ejecutaría con imparcialidad.
—Antes de dar mi decisión, quisiera pedir la modificación de algunas cláusulas en el pacto. —Una vez Thor lo supo, dio su beneplácito para ello—. Deseo desposar a un dios y también que mi título tenga esa particularidad de su idioma en el que se habla de él en "femenino".
Apretando los labios Thor maldijo en su mente. Había rezado porque el rey tuviera más inclinación a su género masculino que femenino. Los demás dioses sin duda protestarían y pondrían mala cara, y su padre aunque lo aprobaría por el bien de Asgard, no acabaría de aceptarlo.
—Por supuesto que se puede hacer, mi reina —Debía decirle la verdad y todo lo que aquello implicaría, si no, no habría honorabilidad en ello—. Es sólo que siendo franco con usted, no sería tan bien recibido como el que se casara con una diosa.
—Me causa gracia esa manía que tienen los aesir de atar nuestras costumbres a las suyas propias para poder comprenderlas. —Una sonrisa se había instalado en su rostro, pero no era sincera—. Entiendo la situación y no creo que haya demasiado inconveniente si tomo la forma que a ustedes les parece correcta, ¿no?
Ante sus ojos la reina desechó su piel azul para adoptar una dorada, de tener el pecho plano pasó a notársele bajo su blusa unos pechos considerables y de poseer unos ojos granada, estos se convirtieron en orbes del color del hidromiel. Lo único que permaneció igual fue su cabello y sus facciones.
Thor habría deseado follársela ahí mismo sino fuera porque sabía quién era.
—Bueno, siendo así supongo que no habrá problema.
—Bien —dijo la reina y tomó asiento mientras regresaba a su forma original—. Ahora viene lo difícil. Lamentablemente, mi convocatoria para que todo Jotunheim se levantara en armas ya fue escuchada. Los cuatro reinos restantes están fraguando estrategias para ir a la guerra y a pesar de que no es definitivo porque no se le ha informado oficialmente al pueblo, esto no será fácil de deshacer y yo no iré contra mi propia raza para beneficiarme. Es decir, si tú, príncipe logras convencer a los demás reyes de declinar en su deseo de sangre, yo aceptaré gustoso la oferta.
Casi se le salió un aplauso sin querer a Loki. ¡Era brillante! Aquello obligaría a Thor a ceder sobre las demandas del pueblo jötun sobre aranceles más bajos, exportaciones e importaciones, inmigración de cualquier otro mundo al suyo y restricciones en ello.
Todavía quedaba la cuestión de que se pudiera perder la guerra si al final esta se efectuaba pero incluso si era así, debilitarían más a Asgard y si los mundos restantes eran inteligentes se sublevarían tan bien.
El tic que le había dado a Thor en la ceja sólo podían mirarlo él y sus amigos pero lo que no se entreviera en el rostro del príncipe seguro que se interpretaba fácilmente en la de los demás aesir.
—Les pido un día para consultarlo con mi padre. Mañana a primera hora tendrán la respuesta.
Skadi asintió con elegancia. Loki estaba seguro que esa sonrisa la llevaría durante el resto del día.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro