Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuatro


En definitiva no entendía a aquel aesir. ¿Por qué demonios, si podía cazar él solo un conejo tan grande como el que había llevado la tarde pasada al campamento, había hecho que sus camaradas lo hicieran con él?

Un galope demasiado fuerte lo hizo aferrarse más al cuello de la gran cabra que cabalgaba rumbo al poblado más cercano. Así se avanzaba más aprisa y el rubio estaba seguro que a la mañana siguiente ya habrían alcanzado su destino.

—Parece que esto no es lo tuyo, jötun. —Le sonrió el aesir con ese aire petulante que a Loki lo hacía querer saltar rumbo a una muerte segura.

Rogaba a Ymir porque su decisión hubiera sido acertada. Tenía miedo de que su dios lo castigara porque había basado la resolución de acompañar al rubio en algo tan vano como querer conocer Jötunheim.

No es que hubiera dejado de sentir debilidad y ahora sí pudiera realizar grandes travesías, sino que el haberse forzado a pelear con los aesir le había proporcionado seguridad en su fortaleza interna, aquella de la que le hablaba su baba siempre que él ya estaba harto de su cuerpo enfermizo.

Tampoco estaba muy preocupado por él, a esas alturas ya debía haberse recuperado de ambas muñecas. Después de todo, era un maestro de las artes místicas en las que se contaba la magia curativa. Por eso era que iba todo el tiempo de aldea en aldea ayudando a quien necesitase tal don y casi nunca estaba en casa.

Llegaron al pueblo más cercano al alba. Thor y él se dirigieron por medio de instrucciones al pequeño mercado que había en el centro del lugar. Por supuesto que Loki fue quien se encargó de hacer las preguntas y así fue como llegaron a una tienda de remedios.

—Bienvenidos, ¿buscaban algo en especial?

—Sí, necesitamos un tarro de hojas doradas de fresno y raíces de Cuernovirgen —instruyó Loki con la barbilla en alto y sudor corriéndole por la espalda.

Sabía que estaba siendo observado en detalle, no sólo porque llevaba de acompañante a un aesir, sino por ser un enano. Ya había notado las miradas de extrañeza de los habitantes nomás entrar, pero la que aquel gigante calvo y de ojos en extremo anchos, lo hizo pasar saliva más de dos veces.

<<"No estoy avergonzado por mi defecto ni por el desprecio que este conlleva" se repitió varias veces>>.

—Lo que pides tiene un precio alto, pues son importaciones de Vanaheim y Alfheim, respectivamente.

—Dile que pagaré lo que sea —dijo Thor una vez había acabado de traducirle.

Loki ya sabía que el rubio había sacado del cofre que llevaba cargando en su trineo, joyas preciosas y de alto valor. También estaba consciente de que si le decía eso al gigante, este sacaría provecho.

—¿Qué te parece una apuesta?

—¿Cómo?

—Antes de venir aquí nos dijeron que te llamabas Vahvin, el más fuerte de todos. Mi acompañante también es llamado en su mundo de esa manera, ¿no te gustaría que el título abarcara más que un sólo pueblo?

—Eres listo enano, ¿pero qué podrían tener ustedes que me incitara a apostar algo tan valioso como mis materiales de primera calidad?

Loki le hizo un gesto a Thor para que le mostrara algunas joyas al jötun, pero este como el idiota que era, dejó caer sobre la mesa todo lo que llevaba su bolsa de tela. Aquello casi hizo que le metiera un golpe al aesir.

—Eso no me impresiona —bufó el gigante—. Puedo cobrarles esto si me apetece y ustedes me lo tendrían que entregar de todos modos.

El joven jötun posó sus orbes rojo escarlata sobre su tobillo, indeciso. Aquello tenía un tinte más peligroso que antes puesto que ahora no sólo se quedarían sin un quinto para pagar una posada o la cena, sino que si apostaba lo más valiosos que tenía podría morir.

Sin embargo, su orgullo y las ganas de ver derrotado a aquel gigante que lo había mirado como fenómeno hizo mella en él. Si perdía de todos modos habría derrotado en su dignidad al aesir, cosa que también subsanaría su afrenta contra él. Caviló un momento y concluyó que los días que le quedaran de vida antes de su fallecimiento se la pasaría humillando a su acompañante.

—Si perdemos te daré el brazalete que llevo alrededor del tobillo izquierdo —propuso Loki, y al ver la ceja alzada del gigante, procedió a explicar—: este artefacto es más de lo que parece, en él hay un hechizo que mantiene con fuerzas a quien lo porta; es decir, que tiene la habilidad de proporcionar energía vital para subsistir a cualquier enfermedad crónica o grave que se padezca.

Oscuridad se posó en los orbes rojos del ser y por un momento Loki dudó de que hubiera sido correcto revelarle su valor. Sin embargo, cuando este aceptó sin vacilar supo que había hecho lo correcto.

Thor no hizo muchas preguntas y él no le dio respuestas. Parecía que incluso el reto le alegraba pues al decirle se había puesto a reír por la contienda. Llamaron testigos que con gusto llegaron a rodear la mesa en donde el gigante y el aesir ya habían instalado sus codos.

Debido a su falta de tiempo, aquel torneo pequeño de lucha de brazos había sido lo propuesto por Loki. Cosa que venía bien, no sólo por la versatilidad del asunto sino porque el enano había aprovechado para recolectar dinero, organizando apuestas entre los gigantes.

El público gritó hasta quedar afónico en apoyo a Vahvin y aunque aquello pudo haber minado la confianza de Thor, sólo hizo que este imprimiera aún más fuerza en el ángulo adecuado. En realidad, parecía que el rubio no sufría cansancio alguno sino que más bien no hallaba la forma de precisar cómo mover un brazo del tamaño de la rama de un árbol

Al final, el miembro del gigante cayó rendido bajo el del aesir, que para variar era más corto y que precisamente por ello, había comenzado con desventaja, ya que el brazo del gigante había tenido que inclinarse hacia el lado del actual campeón.

Contrario a lo que Loki había profetizado, Vahlvin entregó lo pactado y los dejó marchar. Y así lo hicieron el rubio y él, claro, no sin antes hacer una recaudación colectiva de los tesoros apostados por la tribuna.

—Perfecto. No sólo no tuvimos que pagar nada sino que ahora tenemos más que suficiente para una cena esplendida —dijo Thor pasando su lengua por sus labios en un círculo y dándole golpecitos a su barriga.

—¿Disculpa? —preguntó Loki aún con la bolsa de dinero entre sus manos—. ¿En qué momento esto se volvió de dominio público? Creo que no te has enterado pero esto es mío grandulón.

Ambos pararon la caminata lenta que llevaban por las calles del lugar. Thor se posicionó frente a él y pareció que intentaba leerle la mente hasta que sin más se soltó a reír. Casi le rompió los tímpanos pero de cierta forma hizo que Loki se uniera al gesto.

—Tengo que admitir que eres el jötun más peculiar que he conocido. Eso de hacer apuestas sabiendo de antemano quién ganaría, ha sido más que astuto. ¡Ha sido de fábula!

—¿Y quién te dijo que yo sabía quién ganaría?

Aquello lo hizo callar de sopetón. Al parecer, la cosa ahora ya no era tan graciosa como en un principio. O al menos para él, porque Loki no pudo sino doblarse de la risa con la reacción del as.

Acabaron yendo a una taberna, que según les dijeron era la mejor de la ciudad y la más cara. Se saciaron de diversos manjares, de hecho al joven jötun no le cupo en la cabeza cómo era posible que un hombre del tamaño de Thor acabará con el doble de lo que los gigantes allí dentro, comían.

El hidromiel no se hizo esperar y para cuando pidió la cuenta el rubio ya no hacía otra cosa más que cantar a todo pulmón. Avergonzado, lo sacó de ahí y se dispuso a pagar una posada de calidad, donde no hubiera alimañas. Pidió sólo una habitación pues no veía el caso de derrochar su dinero ya que la cama aparte de tener sitio para dos, tendría espacio de sobre entre ellos.

—Y dime Thor, ¿qué fue lo que te trajo a estas tierras infestadas de seres inferiores?

Tal vez ahora que el as estaba relajado y teniéndolo a él cómodo después del baño que acaba de tomar, diría un par de cosas. No había por qué desaprovechar la ocasión.

—Escúchame bien, timador. La razón por la que me puse a cantar no fue porque estuviera fuera de mis cinco sentidos sino porque me apetecía. Bebo desde los diez años, algo así no me hace efecto.

Se recostó de costado para darle la espalda y Loki hizo un chasquido con la lengua: olvidaba que no era estúpido por ratos.

...............

Se hallaron a la orilla de un risco en el que el viento soplaba tan fuerte que incluso él podía divisar las ráfagas con sus propios ojos. Aquello era el sitio que Loki había denominado como "Las Ventosas"; lo curioso era cómo es que sabía el nombre exacto del lugar y aun así había tenido que pedir indicaciones para llegar.

Por fortuna, dicho sitio estaba cerca de esos lares. Llevaban casi una semana lejos de donde había dejado a sus amigos y el nudo en la garganta que se había hecho más grande durante el trayecto no disminuiría hasta su retorno. Cosa que no sería pronto.

Regresar les tomaría tres días más si cabalgaban sin detenerse.

—Bajaré yo. Soy más liviano y mis pies están acostumbrado a este terreno —apuntó Loki. Aquello no era del todo cierto pero sin el rubio no podría recuperar sus poderes, si moría él no habría perdida—. Necesito que cuando te de la señal me subas rápido porque aunque no peso mucho, este tipo de suelo es más que quebradizo.

Una vez acordado el plan, lo ejecutaron. El joven jötun descendió con pericia por aquellas rocas hechas de hielo y saltó una vez hacia el sobresaliente que había a la vista. Encontró rápido lo que buscaba, pero lo difícil vino al tocar la flor.

Escenas de su infancia aparecieron en su mente: si no se apresuraba, aquella planta le quitaría parte de los recuerdos. Tenía sólo diez segundos. No tenía su magia así que con ayuda de una piedra afilada que llevaba en su bolso, desvenó el tallo. Un tubo delgado estaba ahora entre sus manos y él sorbió el líquido que contenía, extrayendo de ahí lo que ya había consumido.

Recuperó lo que era suyo y al empezar a ser acribillado con memorias ajenas a él, escupió lo que quedaba del líquido y guardó en su bolso el resto de la planta ahora sin vida al privarla de su "núcleo".

Ya sus demás compañeras cantaban en agonía por su hermana muerta y él no podía sino escalar aprisa, pues bajo sus pies ya distinguía el hielo desquebrajarse. Thor como lo había prometido, estaba esperando, así que Loki extendió la mano para tomar la que el rubio le ofrecía y este lo puso a salvo tras de él.

Sin darle tiempo a suspirar de alivio, el jötun presenció cómo el as intentaba ponerse a su lado sin éxito y caía en picada junto con la porción de suelo que momentos antes había estado allí. Loki movido por hilos invisibles corrió para sostener los brazos del as, sólo para ser jalado hacia el borde por el peso del contrario.

Creía perdida la situación cuando de la nada escuchó un susurro: "Co-dhùnadh gu bheil neach-cleachdaidh na draoidheachd seo saor airson a ghiùlan a-rithis" y sin más un subidón de adrenalina, seguido de una energía chispeante recorrió sus venas y él sin perder tiempo, invocó un hechizo de ingravidez.

Nunca había logrado que tal conjuro durara más de unos cuantos segundos debido a lo débil de su condición, pero no necesitó más que una fracción para poner a salvo al rubio, que resoplaba a cuatro patas sobre la tierra.

Supervisó sus canales de magia como su baba le había enseñado y encontró algo tan sorprendente como apabullante: aquello más que intuirse como atrapar unas cuantas luciérnagas en la oscuridad podía describirse como plenitud, un equilibrio entre su cuerpo y su alma que nunca había logrado.

Incluso Thor percibió que aquello era diferente a como recordaba. Un aura verde esmeralda rodeaba a Loki, como la que alguna vez hubiera visto a Frigga desprender; con la diferencia de que la de ella estaba teñida de color dorado.

—¿Qué le hiciste a mis poderes? —preguntó como un niño pequeño el jötun; con ojos grandes y expectación.

—¿No es obra tuya?

—Quizá —dijo viéndose las manos y fue entonces que notó algo que lo hizo fruncir el ceño—. Creí que habías retirado la guarda.

—Así fue —respondió rascándose la cabeza el aesir.

—¿Entonces porque los brazaletes no se han desvanecido o caído?

—Bueno, verás...

Sus reflejos lo hicieron desviar la bola de humo verde que Loki le lanzó directo a la cara y preparado para su ira, se apresuro a girar su martillo y con ello generar una barrera contra hechizos.

—¡Me mentiste!

—¡No! Deja que te explique. —De la nada, el ataque cesó y Loki lo miró con los brazos cruzados, esperando—. Sólo quien ha creado tales artefactos puede desaparecerlos o desengancharlos. Yo sólo tengo potestad para desactivar la guarda.

<<"Y también para volver a ponerla", cosa que no le diría>>.

—¡¿Entonces qué se supone que tengo que hacer?! ¡¿Amputarme las manos?! ¡¿Es esa tu solución para todas las cosas?!

—Oye tranquilo —le sugirió con las palmas en alto.

—¡No me digas que me tranquilice!

—Bien —dijo resignado cuando el jötun invadió su espacio personal, inspeccionando su siguiente movimiento—. Cuando acabe mi travesía le pediré a mi padre que mi madre visité tu mundo y deshaga las guardas. También será parte de tu pago.

Aquello hizo que el halo verdoso que había estado desbordándose en torno a Loki, desapareciera. Este suspiró.

Al final no tenía más remedio que ceder.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro