-Expedientes globales de desaparecidos no encontrados en estos últimos años por favor.

-Sí, un momento.

-Necesito toda la información que sea posible, si es tan amable.

-Aquí está. El primero fue en 1944, Gaston Lambert, antiguo soldat de solo veinte años y residente de Francia, en el arcaico pueblo de Oradour-sur-Glane antes de convirtiese en una localidad fantasma un diez de junio de ese mismo año. En ese hecho en total murieron seiscientos cuarenta y dos personas, casi toda la población del pueblo fueron asesinadas en una terrible carnicería que duró varias horas. Después de la masacre en Oradour-sur-Glane, las autoridades francesas llevaron a cabo una extensa investigación para identificar y reconocer los cuerpos de las víctimas. Se realizaron pruebas forenses y se recopilaron testimonios de sobrevivientes y testigos para establecer la identidad de los fallecidos. Además, se contó con la colaboración de organizaciones internacionales de derechos humanos para llevar a cabo la identificación de los cuerpos y garantizar que se hiciera justicia por el crimen cometido. Sin embargo de Gaston Lambert, hasta hoy, no se sabe nada. Después se consideró que tal vez había huido de allí, pero al pasar los años se dió por desaparecido al no salir a la luz ningún rastro de él.

-Muy bien, una información muy completa, ya he anotado todo hasta ahora. ¿Quedan otros no?

-Sí, unos... tres. Otro de estos desparecidos fue Cristina Pérez, en 1985. Parroquiana con solo dieciocho años y residente de Argentina, donde poblaba el antiguo pueblo de Epecuén, cuando aún lo era; el cual desde la década de 1920, comenzó a ganar popularidad como un destino turístico de moda por sus aguas terapéuticas y sus propiedades curativas. Hoy de Cristina Pérez no se sabe mucho, ya que fue una de otras desapariciones en las que no se encontró ninguna evidencia del cuerpo, un diez de noviembre de también el mismo año, 1985, durante la tragedia que golpeó a Epecuén en la que según informaron, solo sobrevivieron treinta y cinco personas aproximadamente, de las cuales ninguna era Cristina. Fueron los bomberos y equipos de rescate los encargados de buscar los cuerpos en la zona. También se contó con la colaboración de voluntarios y personal de emergencias médicas. La búsqueda de los cuerpos sumergidos en el hecho fue un proceso difícil y delicado, que requirió de equipos especializados y mucha dedicación por parte de los rescatistas. Después de una larga investigación y no dar con ni un solo rastro de Cristina, esta se tomó por desaparecida.

-¿Eso es todo sobre ella?

-Sí, eso es todo, prosigo con los dos que quedan. Ivan Petrov, bombero de élite desaparecido el veintiséis de abril de 1986 con veinticinco años, tras su misión asignada como obligación a su profesión, la cual aceptó sin tener en cuenta los riesgos a los que se vería expuesto. Se dice que fué el único bombero que se quedó enfrentando tal catástrofe, el cual, después de la última vez que lo vieron, no se supo más de él, sin encontrar ni rastro de polvo de su cuerpo. Entonces lo dejaron en dos probabilidades, una era que había quedado hecho diminutos despojos, y la otra, que había desaparecido del lugar. Tan grande fue la tragedia, que hoy en día ese sitio, es un pueblo fantasma.

-Listo, dicte el último.

-El último es... oh, solo era un niño de nueve años, que desgracia, pobre chico. John Smith, nació y vivió en la Ciudad de México hasta los ocho años que se mudó a Plymouth, Montserrat. En dicho pueblo, el dieciocho de julio de 1995, el día de caos, tragedia y desolación para la isla, John fue uno de que se quedaron en ella atrapados, esperando morir. Debido a que nadie pudo intervenir en nada por lo que implicaba la ley, se dieron por muertos él y otros más que decidieron quedarse en Plymouth, aunque no se podía afirmar totalmente que habían fallecido, ya que después de haber decidido quedarse allí, nadie más revisó la isla e investigó si de casualidad había quedado resto de algo. Aquí al final dice que era un niño con Síndrome de Asperger, y que además tenía problemas al caminar. Eso es todo.

-Ok, muchas gracias.

-Una pregunta, ¿por qué el interés de esas posibles muertes y desapariciones a estas alturas?

-¿Usted no lo sabe?

-¿Saber qué?

-Ellos aún siguen vivos, en alguna parte, pero lo están.

-Disculpe que diga esto pero, eso es imposible.

-Tal vez.