VI
Florencia estába en el segundo piso de la comisaría en Copiapo esperando al Suboficial Dune mientras se comunicaba mentalmente con Arron y le dice:
—En un rato, no se cuanto ya que no se a que distancia estamos de esa mansión, iré por es al libro así que déjalo escondido cerca de la puerta.
—Por supuesto —obedece Arron.
Luego de esto el suboficial Dune sale de la sala en la que estaba armandose en caso de algo y le dice a Florencia:
—Estoy listo, vamonos.
Florencia se despide de Arron y sigue al Suboficial Dune hasta el lamborgini en el que se irían
—Wow, pensé que nos iríamos en esos típicos jeeps con sus colores y así —se sorprende Florencia.
—No somos salvajes —dice el suboficial Dune.
—Aunque tiene un defecto —menciona Florencia.
—¿Cuál? —duda el suboficial Dune.
—Para ser una misión en cubierto un lamborgini no pasa muy desapercibido —contesta Florencia.
—Es lo más rápido considerando que quiero ir y volver enseguida —justifica el suboficial Dune.
—Ja... —ríe irónicamente Florencia al notar la indirecta.
Dicho esto el suboficial Dune enciende el auto y le pregunta a Florencia donde queda la mansión del dueño del orfanato.
—Arron me lo dijo y ya lo sabes —responde Florencia.
—¿Puedes decirlo con palabras y no meterte en mi cabeza? —pregunta irónicamente el suboficial Dune para luego empezar a conducir.
—Perdón —se disculpa Florencia mientras ríe—. ¿Cual es tu nombre? Me es raro llamarte suboficial es como si en tu Carne de identidad dijera "nombre: suboficial...".
—¿Sabes? Mejor entra en mi mente, me estas irritando —pide el suboficial Dune algo molesto.
—Esa era la idea John... —dice Florencia luego de entrar a la mente del suboficial Dune y descubrir su nombre—. ¿Enserio? ¿Te llamas John?... ¡de todos los nombres que podías haber tenido!.
—Ya llegamos —avisa John para al instante frenar de repente y provocar que Florencia se de un cabezaso con el vidrio frontal del auto.
—¡Au! —exclama Florencia.
—Trate de advertirte —dice John.
—Claro —dice Florencia no creyendole a John y se baja del auto—. Le dije a Arron que dejara el libro en la puerta y por lo que veo lo dejo cerca de la puerta de dentro así que tendré que saltar la cerca, espera acá.
—De todos modos no tenia planeado moverme —dice John.
Florencia sale del auto y con la ayuda de un tentaculo del Margwadangue salta la cerca y se dirige a la puerta de la mansión, ve a Arron sentado en un banco y le pregunta:
—¿Qué haces aquí?.
—Como es una mansión hay bastantes habitaciones así que me sentía sólo —justifica Arron.
—¿Y aquí estas menos sólo? —pregunta Florencia.
—Estarías tu... por un momento —dice Arron.
Florencia se sonroja y se sienta junto a él y pregunta:
—¿La señora Kristen a preguntado por mi?
—Tiene miedo de que la despidan por perder a un niño —responde Arron.
Florencia se ríe y juntos miran las estrellas en el cielo
—Yo... Tengo que irme ahora —menciona Florencia.
—Volverás ¿No? —consulta Arron.
—Lo dudo —contesta Florencia parándose—. Tengo una lucha que concluir, libro que entregar y un padre que buscar.
—Podría ir contigo —sugiere Arron.
—¿Crees que estarías mejor? —pregunta Florencia.
—No... —acepta tristemente Arron.
Arron se para, ambos se miran de cerca a los ojos, se besan profundamente y al separarse Florencia dice:
—Eso llegó...
—Pronto... —termina la frase Arron.
—Si... —apoya Florencia y ríe.
Se besan nuevamente y escuchan sonidos de que alguien está chateando, se dan la vuelta John los estaba mirando
—¿Qué no tenias planes de moverte? —pregunta Florencia.
—No Tenía, me aburrí. Hola niño —saluda John.
—Hola —saluda Arron
—¿Cómo entraste? —pregunta Florencia.
—El portón no estaba cerrado del todo —contesta John.
—Yo lo deje medio abierto —aclara Arron—. ¿Por donde pasaste?.
—Me salte la cerca —contesta Florencia.
—Cómo sea vámonos —ordena John.
—Tienes razón, te hablaré mentalmente Arron —dice Florencia.
—Por supuesto, buena suerte —desea Arron a Florencia y a John, pero más a Florencia.
—Gracias —agradece Florencia.
Despues de esto Florecía y John vuelven al auto y la primera ya mencionada revisa las páginas del libro en busca de una posible pista que les pueda indicar donde están los hechiceros
—Dice que los Hechizeros tienen muchos templos alrededor del mundo y que están ocultos a simple vista —lee Florencia.
—Osea que podría ser cualquiera de estos edificios —concluye John
—Ese es un problema —dice Florencia.
Oficina del profesor venenoso, Venenous Industries
—Señor, tienen el libro —revela un agente de Venenous Industries.
—Perfecto, ataquen en cuanto crean que hallan encontrado a los hechiceros —ordena Elaias.
—¿Por qué no los atacamos cuando el niño tenía el libro? —duda el agente.
—¿Y causar otro desastre con el cual nos puedan atacar si es que el día del juicio llega? No, haga lo que le ordene —reitera Elaias.
—Si señor —obedece el agente y se retira de la oficina.
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