Capítulo IX
Una nueva mañana comienza en la universidad, y Catherine dictaba una de sus clases, pero de una manera, un tanto distinta.
–Le cours d'aujourd'hui sera enseigné en français, pour travailler un peu la langue/ La clase de hoy se impartirá en francés, para trabajar un poco el idioma.—Dijo Catherine a sus alumnos.
—Grand professeur, qu'allons-nous faire aujourd'hui?/ Grande profe, ¿Qué vamos a hacer hoy?—Inquirio Noah.
—Nous allons étudier l'âge du fer, en profondeur/Estudiaremos la edad de hierro en profundidad.—Comentó Catherine, anotando en la pizarra.
La clase continuo de maravilla, hasta la hora del receso, mientras que en la sala docente.
—Hoy di toda la clase en frances. —Mencionó Catherine.
—¿Oui? ¿Et comment ça va?/ ¿Si? ¿Y como fue?—preguntaba Bastian.
—De merveille./De maravilla.—respondió Cath riendo.
Todo era risas, hasta que Alex entró.
Catherine trago saliva, Max se dio cuenta de eso y fue a su lado.
—¡Uy!, la protegida. —bromeó Alex.
—La cuidamos de ti.—inquirió Malena viéndolo.
—¿Dos lesbianas, un gay, un hetero curioso y una fan del sexo en escritorios la van a cuidar?—preguntó Alex y los miro, para luego irse.
—Para que quede claro, no soy gay. —aclaró Bastian.
—Ni yo lesbiana.—Siguió Malena.
—Y yo no soy fan del sexo en el escritorio.—continuó Max.
—Por Dios, son todos estupidos. Dejen que diga lo que quiera, no nos tiene que afectar.—vociferó Sylvie.
—Si, bueno...—expresó Bastian bebiendo cafe.
El silencio se prolongó unos segundos, hasta que...
—Igual para que quede claro...—Richard iba a hablar.
—¡Callate!—dijeron todos en unísono. Alex rodó la mirada y se dirigió hacia la oficina de Chandler.
—Chandler, Chandler... Chandler, despierta, maldita sea. —intentó despertarlo Alex De Large. Al ver que no reaccionaba, le lanzó una lapicera hacia su rostro.
—¿Pero que?—Chandler levanta la cabeza abruptamente.
—¿Noche agitada?—Alex se sienta con los pies en el escritorio.
—Malena me obligó a ver maratón de Barbie.—contestó Chandler pasandose una mano por su cara.
—Pensé que había sido por sexo. —Alex lo mira y luego cambia de tema.—Yo estuve viendo que Malena y Catherine estan muy buenas.
—¿En que piensas? —interrogaba Chandler.
—Las dos arrodilladas ante mi.—Inmediatamente Alex De Large expresó una sonrisa maliciosa para luego irse del lugar.
Chandler sabía que era el momento, años de evitarlo, pero llego el momento, tenía que frenar a Alex, y el más indicado era Fernando Thomson. Quién podría cumplir el rol de agente infiltrado, esa misma madrugada, luego de la convocatoria del director, llegó a la institución universitaria.
Un hombre de traje, bien vestido, con una ligera barba, ojos claros y un peinado, que le quedaba estupendo. Mientras recorría los pasillos finalmente tocó en la puerta de la oficina de Chandler.
—Salut, je suis Chandler Blanc, directeur de l'université, merci d'être venu./ Hola, soy Chandler Blanc, director de la universidad, gracias por venir.—saludó Chandler educadamente.
Hubo un incómodo silencio, hasta que Fernando tomo asiento.
—Hablemos en español, hermano.—espetó mirandolo seriamente a Chandler.
—Disculpe, no sabía que venía de otro país.—Chandler sé disculpó.
—Soy de Uruguay, pero viví en Argentina, casi toda mi vida. —comentó Fernando.—¿Creé que podría darme información sobre el psicopata ese?
Chandler le conto todo lo que sabía de Alex De Large, lo que hizo, lo que tenía pensado hacer y su miedo de que destruya la universidad Artois.
—Esta bien, en la mañana empiezo. ¿Algún pedido especial? —Pregunto Fernando.
—Por el momento, por Catherine y Malena, tengo miedo. —expresó Chandler.
—¿No creará que tengo la bola de cristal?, muestreme una foto o algo. —mencionó Fernando.
Chandler suspiró, el lenguaje del recomendado y respetable hombre del que le hablaron, le era bastante inquietante.
—Mañana le mostraré. —sentenció el director. —Ahora te llevaré a tu habitación, vamos.
A la mañana siguiente. Catherine entró a la sala de profesores, donde ya estaban todos sus compañeros.
—Ahora que estan todos. —Chandler entro con Fernando. —Él es Fernando Thomson, se integrará como profesor de filosofía y letras.
—Un gusto. —sonríe Fernando, mientras todos los profesores se presentan, y Alex le estira su mano.
—Alex De Large, profesor de literatura, al parecer tengo competencia.—sé presenta.
—Hola.—Fernando lo mira y estira su mano.
El mismo comenzó a prestar extrema atención a Catherine y Malena, eran ellas las primeras que Chandler quería que sean vigiladas, y él, cumpliría su trabajo. En la sala algunos se pusieron a diálogar entre ellos, otros con el celular, mientras Alex pensaba hacer de las suyas.
—Hola Malena. —susurró Alex a Malena, a quién le dio un escalofrío. —¿Nunca te dijeron que eres muy linda? —decía insistente.
Fernando sabía que tenía que parar eso, pero tenía que ser cuidadoso, no podía quedar en descubierto por un psicópata.
Decidió llamar la atención de Bastian de alguna forma, quien estaba más cerca de ellos, pero con el celular.
Fernando se puso a su lado, con una maniobra de distracción, logro que Bastian mire lo que estaba pasando.
—¿Que te pasa? ¿Estás loco —Bastian enfrentó a Alex levantandose abruptamente.
—¿De que hablas? —Alex se hizo el desentendido.
—Alejate de Malena, enfermo.—gritó Bastian, mientras Richard lo agarro para sentarlo y no generar más caos. Esto sería más difícil de lo que pensaba.
Mientras tanto por la noche...
—A ver si entendí. ¿Fernando está de encubierto? —preguntó Max.
—Por milésima vez, sí. —respondió el director.
—Bueno, al menos Alex podrá estar vigilado. —suspiró.
Pero mientras tanto al otro lado del patio universitario...
—Estoy enamorado de tu voz y tu ternura. —cantaba una voz femenina, casi susurrando.
—Cantas muy lindo. —Fernando se acercó.
—Perdón, no sabía que andabas por aquí. —Se disculpo Catherine.
—No te preocupes. —tranquilizó el hombre. —¿No tienes sueño?
—No, no puedo dormir. —Confeso la mujer.
—Estamos iguales. —Suspiro Fernando. —¿Estas bien? —Pregunto al no verla del todo bien.
Catherine se sentó en el suelo, abrazando sus rodillas. La tristeza le había ganado, los recuerdos no se iban.
—Oye, me estás preocupando. —Confiesa Fernando.
—Ni me conoces. —Cath lo miró.
—¿Eso importa? —Inquirió Fernando y se sentó cerca de ella. —Estabas bien hace un momento.
—Son solo... —Cath suspiro asustada, en ese estado de angustia, ni siquiera podía pensar en irse de ahí.
—¿Quieres que haga algo por ti?. —Pregunto Fernando.
Catherine se acerco, apoyando su cabeza en el hombro de Fernando.
—Estarás bien. —afirmó con seguridad Fernando, mientras le acariciaba el pelo.
Pasaron unos 10 minutos, Catherine entró en razón de lo que estaba pasando.
—No, perdón. —La docente se levanto rápidamente.
—Tranquila, pero si necesitas algo, solo cuenta conmigo. —Fernando la miro.
Catherine asintió y se fue.
CONTINUARÁ...
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