23 de diciembre
Tragó en seco cuando miro su refrigerador, ¡Había olvidado por completo la cena de navidad!, tomó su chaqueta rápidamente, su billetera y su teléfono, saliendo casi afanado para poder comprar las cosas para hacer su cena, ¿Cómo podía olvidarlo?, sabía que no había un motivo para hacerla pues su familia ya no vendría, ¿Pero por qué no hacerla para él mismo?
Una vez el ascensor terminó su recorrido, Sunoo corrió hasta el supermercado, caminando por los pasillos y viendo que podía comprar a estas alturas y horas de la noche. Miró su teléfono y miró la hora, las diez de la noche, genial, había salido tarde, pero tenía un buen motivo para hacerlo.
Para su suerte, algunas de las carnes e ingredientes seguían ahí, podía hacer su cena sin ningún problema así que suspiró aliviado y fue a la caja registradora a pagar todo lo que compró.
—Vaya, estas cosas usualmente las compras con una semana de anticipación, ¿Qué pasó?—Preguntó el chico de la caja, Sunoo y él a veces tenían conversaciones ajenas al trabajo de él
—Eres un poco chismoso Riki.—Dijo Sunoo haciendo un puchero
—Ajá... Cómo sea.—Dijo el antes mencionado, Sunoo le entregó el billete y recibió su cambio tan rápido
—Nos vemos en otro momento, descansa, aún eres joven.—Dijo Sunoo saliendo de la tienda, Riki solo pudo suspirar esperando a que sean las doce, odiaba el turno de la noche
Sunoo iba caminando hacía su hogar nuevamente, tarareaba una melodía mientras caminaba, nuevamente quiso acortar el camino aunque está vez, no es porque lo siguieran, sino que estaba un poco afanado por llegar a su casa. El callejón no era su mejor opción, pero solo serían unos cuantos pasos así que nada malo podría pasarle, ¿Cierto?
Se adentro al oscuro, desolado y frío callejón, miraba las latas y las botellas que hace unos días atrás le habían dado un gran susto, riendo al recordar aquella vergonzosa escena.
El silencio se formó rápidamente, Sunoo se quedó paralizado cuando escucho una lata ser movida.
—¿Ho-Hola?—Preguntó nervioso, nuevamente estaba más que listo para volver a correr mientras gritaba
No recibió respuesta, así que se dió la vuelta y estuvo a punto de correr, pero un brazo se colocó sobre su cuello, impidiéndole moverse y solo poder retorcerse en los brazos ajenos.
Un trapo fue colocado en el rostro de Sunoo, este luchaba con todas sus fuerzas para no caer desmayado incluso si el olor de este lo hacía sentirse totalmente ido.
—Shhhhh, pequeño cabron, está vez no te vas a volver a escapar.—Dijo la voz, el cuerpo de Sunoo se sentía más pesado, aunque él, se sentía más liviano cuando el olor inundo sus fosas nasales
Rápidamente Sunoo cayó desmayado en los brazos de quien se volvería su captor, este soltó una risita y cargo el cuerpo de Sunoo a la camioneta que esperaba en una esquina de la calle.
Su plan había salido a la perfección está vez, su novio estaría más que contento al ver el pequeño regalo que le daría.
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Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.
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