No escuchaba sus palabras. No escuchaba lo que me decía. Había comenzado a correr con todos los objetos en mis brazos. Tenía todos excepto el piano, pues ella se lo había dado a un tipo del que no me había fijado antes que estaba en la puerta. Llegué al despacho y lancé todo al suelo. Busqué el maletín por todas partes pero unas manos me cogieron fuertemente y me acorralaron en la pared.

- ¡Para! ¡Hoseok no sabes lo que haces! 

- ¡Déjame! ¡Quiero recordar! ¡Quiero saber quienes me mintieron y por qué! ¡Necesito hacerlo!

- No puedo permitirlo - me di cuenta entonces de que estaba llorando- Quiero hacerlo pero no puedo. Tú me lo dijiste. No querías volver a volverte loco. Me dijiste que te borrara los recuerdos. Me dijiste que te ayudara. Y no quería hacerte ese daño... ¿Cuántas veces voy a tener que pasar por esto? Odio verte así... Pero estoy cumpliendo la promesa que te hice. Me dijiste que fuera fuerte y eso estoy haciendo.

"Tienes una mente privilejiada"

"Si, me llaman la niña prodigio. Adolescente y psicóloga. ¿Qué más quieres que te diga?"

"Ja, ja, ja. De verdad eres increíble"

"Bueno... uno de mis pacientes también es un chico increíble, seguro pronto soluciono su pequeño problema"

"¿Así? ¿Y cómo se llama?"

"No sé... Pero lo tengo delante"

¿Qué era aquello? ¿Qué estaba recordando? ¿Por qué su voz resonaba en mi cabeza?

"¡Para Hoseok! ¡¿Qué haces?!"

" Limpiar...tengo que... limpiar todo esto... Tú también... no... Limpiar..."

- ¿Quién... eres? - por alguna razón mi corazón se rompía al verla llorar. Ella me abrazó con fuerza y correspondí su abrazo confundido. Los dos llorábamos en el hombro del otro mientras seguía preguntándome que había sido en mi pasado aquella chica para mi. Ni siquiera sabía su nombre.

"Nayeon... Lo siento... No quiero volverme así de loco otra vez... Yo... no quiero perderte"

"Jamás me perderás tonto. Y tu hermana y a tu madre tampoco las perdiste. Estarán siempre a tu lado, en tu corazón, en tus recuerdos... No puedes perder a quien amas"

"Te amo"

"Pues no me perderás. Además, yo también te amo ¿sabes?"

- Na... Nayeon... - la llamé - Quiero recordarte... déjame hacerlo...

Ella me miró y puso las manos en mis mejillas. Sonrió y me secó las lágrimas. - Recordaste mi nombre.

- Quiero recordar más... Rompe tu promesa... Tengo un plan.

- ¿Estás seguro?

- Sí... No me volveré loco.

- Está bien.

Se apareó y me dejó que cogiera el maletín. Lo abrí y cogí una inyección. Me la puse aguantando el dolor  y cuando la saqué, los recuerdos volvieron ami de golpe. Ella no era la directora de aquel lugar. Era una chica prodigio que ya era psicóloga y en busca de ayuda para siete de sus pacientes, había acudido a una psicóloga con más experiencia. Ella nos había llevado allí y ayudaba a la psicóloga de aquella residencia a curarnos. Ella era la persona a la que quería proteger de toda enfermedad. Ella era... mi novia...