Despierto en una habitación blanca. Unos hombres del mismo color me llevan hasta una habitación negra.

Sinceramente. Me da igual, no me importa nada. Veo a más chicos en la sala.

Uno de ellos me saluda sonriente. Yo intento sonreír forzadamente y saludarle también.

Ninguno sabemos que hacemos allí. Por lo que pude averiguar, cada uno teníamos un problema que solucionar.

El moreno, llamado Namjoon, tendía a ser agresivo. No decía nada, solo estaba en un rincón con toda su furia intentando contenerse y no pegar nada mas.

El pálido, llamado Yoongi, no hablaba. Conseguimos averiguar su nombre cuando lo soltó solo para que le dejáramos. Parecía aterrado con nuestra presencia y su miedo aumentaba cuando nos acercábamos.

El que me saludo al principio se llamaba Hoseok. Le cogí la mano para presentarnos, pero él la retiró enseguida sonriente y se la limpio con un spray y un pañuelo. Debe de tener algún T.O.C que le hace asegurarse de que todo está limpio.

-Puedes tener una cantidad enorme de gérmenes, lo siento.

El mayor de todos intentaba curar la mano de Namjoon a pesar de los bufidos y quejas de este. Se llamaba Seokjin pero tenía una doble personalidad. Su otro nombre debía ser Jinseok. Seokjin era amable y protector, era quien curaba al moreno. Mientras que Jinseok era brusco y arrogante. Era quien esquivaba y protegía a los dos de los golpes de Namjoon. Era muy raro para mí ver a alguien cambiar de personalidad tan rápidamente.

¿Y yo? Mi nombre es Jungkook y solo quiero que todo acabe. No tengo ganas de nada y casi siempre quiero llorar. Pero por cortesía lo oculto con una sonrisa por lo que todos se preguntaran que hago yo aquí exactamente. Solo quiero morir.