Tomo mi mochila con la poca ropa que he colocado en ella y salgo de la habitación, para rápido encontrarme con Carlos observándome fijamente.

—Por favor Ron, tienes que llevarme —comenta él angustiado.

Niego con la cabeza y continuo con mi camino hasta la sala, donde mamá me da un fuerte abrazo.

—Cuídate mucho Ron, llámame cada hora si es posible —comenta mamá dándome otro abrazo.

—Claro que si mamá —le digo sonriendo.

Caminó hasta la puerta y Carlos me toma del hombro haciéndome voltear a verlo fijamente.

—¿Qué quieres? —le preguntó un poco enojado.

—Ir contigo, por favor ni siquiera notarás que estoy ahí —Carlos menciona frunciendo el ceño.

Yo nuevamente vuelvo a negar con la cabeza, mientras abro la puerta y salgo. Mamá y Carlos salen y ven como una gran limosina se estaciona frente a mi hogar.

—¡Diviértete hijo! —sonríe mamá emocionada.

Carlos me observa con odio, veo como entra a la casa reusándose a despedirse de su hermano.

Entro a la limosina y veo rápidamente a Pablo y Samantha. Ellos tienen una gran sonrisa en el rostro.

—Esto es increíble, jamás en mi vida había viajado en una limosina —agrega Samantha cerrando los ojos.

Pablo y yo reímos en voz baja, hasta que Samantha abre los ojos y nos observa con odio, luego empieza a reír.

—Estoy nervioso, ¿Cómo creen que sea la casa de Flor? —pregunta Pablo, mirando por la ventana.

—Debe ser una gran casa, con una gran piscina rodeada por un gran bosque, se supone que así son las casas de campo, ¿No?

Los dos me observan confundidos, la limosina se detiene y segundos tan sólo después la puerta se abre, por ella entra Marisol, acompaña de Juan y Valeria.

—¡Toda la semana había esperado este momento! —grita Juan emocionado.

Todos reímos un poco, mientras la limosina continua con el camino hasta la casa de Flor.

Durante el camino todos hablamos de nuestra perspectiva hacia la casa de campo, que cosas de las tantas que hemos planeado haremos y cosas por el estilo.

Sonrió grandemente al ver que la limosina se detiene y la puerta se abre, Juan, Valeria, Marisol, Pablo, Samantha y al final yo, salimos de la limosina.

Frente a mi logro ver una gran casa de campo, es justamente igual a como la imaginaba, de hecho, creo que es aún más enorme. Esto es increíble, es gigante.

—¡Chicos! Han llegado —menciona Flor acercándose a nosotros, puedo notar que lleva un traje de baño.

—Tu casa es increíble, ¿Por qué nunca nos habías invitado? —pregunta Marisol saludando a Flor.

—Esperaba el momento justo, creo que ese momento por fin ha llegado —Flor sonríe y se dispone a entrar a la casa.

Todos caminamos detrás de ella, entramos por la gran puerta y veo todo de lujo, todo tiene un toque moderno.

—Cada uno tendrá su habitación, Sonia los llevará a ellas —Flor sonríe, mientras nos señala a Sonia, una mujer que lleva un gran llavero en las manos.

Todos nos acercamos a Sonia y ella nos saluda amablemente.

—Síganme jóvenes —menciona Sonia subiendo por unas escaleras.

Todos la seguimos, mientras volteo brevemente hacia atrás, Flor entra por una puerta.

Delante de mí, puedo ver un gran pasillo con muchas puertas, Sonia nos va indicando cual es nuestra habitación y entramos rápidamente.

—Esta es la suya joven Ron —añade amablemente.

Volteo a ver a Pablo con una gran sonrisa en el rostro, para luego entrar a la habitación y cerrar la puerta lentamente.

Veo fijamente todo a mi alrededor, es una gran habitación, de hecho, pareciera más grande que la mía.

Me acercó a la gran ventana y veo por ella, un hermoso paisaje hace presencia, justo como me lo imaginaba.

Coloco mi mochila en el sofá y me lanzo a la cama, cierro los ojos por un momento. Los abro rápidamente cuando escucho que alguien toca la puerta.

Me dirijo a abrir la puerta, Flor aparece del otro lado, ella entra a mi habitación y toma asiento en mi cama.

—¿Te gusta? —pregunta señalando hacia la ventana.

—Es increíble, todo es increíblemente increíble —susurró emocionado.

—Bueno, me alegra mucho saber que les gusta, vamos a conocer la piscina —sonríe Flor poniéndose de pie y saliendo de la habitación.

Asiento con la cabeza, me dirijo a mi mochila a tomar un short y rápido me lo colocó y salgo de la habitación.

Veo que Flor ya les ha avisado a los demás, puedo verlos caminar detrás de ella, apresuró el paso para alcanzarlos a todos.

Flor abre una puerta y veo la gran piscina, es increíble, una sonrisa se forma en mi rostro, mientras caminó hasta ella.

Suspiró profundamente y salto a la piscina, dejo que mi cuerpo llegue hasta el fondo donde rápido abrazo mis rodillas, mientras mi rostro dibuja una gran sonrisa.

Abro los ojos rápidamente al sentir que alguien más ha saltado a la piscina conmigo, veo que es Flor, ella llega hasta mí y me golpea con el pie. Algo que ocasiona que abra la boca y comience a ahogarme.

Veo que su rostro forma una sonrisa, mientras su amigo se ahoga en su propia piscina, siento la falta de aire y cierro un momento mis ojos.

—¡Ron despierta! —gritan alrededor de mí.

Abro los ojos, comienzo a toser una y otra vez, veo a todos mis amigos alrededor de mí, ellos parecen estar preocupados por mí, inclusive Flor, quien fue la culpable de todo esto.

—¿Éstas bien? —pregunta Samantha junto a mí.

Yo le sonrió y asiento con la cabeza, me pongo de pie y le doy un fuerte abrazo a Samantha.

—Creí que me asesinarías —le digo a Flor algo asustado.

Volteo a verla y ella sonríe levemente, luego se pone de pie y se aleja hasta la piscina.

—Yo también —escuchó que susurra, algo que ocasiona que me asuste.

—¡No digas eso Flor! —grita Pablo lanzando a Flor a la piscina.

Una sonrisa se forma en mi rostro, me pongo de pie y corro hasta la piscina de nuevo, me detengo en la orilla y veo como Flor nada de un lado a otro.

—¡Vamos entra! —grita ella mirándome.

Estoy por saltar, pero algo me hace detenerme, recuerdo una y otra vez ese momento en que Flor intento ahogarme.

—¡Vamos! —grita Flor sonriendo.

No creo que mi amiga sea capaz de asesinarme, simplemente no puedo creerlo.

Me alejo lo más que puedo de la piscina, luego comienzo a correr hacia ella y salto, siento el agua en mi cuerpo y mi rostro dibuja una sonrisa.

—Vamos, ¿Qué esperan? —les gritó a mis amigos.

Ellos me observan riendo, Pablo es el primero en saltar seguido de Samantha. Juan empuja a Valeria y luego él se lanza.

Marisol salta al final, todos comenzamos a disfrutar este gran viaje a casa de Flor. Aunque aún tengo algunas preguntas, ¿Dónde están los padres de Flor?, ¿Cuándo los conoceremos?