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Capítulo 36 - Es mejor correr [Final]

Narra Carlos.

Ana detiene el auto a pocos kilómetros de llegar a la casa de campo, a todos nos pareció buena idea parar aquí, ya que, si llegamos hasta la casa, Flor y sus padres se darían cuenta de que algo anda mal.

—¿Por qué páramos aquí? —pregunta Ana confundida.

—Queremos llegar de sorpresa, a todos les gustan las sorpresas —le dice Yulma a Ana.

Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro, veo a Yulma sonriendo de igual manera. Ana y Santiago se miran un poco asustados.

—¡Síganme! —grita Yulma, comenzando a caminar.

Respiro hondo y comienzo a caminar detrás de Yulma, veo hacia enfrente, no logro ver nada que nos indique que estamos por llegar.

—¡Chicos por acá! —menciona Santiago cambiando de dirección.

Todos fijamos nuestras miradas en lo que Santiago apunta, logro ver una gran casa de campo, fuera de ella, el auto de Flor.

—¡Oh por dios! —añado nervioso.

—¿Ese auto es de Flor? —pregunta Ana deteniéndose.

Todos negamos con la cabeza, para que Ana no se asuste y quiera irse de aquí.

—¡Es mejor correr! —dice Yulma corriendo.

Santiago, Ana y yo corremos detrás de ella, nos detenemos al ver que alguien ha abierto la puerta.

—¿Es Flor? —agrega Ana asustada.

Yo le indicó que guarde silencio y así lo hace, todos vemos que Flor arrastra algo hacia el exterior.

—¡Es un cuerpo! —dice Ana, intentando huir.

Rápido Yulma la toma del pie y le impide huir, todos la miramos con miedo.

Veo que deja caer la bolsa, donde parece ser que tiene un cuerpo, un rostro queda al descubierto y rápido me doy cuenta de que es Cecilia.

—¡Oh por dios! —menciona Santiago aterrado.

Ella envuelve el cuerpo de Cecilia en la bolsa y lo coloca en la cajuela de su lujoso auto.

La puerta vuelve a abrirse y por ella salen los padres, los asesinos doble "M", ellos arrastran un cuerpo, pero este no tiene bolsa, puedo darme cuenta rápidamente que es Pablo.

—¿Tiene espuma en la boca? —pregunta Yulma angustiada.

Asiento con la cabeza, mi respiración se acelera, cuando veo a Yulma correr hacia la casa.

Flor y sus padres colocan el cuerpo de Pablo en la cajuela de su lujoso auto, luego se disponen a volver a la casa. Yulma rápido se detiene y se esconde junto al auto.

—¿Qué está haciendo? —les pregunto angustiado.

***
Narra Rosa.

Miró fijamente a Troy dormir, él abre los ojos y me observa con una sonrisa en su rostro.

—¡Hola cariño! —añade Troy dándome un abrazo.

Le respondo el saludo, luego alguien toca la puerta y me acerco a ver quién es.

—¿Señora Diana?, ¿Señor Sergio?, ¿Qué hacen aquí? —pregunto, al verlos en la puerta.

—¿Dónde está mi hijo, Rosa? —la madre de Carlos me toma de los hombros y me estruja fuertemente.

—No lo sé, suélteme —le digo en susurro.

Sergio rápido se acerca a quitarme a su esposa, Diana me mira con enojo, mientras Sergio la mantiene lejos de mí.

—Siento los modales de Diana, es sólo que estamos preocupados por Carlos, no lo hemos visto en todo el día —comenta Sergio.

—Yo tampoco lo he visto —susurro desviando mi mirada a otra parte.

—¡Amor si los viste, diles, ellos deben de saber! —menciona Troy detrás de mí.

—¿Dónde están? —pregunta Diana asustada.

—¡Fueron a la casa de campo!

—¿Qué casa de campo?

Respiro hondo y los observo, los veo tan alterados, que me siento mal de haberlos dejado ir.

—¡A la de Flor, no sé dónde está, pero ya le avisé a la policía! —agrego angustiada.

Ellos me miran asustados, ya no me dicen nada, tan sólo salen de la habitación, cerrando fuertemente la puerta.

***
Narra Flor.

Les doy un fuerte abrazo a mis padres, pues están a punto de irse a tirar los cuerpos de Cecilia y Pablo.

—¿Cuándo regresarán? —les pregunto confundida.

—Al amanecer ya estaremos aquí, Sonia estará aquí para lo que necesites —menciona mamá sonriendo.

Veo a papá, mamá caminar hacia la puerta, ellos se detienen al escuchar un gran grito de Sonia, proveniente de la habitación, donde tenemos encerrados a los chicos.

—¡Sonia! —grito corriendo hacia allá.

Abro los ojos del asombro al ver a Sonia en el suelo y la puerta de la habitación abierta.

—¡No, ellos no se pudieron ir! —grito mirando en el interior.

Volteo hacia mis alrededores, no logro verlos por ningún lado, por lo que rápido corro hasta la sala, donde mis padres se colocan en la puerta.

—¡Déjenos ir! —grita Valeria apuntando con un arma de sedantes.

Una sonrisa se forma en mi rostro al recordar que esa arma no tiene sedantes, ya que la vacíe disparándole todos a Pablo.

—Dispara —le digo, mientras me acerco a ella.

Airam y Maritza observan a Valeria, ellas saben perfectamente que no hay sedantes en esa arma.

Valeria se dispone a jalar el gatillo, justo en ese momento, gotas de sangre saltan al rostro de todos los presentes.

Miró a todos lados, intentando encontrar a la persona herida, mi pulso se acelera al ver a mi padre caer al suelo, con un disparo en el pecho.

—¡Marcos! —grita mamá tomándolo de las manos.

Algunas lágrimas resbalan por mis mejillas, mientras intento asimilar todo lo que ha pasado, ¿Quién demonios disparo?

—¡Por acá, tenemos que irnos, la policía está aquí! —grita Sonia dirigiéndose a la puerta trasera.

Mamá deja a papá en el suelo y corre hasta mí, me jala del brazo y nos disponemos a seguir a Sonia.

***
Narra Carlos.

Me dispongo a correr hacia Yulma, cuando la veo a punto de abrir la puerta de la casa de campo.

—¿Qué haces? —le pregunto en susurro.

—Tenemos que entrar, verificar que alguien está con vida —me dice ella, también en susurro.

—Aun no es el momento, tenemos que esperar un poco más, tal vez cuando sus padres se vayan, será más fácil —le digo y la jalo del brazo.

Ella se aparta de mí y toma la manija, luego una gran luz ilumina hasta acá, puedo ver patrullas y un auto detenerse.

Santiago y Ana rápido corren hasta acá, nosotros nos acercamos al auto, de donde sale el detective Simón.

—¡Tienen que hacer algo! —les digo y señalo la puerta.

El detective asiente con la cabeza y nos indica que nos alejemos, veo que apunta hacia el interior de la casa y jala el gatillo.

Cierro mis ojos un momento y miro a todas partes.

—¡Marcos! —escucho un grito venir desde el interior de la casa.

El detective Simón le indica a sus compañeros que se acerquen y derriben la puerta, lo cual ellos hacen rápidamente.

Puedo ver a Valeria, Airam y Maritza salir corriendo hacia el exterior, pero ¿Dónde están los demás?

—¡Están huyendo! —grita Maritza señalando el interior de la casa.

Veo que el detective Simón, seguido de más policías entran a la casa, veo fijamente la casa, esperando con ansias de escuchar más disparos, hasta que siento que alguien nos toma del cuello y nos tapan la boca.

—¡Oh por dios! —grita Airam volteando a vernos.

Intento ver quien me ha tomado, abro los ojos grandemente al ver que Flor me sostiene, la madre sostiene a Yulma y Ana. Sonia a Santiago.

—¡Ayuda! —escuchó a Ana gritar.

—¡Por fin los tenemos aquí! —grita Flor, pasando una navaja por mi mejilla.

Siento un poco de ardor, cierro los ojos, al abrirlos veo a la policía rodearnos.

—¡Déjenlos en paz! —grita el detective.

—Si nos quieren matar, háganlo —dice la madre de Flor, apuñalando a Ana con una navaja.

Ana cae al suelo y rápido comienza a arrastrarse hasta el oficial.

—¡Flor, Sonia, váyanse! —comenta Milena lanzando una bomba de humo.

Caigo al suelo de golpe, no logro ver nada, pero se perfectamente que Flor ha huido.

Minutos después el humo se dispersa y veo mi alrededor, tan sólo Yulma, Santiago y yo nos encontramos aquí.

—¡Se han escapado! —grita Simón.

Veo que todos los policías comienzan a correr, logro ver a la madre de Flor, a Flor y Sonia correr hacia los arbustos.

Un disparo se escucha y veo a la madre de Flor caer al suelo. Me acerco a todos y les doy un abrazo, veo que Ana se encuentra en una camilla.

—Siento haberte traído con mentirás.

Ella asiente con la cabeza, yo le doy un fuerte abrazo, mientras vemos como los policías se acercan. Nos indican que entremos a las patrullas y así rápido lo hacemos.

Aqui detective Simón, hemos encontrado dos cuerpos en el auto de Flor, los cuales pertenecen a Pablo y Cecilia.

—También hemos encontrado a Maritza, Airam y Valeria con vida.

—La joven Ana fue herida por Milena, integrante de los asesinos doble "M"

—Los asesinos doble "M" han caído, su hija Flor y su compañera Sonia han huido, sin dejar rastro.

—Carlos, Yulma y Santiago están bien, a ellos los encontramos cerca de la casa, intentando entrar en ella.

Veo que el detective Simón deja el radio en su lugar y se dirige hacia fuera, para dar una declaración a una reportera que se encuentra aquí.

Ella nos observa fijamente, yo tan sólo estoy feliz por haber encontrado este lugar y haber salvado a Valeria, Airam y Maritza.

Los asesinos doble "M" jamás volverán a asesinar personas, jamás, en cuanto a Flor, tarde que temprano la encontrarán y la meterán a la cárcel por el resto de su vida.

***
Narra Flor.

Me detengo por completo al ver que los policías han dejado de seguirnos, le doy un fuerte abrazo a Sonia, algunas lágrimas caen por mis mejillas al ver que me he quedado huérfana.

—¡Yo estaré para ti Flor! —añade Sonia abrazándome.

Asiento con la cabeza y continuamos caminando sin un rumbo fijo.

En estos momentos lo único que quiero hacer es regresar y acabar con la vida de todas las personas que arruinaron mi vida, pero en estos momentos no puedo, tengo huir lo más lejos que pueda

Pero en estos momentos tengo mi objetivo, regresaré, regresaré por todos ellos y los haré pagar por lo que me hicieron.

Fin.

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