Capítulo 29 - Golpiza.
Narra Flor.
Tomó una cuchara de fruta picada que me ha preparado Sonia, veo fijamente mi habitación, creo que tendré que decorarla un poco, ya que estaré aquí un buen tiempo.
Dejó el plato de fruta junto a mí y me pongo de pie, comienzo a ver todo lo que hay en mi habitación, cosas que usaba cuando era niña.
Algunas lágrimas caen por mis mejillas al recordar mis buenos recuerdos de niña, ahora soy una mujer que lo único que busca es ser psicópata por herencia.
Tomó un lápiz labial que se encuentra sobre mi mueble y me dispongo a pintarme los labios, me miró al espejo y una gran sonrisa se dibuja en mi rostro.
Escucho la televisión, rápido salgo de mi habitación y caminó hasta la sala, veo a Valeria, Pablo y Marisol atados a las sillas y a Sonia sentada en el sofá viendo televisión.
—¿Qué están diciendo? —le pregunto a Sonia.
—Es un reportaje, todo parece indicar que Carlos encontró a Ron —añade Sonia comiendo palomitas.
Una gran sonrisa se forma en mi rostro, tomó el control remoto y subo el volumen para escuchar mejor.
—Es una lastima todo lo que esta pasando, un cuerpo mas ha sido encontrado, está vez el joven Ron.
Veo que la reportera limpia algunas lágrimas de su rostro y prosigue con la noticia.
—Después del hallazgo del nuevo cuerpo, tan sólo son tres los jóvenes que siguen desparecidos, ante la alarmante desesperación por parte de sus familiares, el detective Simón, encargado del caso ha dicho lo siguiente.
Veo al detective Simón sentado en su escritorio, él mira fijamente la cámara y mueve algunos papeles que se encuentran junto a él.
—Las familias de los jóvenes desaparecidos siguen abatidos por el dolor, por eso le pido ayuda a la ciudadanía, para localizar cuanto antes a Flor Riggs quien es la principal sospechosa en este caso.
Abro los ojos del asombro al ver una foto mía en la pantalla, junto a ésta un número de teléfono y un monto que será entregado como recompensa cuando me encuentren.
—¡Te van a encerrar en la maldita cárcel! —grita Marisol enojada.
Tomo el control y apago la televisión, Sonia tan sólo me observa, mientras yo me dirijo a Marisol.
—¿Qué dijiste? —le pregunto enojada.
—Nada, yo no dije nada —comenta Marisol angustiada.
—¿Qué dijiste? —le vuelvo a preguntar, pero esta vez le doy una gran bofetada en el rostro.
Sonia se acerca e intenta apartarme de Marisol, pero yo la tomo del cabello y se lo jalo fuertemente.
—Dime ¿Qué dijiste? —le gritó y le doy un golpe.
—Déjame en paz Flor —añade Marisol comenzando a llorar.
—¡Flor! —escucho la voz de Pablo y Valeria.
Pero nada me interesa en este momento, tan sólo la golpiza que le estoy dando a Marisol.
—¡Señorita Flor paré! —grita Sonia tomándome de los brazos.
—¿Qué dijiste estúpida? —le gritó nuevamente.
Marisol no me responde, me separo un poco de ella y le doy una patada, lo cual ocasiona que la silla caiga al suelo, junto con ella.
—¡Déjala en paz Flor! —añade Pablo asustado.
Respiro hondo y la veo en el suelo, tomo un cuchillo de la mesa y me acerco a ella, lo coloco en su cuello y presiono levemente su cuello.
Unas gotas de sangre caen al suelo, mientras Marisol tan sólo llora en silencio.
—Lo siento Flor, no fue mi intención ofenderte —susurra Marisol cerrando los ojos.
Sonrió un poco y me pongo de pie, camino hasta el sofá y prendo la televisión.
—¡Levántala! —le gritó a Sonia.
Ella se dispone a poner de pie la silla, en la que se encuentra Marisol.
***
Narra Milena.
Miró por la ventana del auto, veo a Cecilia y Airam caminar por la calle, es nuestra última oportunidad, así que no podemos fallar.
—¡Detén el auto! —añado en voz fuerte.
Marcos detiene el auto frente al parque, puedo ver que Cecilia y Airam han tomado asiento en una banca.
—Espera aquí, cuando estén inconscientes rápido corres a ayudarme —le digo a Marcos, para luego bajar del auto.
Meto mis manos en mi saco, preparó las jeringas con sedante, y me acerco a ellas.
—Hola chicas, ¿Saben cómo llegar a la delegación? —les preguntó amablemente.
—Si claro, se va por toda esta calle hasta llegar a un cruce, luego da vuelta a la derecha y algunas cuadras adelante esta la delegación —añade Cecilia sonriendo.
—Oh muchas gracias, parece fácil, pero no creo saber llegar, ¿Podrían acompañarme? —agrego, mientras señalo mi auto.
Ellas rápido niegan con la cabeza, así que rápido le inyecto la jeringa a Airam, quien cae al suelo.
—¿Qué le hiciste? —pregunta Cecilia asustada.
Cecilia intenta correr, por suerte la tomo del cabello y la acerco a mí.
—Nada, sólo irán a visitar a Flor —le digo sonriendo.
Ella pone cara de terror, yo le incrusto la jeringa en el cuello y ella rápido cae al suelo.
—Flor es una asesina —susurra Cecilia asustada.
Una sonrisa se forma en mi rostro, mientras volteo hacia el auto.
—¡Marcos! —grito fuertemente.
Marcos rápido baja del auto y corre hasta mí, toma en sus brazos a Airam, y yo arrastro a Cecilia.
—Rápido —susurro en voz baja.
Colocamos a las dos chicas en el auto y Marcos rápido conduce. Saco más jeringas de mi bolso y comienzo a incrustarlas en las chicas, no deben despertar hasta que estemos en la casa de campo.
—Que fácil fue esto —le digo a Marcos.
Él asiente con la cabeza y continúa conduciendo, se detiene fuertemente al ver una patrulla delante de nuestro auto.
—¡Maldición!
—Tranquilo, sólo está allí sin hacer nada, conduce tranquilamente —le digo en voz baja.
Marcos cambia de carril y acelera poco a poco, hasta estar lejos de la patrulla.
Veo por la ventana del auto, recuerdo a todas las víctimas que tuvimos de este lugar, ahora nuestra pequeña es la responsable, estoy muy orgullosa de ella.
—¿Recuerdas nuestra primera víctima? —le preguntó a Marcos.
—¿Cómo olvidarla?, fue la noche que te pedí ser mi novia.
Sonrió grandemente, luego observo a las chicas, saco una pequeña navaja de mi bolso y la colocó en el rostro de Airam.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta Marcos volteando a verme.
—Tengo ganas de ver sangre, sólo un poco —susurro en voz baja.
Cambio de lugar la navaja, de su rostro a su brazo, donde hago un pequeño corte y sangre comienza a salir.
—Mira que increíble se ve —menciono emocionada.
Marcos mira de reojo hacia acá y ve lo increíble que es la sangre, por eso mi color favorito es el rojo.
—Es increíble —añade Marcos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro