V e i n t i o c h o
Y es en estos momentos en los que quisiera saber qué fue de la vida de aquel niño que me ayudó a no sentirme sola cuando mis padres fallecieron en ese incendio. El bosque siempre estaba oscuro, y los sobrevivientes de aquel accidente tuvieron que trasladarse a otra parte que sea segura, aquella zona segura era a la orilla de un lago enorme. Ahí colocaron carpas y entregaron mantas a las pocas personas que todavía trataban de asimilar lo que habían vivido.
Para mi yo de ocho años, todo lo que estaba sucediendo se asimilaba a lo que era el fin del mundo. Sin embargo, ese niño de cabello azabache, y del cual tengo todavía recuerdos de nuestros encuentros, me ayudó a que no me sintiera tan sola. Era muy atento aunque muy silencioso, casi nunca hablaba; pero aun así logró que mis llantos en medio de la noche cesaran. Él había tenido suerte con sus padres, ninguno de ellos pasó por lo mismo que los míos, y por eso es que muy pocas veces se acercaba a mí, ya que ambos oíamos los gritos de su madre cuando no lo veía cerca. «¡Tokki!» esa era la palabra que su madre gritaba para llamarlo.
Sin embargo, en los tres días que nos quedamos en la orilla del lago, jamás supe cuál era su verdadero nombre. Pero todavía recuerdo cómo era su apariencia, era encantadora para hablarse de un niño de doce años —usualmente a esa edad, los niños comienzan a experimentar sus cambios de la pubertad—; y yo recuerdo haberme enamorado de su mirada y su gesto neutral. Todo lo que ese niño me transmitía era confianza e inocencia.
¿Y por qué estoy diciendo ahora que me gustaría volver a saber de él?
Bueno, en estos días me he sentido emocional y físicamente cansada. Me cuesta salir de mi cama e iniciar con mi rutina de siempre. Ya no me encuentro con muchos ánimos por tan solo verle algo positivo a mi día; y estos sentimientos me recordaron a la manera en cómo mi yo de hace ocho años vivió luego del incendio del bosque. Eso hizo que me acordara de "Tokki".
Jungkook me había destruido con las palabras que me dijo la última vez que nos vimos. Desde ese día, su voz hace eco en mi cabeza en los momentos más inoportunos; un claro ejemplo puede ser lo que me pasó ayer durante clases, no sé en qué momento pasé de prestarle atención a mi maestro a que luego aparezca Jungkook en mi cabeza diciéndome que él de verdad se había enamorado de mí, luego todos mis compañeros me vieron llorar como si acababa de recibir la peor noticia.
Pensé que llevar esta situación iba a ser muy fácil, ya que Jungkook finalmente no estaría nunca más enamorado de mí y al fin podríamos volver a la rutina que ambos teníamos antes de conocernos. Pero aquellos cuatro meses fueron toda una montaña rusa de emociones y recuerdos inolvidables. No quería admitirlo pero Jungkook hizo de mi vida un poco más interesante, saber de la historia de su vida, verlo trabajando, ayudarlo a infiltrarse en un centro psiquiátrico, y hasta pensar que alguien había muerto para luego enterarnos que todavía seguía vivió fue lo que más me gustó de todo este tiempo; a pesar que en una ocasión casi arriesgué mi vida. Pero al fin y al cabo terminó siendo grandioso.
Termino de prepararme mi segundo vaso de café con vainilla para luego regresar a mi habitación. Esta rutina había tomado desde hace unos pocos días —para ser exactos, fue hace dos días—, y tampoco me quejaba. Realmente me gustaba porque no tenía otra opción.
Mi habitación era el único lugar que me gustaba de mi departamento porque el resto de ambientes solo me aburrían. Esto se lo debo a Jungkook por casi siempre sacarme de mi casa y llevarme con él a su oficina. Mi cuarto siempre era mi refugio luego de un día ajetreado con Jungkook y su investigación, es por eso que ahora es el único lugar que me gusta.
Miro atenta la pantalla de mi laptop para no perderme ni un solo detalle importante de la que película que estaba viendo. Mi domingo comenzó a eso de las diez de la mañana, ahora son la 1:21 de la tarde y todo lo que he hecho en el día es pensar en Jungkook y en saber si Tokki todavía vivía en Seúl; pero luego mis pensamientos cambiaron cuando decidí perder mi tiempo en ver un drama coreano por Internet envés de ver uno que estén dando en la televisión.
De pronto, el timbre de mi departamento se escucha por toda la casa. Le pongo pausa a mi película y ladeo un poco la cabeza. Que yo recuerde no esperaba a alguien.
O bueno, tal vez esperaba a que alguien viniera; pero sé que no es él desde que no ha entrado sin permiso a mi casa.
Salgo de mi cama con dirección a mi perchero para agarrar la bata de seda blanca que estaba colgada ahí. Camino hacia la entrada de la casa a la misma vez que escucho que el timbre suena por segunda vez, abro la puerta y me encuentro a Taehyung vistiendo unos pantalones chinos negros y un polo holgado del mismo color del pantalón.
— ¿Taehyung? —Digo extrañada. No me esperaba a que él viniera a verme.
—Hola, Blake —sonríe con gentileza—. ¿Puedo pasar? —asiento y dejo que Taehyung entre a mi casa—. ¿Cómo has estado?
—He estado cansada. —Respondí con sinceridad. Taehyung regresa a mirarme confundido por lo que le dije y se queda en silencio para seguir escuchándome—. He estado pensando en lo que me pasó con Jungkook a la misma vez en la que he estado al pendiente de los parciales de la universidad. Iniciaré exámenes dentro de muy pocos días y me encuentro totalmente perdida en todas las materias.
—De seguro por lo que estuviste mucho tiempo con Jungkook —asentí. Taehyung se sienta en uno de los muebles y yo repito su acción quedándome a su costado—. En el departamento de homicidios todo parece irse desmoronando. Jungkook parece que se ha dado por rendido en el caso, ya que, al día siguiente de su discusión no volvió a aparecerse por su oficina. Tampoco está contestando nuestras llamadas y nuestro jefe nos tiene a todos con la soga en el cuello.
Eso sólo está pasando por mi culpa.
—Mireu quiere hacerse cargo del caso de Sunhee, pero Joo-kyung está peleando por Jungkook —comenta Taehyung—. Blake, sé que tú y yo no hemos sido cercanos durante todo este tiempo, o no de la misma forma en la que has sido cercana a Jungkook; pero he venido a pedirte tu ayuda.
— ¿Qué es lo que necesitas?
—Si sabes dónde se encuentra Min Yoongi, dímelo. Solo te pido eso.
Creí que cuando ocurrió mi pelea con Jungkook, el lugar en donde se estaba escondiendo Yoongi se lo había dicho a Jungkook. Pero como toda esa discusión la tengo grabada en mi cabeza, sé que al final no fue así como pensé y solo olvidé decirlo por el coraje y tristeza que experimenté en ese momento.
Miro a Taehyung con mis labios curveados y suspiro antes de hablar.
—La última vez que hablé con Yoongi, él me dijo que se encontraba en Daejeon.
— ¿Hace cuánto no han hablado? —Inquiere.
—Cerca de un mes y medio tal vez. —Taehyung abre sus ojos sorprendido antes de asentir—. Taehyung, ¿puedo confiar en ti y pedirte algo?
—Claro.
El plan que tenía en mente era saber si él podía investigar sobre Tokki. Supuse que los policías tienen una base de datos de todos los ciudadanos de Seúl; tal vez, y solo tal vez, también tengan información del indencio que ocurrió hace trece años en el bosque de Pyeongchang.
Taehyung había venido a mí para que yo lo ayudara, ahora él debe de devolverme el favor.
—Antes de decírtelo, quiero confiar plenamente en ti —Taehyung suelta una sonrisa nasal antes de ladear su cabeza a un lado—. Así que, para que eso pase, necesito que me digas algún secreto tuyo. El que sea.
Taehyung al principio se ríe de lo que le he dicho, pero luego parece pensárselo y hacer recuerdo de algún secreto que tenga.
—A veces suelo dormir con los ojos abiertos —confiesa.
No puedo evitar reírme por lo que dijo Taehyung y entrecierro un poco mis ojos antes de echarme hacia atrás y soltar una moderada carcajada.
—Está bien, con eso es suficiente —digo sin quitar mi sonrisa de la cara. Ahora necesitaba ver a Taehyung durmiendo con los ojos abiertos, como algunos dicen: ver para creer—. Mi pedido es el siguiente: quiero que me ayudes a encontrar a alguien que conocí hace como trece años atrás.
— ¿Por qué? —Pregunta con curiosidad.
—No sé si recordarás aquel incendio que sucedió de la Villa Bom, en el bosque de Pyeongchang —Taehyung asiente sin dejar de prestarme atención—. En ese incendio perdí a mis padres y me quedé huérfana. Sin embargo, conocí a un niño que se apodaba Tokki en ese mismo lugar.
Taehyung sonríe de lado por unos segundos, pero luego su ceño fruncido aparece y niega con su cabeza.
—Yo puedo ayudarte, pero —dice—, ¿por qué quieres buscar a ese niño? ¿Al menos sabes cómo era su nombre real? —Niego—. Será imposible encontrarlo. Sé que muchas familias fueron con niños como tú y el tal Tokki, pero si quieres encontrarlo, al menos debes de decirme algún rasgo que te acuerdes de él.
Inmediatamente siento en mi pecho una opresión al saber que tal vez nunca más podré volver a encontrarme con el niño que me dio paz en su momento. Realmente tenía una necesidad exagerada por querer saber qué ha pasado con él; y tal vez, no lo sé, podré ser su amiga y ayudarnos entre los dos. O tal vez esos sentimientos que tuve por él en mi infancia vuelvan.
No obstante, sólo recuerdo los ojos y los labios de aquel niño. No creo que eso le sirva de mucho a Taehyung, más parecerá que le estaré haciendo perder el tiempo. Pero debía de intentarlo.
En serio quiero volver a ver a Tokki.
—Podríamos intentar hacer de esos retratos hablados —sugiero. Taehyung asiente lentamente—, pero recuerdo muy poco de su rostro. Taehyung —lo llamo para que me mire a los ojos, sonrío esperanzada—, si con lo poco que me acuerdo, llegas a encontrarlo, te juro que te querré por el resto de mi vida.
Taehyung se avergüenza un poco por lo último que le había dicho y sonríe tímidamente. Finalmente su visita en mi casa termina en un abrazo y en una invitación a ir mañana al departamento de policías para hacer lo del retrato hablado.
Mañana, a las 2:00 de la tarde.
¿Que si estaba emocionada por volver a ese lugar? Sí, definitivamente.
***
Al día siguiente, tuve que sacrificar otra de mis clases para venir a la estación de policías. Pensé que Taehyung me iba a esperar en la entrada para tan solo llevarme a ese cuarto especial de dibujo y luego irme a mi casa; pero ahora veo que él está dispuesto a jugar las escondidas conmigo.
Suelto un suspiro y voy directo al segundo piso para ver si se encontraba en el departamento de homicidios trabajando. Llego, le doy un vistazo al lugar y solo pude reconocer a Joo-kyung junto con Namjoon bebiendo café mientras conversaban, Taehyung no estaba con ellos. Decido acercarme a donde están los amigos de Jungkook para preguntarle si sabían algo de Taehyung.
—Hola —les digo.
Ellos regresan a mirarme y en sus ojos veo lo emocionados que están de verme otra vez por aquí. Ninguno de los dos se esperaba a que yo volviera a aparecerme por este lugar y creo que fui para ellos una agradable sorpresa. Joo-kyung no demora en abrazarme muy fuerte con solo un brazo mientras que Namjoon me sonríe y acaricia mi cabello como si fuese todo un padre orgulloso.
— ¡Oh por Dios, no sabes lo mucho que me alegra tenerte aquí! —Dice Joo-kyung con una sonrisa en su rostro y unos ojos llenos de entusiasmo, pero que unas pequeñas lágrimas fueron llenando—. Siento que lloraré, perdón, estoy muy feliz de que estés aquí.
—Es el estrés y la presión —tercia Namjoon, colocando una de sus manos en su hombro—. ¿Y qué es lo que te trae por aquí, Blake?
—Vine a ayudar a Taehyung con el rastreo de Yoongi y también a por un favor que él me hará —tenso mis labios unos segundos. Ellos asienten pero se miran entre ellos confundidos—. ¿Saben dónde está?
—Había salido para recoger a su hija del jardín de niños y llevarla a casa. Luego vendrá —dice Namjoon—. Por mientras, dínos cómo has estado.
—Muy cansada, emocional y físicamente —Joo-kyung asiente y toma de mis manos para mostrarme su apoyo—. Y... ¿cómo ha estado Jungkook?
—Siendo sinceros, no sabemos nada de él. Hace mucho que no se aparece por aquí y es preocupante —Namjoon da una mirada hacia una puerta oscura que se encontraba a mi izquierda—, y más si eso hace enojar al oficial Jeon.
Realmente me ponía de malas que el padre de Jungkook, por lo muy miserable que es su vida, tenga que afectar también la vida de sus empleados y la vida de Jungkook. A mi punto de vista, me parece muy tóxico que alguien trabaje en un ambiente donde el humor del jefe dependa de su mejor trabajador, y más si se llega a tratar de su propio hijo; aquello no le permite que los demás tengan que pagar las consecuencias por si algo que este mismo jefe ha planeado no se dé como él lo quiso.
Una rabia inexplicable despertó en mi interior. Quería acabar con Jeon Seok-jun. Por el bien de todos y por el bien de Jungkook.
Debía de aprovechar que no estaba él para detenerme y que estaba enojado conmigo. Tal vez si se llegue a enterar que enfrenté a su padre por él, pueda perdonarme y volveríamos a nuestra relación de antes.
—Pero bueno, no podemos hacer nada —chista Namjoon—. Mejor hay que ir a la cafetería y comer unas donas, ¿sí? Junto a un café y seguiremos hablando de ti.
—Está bien, pero yo primero... —miré a todas partes por si algo me ayudaba a crear una mentira casi perfecta—. Primero debo de buscar algo en la oficina de Jungkook. No encuentro mi brazalette de plata en mi casa y creo que lo he dejado aquí.
—Okay —responde Joo-kyung—. No tardes.
Asentí con mi cabeza y dejé que Namjoon y Joo-kyung desaparecieran del primer piso. Cuando ya no pude ver la cabeza de Namjoon, fue cuando me acerqué a la puerta de madera oscura y la toqué.
Oí una voz parecida a la de Jungkook, solo que un poco más gruesa, que me daba permiso para entrar.
Ahí vi al progenitor de Jungkook sentando en su silla con una pipa en la boca mientras leía el periódico. Aquel papel no me dejaba ver su rostro y mucho menos el color de su cabello; pero luego de un par de segundos, y como si el señor Jeon hubiera leído mi mente, bajó el periódico para doblarlo y dejarlo sobre su escritorio. El señor Jeon era una copia casi idéntica a como era Jungkook; ambos tenían el mismo color de cabello, solo que el más mayor de ellos dos, su cabello ya estaba pasando a pintarse de color gris; también estaban los grandes ojos de Jungkook, solo que el señor Jeon tenía unos ojos llenos de ira y aburrimiento, no eran como los de su hijo. La nariz y aquel lunar en el labio de Jungkook eran una copia exacta de su padre, pero uno ya estaba decorado con arrugas y con pérdida de elasticidad en su piel. Yo le calculaba al menos unos cincuenta y cinco años al señor Jeon.
Aquel mismo hombre que he descrito, se confundió mucho cuando me vio, ya que a simple vista no me reconocía; pero algo, algo así como un sexto sentido, me decía que ese hombre solo estaba fingiendo. Creo que solo está a la espera de que yo diga algo para que él confirme que se trata de la “chiquilla” que distraía a su hijo en sus horas de trabajo.
—Señor Jeon —digo seria—. He venido aquí para hablar con...
— ¿Qué haces acá? —zanja mientra se va quitando sus lentes—. No te basta con hacerle perder el tiempo a mi hijo, sino que ahora también quieres que yo pierda mi tiempo escuchándote.
—Con todo respeto, señor Jeon, usted ya estaba perdiendo el tiempo antes de que yo pisara su oficina —reitero. Aquel hombre se queda callado mirándome, la tensión aumentaba entre los dos pero yo seguía igual de neutral—. Como le dije, he venido aquí para hablar con usted sobre... Usted mismo en sí —lo señalo.
El señor Jeon suelta una risa profunda ante de cruzarse de brazos y escucharme.
— ¿Alguna vez usted se ha puesto a pensar el por qué Jungkook no le hace caso y lo odia? —Seok-jun borra esa sonrisa de lado que tenía antes y me mira con toda la seriedad del mundo. Al menos ya estaba haciendo que me tomara en serio—. ¿Se lo ha preguntado?
— ¿Ahora me darás clases de paternidad?
—Tal vez sí —contesto molesta—, pero esto solo lo hago por Jungkook. ¿En serio usted cree que con decirle lo que debe de hacer él lo respetará? —me voy acercando cada vez más al escritorio de madera para verme un poco más intimidante—. Jungkook lo odia por una sola razón, y es la misma por la cual ahora él sea un ser muy vulnerable aunque parezca que sea un hombre con mirada fría y apatía por los demás. Su hijo siempre ha vivido callando todo lo que sentía, porque usted no estaba para él. Jungkook se ha tragado todo el dolor que alguna vez su yo del pasado vivió, y siempre buscó apoyo en usted —lo señalé con mi dedo índice—. ¡¿Cómo mierda usted no puede querer a Jungkook por como es él?! ¡¿Por qué le sigue exigiendo más cosas que ve que no lo hacen feliz?! Jungkook ahora mismo siente que usted lo odia y por eso hace lo que hace. ¿Por qué no simplemente deja que él se abra hacia usted y pueda ser un mejor padre para Jungkook?
El señor Jeon no responde nada, solo me mira fijamente antes de volver a reírse. ¿Qué manía tienen algunos de reírse ante de hablar? No lo entiendo.
—Gracias por tus palabras —dice neutral—. Pero te haré caso cuando me muestres algún diploma de psicología o psiquiatría, hasta ese entonces solo te veré como una niña en la que mi hijo pierde su tiempo —el señor Jeon se queda en silencio unos segundos antes de cambiar su mirada a una soberbia—. O en la que perdía su tiempo, porque tengo claro que ya no te quiere.
—Pero yo si lo quiero a él —replico—. Tiene un gran hijo, muy trabajador; si no fuera así, ¿entonces cómo es que ahora está tan cerca de atrapar a los asesinos de Son Sunhee? —camino otra vez hacia la puerta para ya irme—. A Jungkook no le importa descuidarse por seguir trabajando. Usted señor, debería de saberlo más que nadie, pero sólo se deja llevar por los comentarios de personas que solo le meten ideas erróneas a su cabeza. Repito, intente ser un mejor padre para Jungkook. Agradezca que todavía no es tarde para arrepentimientos. Que tenga buena tarde.
Sonrío de lado una última vez antes de irme satisfecha luego de ver el rostro de vergüenza y seriedad que el señor Jeon puso con lo último que le había dicho.
Ahora no sé si con esto pude hacer que el oficial Jeon Seok-jun haya cambiado de parecer y se esté animando para acercarse a Jungkook, pero no perdía nada con intentarlo y rogar a que funcionara.
Bajo las escaleras en dirección hacia el primer piso y voy hacia la cafetería para encontrarme con Joo-kyung y Namjoon. Ellos ya se encontraban devorando sus donas junto a sus nuevos vasos de café.
No se dan cuenta cuando llegué a la mesa junto a ellos hasta luego de un par de minutos en donde Joo-kyung se proclama la ganadora en comer tres donas en menos tiempo. Sin duda alguna algunos policías no llegaban a ser tan serios en la vida real si lo comparamos a los policías de las películas. Era divertido tenerlos a ellos en mi vida, le daban ese toque cómico.
***
Taehyung demoró mucho en regresar a la estación de policías. Literalmente había llegado a eso de las seis de la tarde. Tuvimos que hacer lo mío bastante rápido, el dibujante hizo lo mejor que pudo con las descripciones medias vagas que le había dado; luego este mismo nos dijo que teníamos que esperar un tiempo para que él reconstruyera el rostro de Tokki con un programa de computadora que lo haría parecer más realista y más a la edad que probablemente tendría en la actualidad. Terminando lo mío, Taehyung y yo entramos a la oficina de Jungkook para que él comenzara a trabajar.
Un ingeniero de sistemas vino a apoyar a Taehyung para que este le diera acceso directo al historial de búsqueda, datos de las páginas sociales, y hasta la actual ubicación de Yoongi. Taehyung confirmó que todavía se encontraba en Daejeon, pero en una zona bastante pobre y con poco acceso a Internet.
Luego, lo que hizo Taehyung fue llamar a la estación de policías de aquella provincia para que estos le dieran las cámaras de vigilancia de esas calles. Taehyung realmente se encontraba muy feliz por lograr haber ubicado a Yoongi de una manera tan rápida.
—Esto solo se puede celebrar con otra taza de té caliente —dijo sonando muy satisfecho. Taehyung desde hace unos cuantos minutos ha estado tomando tazas de té sin parar—. ¿Quieres un poco, Blake? —niego con amabilidad—. Te agradezco mucho por haberme ayudado en esto. Ojalá seamos así de rápidos para encontrar a tu Tokki.
Sonrío un poco tímida, realmente me gustaba este tipo de ambiente. Taehyung era un gran hombre y un excelente padre. Mientras estuvo trabajando, oí una llamada que tuvo con su esposa para que le contara un cuento a su hija; Se-young amaba tanto a su padre, y Taehyung la amaba de la misma manera que ambos hicieron que mi corazón se ablandara por ese momento.
—Llamaré a Jungkook para darle la buena noticia. —Dijo Taehyung. Tomó un sorbo de su té antes de dejarlo sobre el escritorio y luego tomar su celular. En pocos segundos Taehyung marcó el celular de Jungkook, y este rápidamente le contestó—. Jeon Jungkook, te tengo la mejor de las noticias. Pero necesito que vengas rápido al departamento de homicidios —el lugar se quedó en silencio y solo pude escuchar la inaudible respuesta de Jungkook—. He encontrado el paradero de Yoongi. Está en Daejeon... Okey, aquí te espero. —Taehyung cuelga la llamada y otra vez muestra su sonrisa de oreja a oreja—. ¡¡Este es el mejor día de mi vida!! ¡¡Soy todo un héroe, y tú eres mi superchica!!
—Veo que te encuentras con muchos ánimos —Taehyung asiente emocionado, pero por otro lado estaba yo con mi ánimo decaído—. ¿Jungkook vendrá?
—Sí. —Contesta, dejando de lado su emoción y poniéndose serio—. Quédate para que lo veas y hables con él.
—No querrá escucharme, lo presiento. —Fue lo único que pude decir antes de sentir mis ojos picar. No quería llorar otra vez—. Lo mejor será que me vaya.
Me levanto de donde estoy sentada y me acerco a donde está Taehyung para darle un fuerte abrazo. Él me corresponde y se queda unos segundos ahí, escondiendo su rostro en la curva de mi cuello y mi hombro.
—Si quieres te puedo dar un consejo que te ayudará con Jungkook —musita cerca de mí oreja—. Recuerdo que esto me lo dijo mi papá cuando me casé con mi esposa: la maquinaría del corazón de cada persona tarda en responder el tiempo que sea necesario, la clave es encontrar a la persona correcta para que la active, y cuando una de estas maquinarias se active, ya no hay marcha atrás y solo queda esperar a que la maquinaría de la otra persona se active y ponga en funcionamiento sus sentimientos. Jungkook fue el primero en activar su maquinaría, estoy seguro que él será capaz de esperar a que tu corazón también lo corresponda.
— ¿Por qué lo dices de manera metafórica?
—Mi papá trabajaba con máquinas de todo tipo, le gustaba hablar de esa manera —contesta Taehyung, soltando una risa de por medio—. Pero a lo que quiero llegar es que no sientas miedo si te llegas a enamorar de Jungkook.
—Es que yo sé que no me siento enamorada de él —replico—. No quiero ilusionarlo si no siento lo mismo por él.
Taehyung se separa de mí y sonríe con pena.
—Yo también creí lo mismo que tú cuando conocí a Sol —responde—. Todo parecía ser sexual, ella se enamoró primero de mí; así como Jungkook contigo. Yo me negaba a creer que en mí también pudieran estar esos mismo sentimiento, tengo una hija y una esposa que interferían en mi búsqueda de la verdad; pero finalmente me di cuenta que realmente amaba y amo a Sol. Estoy enamorado de ella. ¿Tú por qué piensas que no estás enamorada de Jungkook?
—Porque simplemente no lo siento así. —Respondí insegura—. Pero debo de admitir que me gustaba cuando Jungkook intentaba ser cariñoso conmigo, cuando me besaba, o cuando simplemente rozaba su mano con la mía; pero sé que esto nada más lo siento por haber tenido a mi pareja formal muy lejos de mí por tanto tiempo.
—Yo no lo creo así —Taehyung se sienta en la silla de Jungkook y se arrecuesta con un poco de dolor. Vuelve a beber de su té antes de hablarme—, pero falta que tú sola te des cuenta de que realmente no es como lo dices.
La verdad es que yo ya no quiero seguir hablando de esto con Taehyung. No quería que me contradijera y me confunda con sus palabras.
Si era verdad lo que él estaba diciendo sobre si mis sentimientos hacia Jungkook eran porque realmente me gustaba, así como él lo dijo, yo deberé de darme cuenta por mí misma y no por comentarios de los demás. Ellos no saben nada, solo yo lo sé.
—Cuídate mucho y piensa en lo que te dije —reitera. Asiento antes de darle un último abrazo—. Adiós, Blake.
—Adiós, Taehyung. Nos veremos pronto —revuelvo un poco su cabello antes de salir de la oficina.
Camino un poco más tranquila hacia la salida del edificio. Cuando me encuentro afuera, busco adentro de mi bolso mi celular para llamar a un taxi que pudiera llevarme a casa. Esto de tomar taxis otra vez había vuelto a mí, ya que antes, el que me trasladaba de mi casa a la estación de policías era Jungkook.
No logro encontrar mi celular dentro de mi bolso y rápidamente pienso que probablemente lo he dejado en la oficina de Jungkook.
Otra vez me regreso por donde vine y voy rápido hacia el despacho. De seguro Taehyung me haría una broma por lo despistada que fui luego de haber hablado con él de mi relación con Jungkook. Pero podía afrontarlo, sé que podía.
Entro a la oficina de Jungkook y veo a Taehyung recostado en la silla con sus ojos abiertos. Pensé que sólo estaba ido en sus pensamientos, pero me asusté mucho cuando no me respondía a mis llamados.
Luego me reí al acordarme de su secreto.
—Entonces es verdad que puedes dormir con los ojos abiertos. —Encuentro mi celular encima del escritorio y abro la aplicación de la cámara para tomarle una foto a Tae—. Sí das miedo.
Luego de tomar la foto, me acerco a él para despertarlo. Estaba segura de que Jungkook no tardaría en venir y lo encontraría de esa manera, así que lo moví del hombro para despertarlo; sin embargo, todavía seguía en la misma posición en la que lo encontré.
¿Tendrá el sueño pesado?
— ¿Taehyung? —lo llamé en voz alta—. ¿Sigues vivo? —digo sacando a luz otra vez mi risa—. ¡¡Taehyung, Jungkook ya llegó!!
Y por la fuerza en la que moví a Taehyung, su cabeza se fue hacia la izquierda y él seguía sin despertar.
Es en ese momento en el que me preocupo y pongo mis dedos cerca de su nariz para ver si estaba respirando. A su vez, coloqué dos dedos en la pulsación de su cuello. No había nada.
Taehyung no estaba respirando y no podía sentir su pulsación.
No quiero pensar que lo que estoy creyendo sea verdad. Taehyung no puede estar muerto, ¿verdad?
—Taehyung...
*****
Tokki el primer amor de Blake, Taehyung y su consejo de la maquinaría del corazón, muchas tazas de té... ¿Alguien dejó de vivir?
ESTO Y MUCHO MÁS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE SU LIBRO FAVORITO «PSICÓPATA» *lo decía como si fuera comercial de televisión :)*
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