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V e i n t i c u a t r o

Recomendación: Ride —Somo

Cuando Jungkook me besó sentí un fuego que me quemaba por dentro, tal vez era por el sentimiento de culpabilidad. Tenía a Yoongi muy lejos de mí y ahora estaba dejando que un psicópata me besara como si le perteneciera, que me hace sentir nuevas emociones que nunca había sentido antes con un beso.

Estaba mal, claro que lo estaba.

Una parte racional de mí decía que debía de empujar a Jungkook lo más lejos posible, pero otra parte me decía que lo dejara como estábamos ahora.

Su agarre en mi cintura se hizo un poco más fuerte cuando sintió mis manos pasar por su pecho. Traté de alejarme poco de la pared mientras que seguía sintiendo los labios de Jungkook siendo delicados con los míos, atrapaba mi labio inferior entre los suyos y los chupaba de una manera tierna pero a la vez provocativa.

Sus manos dejaron mi cintura para que uno de sus manos quedara en mi espalda baja mientras que la otra iba al centro de mis omóplatos. Esta era la primer vez que podía sentir que Jungkook me estaba abrazando, realmente lo estaba haciendo. Hundió su mano izquierda entre las hebras de mi cabello y apretó un poco fuerte.

Supe que esto ya se estaba saliendo de control cuando su mano derecha paso por mi muslo derecho y estaba apretándolo, incitándome a saltar y tener mis piernas enrollada a su cintura. Finalmente tuve fuerzas para separarme de él y mirarlo asustada y un poco avergonzada.

—Vete de mi casa —fue lo único que pude decir. Jungkook se separó de mí con el ceño fruncido, dejándome en claro que no le había gustado para nada lo que había dicho—. Por favor, Jungkook, vete de mi casa.

— ¿Por qué? —pregunta gélido.

—Porque ésto está mal. Tengo un novio con el que me voy a casar —replico nerviosa. Intento irme de ese lugar, sin embargo, Jungkook pone sus brazos para acorralarme—. Por favor, no me hagas esto.

Jungkook seguía mirándome con esos ojos oscuros. Mi alma estaba siendo expuesta a él, en mi cabeza solo rondaba su nombre junto a muchas escenas subidas de tono que no hacían más que hacerme perder el control. Si Jungkook no se iba de mi casa en estos momentos, probablemente algo de lo que más tarde me pueda arrepentir sucederá.

Jungkook siempre buscaba entrar en mi cerebro hasta intentar imaginar lo que pensaba, y lo lograba; pero estoy segura que nunca pudo llegar a comprender cómo me sentía, cómo me estoy sintiendo justo ahora. Él es un genio en cómo manipular a todas las personas para su propio beneficio, han sido innumerables veces durante esta semana en las que he tratado de no caer en su juego. Ha sido bastante difícil, siempre lo es; pero no me puedo arriesgar justo ahora a cruzar esa línea imaginaria que marca lo que está correcto y lo que está incorrecto, porque sabía que Jungkook solo estaba jugando conmigo otra vez.

— ¿Realmente quieres que me vaya? —pregunta—. Es la primera vez que hago esto con una chica, solo contigo Blake, y termino siendo rechazado.

Jungkook finalmente se separa de mí y va hasta el sillón para tomar su abrigo que había dejado tendido. Camina hasta la puerta de mi departamento a pasos cortos para desesperarme más y darme tiempo a que piense mejor las cosas.

Me pregunto a qué se refería con hacer eso por primera vez y solo conmigo.

Algo me guía hasta donde estaba él, como si fuésemos imanes que se están buscando. Jungkook regresa a mirarme y todo ese magnetismo desaparece rápidamente; sin embargo, quedamos frente a frente, él sigue con la misma mirada mientras que agarra con fuerza su abrigo. Es la primera vez que lo veo esperar a que hable, sus ojos me están pidiendo ayuda, como si tuviera algunas inseguridades con toda ésta tensión que estamos sintiendo a la misma vez.

— ¿Qué es lo que realmente sientes?

—Que te quiero justo ahora. —responde directamente—. No me pidas que te lo explique con palabras, porque ni yo sé cómo hacerlo.

— ¿Y qué es lo que quieres? —vuelvo a preguntarle. Doy algunas pasos hasta que la punta de sus zapatos y los dedos de mis pies choquen entre sí.

—Déjame besarte.

Mi corazón late más rápido que antes, mis manos se vuelven bastante torpes cuando tocan su terso rostro, nuestros alientos chocan antes de que nuestros labios vuelvan a juntarse y encender esa llama que antes habíamos sentido. Ambos estábamos ardiendo como si estuviéramos en el mismo infierno, tal parece que actuar de una manera irracional hace que nos quememos juntos en un paraíso que está lleno de llamas y lujurias.

Jungkook suelta su abrigo y en su lugar, aferra sus brazos alrededor de mi cintura como yo lo estoy haciendo alrededor de su cuello. Mi espalda comienza a arquearse hacia atrás al sentir el peso de Jungkook sobre mí.

—Un poco más despacio, por favor —musito durante el beso.

Jungkook no espera más y vuelve a tomarme de los muslos y cargarme hasta llevarme a mi habitación. Mi mano izquierda toma su mejilla cuando ladeo mi cabeza hacia un lado y profundizo el beso, la intervención de nuestras lenguas comienza por un par de segundos hasta que a él se le antoja bajar sus besos hasta mi cuello.  Esta vez soy yo quien enreda mis dedos en el cabello de Jungkook para tratar de controlar mi tensión y juntar un poco más los labios de él a mi piel.

Todavía no podía creer que esto iba a pasar.

Poco después llegamos a mi habitación, Jungkook me soltó y posó sus manos en mis mejillas para seguir besándome mientras que mis manos iban pasando por los botones de su camisa blanca. Saqué lo que quedaba de su prenda de su pantalón con fuerza antes de pasar a las mangas de su camisa y también desabotonarla.

Por su parte, solo tuvo que meter sus manos debajo de mi blusa y subirla a la misma vez que yo levantaba mis brazos. Luego aquella blusa fue lanzada a cualquier parte del lugar.

Inmediatamente la vergüenza de estar casi desnuda frente a Jungkook me atacó. Él lo notó y gracias a eso me gané un casto beso en mi hombro derecho.

—Solo estamos tú y yo —musitó cerca de mi oreja a la misma vez que se iba deshaciendo de su camisa.

El cuerpo de Jungkook estaba muy bien marcado, estaba más que claro que le gustaba ejercitarse mucho. Sus brazos, cuando los tensaba, eran casi del tamaño de mi mano. Volvió a tomarme de mi espalda baja para que nuestros abdómenes y pechos se juntaran, fue avanzando sus pasos mientras que yo iba retrocediendo y paramos cuando había tocado el borde de la cama.

— ¿Te sientes lista? —pregunta antes de volver a atacar mi cuello.

—Un poco —respondo con un jadeo—. ¿Tú lo estás?

—Eso no importa.

Finalmente, Jungkook me acuesta en mi cama. Me apoyo sobre mis codos para mirar cómo Jungkook se iba desabrochando su pantalón antes de ponerse de rodillas y agarrar de mis piernas para atraerme un poco más a él. Entiendo lo que tiene pensado a hacer y separo un poco mis piernas para que él estuviera entre ellas y pudiera desabrochar mi short con un poco más de facilidad; luego levantó un poco mis caderas para que Jungkook me quitara mi short junto a mi ropa interior, sin embargo, se da un tiempo para besar el interior de mis muslos sobre la tela y desesperarme cada vez más.

—Por favor... No juegues conmigo —gimo lo último cuando siento una lamida de Jungkook cerca de mi sexo—. Jungkook.

—Necesito conocer tu cuerpo, Blake —dice antes de volver a besarme y pasar sus manos desde mi cintura hasta mis rodilla. Su tacto era bastante caliente, tuve que morder el dorso de mi mano para no soltar mis jadeos—. Necesito saber cuáles son tus partes sensibles, jugar un poco contigo. Los sexólogos dicen que primero debe de haber una preparación para que el sexo sea placentero; ya sabes, besos, caricias, juego de miradas —musita otra vez cerca de mi sexo. Esta vez sí llega a besar justo ahí antes de gruñir—. Yo estoy igual de ansioso que tú, Barbie, pero esperemos un poco más.

—Date prisa, por favor —reemplazo el morderme el dorso de mi mano por mis sábanas.

Jungkook continúa besándome desde la punta de mis pies hasta llegar a mi abdomen. Su lengua va pasando por mi ombligo hasta seguir subiendo al centro de mi pecho, mis manos otra vez tocan su sedoso cabello y lo miro sobre mis pestañas para pedirle que siguiera. Él me entiende sube sus manos hasta el broche de mi sujetador, también aprovecha para quemar mi espalda con sus manos y hacer que me retuerza abajo de él.

—No te calles —ordena—, si quieres gemir, jadear, o lo que sea, hazlo. Quiero oírte.

—Solo apresurate —replico a la misma vez que con mis piernas voy tratando de bajar su pantalón y con mis manos voy buscando el borde de su bóxer para meterme y tocarlo—. Mireu...

—No la menciones —me calla con un beso mientras que finalmente baja las tiras de mi sostén—. Ella solo era una amante.

— ¿Y qué soy yo?

Jungkook no me respondió absolutamente nada, me ignoró olímpicamente y prefirió continuar besándome en mi cuello mientras que una de sus manos amasaba mi seno. Algunos suspiros salían de mí al sentir tanta sobreestimulación en tan pocos segundos.

Recogí mis piernas para enrollarlas en la cintura de Jungkook. Él dejó mi seno en paz y pasó esa misma mano por el borde de mi short, levante mi cadera, y de un solo tirón, ya no tenía mi ropa. Jungkook se alejó un poco de mí para contemplar mi desnudez, noté que su respiración estaba igual de agitada que la mía, la desesperación nos estaba engullendo por completo.

—Tu pantalón... —le señalo mientras que voy intentando sentarme en la cama.

Jungkook se baja de la cama y queda de pie frente a mí con sus piernas un poco separadas. Entiendo que quiere que yo le quite su pantalón, me arrodillo frente a él a la misma vez que mis manos ya se encuentran en el borde de su prenda y las voy bajando de a pocos. En su bóxer veo la silueta de su sexo, paso saliva por el temor que esto me estaba dando, de una manera u otra jamás supe cómo masturbar a un hombre con mi boca por el simple hecho de que me daba pena y un poquito de asco.

No obstante, no sé por qué con él quisiera intentarlo.

Jungkook toma de mi muñeca la liga que había usado antes para amarrarme el cabello, hace una cola alta con mi pelo y se encarga de amarrarlo firmemente para que ningún cabello estorbara justo ahora.

Trago duro antes de bajar de un solo tirón el bóxer de Jungkook, su sexo sale soprendiéndome por un acto involuntario. Veo que el pequeño juego de hacerme desesperar lo había calentado mucho, su líquido preseminal salió, pasé mi mano por toda su longitud para darle un poco de placer, o eso supuse.

— ¿No sabes hacerlo, verdad? —alzo mi mirada a la de Jungkook y niego con pena—. Levántate.

Pensé que éste encuentro se había acabado por mi culpa; sin embargo, Jungkook volvió a besarme para acostarme otra vez en la cama. Otra vez separé mis piernas cuando él se había puesto en medio de esta, tomó entre su mano izquierda su sexo a la misma vez que se iba arrodillando e inclinando hacia mí.

Pude sentir su respirar pesado cerca de mi intimidad. Repartió muchos besos por mis muslos hasta que finalmente me besó en mi sexo, su lengua comenzó a lamer mi clítoris con delicadeza y profundidad. Por tiempos él se iba separando de mí para regresar a mirar.

En ese momento yo era un manojo de nervios, mis uñas se clavaron en el colchón de la cama, mi pecho subía y bajaba pidiendo un poco de calma en mi respiración, gemía bastante y eso parecía gustarle a Jungkook puesto que no hacía nada más que sonreírme cuando a veces ya elevaba mucho mis gemidos.

Pasaron minutos de tortura, podía sentir que en cualquier momento podía venirme, mi cuerpo se iba moviendo en ondas mientras que Jungkook pasaba sus dedos por mi sexo y su lengua seguía jugando con mi clítoris. Estaba amando más de lo debido este momento, el sentimiento de culpa vuelve a atacarme y trato de contener las lágrimas que están amenazando en salir.

—Jungkook... basta —suplico con la intensión de parar todo esto.

Jungkook no logra entender a lo que me refería, por lo que le da su propio significado y sube sus labios hasta encontrarse con los míos y besarme de la misma manera que antes. Ahora podía sentir cómo es que nuestros sexo se iban frotando entre sí para desesperarnos más. No esperó ni un segundo más y fue metiéndose lentamente dentro de mí, ahogué mis gemidos mientra que mis manos pasaban por sus brazos y hacer fuerza ahí.

—Jungkook —jadeo. Él deja de mirar hacia abajo y regresa a mirarme—. Bésame, por favor, bésame.

Su pelvis no dejaba de chocar con mi sexo mientras que se inclinaba un poco más a mí y besarme, así como se lo había pedido, callamos nuestros gemidos hasta que él no pudo más y comenzó a jadear en la curva de mi cuello. Por mi parte, mis manos viajaron hasta su espalda para abrazarlo y rasguñarlo. Ambos jadeabamos cerca de la oreja del otro y eso parecía encendernos un poco más.

—Quiero... Quiero estar sentada en ti —le pido cuando siento que mis piernas se van adormeciendo.

Jungkook me toma de la cintura y rota hasta que él queda acostado en la cama y yo quedo sobre su cuerpo. Aprovecha para pasar sus manos por mis muslos hasta mi glúteos, va ayudándome a subir bajar sobre él hasta que me fui acostumbrando a este nuevo movimiento. Él también se sienta en la cama para besar mis pechos y mi cuello; de vez en cuando conectamos miradas, nos perdemos en los ojos del otro y terminamos sellando toda esa tensión con más besos que van subiéndose de tono por cada estocada que voy dando.

—Eres... —susurra entre jadeos. Vuelve a besarme a la misma vez que me toma de la nuca para profundizar el beso—. Blake, tú eres... —susurra otra vez, dándome a entender que lo que quiere decir tal vez quede como un secreto entre nosotros.

—Por favor, no hables —digo cerca de sus labios mientras que voy tomando un poco más de rapidez y choco mis muslos sobre los suyos—. Dios...

Jungkook me acompaña con sus gemidos hasta que toma el control sobre mí y mueve mi cadera en círculos. A él parece gustarle más que las embestidas, es por ello que, cuando ya me voy adaptando a su ritmo, lo sorprendo al notar que ya lo podía hacer por mi propia cuenta.

—Acuéstate —le pido. Él solo me toma de las manos antes de hacerme caso.

Todo mi peso lo recargo sobre sus manos que me sirven como soportes antes de volver a las embestidas, ésta vez un poco más bruscas y rápidas que antes. El ruido de nuestras pieles chocando reemplazan el silencio de mi habitación, los pedidos de Jungkook diciéndome que siga haciéndolo así también se escuchan al igual que mis gimoteos.

En ese momento entendí que a Jungkook le gusta más lo rudo que lo delicado.

También fui entendiendo que por cada posición que íbamos haciendo, siempre tratábamos de buscar el placer del otro. Esto no era como cualquier otra follada en donde buscas solo buscar tu propio placer; era totalmente lo contrario, los besos necesitados, las miradas de súplica, los toques delicado, todo parecía apuntar a que había algo más que nos estábamos demostrando Jungkook y yo en estos momentos. Algo que no me atrevo a confesar ni a pensar, pero sé bien de lo que se trataba.

Jungkook toma de mi cintura para dar algunas penetraciones lentas pero profundas antes de que yo junte mi espalda con su pecho y me apoye de la cabecera de mi cama. El cansancio ya me estaba matando y el orgasmo que muchas veces a amenazado en salir, pero que fueron interrumpidas por Jungkook, vuelve a aparecer.

—Ayúdame... Quiero —gimo al sentir cómo Jungkook se iba moviendo en ondas aún estando dentro de mí—. Ya no puedo.

Él entiende a lo que me refiero, besa mi cuello con desesperación antes de aumentar la velocidad de sus embestidas y pasar dos dedos suyos por mi clítoris para masajearlos y hacerme enloquecer como antes. Apoyo mi otra mano contra la cabecera al notar que una mano no era suficiente.

Los quejidos se hacen más bullosos cuando sentimos que estamos a nada de tocar el climax. En ese momento recuerdo que Jungkook y yo no habíamos usado protección. Intento llamar su atención antes de que sea tarde y termine dentro de mí; sin embargo, él está tan cegado por el placer que no se da cuenta.

—No... —intento hablar como puedo, sus embestidas me hacen temblar—. No tienes condón...

—Mierda —masculla antes de salir de mi sexo—. Lo olvidé —dice agitado—. ¿Podrías... ayudarme?

Jungkook todavía sigue arrodillado sobre mi cama, inclino mi cuerpo hacia adelante antes de tomar su sexo entre mis manos y utilizar mi líquido como lubricante.

—Blake, por favor...

Regreso a verlo por encima de mis pestañas, él acerca un poco mi rostro a su sexo. Saco las pocas fuerzas que me quedan de esta noche para meter su miembro en mi boca y comenzar a lamerlo.

—Eso es... —suspira—. Eres tan buena para mí... Sigue, corazón —toma de la coleta de mi cabello para que profundice en el sexo que le estaba dando.

Mis mejillas empiezan a arder por escuchar ese apodo con el que me llamó. También abro un poco más mi boca cuando Jungkook pasa dos de sus dedos por mi sexo y los mete para hacerme venir como ya lo había previsto desde antes.

Apoyé la punta de su pene contra mi mejilla, finalmente Jungkook pudo liberarse dentro de mi boca. Debía de admitir que ésta fue una experiencia nueva que me sorprendió bastante, pero que no toleré; es por ello que dejé a Jungkook solo sobre la cama mientras que yo iba corriendo hasta el lavador de mi baño para escupir todo su semen.

Cepillé mis dientes lo más rápido que pude, sin embargo, Jungkook llegó de igual manera para verificar que todo estaba bien. A través del espejo veo que me muestra una sonrisa de lado, cansada, y luego se acerca a mí para enrollar un brazo suyo mi cintura mientras que su mano izquierda se encarga de masajear mi sexo.

—Mírate y no apartes la mirada del espejo —susurra en mi oreja. Ambos anclamos nuestras miradas a través del espejo—. Mira cada expresión tuya... No te contengas y libérate.

—Jungkook, por favor —suplico a la misma vez que mis manos tratan de agarrarse con fuerza del mármol del baño. Apoyo mi cabeza en su hombro cuando sus besos van exigiendo un poco más de espacio en mi cuello—. Jung... Jung...

—Hazlo.

Finalmente, con un grito de por medio, me corro sobre sus dedos, su mano termina con todo ese líquido blanquecino que salía de mí. Ambos intentamos mantener nuestros rostros de seriedad, pero no podíamos evitar mostrar esas pequeñas sonrisas tontas y cansadas gracias a este suceso. Finaliza todo este encuentro besándome desde mi hombro izquierdo hasta llegar a mi boca y meter nuevamente su lengua dentro de ella.

Mantengo mis ojos cerrados en todo ese momento al sentirme tan embriagada por él. No he tomado ni una pizca de alcohol pero de igual manera me siento ebria.

—Te llevaré a tu cama antes de irme —musita sobre mis labios.

Doy un casto beso antes de cerrar mis ojos y balbucear algo que tenía pensando en mente.

—Duerme conmigo.

****

Eran pasadas las doce de la media noche, luego de haber tenido sexo con Blake, ella se dispuso a dormir desnuda entre mis brazos mientras que yo acariciaba su cabello. Pensé que luego yo me dormiría, era cuestión de tiempo; es decir, con las pastillas estuve durmiendo muy bien, pero otra vez caí en el problema de mi insomnio.

Para mí, las madrugadas son terribles para que pensamientos que llegan a carcomerte el cerebro lleguen a ti como balas de una metralladora. La primera pregunta saltó cuando vi dormir a Blake cerca de mí, ella estaba tranquila, su respiración se había regularizado a los minutos, parecía una muñeca frágil: ¿por qué tuve sexo con ella?

La segunda pregunta llegó cuando recordé ese apodo con el que la llamé mientras que ella me estaba haciendo un oral: ¿por qué la llamé "corazón"?

La tercera pregunta le siguió a la segunda segundos después, pensé en el detonante que nos llevó a estar durmiendo en una misma cama, desnudos: ¿por qué la besé?

Finalmente, la cuarta fue la más complicada de formular y de responder: ¿me está gustando Blake?

Si bien es cierto, debido a los diversos casos de homicidios que aparecen cada vez que estamos más cerca de la verdad con el asesinato de Sunhee he estado pasando tiempo con ella, algunas veces me he reído y he arriesgado toda mi carrera junto con ella, jamás me puse a pensar en esa posibilidad de sentirme atraído por Blake puesto que esto yo lo veía como algo muy poco probable a que sucediera. Mi yo de hace unos cuantos meses simplemente diría que Blake era una chica ridícula, obsesionada por su noviazgo arruinado, y una princesa de la moda que no tolera la cruda realidad; y lo es, pero hubo algo más en ella que hasta ahora me doy cuenta: yo era un humano, igual que ella, tenía sentimientos.

Regreso a mirar a mi lado, Blake me estaba dando la espalda. No obstante, algo no andaba bien con ella, su respiración no era normal, su cuerpo estaba tensado.

— ¿Estás despierta? —Pregunto regresándola a ver.

— ¿Mhm?

Mis brazos pasan sobre suyos hasta que mis manos encuentran su abdomen suave. Mi respiración caliente choca con su hombro antes de regalarle algunos castos besos en su hombro derecho y espalda; ni yo entiendo cómo es que esto me estaba saliendo tan natural.

Esta noche con Blake no podía compararlos con los otros encuentros que tuve con Mireu, o con cualquier otra chica. Esta noche había sido única.

¿Y eso qué significaba?

Detesto que ahora pueda tener mis sentimientos a flor de piel y no entenderlos.

—Jungkook... —Blake repara en mi mirada cuando gira un poco somnolienta—, ¿estabas despierto?

—No podía dormir. —confieso volviendo a acunarla sobre mi pecho—. Tú estabas despierta, ¿no es así?

—Estuve pensando en Yoongi... Le he sido infiel —comenta—. ¿Debería de sentirme mal?

Dejo su pregunta al aire al tener la necesidad de volver a besarla. Tal vez gastando mis energías pueda dormir. Blake enrolla sus brazos en mi cuello cuando me ve muy cerca, ambos no esperamos más y juntamos otra vez nuestros labios en un beso lento, casi flojo.

— ¿Qué pasará luego de esta noche? —pregunta con miedo.

—No lo sé.

*****

Que quede claro que yo no soy experta en este tipo de cosas, pero aún así puse de mi esfuerzo :D

Aaaahhh tengo mucho miedo, por favor no me funen 😭
Pd. Leí los comentarios del capítulo anterior y gracias :( <3


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