S e i s
Bloque mental...
Blake se había ido a su casa luego de haber desayunado juntos, se estaba muriendo del sueño a pesar de que en toda la madrugada haya tomado más café que yo. Por mi parte, yo regresé al departamento de homicidios para ordenar algunas preguntas que tenía para Yoongi; Jaesang también sería interrogado, pero no sería tan ardua como la de Yoongi.
Y ahora, todo me estaba yendo mal. Todo parecía conspirar en mi contra.
Taehyung vino a mi oficina por un momento, le di la tarea de traer a todo el equipo de basquet de la universidad para interrogarlos.
Namjoon y Joo-kyun todavía no vienen y necesito saber si ya tienen los resultados de los estudios ginecólogos que pedí que le hicieran al cuerpo de Sunhee, no debía de perder ni un segundo en ese asunto.
Y para terminar de joderla, el jefe llegó a mí oficina para saber cómo me estaba yendo con este caso. Según él, a su oficina llegó “alguien” que quiere robarme el caso puesto que, según esa persona, yo no he estado haciendo algo que aporte en demasía al caso. En otras palabras, me estaban diciendo que envés de avanzar, estaba estancado en lo mismo.
Sabía quién había sido esa persona, pero me guardaré todo lo que quiero decirle cuando la vea.
Volviendo a mi trabajo, miré la hoja de la libreta en la que estaba escribiendo, solo tenía dos preguntas y sabía que tenía más preguntar por cuestionar. No obstante, toda mi concentración se disipó cuando Taehyung entró a la oficina con algunos papeles importantes en sus manos, se sentó frente a mí escritorio y me entregó los papeles. Les di un vistazo y me di cuenta que eran todas las fichas personales de los del equipo de basquet.
—Tuve suerte en encontrarlos rápido —dice Taehyung, sonriendo, mientras espera a que yo hable—. El director de toda la universidad me dijo que los martes y jueves entrenaban en el estadio que estaba cerca de la universidad, ¡y ahí estaban! —cuenta bastante emocionado. Supongo que para un hombre de su edad eso es emocionante—. En total son 12 chicos. Hasta lo que he podido saber de ellos, cuatro son amigos cercanos de Yoongi, son las cuatro primeras fichas que están ahí.
Asiento con mi cabeza mientras les daba una rápida barrida a las fichas de cada chico. Taehyung sigue mirándome esperanzado a que le diga algo más; aunque no lo esté viendo directamente, puedo sentir su mirada y sus vibras. Sin embargo, yo ya tenía mis propios problemas como para que ahora me detenga a responderle.
Taehyung siguió hablándome de la manera en cómo los capturó a cada uno con la ayuda del equipo de policías que formó, paraba por unos cuantos segundos para ver si tenía algo qué decir. Volvía a hablar de lo mismo una y otra, y otra vez pensando que sufro de sordera. Finalmente se cansa y se levanta de su asiento, creyendo que tiene el derecho a enfadarse.
— ¿Al menos me estás escuchando? —reclama.
Levanto mi mirada con seriedad a la misma vez que dejo a un lado mi bolígrafo.
—No.
—No entiendo cómo es que trabajas aquí siendo tan... —hizo varios ademanes con sus manos mientras trataba de encontrar una palabra que me identificara— tú.
—Para ser policía no se necesita ser empático —le respondo. Vuelvo a mirar la hoja donde estaba escribiendo y le doy una releída a mis preguntas. No estaban siendo lo que esperaba—. Mierda —musitó frustrada.
Taehyung se cruza de brazos, arquea una de sus cejas y hace un rápido análisis sobre mi comportamiento.
— ¿Qué fue lo que sucedió con el jefe para que estés de esa manera? —lanza su pregunta siendo bastante directo.
—Mireu quiere quitarme el caso, otra vez —paso mis manos por los párpados de mis ojos, según mi lógica eso ayuda a concentrarme—. Esa maldita no espera ni un segundo para quedar bien con el jefe. La odio.
Mi compañero se ríe de lo que digo y vuelve a tomar asiento en la silla de antes. Taehyung también detesta a Mireu por el simple hecho de arruinar las cosas cuando todo parece ir bien en cualquier caso que nos toque, siempre es una metiche y crea falsos rumores sobre nuestro trabajo para que luego ella salga beneficiada y terminen cediéndole el caso a ella.
La última vez que juré no volver a fallar en una persecución o en un caso como el de ahora, fue el año pasado, cuando tuve que arrestar a la banda criminal de tráfico de niños y trata de blancas. Esa noche no salió nada bien, una chica había muerto y hombre resultó herido para que luego este no termine siendo el cabecilla de aquella banda; Mireu se enteró mediante Taehyung todo lo que había sucedido en ese bar, ella se lo dijo al jefe, pidió que le cedieran el caso y terminó resolviendo lo último que faltaba hacer para que se diera por concluido.
Ese día quedé mal ante el jefe, Taehyung se sintió frustrado y le costó el divorcio de su pequeña familia.
—No tiene cuando parar —suspira.
—Está aburrida de su trabajo. Ya no quiere ser la asistente del jefe, por eso se mete en los trabajos de los otros para robárselos —le digo mientras tomaba las fichas personales del equipo de basquet—; pero esta vez se quedará con las ganas de tener este asesinato. No dejaré que me lo robe tan fácilmente.
— ¿Y qué harás ahora?
—Interrogarlos. Tú encárgate de estos siete y yo me encargaré de estos cinco —Taehyung abrió sus ojos por la sobrecarga de trabajo que le había dado en ese instante. Hizo el ademán de pronunciar una palabra; sin embargo, lo detuve a tiempo y coloqué mi mano izquierda a la altura de su cara—. Yo luego tendré que interrogar a Min Yoongi y Seon Jaesang. Es lo justo.
Sin esperar a que Taehyung me responda, salgo de mi oficina y bajo las escaleras hasta el primer piso de una manera que pareciera que estuviese trotando.
En la entrada todo parece normal hasta que veo entrar a Joo-kyun con unos papeles en mano. Da zancadas las cuando me ve en el último escalón, le da una última revisada a esos papeles y me los entrega con un semblante serio.
Eran los estudios ginecólogicos de Sunhee, al fin.
—Todo muestra que su último encuentro sexual fue aproximadamente hace dos o tres días antes de su muerte. También aproveché en recoger los análisis de ADN del semen que se encontró en el suelo del laboratorio y... —su voz cambió a un tono dubitativo en la última parte de su informe. Leí la hoja que estaba detrás de los estudios ginecólogicos: ADN no encontrado—. Me explicaron que, además de las bacterias del suelo, había un agente que no guarda similitud con el otro.
—Si no tuvieron sexo en el laboratorio como lo suponíamos, entonces fue sexo oral. Entre Sunhee y sus asesinos —respondo.
— ¿Asesinos?
—Asesinos.
— ¿Quieres decir que ha sido más de uno quien ha participado en el homicidio? —inquiere ingenua. Yo me río en su cara por el gesto que tiene, golpeo con ligereza la frente de ella con los papeles y se los entrego.
—Estoy seguro que sabes a lo que me refiero cuando hablo en plural —paso de Joo-kyun; sin embargo, me detengo cuando sé que todavía faltaba algo—. ¿Y qué sucedió con el cuchillo de cocina que habían encontrado ayer?
—Tiene dos huellas dactilares. Dedo pulgar e índice —se cruza de brazos mirando hacia otro lado—. Falta sacarle las huellas a los sospechosos. ¿Tú pudiste avanzar con algo?
—Encontré la jeringa que posiblemente pudieron utilizar. Ayer visité el laboratorio, necesito que saquen muestras a los soportes universales que están en el suelo —le ordeno. Joo-kyun asiente a punto de irse—. Otra cosa, hay un equipo de basquet que está entrometido en esto. Procura que Kang le saque muestras a todos ellos.
—Como digas.
—Por cierto, cuídate de Mireu. Amenaza con quitarnos el caso.
—Que se joda —saca el dedo medio a la misma vez que se va de recepción para seguir con su trabajo.
Camino hasta llegar a las tres celdas improvisadas que están aquí, el encargado de resguardar este lugar me deja entrar y ahí veo a los doce chicos del equipo de basquet muy apretados entre ellos en esa celda. Debía de admitir que me daba risa las caras que tenían en ese momento. Por otra parte, al lado izquierdo está el novio de Blake descansando en esa baldosa que servía como cama, una muy dura; parecía estar muy tranquilo con toda la situación. También está Jaesang, al lado derecho de la celda del equipo de basquet, él sí se ve un poco más destruido que su amigo, tiene sus manos entrelazadas a la altura de su boca, su rodilla derecha tiembla constantemente, y su mirada estaba perdida, ni siquiera se había dado cuenta que yo lo estaba mirando como si fuese un animal en el zoológico.
—Han Juheon, Kim Sangwoo, Kim Hajoon, Park Samuel y... —busco la ficha personal del otro chico que me había llamado la atención hace minutos—. Hong Jang-suk. Serán interrogados, libérenlos.
El policía de antes me hace el favor de liberar a cada uno, les pone las esposas antes de salir de este hediondo lugar. Se encarga de guiarlos, junto conmigo, hasta las salas de interrogatorios, cada uno en una distinta y siendo vigilada por el mimo policía.
Entro a la primera sala. Ahí estaba Juheon, el supuesto chico que había comido una barrita energizante en el laboratorio, a suposición de Blake.
El chico junta sus manos sobre la mesa. Mientras que yo voy a pasos lentos hasta el otro extremo de la mesa. Cuando estoy delante de él, no se atreve a mirarme
—Han Juheon, 21 años, estudiante de Derecho, practicas en el equipo de basquet de tu universidad. Debes de ser el jugador estrella puesto a que eres capitán —apoyo mis manos y miro detenidamente sus manos y su rostro—. Pareces ser un chico saludable comiendo barritas energizantes; sin embargo, tienes una pequeña adicción a los cigarros.
— ¿Cómo sabe todo eso? —pregunta. Ahí me doy cuenta que tiene sus dientes manchados, casi amarillentos.
—Primero, soy investigador, el mejor de este departamento. Segundo, con respecto a la barrita, hemos encontrado una envoltura de esos en el laboratorio, hemos preguntado quién comía de esas cosas y te señalaron a ti; con el tema de tu adicción a los cigarros, se nota claramente por los rastros de nicotina que tienes en tu mano y por el color de tus dientes —le señalo. El chico se avergüenza y baja sus manos—. Pero esto no tiene nada que ver con lo que realmente me importa. Solo lo hice para que te dés cuenta que va a ser muy difícil para ti engañarme; primero, porque te puedo descubrir, segundo, porque hay más testigos que me dirán la verdad. Y aquí, no existe el pacto de machos alfa que algunos chicos como ustedes se prometen.
—Está bien —musita—. Trataré de decir la verdad.
—No vas a tratar, vas a decirla tal y como es si no quieres estar tres años en la cárcel —sonrío con falsedad al tratar de mostrarme amable.
El chico vuelve a juntar sus manos y ponerlas sobre la mesa gris. Baja su vista otra vez y espera muy atento, pero a la vez tenso, a mis preguntas.
—Como tengo entendido, tú eres parte del equipo de basquet de la universidad, ¿desde cuándo?
—Desde que inicié la universidad, señor. —Respondió bastante rígido. Su mandíbula temblaba a la misma vez que su forma de hablar salía bastante clara.
—Háblame con naturaleza, no soy un puto militar —exijo. El chico se disculpa, aprieta sus manos hasta que sus nudillos están pálidos: es agresivo—. Bien, entonces, si tu vienes jugando desde hace unos cuatro o cinco años, debes de conocer a Min Yoongi.
—Sí, él y yo somos amigos —vuelve a responderme, esta vez entre dientes—. Siéndole sincero, no entiendo qué hago acá —se atreve a retarme con la mirada antes de seguir hablando—, ¿estoy siendo interrogado porque encontraron el envoltorio de una barrita que yo como en el laboratorio? Esto es realmente estúpido, hagan bien su trabajo.
Juheon planea levantarse de la silla; sin embargo, pongo mi mano en la que él utiliza para fumar y lo detengo. Este chico cree que tiene autoridad sobre mí, estúpido, realmente estúpido.
—Por el mismo hecho de ser amigo de Min Yoongi, encontrar una envoltura de las barritas que comes, por ser parte del equipo, ser una persona muy propensa a ser violenta, y saber que te inyectas anabólicos es porque estás aquí —Juheon se tensó tan rápido como mencioné de su problema de agresividad. Otra vez juntó sus manos, sus nudillos se pusieron pálidos, estaba tratando de controlarse. Me acerco más a su cara y anclo mi mirada a la suya—. Como ya afirmaste que te inyectas esteroides, quiero saber qué relación tenías con Son Sunhee. Su autopsia soltó que recibió cuatro inyecciones, el contenido era Batracotoxina, ¿fuiste tú quien la inyectó? ¿Fuiste cómplice de asesinato?
—Me inyectaré esteroides, pero no esa mierda que usted dice —habla de manera retadora. Su vergüenza se esfumó tan pronto como esto casi se sale de control—. Y sí, tenía una relación con Sunhee. Esa chica sabía cómo moverlo, cómo hacerme perder el control y cumplir con mis fantasías. ¿Algo más que quiera saber de mí, poli?
— ¿Cuántas veces te acostaste con Son Sunhee? ¿Sabías que ella tenía novio? —pregunto.
Juheon se ríe y se suelta un poco más, era bastante cínico.
—A mi mala suerte, solo pudieron ser dos veces la que me acosté con ella. Y el imbecil de su novio nunca se daba cuenta de las infidelidades de su novia, Sunhee era una maldita zorra que te arañaba cualquier parte del cuerpo para aumentar el placer.
Arañar.
Ella le había hecho los rasguños a Yoongi. El semen que se encontró era de él y de alguien más; un trío, o tal vez una orgía.
— ¿Alguna vez tuviste sexo oral con ella? —me atrevo a preguntar sin vergüenza.
— ¿Usted está haciendo su trabajo, o solo es un pervertido que quiere más detalles de cómo lo hacía Sunhee? —Juheon se burla mientras baja su mano derecha de la mesa. Ya harto de sus insinuaciones absurdas, golpeo la mesa con fuerza—. Y yo soy el violento en esta sala, ¿verdad?
—Te aseguro, niñato, que si llego a enterarme que fuiste parte de ese asesinato, me encargaré que tu vida sea una tortura en la cárcel —lo señalo con mi dedo índice. Él sólo levanta sus cejas y vuelca a mirar hacia otro lado—. Ahora responde mis preguntas.
—Sunhee hacía los mejores orales que un hombre pueda experimentar. —sonríe lascivo.
— ¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste con ella?
—La noche anterior a su asesinato —miente. Ahí estaba todo—. Ella fue bastante afortunada al tener sexo por última vez conmigo.
—Está bien, chico promiscuo. Gracias por hacer mi trabajo más fácil, hemos terminado —el chico se levanta. Lo tomo de su cuello y me voy con él hasta las celdas.
Salgo de ese lugar y camino hasta regresar a la sala. No obstante, aparece Mireu en la entrada del edificio vistiendo su falda negra que le llega hasta las rodilla y una blusa roja que combina con el color de su labial. También estaban sus tacones negros de caucho que la hacían ver más alta.
No podía perder esta oportunidad de hablar con ella. Necesitaba hacerlo.
Me acerco a ella cuando termina de marcar su asistencia al trabajo, la tomo de la muñeca y me la llevo a arriba. Ella solo suelta su risa en todo el camino mientras soltaba una que otra estupidez que me cabreaba.
Entramos los dos a mi oficina. Ella no deja de reírse hasta que ve que le puse seguro a la puerta.
—Creo entender hacia dónde va esto —se acerca a pasos lentos mientras mueve sus caderas de un lado a otro. Me toma del cuello de la camisa y se acerca un poco más a mi rostro—. Supongo que ya te enteraste de que quiero tu caso, ¿no es así? Porque tú y yo sólo estamos juntos cuando quieres manipularme y mostrar tu odio hacia mí.
—No te atrevas a quitarme este caso. Es mío, el jefe me lo dio a mí.
—Entonces tu papá hizo mal en dártelo —responde despectiva. Se aleja de mí y cruza sus brazos—. No estás haciendo nada bien, admite que esto no es para ti y dámelo a mí.
—Ni en mis peores sueños te lo daría. Ya fue suficiente con lo del año pasado.
—Por tu impulso, dejaste que una víctima muriera, Jungkook —replica—. Además, sólo me encargué de capturar al verdadero líder. No fue para tanto.
— ¡Ese líder debía de atraparlo yo! ¡Era mí trabajo! —la tomo de sus muñecas y la estampó contra la pared más cercana—. ¡No te atrevas a quitarme esta oportunidad! Por tu culpa, desde hace más de medio año, he estado recibiendo casos miserables. Este es el más interesante que me ha tocado luego del accidente del bar. Por tu bien, no muevas ni un solo dedo.
Ambos nos miramos con furia y desprecio hasta que Mireu puso sus manos detrás de mí cabeza y se acercó a mí para besarme. Tomé con bastante fuerza de su cintura y la llevé hasta el sillón de cuero que adornaba mi aburrida y desordenada oficina.
—Pensé que estabas a punto de matarme —dice durante el beso—. Ahora solo tienes ganas de follarme, ¿no es así?
—Tú empezaste —le digo antes de morder su labio inferior.
La ropa de ambos va desapareciendo de a pocos de nuestros cuerpos, los jadeos y palabras sucias se intensifican con las caricias. Mireu se sienta a horcajadas en mis piernas mientras que yo trato de subirle esa falda negra que tiene.
Para algunos es extraño que yo diga que odio a Mireu por ser siempre una metiche y una ladrona, pero luego ando acostándome con ella cada vez que quiero. Para mí es totalmente aburrido cómo se dan las relaciones normales de los otros, es por eso que hago esto, me parece mucho más entretenido; a parte de que siempre me siento con poder sobre Mireu cada vez que lo hacemos, ella termina haciendo lo que le digo cuando obtiene lo que quiere de mí. Es casi parecido a ese juego de la sumisión.
Tomo del cabello a Mireu para acercarla a mi rostro para volver a besarla y así callar mis gemidos mientras que ella hace su trabajo manual.
****
Entro al departamento de homicidios, el de seguridad me deja pasar con total normalidad, como si yo fuera una trabajadora más de este lugar. Voy hasta el segundo piso y camino hasta llegar a la puerta de la oficina de Jungkook; sin embargo, Taehyung y otra chica que recién estoy viendo, me toman del brazo impidiéndome que entre a ese lugar.
—Por tu bien mental, no entres —dice Taehyung desde la silla de su cubículo—. Jungkook está... Un poco ocupado. Necesita concentración.
—Pero me dijo que podía venir máximo hasta las diez —le digo abultando mis labios mientras miro la hora en mi celular—. ¿Está bastante ocupado?
—Sí. No podrás verlo hasta que su cuerpo se quede sin energía —responde la chica que estaba a espaldas del escritorio de Taehyung—. Por cierto, ¿tú quién eres?
—Soy Blake Jones. Jungkook... Quería que le hiciera un favor —seguí mintiendo al no saber si lo que Jungkook estaba haciendo iba a traer problemas a su trabajo—. Tengo una pregunta, ¿un desconocido puede ayudar a un investigador en un asesinato?
—Los testigos son desconocidos, y nos ayudan —contesta la chica.
—No. Me refiero si también puede participar, investigar, hallar pistas, como si fuera un detective más —digo bastante cautelosa.
—No se puede, va contra nuestras normas; pero Jungkook hace lo que quiere y por eso ya estas aquí —dice Taehyung mientras revisaba unos expedientes.
— ¿Qué? —entré en pánico cuando adivinó lo que sucedía. Odiaba mucho a los detectives—. Yo no...
—Es bastante raro que vengas dos días seguidos y camines por este lugar como si fueras una más de nosotros. También es raro que solo busques a Jungkook, y por si no fuera poco, ayer escuché la conversación que tenías con él acerca de los rehenes —vuelve a responderme. Suelta de mi brazo cuando tiene que pasar de hoja y seguir leyendo ese expediente—. Además, no le gustas a Jungkook, no eres su tipo, como te lo dije ayer.
—Si lo fueras, serías tú quien estuviese adentro de su oficina y no Mireu.
Entonces Jungkook estaba teniendo sexo con una compañera de trabajo. Ya podía entender lo del bien mental que Taehyung me había dicho.
En eso, una voz gruesa y bastante ruidosa se escucha por todo el lugar. Taehyung y su compañera se alarmaron bastante que me pidieron que me escondiera debajo del escritorio de la chica, ambos disimularon estar trabajando cuando ese hombre que andaba dando órdenes a todos, casi como Jungkook, pasó por sus lugares.
— ¿Han visto a la licenciada Lim? —le pregunta a Taehyung.
—No, jefe.
— ¿Y usted, detective Park? —ahora le pregunta a la chica, quien es la más tensa entre ellos dos.
—No, jefe Jeon.
¿Acaba de decir Jeon?
Como todo el lugar estaba en silencio y lo único que se escuchaban eran los teléfonos del piso de abajo, parecía que todo estaba tranquilo, no se podía levantar ninguna sospecha. El jefe de este lugar estaba a punto de irse hasta que escuchó los gemidos y gruñidos que provenían de la oficina de Jungkook.
—Éste imbecil —masculló el jefe acercándose a pasos largos hasta la puerta del lugar y sacar de su bolsillo una llave que abrió la puerta—. ¡Qué mierda significa esto! ¡¿Así es cómo trabajas?!
Taehyung y Park se miraron asustadizos, moviéndose lentamente para mirar un poco más. Intenté sacar un poco más mi cabeza, pero la chica me detuvo y me pidió que fuese paciente.
Las personas que se encargan de saber absolutamente todo lo que está pasando a su alrededor no son pacientes.
—Los quiero vestidos ahora mismo —ordena el jefe.
Otra vez el lugar se quedó en silencio por varios minutos hasta que al fin se escucharon pisadas de tacones y las pisadas de los zapatos de Jungkook. Una puerta se cerró, creo que era la de la oficina de Jungkook, Taehyung y su amiga soltaron un suspiro aliviado y me permitieron dejar de esconderme.
Ahora sí, tenía muchas preguntas que hacer.
— ¿Quién era ese?
—Nuestro jefe. Es el papá de Jungkook, se llama Jeon Seok-jun. Es alguien bastante temperamental, organizado, presiona mucho a sus trabajadores. Prepara a Jungkook para ser el siguiente jefe de este lugar —responde la chica en un susurro. Los gritos provenientes del despacho eran lo que más se escuchaba de este lugar—. Será mejor que te vayas, el jefe te puede ver y todos estaremos jodidos.
Aunque sonara bastante raro, no quería irme de este lugar. No sólo porque me estaba interesando mucho lo que pasaba aquí, o porque me demoré en escoger casi una hora mi atuendo para el día de hoy; sino que también es porque algo me decía que me quedara, que probablemente algo bueno sucedería hoy de lo que no me voy a arrepentir.
Pero viendo todo el caos que se está originando justo ahora, podría ser peligroso para mí. Así como dice la amiga de Taehyung, el jefe me puede ver y también saldría regañada de este lugar. O también con Jungkook, él cuando está enojado puede herir a muchas personas que están a su alrededor; si estando con buen humor es insoportable, no quería ni imaginármelo cuando está molesto.
Tal vez podría perder mi tiempo en este lugar hasta que todo se calme.
Tal vez este sea mi momento para poder hablar con Yoongi.
—Está bien, me iré abajo —les digo. Miro a Taehyung por unos largos segundos hasta que él se da cuenta de lo que estoy haciendo—. Quiero hablar con Min Yoongi.
Sonrío inocente mientras que Taehyung frunce su ceño al igual que su compañera. Luego le pediré su nombre.
—Ahora —recalco.
No entiendo cómo es que llegué al capítulo 6 tan rápido JAJAJAJA
Me estoy emocionado mucho con esta novela.
Esperen al siguiente capítulo en donde Jungkook será regañado por calenturiento :D
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