D o s
Después de haber dejado al chico de cabello plateado en el departamento de policías, acompañé a Taehyung y Mireu a la casa del chico Jaesang. Llegando, nos encontramos con el padre de la familia mientras podaba el césped de su jardín; la madre estaba sembrando unas flores amarilla cerca de la pared de su casa. Pero ambos detuvieron lo que estaban haciendo cuando se dieron cuenta de nuestra segunda patrulla en el vecindario y de los cuatro policías que estaban saliendo de estas, caminamos todos juntos con un semblante serio hasta los propietarios de la casa y padres del presunto asesino, ellos se quedaron estáticos mientras que mostraban sus rostros de sorpresa y miedo.
El hombre mayor le ordenó a su esposa que estuviera detrás de ella mientras que él se encargaba de sacar pecho por su familia. Conmovedor, pero en este asunto no iba a funcionar que actuara de esta manera; venía a por su hijo y no tenía planeado irme de este lugar sin él.
— ¿Ustedes son la familia Seon? —llego hasta el hombre. Este asiente dudando y le muestro la orden de arresto que saqué antes de venir—. Estamos aquí para llevarnos a Seon Jaesang. Ocurrió un asesinato en los laboratorios de la universidad de Sogang, encontramos el cadáver de Son Sunhee y su hijo es uno de los posibles sospechosos de este caso.
El ruido de un objeto de vidrio impactando contra el suelo llamó la atención de todos. Atrás de los señores estaba un chico que tenía una cara de asustado, algunos vidrios del vaso que había sostenido quedaron esparcidos por toda la entrada de la casa. Él estaba vistiendo un pantalón pijama a cuadros y una camiseta de los The Rolling Stones, estaba descalzo y con el cabello bastante alborotado. Ahora estaba dudando si realmente este chico había ido a la universidad el día de hoy, su aspecto no me decía eso, más bien me decía que había dormido una muy plácida siesta en toda la mañana.
Pero mi trabajo no es juzgar el atuendo de los criminales, así que debo de hacer esto rápido.
— ¿Eres Seon Jaesang? —El chico asiente a mi pregunta—. Vendrás con nosotros a rendir declaraciones. Vayan por él —les ordeno al policía que estaba detrás mío.
— ¡Ustedes no se van a llevar a mi hijo! ¡Qué se creen para hacerlo! ¡Lárguense de mi casa! —Vocifera el señor mayor de 50 años—. ¡Largo!
—Tenemos una orden para llevarnos a su hijo. Y solo estará con nosotros para responder unas preguntas, no lo vamos a encarcelar... Por ahora —murmuro la última parte. El señor vuelve a abrir sus ojos y trata de golpearme, sin embargo lo detengo a tiempo—. Será mejor que piense mucho mejor las cosas si no quiere que lo encierre por agredir a un policía.
—Dohyun, déjalos. —tercia la mujer. Pone su mano en el pecho de su esposo y lo aparta de mí.
El policía que se encargó de ir a por el muchacho, se fue junto a Taehyung en una patrulla para irse adelantando a la estación de policías. Mientras tanto yo me quedé con Mireu dándoles unas pautas de lo que ocurriría con su hijo si lo encontrábamos culpable, pero demoramos un poco más de tiempo cuando el padre de familia seguía siendo tan necio. Al final me cansé y volví hasta la patrullas para esperar a Mireu, ella se encargaría de explicarle mejor a la familia lo que sucedería. Yo ya había perdido mi paciencia.
Poco después, Mireu se despide de la familia y se sube a la patrulla. Pongo en marcha el auto mientras que trato de calmarme. Ella se da cuenta de mi actitud y pone una de sus manos en mi muslo derecho, gruño por el tacto y sigo conduciendo por las calles.
Mireu sonríe y trata de tranquilizarme con sus palabras.
—Jamás te he visto tan estresado como en este caso. Creí que esto no era nuevo para el gran Jeon Jungkook —dice irónica. La miro de soslayo cuando nos detenemos en un semáforo—. ¿Qué tiene este caso que los otros no?
—Absolutamente nada. Pero la actitud tan terca de ese hombre me molestaba. Cree que solo por ser abogado puede defender a su hijo sin estar en una corte —refuto molesto—. Esa postura de estar a la ofensiva es lo que me trae estresado, colérico, como quieras llamarlo.
—Cuando termine el día, te ayudaré a liberarte de todo ese estrés. —guiña un ojo mientras acariciaba mi cabello.
Seguí manejando hasta llegar a la estación de policías. Parquee el automóvil en el estacionamiento, Mireu es la primera en salir y entrar al edificio en donde sucedía toda la magia.
Entrando, me encontré a algunas personas que estaban esperando a hacer una denuncia, mientras que otros se encargaban de esperar en una silla con las muñecas esposadas. Subí las escaleras hasta llegar a un lugar más desordenado que la recepción del edificio: el segundo piso. Me junté con un colega para saber si los médicos o Namjoon y Joo-kyun habían dado con algo más en el laboratorio. No había nada nuevo.
Suspiro frustrado a la misma vez que pienso si debía de ir a la habitación en donde tenían a Min Yoongi o a Seon Jaesang. Creo que sería más divertido escuchar al otro chico.
Me separo de mis colegas y voy hasta el el primer piso nuevamente para ir hasta la sala de confesiones. Miro por la ventana del cuarto y escucho con atención cada cosa que este chico va diciendo. Él estaba bajo la mirada de Taehyung, podía saber con exactitud qué tenía miedo de estar frente a él; que probablemente terminaría confesando todo lo que ha hecho antes de que Taehyung pudiera volver a hablarle.
Veo que todo está yendo bien de esta parte y voy hasta la otra habitación para ver cómo iban con el tal Min Yoongi. Este chico se veía bastante relajado, Jin estaba a cargo de él para tomar apuntes de sus declaraciones; pero más lo estaba viendo dibujar una alpaca en su agenda. Tuerzo los ojos al darme cuenta que iba a ser necesario entrar y convertirme en el policía malo del interrogatorio. Aunque ya lo estaba siendo al no sentirme tan empático con estos chicos.
Entro sin permiso y llamo la atención del chico blanco y de Jin. Este último suspira tosco mientras tapaba sus ojos con su mano.
— ¿Qué es lo que están haciendo? —hablo temperamental. El chico me queda mirando con miedo mientras juntaba sus manos—. ¿Acaso no me he escuchado?
— ¿Qué haces aquí? —intervine Jin fastidiado.
—Vi que estabas haciendo mal tu trabajo y vengo a hacerlo un poco mejor. Tómalo como una ayuda, o una retroalimentación a lo que realmente debes de hacer.
Me acomodo el cinturón de mi pantalón antes de estar al lado derecho de Jin y posar mis manos en mi cintura. El chico pálido se nos queda mirando a la par, carraspea varias veces y mira a todas partes. Si este chico trataba de aparentar estar relajado y que no sabía nada del tema, pues alguien debía de decirle que lo estaba haciendo pésimo y que sólo estaba logrando que lo vea como el sospechoso principal de todo este caso.
— ¿Dónde estabas cuando encontraron el cadáver de tu amiga? —cruzo mis brazos y arqueo una ceja. Jin arranca la hoja en donde había escrito algunos datos para volver a reescribir todo lo que este chico diría—. ¿Vas a responder o solo te quedarás mirándonos?
—Fui al baño. Estaba en mi clase de Biología del Desarrollo cuando escuché el grito de la chica. —Respondió sin mirarme a los ojos.
— ¿Por qué tú, Sunhee y Jaesang fueron al laboratorio cuando todos decían que no había clases? —inquiero apoyando mis manos sobre la mesa y acercarme más a él—. ¿Cómo abrieron la puerta del laboratorio? ¿Por qué tú compañero no estaba en la universidad?
Yoongi soltó un suspiro antes de hacer el ademán de que paráramos con las preguntas. Nos pidió que le diéramos un respiro antes de seguir preguntándole, y todo esto seguía haciéndome bastante raro. Este chico actuaba como si hubiera visto lo peor de lo peor y se haya quedado sin habla.
—Responde. No voy a regalarte mi tiempo —reitero, sueno más estricto y me gano una mirada de Jin.
—No-Nosotros no sabíamos que el maestro no estaba en la facultad. A Sun-Sunhee-ee le pareció una buena idea esconderse en el salón de maestros hasta encontrar las llaves del laboratorio —titubeó. Las manos de este chico comenzaron a temblar, algo sabía que no nos estaba diciendo—. Luego los tres entramos y empezamos a jugar con las probetas hasta que... Dejé a Jaesang y a Sunhee solos. En ese momento mi novia me había hablado para mandarme un mensaje.
— ¿Tienes pruebas? —replico.
—Mi celular se quedó sin carga. —Dice temeroso.
Me quedé en silencio algunos segundos para analizar a este chico. Quería ver si había algo debajo de las mangas de su polera de algodón, era bastante curioso que la tuviera cuando afuera no está haciendo mucho frío y aquí dentro tampoco.
— ¿Por qué traes una polera? No hace mucho frío. Quítatela —le ordeno. El chico se toma su tiempo y frente a nosotros deja en descubierto lo que sería su pijama—. Quiero verte los brazos.
Este chico extiende sus brazos. A primera vista parece que no hay nada raro en estos, que son normales. Pero viéndolo mejor, encontré algunas marcas de uñas en sus antebrazos.
— ¡Son cortes que me hice hace semanas! —se adelanta en responder cuando nota hacía dónde estaba mirando.
—No me engañes a mí. Esas son marcas de uñas —le digo, gélido. Me mantengo erguido y con los brazos cruzados antes mostrarme un poco más serio de lo que ya estaba—. Será mejor que empieces a hablar si no quieres pasar el resto de tus días en una celda. —Doy una pausa y finjo una cara de sorpresa—. ¡Adivina qué! Igual será así si te encontramos culpable, o como cómplice del verdadero asesino. ¿No es divertido?
—Jungkook —taja Jin.
—Está bien, ya me voy. Pero haz bien tu trabajo si no quieres que le diga esto al jefe —dije con burla.
Salgo de la cámara de Gesell y voy hasta la recepción del edificio. Ahí me encuentro a Namjoon y Joo-kyun entrando al lugar con una sonrisa de lado. Sabía que traían buenas noticias para mí.
— ¿Qué es lo que encontraron?
—Ácido sulfúrico y Batracotoxina. —sonríe emocionada Joo-kyun.
Entonces sí era un ácido lo que le habían echado a la cara. Tal vez la dejaron ciega si es que le cayó a los ojos. Pero no entendía de dónde sacaron la Batracotoxina, ¿cómo es que pudieron envenenarla? Quizás por una jeringa, o en una bebida.
— ¿Saben si la chica tiene una marca de un pinchazo? —Ambos encogieron sus hombros—. ¿Cómo que no saben? ¿Cómo saben lo del veneno?
—Sabemos del veneno porque encontramos un frasco pequeño envuelto con un pañuelo en la jardinera del edificio. Y con respecto al ácido, uno de los médicos lo olió y nos dijo lo que era; y ahora está en el hospital revisándose los pulmones. —responde Namjoon, serio—. ¿Y ya tienes a algún sospechoso?
—Dos. Están dando declaraciones —respondo, severo—. ¿Tienen el pañuelo en donde encontraron el veneno?
—Se lo dimos a Kang junto al cuchillo que encontré para que le sacara las huellas dactilares. —Dice Joo-kyun mientras revisaba su celular.
Suspiro frustrado mientras subía al segundo piso del lugar y me encerraba en mi oficina. Sabía que ahora nadie me iba a molestar al verme de esta manera, cerré mis ojos y traté de relajarme. Hice ese ejercicio de respiración que una vez Joo-kyun me había recomendado para cuando sucedieran este tipo de cosas. Traté de pensar en otras cosas, pero todo lo que se me venía a la mentira eran todos los cadáveres que he visto en mi vida, pidiéndome a gritos que los salvara.
Se supone que los cadáveres no hablan, que no son tan espesos como las personas que aún siguen vivas.
Luego la imagen de un bosque con mucha neblina apareció en mi cabeza. Este era bastante oscuro, no podía lograr ver mucho, los pinos de ese lugar eran inconmensurables. A lo lejos vi una villa, ahí entraban varias familias y parejas que dejaban a relucir sus anillos de boda.
Abro los ojos cuando siento que me voy quedando dormido. Me incorporo en mi silla y comienzo a ver algunos papeles que están desparramados por mi mesa de trabajo, unos eran informes acerca de otros casos que unos colegas tenían, otros eran afiches de desaparición de mujeres que brindaban datos si es que se lograba a encontrar, entre otras cosas más. Toda mi mesa era una representación de cómo es que sentía que todo estaba en mi cabeza: un completo caos.
Alguien toca la puerta de mi oficina, pensaba que nadie iba a molestarme justo ahora. Vuelve a tocar cuando no le contesto, veo en el vidrio de la puerta silueta de esa persona y sonrío cansado.
—Entra Mireu —alzó mi voz. Ella abre la puerta, pasa, y la cierra—. ¿Qué estás haciendo aquí? Ojalá que sean buenas noticias.
—Bueno, no creo que te guste oír que el jefe está pidiendo un informe con respecto al caso de los Cullen. —Mi sonrisa se esfuma tan pronto cuando oigo reír a Mireu—. ¿Cuándo dejarás de ser el policía "todo lo hago bien y soy el más listo de todos"?
—Cuando se demuestre lo contrario.
—Como en el caso de ahora, entonces. —responde hipócritamente—. No es bueno que te recargues de trabajo, o si no vas a entrar en un bloqueo mental muy pronto.
— ¿Querías el informe de los Cullen? Toma —saco de uno de mis cajones un folder manila y lo suelto sobre la mesa—. Ahora ya puedes irte. No estoy de humor para escucharte.
—Tampoco lo tomes de esa manera. Si quieres, puedo ayudarte —dice amigable. A veces pensaba que Mireu es propensa a tener un trastorno de bipolaridad—. Quiero ver cuáles son tus hipótesis.
Miré con desconfianza a Mireu. A veces ella llegaba a ser de buena ayuda para las investigaciones, pero otras veces simplemente actuaba como una arpía que se robaba todo mi trabajo. Pero eso solo ocurría cuando el jefe estaba cerca de nosotros.
—Encontraron un frasco de Batracotoxina envuelto en un pañuelo que mandaron a sacar huellas digitales. —Digo exhausto. Miro a un punto fijo del suelo para prestar atención a mis palabras—. También se confirmó que le echaron ácido sulfúrico a la cara y eso le quemó la piel. Ahora la pregunta es: ¿cómo es que le dieron el veneno? ¿Alguna inyección? ¿En una bebida?
El lugar se quedó en silencio por varios minutos, sólo podíamos escuchar el ruido de mi aire acondicionado.
Mi cabeza comenzó a analizar la situación con todos los datos que por ahora hemos recolectado. Dos escenarios aparecieron en mi cabeza tan pronto como pensé lo de la inyección.
—Si el veneno se lo inyectaron en alguna parte del cuerpo, entonces deben de hacer algunas marcas en el cadáver. De la aguja y algunas huellas dactilares. El asesino tampoco debió de haber actuado solo, ¿verdad? Es imposible retener a una persona cuando esta te ve con una jeringa en manos. —Digo anodino. Frunzo el ceño y vuelvo a mirar a Mireu—. ¿Y si ambos son los asesinos? Jaesang, al ser el novio de Sunhee, pudo haberla distraído con tan solo tener sexo con ella. Mientras que Yoongi estuvo preparando la jeringa con el veneno.
— ¿Y por qué la matarían? —interrumpe Mireu.
— ¿Celos? ¿Envidia? Los problemas que puedan tener una relación amorosa, o una amistad. Quizás ambos tenían un pleito con Sunhee, ellos actuaban como si nada hubiese pasado y sólo esperaron el momento indicado para matarla. —le explico. Mireu levanta sus cejas mientras hace una mueca.
Chasquea su lengua y se levanta de su asiento con el folders en manos.
—Suena bastante descabellada tu idea. No creo que solo sea por esto. Investiga un poco más.
— ¡Pero con qué si no tengo nada que acusar! —espeto molesto. Ella mueve sus dedos para despedirse de mí y salir—. Hija de su madre.
Tenso mi mandíbula y me atrevo a salir de mi despacho para buscar a esos dos chicos. Voy nuevamente a la cámara de Gesell, pero esta vez me voy a donde se encontraba Taehyung con Jaesang. Ingresó sin previo aviso y asusto a los dos hombres que estaban hablando.
—Dame un informe rápido. —le ordeno a Taehyung.
—Sunhee buscó las llaves del laboratorio en la sala de profesores. Él y su amigo Yoongi esperaron a que ella regresara, los tres entraron al lugar y se quedaron unos minutos ahí hasta que Yoongi se fue del laboratorio. Dice que se quedó con Sunhee hablando sobre si el maestro iba a venir, luego él se cansó de esperar y tomó sus cosas para irse a su casa. —notifica Taehyung mientras lee todo lo que pudo anotar—. Y después ocurrió la intervención en su casa.
—Tú novia fue asesinada con veneno. Batracotoxina. Supongo que conoces de lo que estoy hablando. También utilizaron ácido sulfúrico para quemar su cara —le digo al chico. Este queda sorprendido, abre su boca para hablar pero no dice absolutamente nada—. Si no eres tú el asesino, ¿me puedes decir si tu novia tenía algún pleito con el otro chico?
— ¿Yoongi mató a Sunhee? —inquiere muy inquieto. Su gesto cambia rápidamente y golpea la mesa—. ¡Ese imbécil! ¡Cómo puede...
— ¡No estamos diciendo que él lo mato, cálmate! —vocifero. Muerdo el interior de mi mejilla para calmarme—. Solo dime si ellos dos tuvieron alguna discusión que incomodó a los dos.
—Sunhee jamás me contaba las discusiones que tenía con otros chicos. Ella siempre me decía que tal chico la odiaba, pero nunca me decía por qué —responde débil. Sus manos se juntan y forman un solo puño, sus cejas se arquean y suelta todo el llanto que le provocó esta situación—. No sé si con Yoongi también haya tenido un problema... Pero yo no sería capaz de matarla, era tan buena conmigo que... no se lo pagaría con darle veneno. Les juro que yo no he sido.
Taehyung regresa a mirarme confundido. Ambos estábamos incómodos por ver llorar al chico, no era algo que nosotros veíamos siempre. Sin embargo, logro mantenerme serio; Taehyung se levanta de su asiento y me lleva hasta afuera.
Ambos no sabemos qué decir, y no era exactamente porque nuestros corazones se habían ablandado por las lágrimas de este chico; era más por el hecho de sentirnos perdidos. Estaba más que seguro que ambos teníamos la misma pregunta con respecto a lo Jaesang se había referido con que Sunhee tenía ciertas discusiones con otros chicos.
—Ahora mismo prefiero estar con una taza de chocolate caliente mientras hablo con mi hija sobre sus amigos imaginarios, que estar aquí y ver a un chico de metro setenta y cinco llorar por la muerte de su novia —comenta Taehyung mientras le da otro sorbo a su café—. ¿Qué es lo que procede en estos casos?
—Seguir preguntando hasta dar con una respuesta concreta. —Respondo mientras me acerco a la ventana de la otra cámara, Jin seguía interrogando al chico y este ya se estaba poniendo tenso—. Siento que él es el culpable. No sé si diagnosticarlo como una persona que sufre de ansiedad social, creo que por eso toca el piano. Se siente calmado cuando lo hace. Te apuesto un almuerzo a que su pianista favorito es Wladek.
— ¿Y cómo sabes que le gusta el tocar el piano y que tiene ansiedad social? —Inquiere Taehyung mientras se encarga de seguir vigilando al chico llorón.
—Sus manos están muy bien cuidadas, al igual que sus uñas. No toca ningún instrumento parecido a la guitarra, solo toca el piano. A veces la música nostálgica y con un tono de melancolía ayudan para calmar los nervios de alguien —digo sin perder de vista cada movimiento que este chico hace—. Y a eso va mi segundo punto, se estresa con facilidad estar solo con una persona que no conoce, no lo soporta y se refugia en los movimientos de sus dedos. Pareciera que estuviese tocando Chopin Nocturne No. 20.
Taehyung sólo se limitó a reírse antes de acabarse su café e irse de las cámaras. Me quedé vigilando a Jaesang, este seguía llorando y no veía que tenía ganas de detenerse en los próximos minutos. Volví a pensar en las cosas que había dicho, lo único que escuché fue muy preocupante; quizás ellos no son los únicos que buscaban una venganza en contra de Sunhee, pero son los más cercanos que tenemos hasta ahora.
Entré nuevamente al cuarto y me acerqué al chico para ponerle unas esposas. Este se asustó más y trató de hacer fuerza para que no lo esposara.
— ¡Le juro que yo no he sido! ¡Yo no he sido! ¡Por favor, déjeme ir! —siguió sollozando. El dolor de migraña nuevamente apareció cuando este chico gritaba.
—Debemos de seguir investigando. Aún eres un sospechoso, al igual que tu otro amigo. No puedo dejarte ir tan fácilmente. Te quedarás aquí por unos cuantos días.
El chico se queda quieto cuando termina de escucharme y se deja poner las esposas. Lo llevo hasta la recepción en donde me encuentro a dos adultos y a una chica discutiendo con Taehyung; por el lado de él, vi las ganas que tenía de mandar al infierno a los dos adultos. Él se gira y ve que yo estaba como espectador de todo ese griterío y no me atreví a rescatarlo, sonreí de lado al ser descubierto y me acerco ese grupo.
— ¡Dónde está mi hijo! ¡Se lo llevaron desde hace más de una hora y no lo han regresado a casa! —reclama el padre de Seon Jaesang. Desvía su mirada hacia donde está su hijo y me hace a un lado—. ¡Muchacho malcriado! ¡En qué problema te has metido! ¡Cuando salgas de este lugar me encargaré de matarte con mis propias manos!
—Gracias por adelantarme el trabajo —murmuré con una sonrisa de lado.
Taehyung toma una bocanada de aire antes de explicarle al señor lo que pasó con su hijo. La señora se muestra un poco más resiliente que su esposo, él seguía tratando de aniquilar a Taehyung y a cada policía que estaba cerca. Supongo que no pararía hasta que le entregaramos a su hijo.
Rápidamente pude deducir a este señor: es un abogado penal desde hace un par de años, tal vez unos quince o diez años; es el estereotipo de marido machista y abusivo con sus hijos, es por eso que utiliza ese vocabulario tan agresivo con su esposa e hijo. Y tengo la ligera sospecha de que este hombre ha estado en prisión preventiva por unos meses, me sorprendería si con ese carácter tan temperamental que tiene no ha conseguido ir a la cárcel.
Y también es seguidor número uno del equipo de fútbol Ulsan Hyundai, ya van varias veces en las que nombra a algunos de esos jugadores para comparar a Taehyung. Era bastante gracioso.
— ¡Por última vez, su hijo sólo está aquí para rendir declaraciones! —Vocifera Taehyung antes de perder los papeles y empujar al hombre—. ¡Ahora váyase de acá y déjenos hacer nuestro trabajo! No me pagan lo suficiente por soportar a personas como usted.
Taehyung sale del lugar soltando humo. El hombre se queda asombrado por lo que le acaban de hacer, y antes de que se metiera conmigo, chaqueé los dedos para ordenarles a unos policías que lo sacaran del lugar. Ya había hecho bastante alboroto en el lugar y no quería que el jefe viera cómo estaba el departamento de policía “por mi culpa”.
Regreso a mi labor de antes y junto a Jaesang relleno una ficha que era para él. Anoté sus datos personales, luego le pedí a otro de mis colegas que lo encerraran en una celda. Este chico ya estaba un poco más calmado que antes y solo se limitó a obedecernos, probablemente era vergüenza por el teatrito que su padre nos había hecho aquí.
Suelto un suspiro al pensar que tenía unos minutos para descansar, pero luego siento que alguien me toca con su dedo índice por las espaldas. Era la novia del otro chico, seguía con la misma ropa que antes y los mismos lentes de sol oscuros. Pero luego se los quita con un movimiento dramático y me deja ver su enojo y desacuerdo de tener arrestado a su novio. ¿Cuándo es que descansaré? Estoy harto de escuchar a otras personas quejarse de mi trabajo. Pero me aseguraría que ella sea la última de este día.
— ¿Se te ofrece algo? —pregunto cansado.
—Quiero que liberen a mi novio. Se llama Min Yoongi. Él no ha hecho absolutamente nada —dice enojada. Se cruza de brazos y frunce su ceño; por poco y muestra su berrinche—. Así que exijo que lo suelten justo ahora.
— ¿En serio? —finjo asombro y pena—. De verdad lo siento mucho, Barbie, pensé que habíamos arrestado al chico correcto; pero es nuestra culpa. Tienes toda la razón, tu novio es inocente. —tomo las manos de la chica y hablo con sarcasmo.
— ¿Y así se supone que eres policía? —me señala con su dedo—. ¿No hay alguien más serio en este lugar?
—Para tu mala suerte, no. —contesto. Me apoyo en la mesa de recepción y poso de la misma manera que ella—. Y tu novio no va a salir de aquí hasta que nos demuestre que él es inocente. Ya puedes irte.
Doy media vuelta esperando a que la chica se fuera del lugar, pero sigue atrás de mí mientras tecleaba algunas cosas en su celular. Estaba bastante molesta con el trato que le había dado que hasta comenzó a gruñir, estaba muy frustrada y dio un pisoteada muy fuerte antes de hacer su pequeña rabieta.
— ¡Esto es lo que pasa cuando Sunhee se comporta como una verdadera quita novios y se gana su venganza! —espetó chillando. Otra vez doy media vuelta para mirarla curioso—. ¿Y ahora tú qué?
— ¿Qué es lo que acabas de decir de Sunhee?
— ¡Que ella era una chica fácil! ¿No oyes? —grita, llamando la atención de todos—. Jamás respetaba las relaciones que tenía, engañaba a sus novios con el primer chico que se le cruzaba en camino, y cambiaba de novio más rápido de lo que una mujer renueva su closet. Ella era mala pero se hacía ver como una santita. —responde furiosa—. ¡Era una maldita pick me girl! ¡Yo no podía decir nada porque era amiga de mi novio! ¡Que se pudra en el infierno!
Sonrío de lado por la manera en cómo ella nos dio más información que los otros dos sospechosos por tan solo un desgarre de emociones. Ella se queda frustrada mientras que relincha como si fuera un caballo.
—Si no tuviera el presentimiento de que te importa más tu imagen y que tu ropa costosa no se manche con absolutamente nada, ya te hubiera arrestado por ser otra sospechosa —bromeo sin quitar mi sonrisa. Ella tuerce los ojos ante mi comentario y echa su cabello hacia atrás—. ¿Cómo sabes de que Sunhee era “una chica fácil”?
—Los rumores de las escuelas, las historias en Instagram, todo llevaba a que esta chica le gustaba jugar con los corazones de cada chico que se interesara en ella. —sigue respondiendo con frustración, pero una más moderada—. Todo su grupo de amigos eran hombres, eran muy pocas las chicas que eran aceptadas por ella.
Debí de suponerlo.
Esta chica es tan creída, la forma en cómo se veía y la forma en cómo hablaba decía eso de ella. No iba a ser sorpresa que también resultara chismosa, la facilidad de decir algunos datos personales de otras personas era impresionante. Ella bien podría ser mejor que una investigadora profesional; pero creo que lo rechazaría ni bien se diera cuenta que sus zapatos y sus accesorios no combinan con nuestros uniformes. Era toda una muñequita que caja.
Rápidamente pasó una idea muy descabellada por mi cabeza cuando creí que sería buena idea pedirle que me ayudara con este caso a cambio de la libertad de su novio.
Estaba arriesgando muchas cosas, entre ellas mi reputación. Pero estaba bastante desesperado por poner ante todas las cosas mi ética moral.
—Voy a poner en riesgo muchas cosas que me importan por esta estupidez, pero puedo hacer que tu novio salga libre a cambio de que tú hagas algo por mí. —Sonrió ladino. Me gano una bofetada y una cara de asco por parte de ella.
— ¡Qué enfermo estás! ¡No pienso acostarme conti...
Tapo su boca antes de que continúe hablando.
—No me refería a eso —replico—. Quiero que trabajes conmigo a cambio de la libertad de tu novio, Barbie.
—Me llamo Blake —me corrige balbuceando.
—Como quieras. —aparto mi mano de su boca y la miró—. ¿Aceptas?
Próximamente: Jungkook sin trabajo :D
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