D o c e
Una llamada entrante de Jungkook hace sonar mi teléfono cuando Yoongi y yo estábamos a punto de entrar a la sala de cine.
Suelto un bufido antes de responder a la llamada y dejar a Yoongi confundido.
— ¿Qué quieres? —pregunto despectiva.
— ¿Acaso tu cita está saliendo mal como para que estés enojada? —dice entre risas. Cuando quería podía reírse, luego era igual que un muro—. Solo te llamaba para decirte que he cambiado de planes y mañana iremos al centro psiquiátrico.
—Pero falta que arregle tu camisa —reprocho—. ¿Por qué quieres apresurarte?
—Porque tengo mis dudas con respecto a unos mensajes que encontré en el celular de Sunhee y mi amigo me va a ayudar a despejarlas —habla con inocencia. La manera tan tranquila y relajada como lo escucho me da un poco de miedo, puesto que no parece el Jungkook que conozco en persona—. Así que, pequeña Barbie, mañana pasaré por ti para irnos al centro psiquiátrico. Despiértate a las siete de la mañana.
— ¿Por qué tan temprano?
—Porque yo lo digo. Adiós.
Jungkook colgó la llamada tan rápido como pudo para dejarme confundida y con un montón de preguntas rondando por mi cabeza una y otra vez. Regresé a mis cinco sentidos cuando Yoongi me movió un poco y entramos a la sala de cine, me guió hasta encontrar nuestros asientos y me dejó el espacio más cómodo para mí.
Ahora tenía miedo de que Yoongi me preguntara sobre esta rápida llamada que tuve con Jungkook, ni siquiera él sabía que estaba guardando contacto con el investigador que está a cargo del caso de Sunhee; sinceramente, prefería que se quedara sin saber nada de esto. Ya había sido suficiente con que yo esté entrometida en esto.
No obstante, no todo es perfecto, es por ello que Yoongi no tardó mucho en soltar su primera pregunta.
— ¿Quién era?
El dilema invadió mis pensamientos, de cierta manera le hacían compañía a las preguntas que tenía planeado plantearselas a Jungkook mañana por la mañana. Mi moral y ética me decían que lo correcto era decirle la verdad a Yoongi, ya que de cierta manera, él también puede que sepa; pero también estaba mi lado irracional que trataba de convencerme de que Yoongi no iba a entenderme y que lo mejor sería mentirle diciéndole que se trataba de Byul o de Jeong-se que sólo querían preguntarme cómo estaba, aunque dudo que Yoongi se haya hecho de oídos sordos durante la conversación.
Solté una bocanada de aire que no hizo más que confundir a mi novio. Lo miré y tomé su mano, no podía decirle la verdad.
—Era Samuel. Quería saber si tenía el contacto de algún abogado mío que lo ayude con el tema de su familia. —Respondí. Yoongi pareció haberse tragado por completo mi mentira, porque no hizo nada más que asentir.
— ¿Y qué problema tiene? —pregunta. Olvidé que él no sabía nada de lo que había pasado—. ¿Ya encontró a su familia?
—El mismo día que sucedió todo lo de Sunhee, él había regresado de su viaje a España. Fue a visitar a su familia y... —suspiro. Me sentí atrapada, yo tampoco sabía lo que había sucedido después de ese día—. Y ahora está luchando por la herencia que su padre le dejó antes de morir —miento, otra vez.
Yoongi parece quedarse conforme con mi respuesta, ya que luego de eso solo se limitó a asentir y estar atento a las personas que también iban ingresando a la sala de cine. No sabía ni qué película íbamos a ver, Yoongi se encargó de comprar las entradas mientras que yo estaba lo suficientemente ocupada pensando en la pelea... Mejor dicho, en la discusión que tuve con Mireu, la compañera y amante de Jungkook, en la oficina de este último; qué demonios sucede con ella, ¿cómo pudo relacionarme con Jungkook? Ni siquiera estábamos en una situación comprometedora para que se le cruzara esa idea por la cabeza.
Las luces de la sala del cine se van apagando de a pocos cuando ya la mayor parte de la sala se encontraba llena. Yoongi toma mi mano con mucha más fuerza y suspira nervioso, sus ojos iban de un lado a otro sin razón alguna. En la pantalla gigante comenzaron a pasarse los trailers de las siguientes películas que saldrían durante todo el año y también pasaron algunos comerciales que beneficiaban al cine, más tarde la sala de cine se oscureció por completo y apareció la introducción de la empresa cinematográfica responsable de la realización de aquella película.
Yoongi suelta mi mano cuando ambos empezamos a sentirla un poco sudorosa. El ambiente frío de la sala impactó sobre el dorso de mi mano que tenía un poco húmeda, mi novio no era de sudar tanto por las manos. Regreso a verlo curiosa y un poco extrañada por su comportamiento, ¿qué le sucedía? Por si frente estaba corriendo una gota de sudor, su pecho no dejaba de moverse con rapidez, ahora estoy pensando muy seriamente que probablemente le esté dando un ataque de ansiedad.
— ¿Te encuentras... bien? —Digo, tomándolo de su hombro con mi mano izquierda y con la derecha moviendo un poco su rostro para que regresara a mirarme—. Estás sudando, veo que tienes problemas para respirar, y...
—Estoy bien. Veamos la película —asiente rápidamente y vuelve a mirar a la pantalla.
Hago lo mismo que él y empiezo a mirar aquella escena de una chica de cabello rojizo que está acompañada de un hombre fortachón. Él llevaba una camisa a cuadros roja con unos jeans sueltos y sus botas cafés, un atuendo muy común cuando quieren representar a un hombre leñador. Siguiendo con la trama de la escena, ambos personajes se encontraban cruzando un bosque con enormes árboles a sus alrededores hasta que el leñador detiene a la chica para mostrarle una cabaña de madera, empieza a contar una vieja leyenda de aquella casa que trataba de que, por las noches, aquel lugar se llenaba de brujas disfrazadas de lindas mujeres cuando sentían la presencia de las personas; y todo esto con la finalidad de alimentarse a sí mismas con el cuerpo y alma de sus víctimas.
Está más que claro que Yoongi compró las entradas para una película de terror. Debía de habérmelo esperado, a él siempre le ha gustado sentir esa tensión y adrenalina que produce este tipo de películas; pero nuevamente regreso a mirar a mi novio y se nota a kilómetros que no está disfrutando para nada de la película.
"¿Por qué me trajiste aquí?" Preguntaba la chica de cabello rojizo.
La primera escena de terror se aproximaba cuando la música de fondo se volvía un poco más oscura y perversa. Las notas musicales de los violines estaban sobrepasándose hasta que se vio opacada por los gritos de todos los espectadores cuando vieron a aquel hombre morder el cuello de la chica y mostrar de manera explícita el escupitajo de aquel pedazo de carne. La chica pelirroja cae al suelo por la hemorragia que está tiniendo y luego la pantalla se pone en negro para pasar a la siguiente escena que contenía sonidos inaudibles y luces de las patrullas policiales.
Cierro mis ojos asustada, ya había sido suficiente que los personajes se encontraran en medio del bosque y se hayaran una cabaña de madera como para que luego me pusieran una escena más que sangrienta que estaba segura que esta película se trataba de canibalismo. Mi cuerpo se tensa cuando siento todo un frío recorrer por mi espalda antes que sienta la respiración pesada de Yoongi cerca de mi nuca, creo que él ya se había relajado, ya no tenía ese comportamiento de antes.
— ¿Te está gustando la película? —pregunta muy calmado.
No respondo a su pregunta y prefiero cubrir mis ojos con mis lentes de sol negro y quedarme dormida dentro de este lugar antes de que aparezca otra escena similar a la anterior que me revuelva el estómago hasta tal punto de querer hacerme vomitar.
***
Y así como Jungkook me lo había dicho, a las siete en punto mi timbre sonó, demoré mucho en levantarme de la cama; pero cuando lo hice, ya tenía a Jungkook entrando a mi habitación como si él también fuera dueño de esta casa. Me saluda con un movimiento con sus dedos antes de hacer un ademán con su cabeza para hacerme entender que quería que lo siguiera.
En la sala me dio todo un informe con respecto a todas las cosas que ha estado hayando y resolviendo por medio de su intuición, sin embargo, sabía que tenía muchas cosas más. Supongo que él creía que no me daba cuenta que a veces dejaba algunos huecos sin completar a la hora de hablar que luego los reemplazaba por otras situaciones dejándome un poco confundida a mí, pero no desorientada de todo lo que ha estado diciendo. Asiento cuando ya siento que tengo todo bajo control y voy hasta el armario de mi habitación para sacar lo que serían los uniformes que usaríamos; ayer, ni bien llegando a casa, los lavé y los metí a la secadora para que estuvieran listo al día siguiente, o sea hoy.
Nos tomamos un nuestro tiempo para alistarnos y salir cuanto antes de la casa. A eso de las 7:37 de la mañana ya habíamos salido de la casa; y ahora, siendo las 7:48 de la mañana, Jungkook y yo ya nos encontrábamos saliendo de su auto y escabulléndonos entre los verdaderos empleados que sí trabajaban en este hospital psiquiátrico.
Jungkook me agarra de la muñeca para entrar al lugar e irnos por un pasillo de largo tramo hasta girar a la izquierda y entrar a una habitación que tenía muchos archiveros por doquier junto a muchísimas fólderes manila que estaban sobre un escritorio casi parecido al de Jungkook. Y hablando del chico que es responsable de que ahora estoy aquí, él fue buscando entre los archiveros que estaban cerca a una ventana con vista a un jardín muy enorme, parecía que Jungkook ya estuviera muy familiarizado con este lugar.
Ahora me pongo a pensar seriamente de creer este lugar como un refugio para Jungkook. Muchas veces decía que él estaba loco, pero no pensaba que realmente lo estaría.
Me acerco muy curiosa, y a pasos cortos, hasta donde está Jungkook con mis brazos cruzados y trato de mirar sobre su hombro.
— ¿Ahora que estás buscando?
—Sheldon Novikov -dice sin regresar a mirarme—. Ruso diagnosticado por esquizofrenia y trastorno de personalidad múltiple. Tiene unos 51 años aproximadamente, identificado como el paciente 1209.
— ¿Cómo sabes todo eso? —lo miró muy impresionada.
Jungkook deja de buscar para regresar a mirarme con esa sonrisa burlona.
—Creí haber dejado en claro que era un amigo.
— ¿Eres amigo de los locos? —frunzo mi ceño y me alejo lo más que puedo de él.
—Decirle "loco" a alguien que sufre de un trastorno mental muy severo es muestra de falta de respeto —Replica girando unos 90° su cabeza.
Alzo mis cejas sin darle mucha importancia y dejo que Jungkook siga buscando ese informe de su amigo el maniático como si fuera una aguja en el pajar. Pasan varios minutos, finalmente me doy cuenta que la puerta no tenía seguro y que en cualquier momento pudo haberse entrado alguien a este lugar y todo el plan de Jungkook se iría a la basura.
Mi estómago ruje con furia para recordarme que había salido de casa sin desayuno aunque sea un vaso de agua. Por el otro lado estaba Jungkook justo a unos pocos metros de mí buscando en el cuarto archivero del lugar el nombre de su amigo. Finalmente lo encuentra entre la pila de papales que hay entre algunos archiveros, él sonríe de lado y me vuelve a tomar de la muñeca para caminar a pasos apresurados desde la oficina del jefe del lugar hasta recepción y preguntar por este paciente, que creo que ahora se llamaba Ronny Wendell.
Jungkook sabe persuadir a la enfermera que con una labia y una gran mentira que hasta yo me sorprendo. Esta chica de cabello castaños y pecho grandes sonríe con coquetería a Jungkook y le entrega la llave de la habitación de Ronny Wendell, o Sheldon Novikov, o como se llame ese sujeto.
Jungkook se de la mesa de recepción cuanto antes sin darme ninguna orden a mí. La enfermera de antes saca su lima de uñas y regresa a mirarme con soberbia.
—Si no sabes qué hacer, ve al baño del paciente 2109 y destápalo. —Dice con molestia.
—Mejor hazlo tú, tus uñas, ni aunque las limes, se arreglarán —contraataco antes de irme con mi orgullo por el camino en donde se fue Jungkook.
Finalmente lo encuentro a punto de tomar el ascensor. Tomo de su brazo para que sepa que estoy aquí junto con él, pero de un jalón me separa y entra al elevador cuando las puertas se abren. Por suerte solo somos nosotros dos en el lugar.
— ¿Qué tal tu cita de ayer? —Inquiere sin mirarme a los ojos.
—A medias. Me dormí en el cine porque fuimos a ver una película de terror que se trataba del canibalismo. —Respondo mientras que voy jugando con las puntas de mi cabello.
— ¿Canibalismo? ¿Es en serio? —dice burlándose.
Me enojo y reparo en su cara, más en esa sonrisa de lado que está mostrando.
— ¿Y al final cómo se llama tu amigo: Ronny Wendell o Sheldon Novikov? —cambio drásticamente el tema para ya no tener que aguantar las burlas de Jungkook.
—Sheldon Novikov —dice esta vez regresámdome a ver—, pero como te dije antes, este hombre sufre de esquizofrenia y trastorno de personalidad múltiple. Ronny Wendell es una de sus seis personalidades.
— ¿Y como se llaman las otras cuatro? —cuestiono con miedo.
—No lo recuerdo bien, pero la última que apareció fue María Ramírez —dice riéndose de lado—. De cierta manera le gusta ponerse nombres comunes de otros países.
— ¿Y cómo esperas que una persona trastornada te ayude?
—Él fue científico.
Las puertas del elevador se abren nuevamente dejándome a mí con varias preguntas en la cabeza. No estaba muy segura de que un hombre que tiene varias personalidades dentro de sí, esté algo cuerdo para ayudarnos.
Jungkook va avanzando sin mí, otra vez, hasta que se detiene en una habitación que tenía doble puerta: una era con rejilla y de vidrio templado mientras que la otra se trataba de una puerta blanca con una pequeña ventana para ver al paciente. Jeon pone su dedo índice en sus labios para decirme que guardara silencio mientras que él se encargaba de abrir esas puertas.
Un par de segundos después, y con los pasillos vacíos, ambos entramos a la habitación blanca decorada con plantas naturales. Nos encontramos a un hombre de pocos cabellos grises y una calvicie en medio de su cabeza, supuse que él era Sheldon Novikov. El paciente se encontraba haciendo yoga a un lado de su casa antes de dejar de meditar y alzar una mano al aire para ordenarnos que nos detuvieramos.
—You are real, my spider instinct says so; and also because about five minutes and forty-eight seconds and three milliseconds ago, a nurse just gave me the first pill of the day... —el hombre comienza a hablar en inglés mientras que se va acercando a nosotros con la posición acrobática de la araña.
Jungkook cierra los ojos un poco vencidos antes de murmurar algunas cosas que no logré entender.
—William Crumb.
El hombre, ya ni me sé cuál es su verdadero nombre, vuelve a su postura normal de una manera bastante rara que hasta puedo asegurar que tengo la sangre helada. Tal parece que su cuerpo es igual de flexible al de una contorsionista.
—You better tell me your names before I give a big shout to be kicked out of this place. —Vuelve a hablar en inglés. Jungkook ya no lo soporta más y golpea su frente con la palma de su mano antes de gruñir por lo bajo—. One...
Jungkook regresa mirarlo molesto y empuñando sus manos.
—Sheldon Novikov. —Dice fuerte y claro.
—Two...
— ¡¡Sheldon Novikov!! —vuelve a decirlo mucho más fuerte.
El paciente comienza a gruñirnos a la misma vez que va tomando una postura como la de un animal que está siendo atacado. Jungkook sigue gritando el nombre de Sheldon. Todo esto me hacía recordar a la película de "Fragmentados", en donde la protagonista gritaba el nombre real de la persona trastornada para que se vuelva un poco más cuerdo; miro la escena de ahora y veo que la piel del paciente se está convirtiendo un poco escamosa, Jungkook se mantiene firme con sus gritos, no parece tener miedo.
— ¡¡Sheldon Novikov!! —grito con la misma intensidad de la que está gritando Jungkook—. ¡¡Sheldon Novikov!!
Finalmente, la cosa rara que estaba gruñéndonos se detiene y empieza a arracarse los cabellos con desesperación hasta que se calma y cae rendido sobre el piso. Su respiración ya no estaba tan agitada como antes, Jungkook me toma de la muñeca para ponerme detrás de él cuando ve que tenía las intensiones de ayudarlo.
— ¿Sheldon Novikov? —El hombre de ojos celestes repara en el rostro de Jungkook antes de sonreír de lado—. ¿Eres tú?
—Como que mi hijo se llama Napoleón. —Responde muy emocionado, Jungkook también se alegra, solo un poco, y lleva a Sheldon hasta su camilla.
Jungkook empieza a entablar una conversación con Sheldon que no le presto ni la más mínima atención ya que mi cabeza se quedó estancada en la información que recibió. ¿Era posible que este mismo señor sea el padre del cráneo llamado Napoleón? Si era de esa manera, entendería un poco mejor lo mucho que ambos se conocen, tanto como para compartir los huesos de sus progenitores. El hombre con problemas mentales me señala por un momento mientras que su acento ruso se hacía más notable, no como su otra personalidad que sonaba a un inglés británico.
— ¿Quién es esa chica? —pregunta con cierto tono de coquetería.
—Ella es Blake Jones, una acompañante —dice Jungkook restándole importancia el hecho que yo esté aquí—. Sheldon, he venido aquí...
—Aguarda, aguarda, aguarda... —Sheldon se levanta de su camilla y empieza a caminar por toda la habitación con su ceño fruncido, parecía como si quisiera recordar algo—. ¿Por qué estoy aquí? Debería de estar en el funeral de mi esposa e hijo, Napoleón. ¿Hoy es 3 de junio del 2019?
Miro a Jungkook para preguntarle qué es lo que le pasaba. Sin embargo, Sheldon —supongo— grita de manera tan desgarradora que provoca que yo me vaya alejando un poco de él. Al próximo arranque maniático que este hombre tenga, juro que saldré corriendo y delataré a Jungkook con un personal que sí trabaje en este centro psiquiátrico.
— ¡Maldita voces, váyanse! —Sheldon se vuelve loco, literalmente, y comienza a agarrar cualquier objeto hacia las paredes. Su mirada furiosa queda en mí y me señala con trozo de vaso de vidrio que rompió—. ¡Tú! ¡Te estás burlando de mí, deja de burlarte de mí, maldita zorra!
Sheldon toma impulso para correr hasta mí y tratar de atacarme, y digo "tratar" porque gracias a que Jungkook lo detuvo, pude irme a otra parte de la habitación. Mi corazón latía con fuerza al saber que estaba a nada de morir en manos de un esquizofrenico, todo esto parecía ser sacado de una película de suspenso en donde yo era el personaje débil al que siempre matan luego de que todos los sucesos raros empiezan a suceder.
Jungkook finalmente lo logra calmar y lo lleva otra vez a su cama. No pasa mucho cuando ellos vuelven a hablar como si nada hubiese sucedido, como si nunca hubiera pasado el hecho de que estaba a nada de morir.
—Sheldon, escúchame —Jungkook lo toma fuerte de sus muñecas mientras que ancla su mirada con el paciente—. Necesito de tu ayuda para un caso criminal. Una chica falleció con un veneno, además de ello, hemos encontrado algunas conversaciones que posiblemente tengan que ver con más venenos, o cualquier otro elemento que sea letal para el cuerpo humano. ¿Puedes ayudarnos?
—Sí, creo que sí.
Me abstengo a participar en todo el resumen que Jungkook le está dando al científico loco sobre las cosas que encontraron la autopsia. Luego, Jungkook sacó un folder de no sé dónde para mostrarle algunas palabras claves que encontró él en las conversaciones de Sunhee.
Justo en ese momento escucho esa vocesita que me dice que debería de acercarme para averiguar más, es por ello que voy avanzando de a pocos hasta estar a una distancia adecuada para mirar.
—Por ejemplo, aquí hablan de un Polo y Antonio con una multiplicación de 21 por 10 —señala Jungkook con el bolígrafo que se había guardado en el bolsillo de su camisa de enfermero—. ¿Sabes a qué es lo que se refiere?
Sheldon ríe por varios segundos, Jungkook también se queda un poco desorientado del por qué se estaba riendo. Luego de un tiempo Sheldon toma del brazo a Jungkook para darle palmaditas.
—Es el veneno Polonio-210 —responde divertido. ¿Qué tenía de divertido eso? Y pensar que yo antes trataba a Jungkook como un ser extraño—. ¿Esta chica Sunhee estudiaba algo relacionado a la química?
Jungkook y Sheldon regresan a mirarme como si la pregunta estuviera dirigida a mí.
—Biología —sonrío sin ánimos y con los brazos cruzados—, noveno ciclo.
Sheldon asiente y encoje sus brazos mostrándose con esa actitud que nos decía que no le sorprendía.
—El Polonio no es en sí un veneno para humanos, más bien es un material radioactivo que se usa en las industrias. Si una persona llega a consumirla en cualquier circunstancia, tendrá una intoxicación a sus órganos y los destruirá lentamente. Sin contar que también se le caerá el cabello —nos dice a ambos. Tengo un pequeño flashback con las clases de química que recibía en mi secuela, el señor Sheldon se parecía a uno de esos maestros.
Jungkook, luego de tomar nota sobre la información recibida, pasó a preguntarle a Sheldon su siguiente duda que iba con "La CIA no logró construir el muro". Recuerdo muy bien que Jungkook tenía sus propias conclusiones con esta frase, me lo dijo cuando él me fue informando de todo lo que descubrió el día anterior con ayuda de su equipo.
—Pensé que eras mucho más listo, muchacho —dice Sheldon. No puedo evitar reírme rápidamente antes de cruzar miradas con Jungkook—. Es obvio que se trata de el cianuro.
Jungkook tuerce sus ojos y escribe todo lo que va diciendo Sheldon. Luego, ambos siguen hablando de los siguiente venenos que mencionan en las conversaciones hasta que cambian de tema y Jungkook empieza a hacer preguntas sobre el veneno de la batracotoxina.
Sheldon escuchaba atentamente a todo lo que le contaba Jungkook, no se perdía ni un solo detalle y se sorprendía por lo predecible.
— ¿Usted de qué cree que murió primero Sunhee? —Inquiere Jungkook.
—Pues... —da un suspiro agotador. Su mente todavía sigue procesando la información—. Puede que haya sido del golpe y del veneno. Verás, la batracotoxina es un alcaloide esteroideo liposoluble. Esta toxina posee una estructura química basada en la magainina, un péptido que destruye las paredes celulares de hongos y bacterias, produciendo fuertes síntomas como sudoración excesiva y paro respiratorio; y por otro lado, un golpe en la médula espinal te paraliza todo el cuerpo y mueres. No sabría cómo decírtelo, pero la batracotoxina puede que sólo la haya ayudado a morirse de verdad, ya sabes, por si el golpe no había sido lo suficientemente fuer...
Sheldon comienza a convulsionar tan inesperada, Jungkook no se sorprende y lo único que hace es alejarse de la camilla para tomarme rápidamente de mi brazo y decirme que ya nos teníamos que ir. Sin embargo, mi cerebro deja de dar órdenes cuando vuelvo a escuchar el grito terrorífico de Sheldon, o bueno, de William. Otra vez estaba volviendo esa personalidad y se veía más agresiva que antes.
No sé cuándo fue que sucedió, o cómo sucedió, cuando William arqueo toda su espalda e imitó los mismos movimientos que la niña del exorcista. En forma de araña, él se bajó de la cama e ir a por nosotros mientras que iba gritando mucho improperios al aire.
— Get out of my territory! —vociferó, escupiendo tal y como lo haría un bulldog.
— ¡¿Qué esperas a que no abres la puerta?! —grito asustada. Jungkook finalmente logra abrirla y sacarme primero de ese lugar.
Con el corazón en mi mano, hablando metafóricamente, giro hacia un lado para recuperar toda la respiración que puedo luego de aquel momento tan tenso y veo que a mi derecha se acercaban dos enfermeras, una de ellas ya nos había visto salir de la habitación de Sheldon y no demoró mucho para llamar nuestra atención e ir detrás de nosotros.
Jungkook vuelva a tomarme de la muñeca y guiarme hasta un "lugar seguro". Las enfermeras llaman a seguridad y vemos estos mismos ya nos estaban esperando en una salida en la que Jungkook planeaba cruzar, corremos a otra dirección hasta ir por las escaleras de emergencia del edificio, los guardias siguen yendo detrás de nosotros hasta que Jungkook finalmente me lleva hasta la salida y me empuja hacia unos contenedores de basura que apestaban a muchos desechos y otras cosas que no quería decir.
Genial, no sólo bastaba tener un olor horrible con el sudor sino que ahora olía a excremento.
Estoy a nada de gritar por el asco hasta que Jungkook nos aleja más y entramos al callejón del centro que tenía como aroma principal el hediondo olor del desagüe. Jungkook hace que me ponga de cuclillas a un lado de un contenedor de basura para que así los guardias no nos vean; sin embargo, para mí mala suerte, mi hombro izquierdo termina tocando una parte mojada del contenedor.
— ¡Mi ropa! ¡Mi ropa! ¡Mi rop... —Jungkook cubre mi boca con su mano mientras que todo su peso se apoya en mis rodillas y las puntas de sus pies.
—Haz silencio si no quieres que nos atrapen. —Jungkook masculla.
Pasan varios segundos desde que los dos vamos escuchando las pisadas de esos guardias a lo lejos, no obstante, al no vernos, ambos se regresan hacia dentro y dejan de buscarnos. Finalmente Jungkook me suelta y deja que me aparte lo más que quiera de ese callejón apestoso. ¿Desde cuándo fue que mi vida empezó a cambiar? Yo antes era una chicauy feliz que vivía de lo que le apasionaba y con todos sus followers, ahora ni puedo entrar a mis cuentas de redes sociales para interactuar con todos mis fanáticos puesto que todo mi tiempo se va en la universidad y en Jungkook. Asombroso.
Me voy más que enojada hasta donde está el estacionamiento. Jungkook va detrás de mí sonriendo como si fuera un lindo e inocente niño que se siente orgulloso de su primer dibujo en el jardín, solo que en el caso de él, va viendo todos los apuntes que fue tomando por las miles de explicaciones que le dio Sheldon antes de que se convirtiera en William. No estaría mal odiar ambos nombres a partir de ahora.
Cuando finalmente llegamos al auto, Jungkook logra darse cuenta que algo no estaba nada bien conmigo. Ladea su cabeza hacia un lado antes de meter la llave del auto al bocallave, luego ríe burlesco antes de volver a ponerse serio y penetrarme con su mirada.
— ¿Ahora por qué estás así?
— ¿Por qué estoy así? —Repito furibunda—. ¡Casi me muero por culpa de tu amigo, dos veces! ¡Los guardias de este lugar casi nos atrapan! ¡Y por si no fuera poco, ahora mi hombro apesta a orina de animal! —lloriqueo dramáticamente antes de pasar mi mirada a la ventana—. Quiero irme a casa.
El lugar se queda en silencio. Siento la mirada de Jungkook acabar conmigo, pero antes de que gire me engullo todo mi orgullo por tan solo tener curiosidad de lo que dice.
—Blake...
—Llévame a casa, he dicho. —Demando con más firmeza.
Jungkook suspira y enciende el auto. Es en ese mismo preciso momento en donde recibe una llamada de uno de su Taehyung. Contesta la llamada y espera a que Taehyung hable primero.
—Tenemos un 10-10. —Dice Taehyung un poco preocupado—. Debes de venir. 10-22 en el Río Han.
Finalmente regreso a mirar a Jungkook confundida. Estaba de más decir que él igual me llevaría a ese lugar, porque primero está su trabajo antes de ser mi chófer.
— ¿Qué sucedió? —me arriesgo a preguntar.
—Ha sucedido otro crimen, o un suicidio, en el Río Han. Quieren que vaya allá —dice Jungkook sin dejar de mirar hacia el frente. La ruta que iba tomando tenía dos opciones: irse de frente hasta mi casa, o girar a la derecha para ir a donde lo necesitan; para la suerte de Jungkook, nos detuvo un semáforo y fue ahí cuando regresó a mirarme de una manera diferente. Se veía cansado, y probablemente algo arrepentido—. Tú decides, Blake, vas conmigo o quieres irte a tu casa.
¿Realmente era Jungkook?
¿En serio me está dando la oportunidad de escoger lo que va a pasar?
*****
He vuelto, por fin he vuelto😭✊🏻
No saben cuánto he extrañado escribir esta historia <3
¿Qué les parece esa nueva actitud de Jungkook hacia Blake?
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