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D i e c i n u e v e (II)

Saliendo del restaurante, tuve que ayudar a Blake para que pudiera caminar bien y sin ningún problema. Al final descarté la idea de que ella estuviese mareada por el vino rosado, mas bien se trataba de un cansancio ligero; le dije para llevarla a su casa, pero ella se negó rotundamente y me dijo que ahora iríamos a uno de los clubes en donde ella estaba en la lista de las personas importantes del lugar. Nos fuimos al distrito de Gang-nam para encontrar el club lo más pronto posible, Blake durante todo el camino se quedó en silencio todo el tiempo que no lo hizo en el restaurante mientras comíamos o bebiamos. Finalmente di con el lugar y otra vez ayudé a Blake para acercarnos a la puerta, ahora ella se estaba aprovechando de que podía sostenerla con fuerza, casi como si la estuviese cargando.

—Nombre —ordena un hombre de cabellera rubia y traje negro, casi parecido al mío.

—Blake Jones y compañía, Jeon Jungkook —contesta ella.

—Identificación —vuelve a hablar el hombre.

—Sosténgala —relevo el cuerpo de Blake con el hombre mientras saco mi identificación de mi billetera.

Al final la encuentro y nos deja pasar no sin antes desearnos buenas noches. ¿Por qué lo decía? Más parece un padre antes de enviar a dormir a su hijo.

Voy caminando de la mano con Blake y ambos entramos al mismo tiempo al lugar. Lo primero que nos recibe en la entrada es un túnel de luces les color azul que da la ilusión de que cada vez más el túnel se haga más diminuto, a su vez, en el suelo también existen unas cintas rojas brillantes que te guían el camino hacia el cuarto principal de este club. La música resuena en todo el pasillo mediante los parlantes que se encuentran colgados en el techo.

No llevaba ni cinco minutos dentro de este lugar y ya quería irme. La luz y la música me provocaban dolor de cabeza.

Por otra parte, Blake ya no parecía nada cansada. Se soltó de mí y empezó a andar a su paso para dejarme muy atrás. Antes de cruzar el umbral al final del pasadizo, ella gira a verme y toma otra vez de mi mano para jalarme.

Ya adentro, veo que hay un exceso de luz en el lugar como decoración. En cualquier parte que viese había luz que chocaba con mis ojos; y creo que el único fastidiado por eso soy yo, ya que Blake no le importa mucho y sonríe emocionada.

Ella me lleva por otra parte en donde se encontraba un poco más oscuro y veo con dificultad que debíamos de subir unas escaleras. Blake intenta ir primero, con cuidado va subiéndolas mientras yo voy detrás de ella para cuidarla por si se llega a tambalear en un momento y pierde el equilibrio. No obstante, aquello no pasa y logramos subir al segundo piso con éxito.

A diferencia del primer piso, este lugar se veía un poco más sombrío y apenas se podía notar de la presencia de luz. Me fijo en el detalle de las paredes, estas estaban decoradas por luces de colores que a cada segundo iban variando. Pero, apesar de estar en el segundo piso, todavía podía escuchar el griterío de las demás personas en la planta de abajo, al igual que la música. Este lugar tenía mucho eco.

—Ven, vamos a sentarnos —me indica Blake cerca de mi oreja.

Otra vez me toma de la mano y me lleva a una mesa redonda de acero que tenía como asiento un sillón medio circular de color plateado. Blake se sienta primero y luego la sigo yo, ella me dedica una sonrisa divertida antes de darle un vistazo al sitio.

Más personas van llegando al segundo piso y ocupan el centro de la pista de baile para no perder tiempo y dar inicio a su propia diversión.

Para ser honestos, jamás me han gustado este tipo de lugares porque ahí se realizan la mayor parte de crímenes como la prostitución, la venta ilegal de sustancias, o hasta un asesinato —en el peor de los casos—. Mi sexto sentido siempre se activaba cuando pisaba estos sitios, mantenía mi visión de águila en cada persona que se cruzara frente a mis ojos y los observaba por varios minutos sin descanso.

—Jungkook —escucho la voz de Blake a mi derecha y giro mi cabeza—. ¿Podrías acompañarme a la barra? Necesito algo de tomar.

— ¿Te sientes en las condiciones correctas de tomar alcohol? —Asiente—. ¿Segura?

—Lo de la cena no fue nada, tranquilo —otra vez acaricia mi mentón mientra sonríe—. ¿Me acompañarás?

— ¿Tengo opción? —replico cerca de su oreja.

—Quedarte aquí —responde ella de la misma manera.

Me separo un poco de su rostro y la noto con una sonrisa de lado.

—Iré contigo.

Veo a Blake torcer sus ojos antes de salir del sillón. Espero por ella y juntos nos vamos a la barra, ahí había una enorme repisa con varias botellas de licor que, para la persona más alcohólica, se podría considerar como haber llegado al cielo. Lastimosamente yo veía armas blancas que podrían servir para matar a alguien... Pero cada quien con sus pensamientos.

Blake habla con el barman del lugar, e inmediatamente pude lograr notar algo en él.

A este chico parecía conocerlo de otra parte... ¿Tal vez fue interceptado por un caso criminal? No, si hubiese sido así hasta me acordaría de su nombre. ¿Algún otro bar?

Entrecierro mis ojos un poco mientras intento acordarme de dónde es que lo había visto.

— ¿Qué tanto ves? —me interrumpe la única acompañante que tengo ahora.

—A ese tipo lo conozco —digo. Blake cierra sus ojos con pesadez antes de tallarse uno de ellos con su mano—. ¿Qué?

—Venimos aquí para divertirnos, no para que te acuerdes de personas equis.

El hombre vuelve hacia donde estábamos y le entrega a Blake una botella de whisky. Una de las más caras del mundo.

Veo la cicatriz que está debajo de su ojo izquierdo y golpeo con alegría la mesa de la barra. Ya me acordé de dónde lo conocí.

—Tú vendías drogas a menores de edad, ¿verdad? —Pregunto con seguridad.

El hombre y Blake abren sus ojos en dirección mía. Uno andaba más molesto que el otro.

— ¡Jungkook! —espeta avergonzada.

—Y-Yo... Señor, ¿cómo sabe eso?

—Porque yo te hice esa cicatriz del ojos —señalo.

—Está bien, te desconozco —zanja Blake. Se lleva la botella de whisky junto a dos vasos pequeños de shot.

El hombre, luego de ver a Blake marcharse dramáticamente, repara en mí.

—Ya me acuerdo de ti —responde con holgazanería.

—Veo que ya dejaste las drogas —sonrío de lado.

— ¡¡Hiciste que me las tragara todas y me mandaste al hospital por sobredosis, pendejo!! —espeta ofendido—. Por cierto, gracias por hacer que me endeudara con mi atención médica —añade con ironía.

—Fue un placer.

Vuelvo al lugar en donde pensé que se encontraría Blake esperándome con su cara larga, pero en cambio me encontré a un grupo de chicas no menores de 20 años riéndose a carcajadas por la atención que la chica del centro estaba recibiendo. Miro a mi alrededor intentando buscar a Blake hasta que la veo en una nueva mesa de acero con asientos cuadrados y del mismo color que el sillón de antes.

Veo que ella está por servirse su primer vaso de whisky no sin antes beber del pico de la botella. Me acerco con cautela hasta que me siento a su lado.

—No debes de tomar así.

—No me importa —responde, mirando hacia otro lado.

— ¿Estás molesta? —Blake no me responde y prefiere darle paso a su orgullo actuar por ella—. ¿Qué es lo que te molesta?

—No lo sé, tal vez que le hayas dicho al hombre su crimen —dice con sarcasmo. Sonrío de lado antes de mirar hacia el suelo—. No quiero que menciones tu trabajo ahora. Tú mismo así lo quisiste.

—Solo me pareció chistoso encontrármelo luego de tiempo —replico divertido.

—Bueno, trata de no mencionarlo cuando yo esté cerca —Sentencia antes de agarrar de su vaso y tomar de un solo trago el whisky—. Te toca —señala la botella.

Hago caso a lo que me dice y me sirvo un poco de whisky en mi vaso antes de bebérmelo con lentitud. No sé cómo demonios lo hace Blake para soportar el sabor amargo que te deja el alcohol puro en tu boca, pero ella ya estaba sirviéndose el tercero de la noche.

—No deberías de tomar tanto —le recomiendo.

—Es domingo, puedo hacer lo que sea —refuta siendo bastante necia.

—Luego vomitarás...

—Vayamos a bailar —seca sus labios con sus manos luego de beber otro shot de whisky.

Jala de mi brazo con fuerza apesar de que me esté negando. Ella sonríe al instante mientras seguía con la misma acción de antes.

—No quiero bailar —replico por milésima vez.

—Solo una canción —negocia. Pero al final mi respuesta es la misma—. Si no quieres, ¿entonces por qué has caminado hasta acá conmigo?

Miro el punto en el que me encuentro parado y no llego a captar cómo es que Blake me ha jalado hasta acá sin que yo me diera cuenta de que la estaba siguiendo. No soy de creer mucho en la magia ni en la brujería, pero esto definitivamente es extraño y ahora pienso que Blake tiene súperpoderes mágicos. ¡Era una bruja!

—En mi defensa, estoy bajando la guardia —le digo cerca de su oreja. La música seguía por lo alto.

— ¿Eso es lo que provoco en ti? —bromea—. ¿Hago que bajes la guardia?

—No empieces —contesto con una sonrisa falsa de por medio.

Blake encoge sus hombros antes de ir moviendo su cuerpo al ritmo de la música, también se fue alejando un poco de mí para sentirse más libre —supongo—. Por mi parte, yo me quedo en el mismo lugar como si fuese un duro árbol; miro todo lo que va haciendo Blake con su cuerpo cuando cree que le fue agarrando el ritmo a la música. Remueve su cabello con sus manos mientras da vueltas y mueve sus caderas en círculos, veo que su vestido se va alzando de a pocos y eso parece ser un riesgo para ella cuando choca accidentalmente con otro tipo; pero lo que ella no vio fue este mismo chico se puso en aquel lugar sabiendo que se chocaría con el cuerpo de Blake.

Es ahí cuando este árbol tuvo que intervenir y llevarse a la flor danzante a otra parte en donde pueda seguir bailando. Sigue saltando con euforia a la misma vez que las luces estroboscópicas se añadieron al ambiente y provocaban una sensación de hipnosis a las personas, ya que la mayoría que estaban sentados, fueron acercándose a la pista de baile. Finalmente Blake tuvo que regresar a donde yo estaba para que no nos perdiéramos de vista.

—No seas aburrido y baila —dice con un quejido.

¿Cómo le digo que no sé bailar?

Fácil. No le diré. Blake es capaz de humillarme.

—No tengo ganas.

—Pues conmigo te jodes —replica con una sonrisa de lado.

Inmediatamente la música cambió a otro género bastante peculiar y que muy pocas veces he podido escuchar. Las trompetas con el piano se fueron acoplando al ambiente, vi que algunos de gritaban de la emoción mientras otros coordinaban con su pareja el paso de baile que harían.

— ¡Oh escucha, es salsa! —dice con emoción Blake—. Ven.

Y sin dejarme a que ponga algún tipo de objeción, Blake se acerca a mi cuerpo y guía una de mis manos en su espalda baja mientra la otra la sostiene en su mano libre. Ella rodea mi cuello con su brazo derecho a la vez que puedo sentirla más cerca de mí.

Blake va marcando el paso durante todo el baile. También se da cuenta que a mí todavía me cuesta agarrarle el ritmo, y sólo por eso va más lento para explicarme lo que debía de hacer. Luego de unos minutos, sentí que ya estaba listo; Blake guía el primer paso y luego empezamos a bailar como si fuésemos todos unos profesionales.

Agregué a la rutina de baile algunos giros para ella. La canción cambió a una canción parecida a la anterior, y Blake siguió con su espectáculo junto a mi lado.

De pronto, veo que se cuelga con sus dos brazos a mi cuello mientras se va riendo sin motivo alguno. También aprovecha en acariciar mi nuca y enviar pequeñas descargas eléctricas a todo mi cuerpo.

— ¡¡Jungkook, esta es la mejor noche de mi vida!! —confiesa desbordando alegría hasta por sus poros—. ¡¡¡Te amo, joder!!!

— ¿Qué? —inquiero confundido. La última parte no la entendí muy bien debido a que habló en otro idioma.

—Es español, lo siento. A veces se me quedan palabras que escucho de Samuel —ríe con ternura. Junta su nariz con la mía y sonríe mirando hacia mis labios—. Lo que quise decir es que...

Repentinamente, las luces que decoraban el lugar se apagaron y en su lugar se encendieron luces ultravioleta. Vimos a nuestro alrededor y todas las personas que estaban vistiendo algo verde o naranja, o de cualquier otro color fosforescente, estuvieron destacando mucho más entre la multitud.

Un micrófono encendido se escucha y rápidamente dirijo mi mirada al bar.

— ¡¡Hora de la barra libre!! —anuncia con emoción el chico de la cicatriz.

— ¡¡Sííí!! —dice Blake eufórica. Se suelta de mí y va hacia donde las demás personas también están dirigiéndose.

No obstante, yo voy detrás de ella y la tomo de su brazo. Blake pone mala cara cuando nos miramos y suspira cansada.

—Es barra libre.

—Tú ya tienes toda una botella de whisky para ti solita —respondo, dando media vuelta y poniendo mis manos en sobre los hombros de Blake para guiarla hasta nuestro asiento.

—Eres un aburrido —replica.

—Lo que digas —concluyo la conversación, teniendo yo la última palabra.

Llegando a nuestra mesa, Blake vuelve a servirse como cuatro shot seguidos de whisky mientras que yo iba en mi segundo shot de la noche. Lo que pronostico para esta noche es una Blake ebria y con un coma etílico si no deja de beber de esa manera. Lo peor es que luego seré yo quien cargue con ella hasta la hora de llevarla a su casa.

La música vuelve a ser la misma de antes, antes de que colocaran salsa, Blake no deja de moverse sobre su asiento mientras sacude sus hombros. Mira de un lado a otro hasta que saluda a lo lejos a una chica de cabello rubio con puntas negras, esta misma chica se acerca a nuestro lugar y ambas comienzan a ponerse al día hablando de todo lo que les ha sucedido últimamente. Aquella chica también pregunta por el caso de Sunhee, en eso, Blake regresa a mirarme nerviosa; yo la mira con un semblante serio y ella inmediatamente entiende que no debe de decir ni una sola palabra con respecto a la investigación.

Media hora más tarde, la chica no parece querer irse del lugar donde está. Yo ya no puedo tolerar más la voz de ella y me levanto con dirección a la barra para pedir una botella de agua. A comparación de Blake, yo no creo tolerar por más tiempo el seguir bebiendo alcohol.

De regreso a la mesa, veo que Blake ya no está siendo acompañada por su amiga. ¿En serio? Me había demorado menos de cinco minutos en pedir la botella de agua y esa chica planea irse en ese lapso de tiempo, dejando a Blake sola y ahora siendo acompañada por dos tipos que no tenían cara de ser buenos.

—Debe ser una jodida broma —bufo para mí mismo.

Camino con más prisa hacia la mesa y me detengo enfrente de estos dos hombres. Uno ya estaba a nada de robarle un beso a Blake.

— ¿Se les ofrece algo? —les digo. Ambos tipos regresan a mirarme con su ceño fruncido.

— ¿Quién eres tú? —escupe uno de los chicos.

—Soy el acompañante de la señorita —le respondo.

—No te creo —dijo. Luego suelta una risa en la cual su amigo lo acompaña, y Blake también.

— ¿No me crees? —Repito—. Bien. A mí parecer, creo dice mucho de ti el hecho de acercarte a una chica que no está en sus cinco sentidos para coquetearle... Y eso que estás recién casado —señalo el anillo de su dedo anular—. No debes de tener más de 26 años, por lo visto tienes dinero, y eso me lleva a la conclusión de que tu matrimonio fue arreglado por tu familia. A tu esposa no la quieres y por eso estas aquí en este lugar como todo un Don Juan, bebiendo y viendo a otras chicas para que te ayuden a pasar una buena noche y olvidar tu horrible realidad. Y bueno, ¿quién soy soy para prohibirte hacer eso? No soy nadie en tu vida; pero me parece toda una estupidez que tu objetivo en sí sea una chica ya tomada y que creo que si intento levantarla, ella no va a poder. —Aquel tipo abre sus ojos sorprendido. Se encoje en el mueble en el que está sentado y le da una rápida mirada a su amigo—. Así que, por última vez te digo, márchate antes de que tome esto como un abuso y te lleve a la cárcel. Voy diciéndote que en las carceletas muy pocas veces entran mujeres.

Blake cubre sus ojos con su mano como si estuviese avergonzada de lo que acababa de decir. Todavía que le estaba haciendo un favor.

— ¿En serio? —finalmente habla el amigo—. No le creas a este tipejo. Solo quiere asustarte. Llamaré a seguridad para que lo saquen.

—Y tú debes ser familiar del dueño, o dueña de este lugar —replico. Sonrío de lado cuando el chico cambia su sonrisa por un gesto serio—. Veo que ustedes dos son muy buenos amigos. Y también eres muy buen amigo de la novia, que en este caso es la esposa de tu amigo. Es lindo que tengas una foto de recuerdo de la boda como fondo de pantalla de bloqueo. Pero, ¿esto es porque te gusta la esposa de tu amigo, o él? Es muy difícil deducirlo, sinceramente; pero creo que me arriesgaré y diré que estás enamorado de tu amigo. En la foto se puede ver solo la mitad del rostro de la novia y todo el espacio lo ocupan ustedes dos. Muy buena forma de disimularlo. —El chico del anillo de bodas mira a su amigo con asco y frustración. En cambio, el tipo en custodia está que no puede mover ni un solo músculo—. Supongo que ahora quieres apoyarlo en seducir a una chica solo por querer pasar tiempo con él, esperanzado de que algún día él corresponda a tus sentimientos. ¿Pero sabes algo? Ahora con solo ver el rostro de tu amigo, puedo fijarme que es un tremendo homófobo ya que no deja de mirarte como su fueses una basura. Este tipo de hombres no valen la pena, deja esa ilusión infantil y busca a verdaderos hombres... Claro, si logras salvarte de la gran golpiza que ahora tu amor platónico te dará.

— ¡¿Eso es verdad, cabrón?! —vocifera con enojo el tipo del anillo.

—Sam, puedo explicarlo —responde el otro chico.

Agarro del brazo a Blake y me la llevo tan pronto como presiento que el tak Sam estaba a nada de iniciar una pelea en ese lugar.

—Estás demente —dice Blake riéndose—. ¿Cómo pudiste hacerlo?

—Hasta en los pequeños detalles existe una gran verdad —digo.

Blake otra vez enrolla sus brazos alrededor de mi cuello mientras descansa su cabeza en mi hombro. Escucho algunas risillas por parte de ella antes de sentir la nariz de Blake cerca de mi cuello.

— ¿Por qué lo dijiste? —inquiero somnolienta—. ¿Acaso estabas celoso de que dos hombres estaban conmigo?

— ¿Celoso? ¿Qué es eso? —Pregunto.

—Ajá, hazte el que no sabe —dice riéndose, otra vez. Aquí ya pude notar que Blake ya no era consciente de lo que decía o hacía—. ¿Jamás has tenido celos? ¿Ni con Dayeon?

Muevo levemente mi cabeza como forma de negación.

— ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando me viste con ellos?

—Que me gustaría ver sus narices perfiladas siendo cascadas de sangre.

Ugh, eres asqueroso —dice con desagrado. Pero luego vuelve a reírse, ¿cuántas veces va riéndose?—. Pero sonó tiernamente asqueroso. Estar celoso es eso.

— ¿Ver narices siendo cascadas de sangre? —inquiero.

—No Jungkook. Estar celoso es cuando percibes la amenaza de poder perder algo o alguien. —Blake posa una de sus manos en mi nuca a la misma vez que se aleja de mí—. Tú estabas celoso de ellos dos y por eso fuiste a ahuyentarlos.

Reflexiono por un tiempo las palabras de Blake que no me doy cuenta desde cuando es que me estoy balanceando con ella al ritmo de la música mientras la tengo muy cerca de mí y puedo sentir su respiración siento lenta. En verdad no sé qué es lo que me está pasando esta noche con Blake que, desde que la vi vistiéndose en su habitación, no puedo evitar de mirarla y estar atento a cada cosa que ella hace; hace meses no podía ni imaginarme esta parte de Blake siendo expuesta ante mí, porque antes éramos tan repelentes con el otro: ella colocaba de excusa a Yoongi mientras que yo siempre decía que conmigo era muy difícil de tratar.

Ahora ella ya está aprendiendo a cómo tratarme. Y eso asusta mucho.

Mis manos se fuero a la cintura de Blake para sostenerla correctamente. Miro a mi alrededor y veo que somos los únicos que estamos bailando, los demás estaban tomando o fumando un cigarrillo en grupo.

—Siento mucho frío —balbucea—. Abrázame más, por favor...

Blake guía mis manos a su espalda alta para tenerla abrazada como ella quiere. Luego, vuelve a colocarse como antes y parece que se va quedando dormida en mi pecho.

—Es mejor que ya nos vayamos a casa.

Me separo del abrazo y agarro a Blake del brazo para dirigirla hacia la salida. Sin embargo, ella se suelta y forma un pequeño mohín.

— ¿Por qué te alejas y me agarras de esa forma? —replicó. Tuerzo mis ojos cansado, no estaba para aguantar los caprichos ebrios de ella—. O es que te pongo nervioso.

—Estás de joda, ¿verdad?

—Hice que te sintieras celoso —encoge sus hombros y enrolla sus brazos otra vez en mi cuello. Mañana amaneceré con un dolor insoportable—. ¿Qué te hace creer que no puedo ponerte nervioso?

—Debo de llevarte a tu casa ahora —evado su pregunta y vuelva a agarrarla como antes—. Ya estás diciendo tonterías.

Blake no hace más que sonreír con diversión durante todo el camino al coche. Y como había dicho antes, Blake terminó vomitando fuera del auto por todo el alcohol que había bebido esta noche. Al final me veo en la obligación de darle mi botella de agua para que se hidratara. Le coloco el sillón de seguridad y cierro su puerta.

Doy la vuelta al coche y entro tan pronto como siento una corriente de aire frío en la calle. Antes de encender el auto, mi móvil timbra sobre mi bolsillo.

— ¡¡Rin, rin!! —imita Blake como una niña pequeña.

Veo la pantalla de mi celular y veo que se trataba de Namjoon quien me estaba llamando. Debatí mucho en si debería de contestar o no, porque ya de antemano sé que se trata del trabajo y ahora no tenía cabeza para hablar sobre ello. Y mucho menos si me estoy viendo en la obligación de llevar a Blake a su casa.

Al final decido por contestar, ya que uno nunca sabe.

—Jungkook, necesito que vengas a Jongno-gu. Al motel Jongno Hello —cierro mis ojos pesadez cuando lo escucho. No quería trabajar ahora mismo—. Puede que te interese.

Eso alarmó a todo mi cuerpo y no tardé en responder:

—Iré para allá —corto la llamada y arranco el coche.

— ¿Adónde nos vamos? —inquiere Blake, somnolienta.

—A un motel.

Blake sonríe antes de moverse sobre su asiento y picar mi mejilla con su dedo índice.

—Que descarado —dice con coquetería.

Ahora no me importa mucho lo que ella diga por los efectos del alcohol. Esta noche iba a ser larga para mí.

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