D i e c i n u e v e (I)
Recomendación: Night Changes -One Direction
*****
Entro al departamento con mucho sigilo, lo cual todavía no entiendo por qué si es que Blake es la misma quien me citó en este lugar.
— ¡Blake! —grito esperando ser escuchado por todo el departamento—. ¿Sigues...
«viva», completé en mi mente.
La mencionada estaba muy ocupada terminando de subirse el cierre de su vestido negro con tiras muy delgadas. Ambos nos miramos a través de su espejo, ella acomoda su cabello ondulado hacia un lado antes de sonreírme y volver a mirarse en el espejo. Blake sabe lo que hace, también sabe que ya es una mujer muy atractiva por sí sola, pero de igual manera sabe cómo arreglarse y verse todavía aun más destacable. Más coqueta, esa es la palabra indicada. Rocía un poco de su loción que llega hasta mis fosas nasales y me hace estornudar, ella vuelve a sonreírme de una manera delicada antes de acabar con lo suyo.
—No pensé que vendrías tan pronto —dice ella girándose sobre su propio eje. Se acerca hacia donde estoy yo para examinar mi atuendo—. Te ves bien. Camisa negra con pantalones negros, y tus zapatos oxford negros. Pareciera que estás a punto de irte a un velorio, pero como se trata de ti, está perfecto.
Todavía no sabía con exactitud para qué es que Blake me habló a las 9:30 de la noche. Su mensaje no decía mucho tampoco: «Ven a mi casa. Vístete casual»
Debía de admitir que ahora siento curiosidad por su repentina invitación y por la manera en cómo estaba vestida.
— ¿Para qué me hablaste? -Pregunto sonando serio—. Tenía trabajo que hacer.
—Sin embargo estás acá. —Ella sonríe con coquetería antes de guiñarme un ojo y caminar hasta su cama. Se sentó en esta y miró todo el maquillaje que estaba a su alrededor—. Quiero invitarte a salir.
— ¿Qué?
—Podemos ir a cenar y luego ir a una discoteca. He reservado una mesa en uno de los mejores restaurantes que pueden...
— ¿Por qué? —La interrumpo.
Su invitación a pasar toda una noche con Blake me tomó por sorpresa. No iba a decir que me disgustaba la idea, porque en ese caso estaría mintiendo; sin embargo, me parece muy extraño todo esto. Desde las últimas semanas, Blake ha estado comportándose de una manera casi bipolar, a veces estaba enojada, otras veces estaba triste, y otras veces podía ser la chica más dulce y extrovertida que alguien podría conocer. Era como si hubiese un desajuste en ella que está tratando de solucionar con ideas improvisadas como lo de ir a cenar juntos.
Blake regresa a mirarme abultando sus labios y batir sus pestañas por unos cortos segundos.
—Porque quiero conocerte. ¿Hago mal? —su gesto anterior rápidamente lo reemplaza con una sonrisa amplia que la hace ver inocente—. Además, es sábado, mañana es domingo. ¿Por qué quedarse en casa? O en tu caso, ¿por qué trabajar?
—Blake, no lo entiendes...
—Vamos, solo será por esta noche —ella junta sus manos con las mías y se acerca de más a mí. Sube su mirada hasta mis ojos y ladea su cabeza—. He pasado horas arreglándome, por favor.
El trabajo que ella había hecho para verse un poco más hermosa —sí, hermosa— es realmente de admirar. Su vestido pequeño negro marcaba bien su cintura con esa tela de seda, aquellos tacones la hacían ver un poco más alta, pero no tanto como para estar de mi altura. Su cabello, además de oler muy bien, estaba perfectamente estilizado.
Tal vez es por eso que a las mujeres no les gusta que las dejen plantadas.
Detestaba que Blake me manipular a de esa manera, con esa mirada y esas palabras que me hicieron admirar detalladamente cada aspecto de ella. Es por ello que me suelto de su agarre de manos y tuerzo mis ojos.
—Está bien. Creo que... —me detengo tan pronto cuando veo aquella sonrisita de Blake aparecer en sus labios— creo que por esta noche haré una excepción.
— ¡Genial! —da un salto de alegría antes de sentarse en su cama—. Ahora ve a esperarme en la sala, todavía me tengo que maquillar.
Apenas ella termina de hablar, yo me doy media vuelta para irme por donde llegué. Me senté en uno de los muebles de la sala esperando pacientemente a Blake; por mientras cierro mis ojos y trato de relajarme lo más que pueda, los días de amanecidas todavía seguían y casi nunca tenía tiempo para echarme una siesta.
Media hora después, Blake aparece resonando las pisadas de sus tacones con el eco que había en el pasadizo de su casa. Abro mis ojos tan pronto ella me da el aviso que ya nos podíamos ir, veo en ella que también llevará una cartera mediana de color blanco junto a un chaleco de plumas gris que cubría sus delgados brazos y la abrigaba del posible frío que haría muy pronto en la madrugada.
Su maquillaje también me llamó la atención. Para el tiempo que se tomó, su maquillaje era casi invisible en su cara; pero aquellas sombras marrones sobre sus párpados, ese rubor rosa casi inusual del cuerpo humano en sus mejillas y un poco en su nariz, aquel delineado de ojos en sus párpados, y ese color rojizo en sus labios finos hacía que me diera cuenta de su maquillaje. Debo de admitir que me gustaba mucho ese estilo, no soy tan fanático cuando una mujer utiliza tanto maquillaje, y en cambio se esfuerza por verse más natural pero de igual forma verse un poco más seductora.
De hecho, debo se mencionar que Blake tiene un estilo parecido al que mi mamá usaba cuando se arreglaba para sus noches de salida con mi padre. También veo en ella un parecido a una chica que hace unos pocos años tuve una relación casi similar a la de Blake.
Otra media hora más tarde, luego de perdernos por el camino gracias a las pésimas indicaciones de Blake, ambos llegamos al restaurante en donde ella había hecho la reservación. El lugar era un restaurante campestre que tenía una terraza enorme con vista a un pequeño riachuelo y miles de hectáreas de cultivos de vegetales, a lo lejos —bastante lejos— divisé una luz dorada que botaba humo, obviamente se trataba de una cabaña muy alejada de toda la ciudad; el restaurante en sí no tenía tanta luz artificial, más era alumbrado por las velas que cada mesa de madera tenía como decoración, se podía considerar como un lugar tenue; habían varios pilares de madera que sostenían la segunda planta del restaurante. También vi que en el medio de todo el amplio lugar del primer piso, se encontraba una pileta mediana que tenía una cascada de agua decorada con luces de colores que a veces variaban entre doradas y rojas. En resumen, este restaurante era una pasada y me gustaba mucho.
Aunque pensé en un inicio que Blake me llevaría a los restaurantes más costosos de Seúl, y eso que habían varios. Pero al final de cuentas, este terminó gustándome más.
Una chica de cabello azabache extremadamente largo y recogido con una coleta alta, y que vestía un vestido entallado del mismo color de su cabello, nos guió a la mesa que Blake había reservado para nosotros. Esta chica nos guió a la terraza en donde solo pude ver unas dos mesas con las velas encendidas, una de ellas ya estaba siendo ocupada por dos mujeres que estaban disfrutando de su cena. Supuse que la otra sería para nosotros.
Y así fue. La chica nos guió hasta la mesa vacía y luego se marchó.
— ¿Y qué te parece el lugar? —pregunta con emoción Blake. Se deshace de su chaleco y la deja colgada en el respaldar de su silla—. Es bonito, ¿verdad?
—Sí, pensé que me ibas a llevar a un lugar un poco más llamativo.
Blake suelta una risa y ladea su cabeza luego de unos segundos. Hace todo su cabello hacia un lado antes de colocar sus codos sobre la mesa y mirarme fijamente.
— ¿Y cómo te va con las investigaciones?
Suelto un suspiro pesado y me recuesto más en mi asiento mientras mi uña hace ruido contra la madera de la mesa. En ese momento pensé que no sería buena idea decirle a Blake que hay una enorme probabilidad de que su novio y Juheon son los responsables del crimen; además, todavía faltaba seguir indagando un poco más y encontrar una prueba directa que los culpe a ambos.
—Prefiero no hablar de eso —sonrío forzoso. Blake asiente con seriedad antes de fijar su mirada en el paisaje—. Por cierto, es probable que en el mes próximo vuelvas a pisar la universidad. No ha pasado nada más dentro de ahí y mi equipo ya ha recolectado todas las pruebas suficientes del laboratorio.
—Será raro cuando regresemos a ese lugar —dice pensativa—. En tres meses han muerto tres chicas que estudiaban ahí.
—Todo se vuelve raro luego de un suceso trágico, siempre pasa. —Le digo con sabiduría. Como si yo no supiera de eso.
Otra vez Blake sonríe de lado y sigue mirando al paisaje oscuro. Luego de unos minutos, parpadea varias veces y su sonrisa se amplia más antes de tomar mi mano por unos segundos.
—Bueno, hablemos de otra cosa —suspira—. Quiero conocerte.
—Conóceme —digo con obviedad y sarcasmo.
—Bien... —Blake vuelve a pensar mientras mira al cielo y hace una que otra mueca con su boca—. Siempre eres muy frío y calculador, aunque ya he notado que a veces te haces el chistoso; ¿también existe una parte de ti que sea romántico?
La pregunta de Blake me cae como un balde de agua fría, porque... No lo sé. Así como dijo Blake, yo siempre he sido de un carácter frío y calculador, es como la pequeña coraza que me he formado para evitar todo tipo de sentimientos no deseados para mí. Sin embargo, no siempre fui de esa manera. Todavía recuerdo cuando fue la primer vez que me sentí... ¿Enamorado? Da igual, todavía lo recuerdo y creo que fue la única vez en la que me sentí de esa manera; luego de aquel momento, nunca más apareció. Quizás sólo fue algo pasajero.
Tampoco me he considerado romántico. La verdad es que nunca supe cómo serlo, y eso trae problemas para las altas expectativas que tienen las mujeres sobre un hombre. Yo soy ese prototipo de hombre que no demuestra con facilidad el cariño, ya que no sabe cómo hacerlo. Para mí el romance es como el examen más difícil de este mundo, simplemente no puedo con ello.
Blake todavía espera mi respuesta, y de cierta forma me siento avergonzado de la respuesta que le daría.
—No me gusta ser romántico. Prefiero evitarlo —le digo titubeando un poco.
— ¿Y nunca hast tenido una novia? —Niego—. Pero sí a chicas con las que has estado al menos solo una noche, ¿verdad?
—Sin contar a Mireu, sí —respondo. Blake asiente, torciendo sus ojos—. Pero solo con unas... ¿Seis? ¿Cuatro?
—No es mucho —bufa ella con sarcasmo—. ¿Pero nunca has sentido algo más con cualquiera de ellas?
—Bueno... No sé a qué te refieres con eso, pero sí recuerdo que con una siempre me veía y a veces salíamos —Blake abre sus ojos con emoción y esboza una gran sonrisa. Creo que le estaba gustando lo que le estaba contando—. Pero de un momento a otro no nos volvimos a ver y desapareció.
—Te gustaba —afirma ella—. ¿Todavía recuerdas su nombre?
—Lee Dayeon.
Blake inmediatamente chilla de la emoción y lo acompaña con pequeños aplausos.
—Y pensé que en ese duro corazón no había ni una pizca de amor. Que lindo.
Un hombre de camisa blanca con un corbatin negro se apareció en nuestra mesa para entregarnos la carta de del restaurante junto a una canasta de pan supuestamente artesanal. En el documento que nos dieron estaban todo tipo de platos que eran típicos de Corea y otros cuantos que eran típico de demás países, frunzo el ceño por este pequeño dato y regreso a ver a Blake. Ella lo nota y me mira sobre la carta antes de mostrar una sonrisa inocente.
— ¿Qué? —pregunta divertida, mirando hacia los lados.
—La carta...
—Ah, cierto —ella cierra la carpeta que me dieron y se acerca más a mí—. Este lugar es exitoso por lo bien que cocinan los platos de otros países. Es un restaurante internacional.
Asiento levemente y vuelvo a darle un vistazo a la carta. Ahí veo que un platillo que me llamó la atención: risotto con carne de res marinada en salsa barbecue.
Bueno, hace mucho no probaba un risotto y tenía ganas de volver a hacerlo. Recuerdo que era el plato favorito de mi madre y cada año, en su cumpleaños, siempre lo comíamos con mucho gusto.
Lástima que la última vez que lo probé fue la tarde anterior de su muerte.
— ¿Te gustaría tomar un poco de vino? —pregunta Blake si despegar la mirada de la carta—. También venden una botella de champaña espumante.
—Ambos tienen alcohol —Blake me mira con seriedad y encojo mis hombros confundido—. Es la verdad.
—Un vino rose estará bien. —Finaliza cerrando la carta y dejándola a un lado.
Ella misma también se encarga de llamar al mismo chico de antes para que tome nuestro pedido. Blake se pidió una ensalada césar y la botella de vino que me había dicho.
Pasaron minutos, bastantes largos a decir verdad, hasta que Blake volvió a preguntarme por Dayeon. Ella pareció muy interesada con lo poco que le había dicho, y a decir verdad, no me incomodaba mucho responder acerca de Dayeon porque ella ya es alguien desconocida para mí. Hasta puedo asegurar que si ella volviese a aparecer en mi vida, ya no volvería a tener el mismo impacto que antes.
— ¿Y qué problemas tienes con tu padre? —Blake dejó de lado sus preguntas con respecto a Dayeon para pasar a esto. Apoya su mentón en su mano izquierda y me mira atentamente—. Los he visto discutiendo. Tal vez se lleven mal luego del fallecimiento de tu madre pero...
Blake encoge sus hombro antes de darme el paso a mí para hablar.
—Nunca nos hemos importado. Eso es todo —contesto—. Nunca hemos tenido una buena relación de padre e hijo, nunca hicimos las cosas que un padre hace con su hijo ya que nos parecía estúpido. La única vez que lo pude sentir emocionado fue cuando le dije que quería estudiar criminología.
Blake sonríe risueña.
—Todo padre actúa de esa manera cuando su hijo le dice aquello. A mí me hubiese gustado ver la emoción de mis padres, de mis verdaderos padres.
—Mi papá le quitó el trabajo a uno de sus mejores investigadores ni bien había terminado la carrera. Que gran comienzo —digo con ironía—. Ahora quiere que me vuelva el próximo comisario principal de todo el departamento de policías, y yo ni siquiera estoy interesado en el puesto.
—Eso... Eso es malo —tartamudea.
—Esa es otra razón por la cuál nunca le hablo. Siempre quiere que volverme una copia de él.
El silencio se apodera de nuestro ambiente. Ninguno de los habla o se mueve de su lugar, cada uno mira en un punto exacto del lugar para evitar la mirada del otro.
—Creo que no deberíamos de hablar de tu trabajo o de tu padres... —comenta Blake. Yo asiento gustoso a su idea—. ¿Y qué pasa con Mireu?
—Hablar de mi tema con ella es peor que hablar de mis problemas paternales —replico con cansancio. Blake se ríe al instante y acaricia toda la longitud de mi brazo derecho antes de moverme.
— ¡Yaaa! —dice entre risas—. Solo quiero saber por qué es tan así.
—Una noche me acosté con ella estando ebrio, y fue la peor decisión que pude tomar. Ella es mayor que yo, pero parece alguien inmadura.
— ¿Y por eso la odias?
—También porque es una entrometida, no sabe respetar su lugar en el departamento de policía, quiere creerse importante y es muy astuta.
—A parte de grosera —añade Blake—. Ella está enamorada de ti, ¿verdad?
—No lo sé y no me importa.
Concluyo el tema de Mireu casi como si hubiese adivinado que el chico de corbatin se estaba acercando a nuestra mesa junto a la cubeta de hielo con la botella de vino y las dos copas de cristal. Él mismo se encarga de servirnos mientras yo le voy dedicando miradas a Blake y observar lo feliz que estaba, su rostro se veía pacífico con la iluminación de la vela.
—Disfruten. En unos minutos estaré regresando con su comida —anuncia el chico antes de retirarse.
Blake es la primera en tomar de su copa y animarme a mí a tomar de la mía.
—Quiero brindar por esta noche —habla con una sonrisa de por medio. Ella me mira de soslayo luego de observar la llama de la vela—, para que sea eterna y podamos recordarla de buena manera.
Blake nunca podrá engañarme. Su tono de voz cambió de repente luego de haber dicho la siguiente parte de su pequeño discurso, casi lo había dicho con mucha nostalgia y miedo mezclado. Su mirada se apagó y su sonrisa no volvió a aparecer durante los próximos minutos en donde se había mostrado pensativa, junto sus manos a la altura de sus labios para ocultarme el hecho de que su mandíbula estaba temblando mientras sus cejas también temblaban. ¿Acaso estaba sufriendo un ataque de ansiedad? Por supuesto que sí. Ahora comprendo por qué había querido hacer todo esto, quería una compañía que la ayudara a distraerse de lo que le agobiaba.
Probablemente se trate de su universidad y su carrera; pero también me vino la idea de que yo tenga que ver en esto. Blake es una chica muy sensible con respecto a los casos criminales, sin embargo lo ha ido llevando bien todo este tiempo; pero siempre hay un punto de quiebre que nadie puede evadir, y menos Blake ya que ella puede reflejar sus propios traumas a través de todos los cuerpos que vamos encontrando.
—Y cuéntame algo sobre ti —intento distraerla y hacerle un poco de conversación—, ¿cómo conociste a Yoongi?
—Prefiero no hablar de él ahora —responde incomoda—. La última vez que lo vi discutimos y dejamos a medias el problema.
—Entiendo —digo—. Entonces... ¿Qué te llevó a ser diseñadora de modas?
—Siempre me ha gustado la ropa. Desde que tengo memoria recuerdo que mi mamá tenía una costurera de confianza que siempre le hacía sus vestidos de gala —Blake vuelve a sonríer como antes mientras tiene entre sus labios la copa de vino—. Ahí despertó mi interés. Más tarde, yo también quise que me crearan mis propios vestidos y los dibujaba (ahí no era buena para el dibujo, pero hacía lo que podía).
—Una pasión por la moda desde pequeña.
—Y también por el modelaje —añade—. Todavía quiero intentarlo aunque sea una vez.
Blake sería la mejor modelo si lo intentara...
Espera ¿qué?, pienso.
Ladeo un poco mi cabeza para esfumar todo tipo de pensamientos que se relacionan al primero. Por suerte, la comida llega y eso nos distrae a los dos; no obstante, Blake me prohíbe tocar la comida hasta antes de no tomar una foto de nosotros dos.
—No. Ahí te equivocas, Blake —niego rotundamente cuando veo en donde quiere tomarse la foto.
—Jungkooook —Blake se encorba un poco a la misma vez que trata de jarlarme del brazo—. Solo será una.
—No me gustan las fotos.
— ¡¡Pero solo es una!! —Y no sé si Blake lo hizo a propósito, pero en sus labios comenzó a formarse un ligero puchero.
—No insistas más.
— ¡¡Por favor!! —Blake acercó su cara a la mía manteniendo una distancia promedia.
—No.
—Jungkook —otra vez se acerca más hasta poder sentir el calor de su rostro.
—Que no —musito ya que ya no hacía falta subir el tono de voz, estábamos muy cerca.
Y Blake seguía acercándose como si nada.
—Vamos, solo una. —Su dedo pulgar acaricia mi mejilla mientras yo me veo tentado a mirar su labio con ese puchero que forma.
— ¿Se... tomarán la foto? —tercia el chico que nos atiende, dudando.
Miro una última vez los labios de Blake antes de suspirar con cuidado para no rozarme con ella.
—Sí, lo haremos.
Blake salta de la alegría y me saca de mi asiento para guiarme hasta una parte vacía de la terraza. Sobre nuestras cabezas estaba el logo del restaurante, Blake le dio las indicaciones de cómo quería la foto al chico y a mí me dijo cómo es que debería de posar. Obviamente no le iba a hacer caso, porque eso ya estaría pasando mis límites. Finalmente, Blake se coloca entre mis brazos mientras ella misma se rodea con estos, puedo sentir su temblor cuando aprieto un poco más el agarre y veo lo nerviosa que se puso ante eso.
El chico toma la foto cuando veo de soslayo a Blake y sonrío por su reacción. Había quedado en vergüenza.
Ambos volvemos a nuestros asientos y al fin disfrutamos de nuestra cena. La conversación se volvió más interesante cuando ella otra vez empezó con sus preguntas con respecto a mi relación con Taehyung, Namjoon, Seokjin y Joo-kyung. Ella también logró contarme sobre las pocas amistades que ha tenido dentro de su universidad y cómo estas no duraban mucho por la competitividad en cada curso. Según ella, sus únicas amistades verdaderas se encuentran lejos de ella y en las redes sociales.
Luego, decidimos darnos una pausa para deleitar a nuestro paladar con lo que habíamos pedido. Blake algunas veces no podía evitar reírse de mí cuando halagaba al chef que había cocinado mi plato, pero qué iba a entender ella de gustos si sólo se había pedido una ensalada con trozos de tostada.
—Esto está muy bueno —digo por milésima vez.
— ¿Me dejarías probar? —pregunta Blake.
Le extiendo mi plato sin problema alguno. No obstante, la situación se puso un poco cómica cuando noté que Blake estaba esperando a que yo le diera de comer en la boca envés de que ella agarrara con su cubierto. Vuelvo mi plato a su sitio, le robo el tenedor a Blake y le sirvo un bocado que con cuidado llevo a su boca sin botar nada a la mesa.
—Mhm... —degusta ella con sus ojos cerrados y masticando con lentitud—. Tienes razón, está muy rico. —Repone ella—. ¿Me darías un pedazo de carne?
Con el tenedor pico dos trozos de carne y se los llevo a la boca de la misma forma que hice con el arroz. Blake vuelve a hacer los mismo gestos y me da mucha gracia cómo es que su nariz se arruga cuando mueve su boca a la hora de masticar.
—Está bueno —asiente ella luego de pasarse los trozos de carne. Me quita su cubierto y pica con este algunos vegetales de su ensalada—. Toma, prueba del mío.
Blake coloca su tenedor enfrente de mi boca. Reparo en ella dudando un poco.
Pero Blake es Blake, así que:
—Aquí viene el avioncito, Jungkookie —mueve su tenedor por el aire hasta que otra vez lo acerca a mi boca—. Es hora de aterrizar... —y finalmente abro mi boca, rendido—. ¡Muy bien, que chico más bueno!
Blake acaricia la parte de mi mentón con sus dedos. Aquello me provoca unas cosquillas, pero trato de no reírme porque todavía seguía masticando la ensalada y también porque quería seguir manteniéndome serio.
Luego de las bobadas de Blake, ella termina primero su comida y se va sirviendo la segunda copa de vino rosado. Sin embargo, de un momento a otro, se ríe de nuevo y toma la servilleta de tela que tiene a un lado.
—Te manchaste con la salsa de la carne —Acerca la servilleta a la comisura de mis labios y limpia—. Que lindo.
—Me parece que tú ya estás un poco mareada por el vino, Blake —digo al notar tan raro su comportamiento.
—Claro que no —ella inmediatamente suelta la servilleta y en su lugar sujeta mi mano—. Solo estoy divirtiéndome contigo esta noche.
Lentamente, Blake guía mis manos hacia su rostro para que lo acune y acaricie sus suaves mejillas mientras ella sonríe dulcemente.
De pronto, veo que su labial rojo se ha corrido un poco de sus labios y con mi pulgar le limpio aquella parte. Blake no deja de sonreír en todo momento y de verdad tengo curiosidad en saber qué era lo que le pasaba.
Ella no era así, pero me estaba gustando.
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Bueno, dejemos el misterio a un lado y concentrémonos en ellos dos... ¿Les gustó su cita? Y eso que todavía no acaba ❤️
No tenía planeado hacer en dos partes este capítulo, pero creo que me va a salir un poco más largo, así que esperen la siguiente parte :D
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