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C u a r e n t a y u n o

Así como hay muchas cosas que existen que son geniales y traen un manual instructivo, el amor debería de hacer lo mismo. O tal vez es Blake la que necesite de un manual de instrucciones para que yo pueda entenderla mejor.

Es viernes por la mañana y Blake debía de ir a la universidad, ya que esta ya se reinauguró, y todo había iniciado prácticamente mal para los dos; ella se encontraba alterada y ansiosa por distintas razones inútiles, y su método para regular sus emociones es desquitándose con los que están cerca de su espacio, es decir, se desquitó conmigo desde que salió de la cama.

Para iniciar con esta travesía, empezaré contando lo que pasó luego de que Blake saliera de su ducha. Ella caminó hasta su cama a regaña dientes para luego sacar una bandita de su mesa de noches. Lo que ocurrió fue que ella se había golpeado uno de sus dedos del pie contra el fierro inferior de su ducha, lo que provocó que ella se hiciese una herida pequeña pero que según ella le ardía mucho. ¿Y yo dónde estabas? Todavía seguía durmiendo hasta que Blake me lanzó uno de sus cojines y luego ponerme esa cara de niñita enojadas.

“¡Dame un besito en el dedo! Me duele mucho.” Fue lo que ella me dijo ni bien me tuvo sentado en la cama, recién despierto y desorientado de lo que le había pasado.

Y bueno, solo por darle el gusto a Blake, le di un beso en su dedo índice del pie izquierdo para que se quedara más calmada.

Luego dejé que se siguiera vistiendo mientras que yo tomaba el turno de ir al baño y alistarme para ir a trabajar. No había demorado más de veinte minutos, estaba seguro de ello, y cuando salgo, vi a Blake renegar sobre que por mi culpa se le iba a hacer tarde y que ya no tenía tiempo para desayunar. Entonces lo que hice fue vestirme rápidamente antes de que perdiera mi paciencia con ella y me fui enseguida a su cocina para prepararle algo rápido de comer.

A los minutos ambos ya nos encontrábamos saliendo de su departamento, le di el sándwich que le preparé con atún enlatado y Blake ni siquiera me lo había agradecido debido a que estaba más al pendiente de revisar la bandeja de su correo.

Cuando ya habíamos llegado a mi auto, Blake comenzó a comerse el sándwich sin todavía quitar la mirada de su celular. Ahora estaba revisando sus redes sociales en silencio y degustando de su comida mientras que yo me estaba comportando como si fuese su malditos chófer.

—Tengo la personalidad de Protagonista —dice Blake.

—¿Qué?

—Hay un test de 16 Personalidades, y me salió la personalidad de Protagonista —comienza a explicarme—. Déjame hacerte uno y veremos qué te sale.

—¿Crees conocerme lo suficiente? —Blake sonríe emocionada mientras me mira—. No lo creo, princesita.

—Ya verás que sí.

Y con esa misión en mente, pude mantener a Blake distraída unos minutos más mientras que yo me encargaba de salir de este embotellamiento de autos. Se supone que el momento más ajetreado de la congestión vehicular era a eso de las seis de la mañana cuando la mayoría se iba a su trabajo y a la escuela, en el caso de los niños y jóvenes; por lo tanto, no entiendo por qué hay una larga cola de carros a las ocho con algo de la mañana.

Me tomo un respiro y reparo en la concentración de Blake al hacer ese test en mi lugar. Me inclino un poco más hacia donde está ella para leer las preguntas. Había una, que era la misma en la que Blake estaba dudando qué responder, que decía lo siguiente: «Para ti, leer un libro o jugar un videojuego es más interesante que ir a un evento social».

Mientras que Blake seguía pensando, yo me adelanté en responder esa pregunta por ella presionando el último botón de “Estoy de acuerdo”. No es que me guste jugar videojuegos o leer un libro, pero siento que cualquier cosa es mucho más interesante que ir a un evento social.

—¡Tú no! —Renegó otra vez Blake—. Maneja.

Regreso la mirada hacia el frente para avanzar lo poco que había de espacio entre la camioneta que estaba al frente y yo.

Minutos más tarde, los vehículos comienzan a moverse un poco más y la congestión ya se estaba disipando. Asimismo, Blake había terminado de realizar ese test y comenzó a decirme de qué se trataba la personalidad Ejecutiva que le había salido.

—Aquí dice que las personas con personalidad de Ejecutivo predican con el ejemplo, demuestran dedicación y honestidad y un rechazo total a la pereza y el engaño, sobre todo en el trabajo. —Comenta lo que está leyendo en la pantalla—. Suena mucho a ti.

Le doy un asientimiento de cabeza como respuesta.

—¡También hay una parte sobre las relaciones amorosas!

—Blake...

—Aquí hay mucha información. Veamos si va de acuerdo a ti —Blake mueve su dedo sobre la pantalla antes de aclarar su voz y comenzar a hablar—: Debido a que valoran tanto la honestidad y la franqueza, es probable que las personas con el tipo de personalidad Ejecutivo tengan claro quiénes son, cómo son y cuáles son sus objetivos desde el principio. Ciertamente hay desafíos, pero los ejecutivos se toman en serio sus relaciones y están dispuestos a hacer un gran esfuerzo para garantizar que se mantengan fuertes y comprometidos, y ese esfuerzo vale la pena.

Sé que es solo un test que probablemente no sea tan verídico para algunos; pero demonios, todo los je Blake estaba leyendo con respecto a la personalidad que me salió, sonaba mucho a mí y realmente me estaba sintiendo identificado.

¿A quién carajos se le ocurrió crear esa página?

—Los ejecutivos abordan la intimidad con intenciones igualmente físicas y activas, y también con intenciones bastante tradicionales... Aprecian el reconocimiento y los elogios bien colocados para mantener una alta autoestima. —Continuó hablando hasta que se quedó en silencio por unos segundos. Luego, soltó una bocanada de aire que me alarmó mucho—. Los momentos de sensibilidad son pocos, al igual que las declaraciones verbales de amor; esto suele estar bien, ya que las personalidades ejecutivas encuentran otras formas más tangibles de expresar su afecto. El problema está en reconocer la validez de esas cualidades en los demás, en lugar de simplemente descartarlas como inútiles o irracionales, algo que puede ser extremadamente dañino si los socios de los Ejecutivos son más sensibles. —dice con emoción—. ¡Sí eres tú! ¡Eres todo lo que dice acá!

—Esto da miedo.

—¿Qué se siente que una página te haya analizado y no hayas sido tú el que lo haya hecho? —Blake alzó sus cejas en forma de victoria.

—Es extraño.

—También hay una parte que dice cómo serías como padre.

—No estoy interesado en...

—En resumen dice que tú exigirías el orden y les enseñarías el cumplimiento de sus deberes que se les exige. Buscas su perfección, pero a la vez sabes que nunca serán perfectos. También dice que la honestidad es la base principal de tu relación con ellos —me interrumpe Blake. Ella regresa a mirarme con una cara neutral antes de soltar otra de sus opiniones—. Serías como esos padres que son los villanos en la vida de tus hijos, pero al final siempre teniendo buenas intenciones para ellos.

—Ya, lo bueno es que yo no quiero hijos.

—Yo sí —responde de inmediato, y con un tono de voz distinto—. ¿No te gustan los niños?

—Mi paciencia no da para berrinches.

—Pero toleras mis berrinches.

—Pero es porque te quiero —replico.

—O sea, estás diciendo que a tus hijos no los vas a querer —contraataca. ¿Por qué estamos hablando de hijos?

—No creo que sería un buen padre —digo, pensando que con eso podría acabar la conversación.

—Yo creo que sí.

Me quedo callado unos segundos, pisando el acelerador un poco más para llegar de una vez por todas a la universidad de ella y acabar de una vez por todas con esta conversación.

No me gustaba hablar de niños que serán de mi sangre porque mi mayor temor es que ellos me vean como yo siempre he visto a mi padre. ¿De qué sirve tener hijos si ellos probablemente no me quieran y quieran más a su madre? El rechazo por alguien menor que yo se sentiría bastante extraño, y peor aún si es que yo me llegase a enterar que mi hijo o hija piense que soy lo peor que le ha podido pasar en la vida.

Y este no es un problema de si querré o no a mí hijo, el problema está en si él me querrá o no.

—¿Por qué estamos hablando de tener hijos si la última vez que te toqué fue hace meses y obviamente no estás embarazada? —Finalmente mi alteración sale a la luz.

Regreso a ver a Blake por un par de segundos y ella había aplanado sus labios mientras fruncía ligeramente su ceño. Había metido la pata.

—No necesito estar embarazada para preguntártelo —responde ella antes de quitarse el cinturón y abrir la puerta. Habíamos llegado a su universidad—. Me iré caminando hasta mi facultad. Ya puedes irte.

Y sin más que decirme, Blake azotó la puerta del auto luego de bajarse con un semblante molesto.

No iba a ir detrás de ella, ya luego le hablaría. Ahora debo de darle su espacio para que se calme al igual que yo.

Pongo primera y me voy alejando de la entrada de la universidad para dirigirme al departamento de homicidios. En estos días llegaron agentes de la NIS cuando requerimos de su ayuda debido a que se había detectado movimiento sospechoso entre las personas que tenemos como principales responsables de la cadena de asesinatos que han estado ocurriendo, es decir, estamos vigilando de cerca a los chicos del equipo de básquet junto a su entrenador.

Soo Han-sung, el entrenador del equipo de básquet, había llegado a dar sus declaraciones con respecto al caso de Sunhee el día después de yo haber hablado con Zhao en el hospital. Él declaró que sí sabía quién había sido Son Sunhee, pues “los rumores vuelan muy rápido hasta llegar a todos” —según sus propias palabras—; pero nos aseguró de que él nunca tuvo ninguna relación directa con ella pese a que un chico malherido confesó que profesores de la universidad tenían cierto interés por ella. Intenté investigar algo más de este entrenador, como alguna denuncia por acoso a una menor o simplemente a una mujer; pero no había absolutamente nada, estaba limpio. Lo único que encontraba eran las buenas recomendaciones de otras instituciones en las que él había entrenado a otros equipos de básquet, como también encontré que su estado civil es casado desde hace unos siete años y medio y que es padre primerizo de dos gemelas que tienen dos años.

Luego mis preguntas se dirigieron a saber si Han-sung sabía los gustos bizarros que algunos de los chicos de su equipo tenía, le expliqué primero de Park Samuel y luego de Han Juheon; el entrenador no se inmutó a opinar hasta que yo se lo exigí y me contestó que eso no era su problema, sus jugadores eran su responsabilidad solo para los partidos, después de ello no eran nada de él. Lo que más me sorprendió de todo fueron sus gestos neutrales y la actitud que tomó ante cosas que son demasiado cuestionables; que él haya actuado así me parecía algo curioso, era como si realmente no le importara la mentalidad de sus jugadores o en realidad sí sabía de sus gustos y preferencias pero simplemente los ignoraba.

Luego de que había terminado mi interrogatorio con Soo Han-sung y no haber llegado a algo más, justo en la tarde uno de los policías encargado de la vigilancia ciudadana alertó a la estación de una persona que había salido de un terreno lleno de ramas secas y basura en donde el paso estaba prohibido. Inmediatamente, luego de que se revisaran las cámaras de vigilancia aquí en la estación, me llamaron para informarme de que aquel chico se parecía al prófugo que estaba buscando; es decir, Min Yoongi. Sin embargo, todo fue una falsa alarma, puesto que ese chico tenía un parecido a Min pero en realidad no era él.

Después, agentes de la NIS llegaron al departamento de homicidios para hablar con mi padre y conmigo. Nos informaron de que encontraron armas militares enterradas en el patio de la casa en donde se suponía que antes vivía Sunhee con su madre y hermana; el primero en encontrarlo fue el vecino de al lado cuando vio que por la noche dos personas cruzaron la cerca y excavaron hasta crear un hueco profundo en la tierra.

Hasta donde yo tenía entendido y fue confirmado por un agente de bienes raíces, la antigua casa de Sunhee estaba en un proceso de remodelación para luego venderla. Entonces era bastante extraño que así de la nada dos personas entren a una propiedad privada a enterrar armas que no deberían estar en manos de una persona no capacitada y no autorizada para utilizarlos.

Así pues, es que llegamos a este momento donde me encuentro trabajando con mi equipo y con dos agentes de la NIS. Por protocolo, Blake no está pisando más mi oficina y de cierto modo eso hace que mi trabajo se vuelva un poco aburrido y pesado; pero ya hemos dejado pasar tanto tiempo y debemos de apresurarnos si no queremos que esté caso de una simple víctima hallada en una de las tantas universidad de Seúl se vuelva un posible caso de terrorismo.

Entro a mi oficina en donde me encuentro a la agente Ryu Arin conversando, o tal vez discutiendo, con Mireu. Desde que los agentes de la NIS llegaron al departamento y comenzaron a hacerlo también su lugar de trabajo, Mireu es la que más ha tenido problemas en adaptarse a ellos; y más con la agente Ryu, y no la culpo, la agente a veces puede ser insoportable.

—Usted nos es nadie en este departamento para darme órdenes —demanda Mireu, enojada.

—Si quieres mantener tu trabajo, sé útil y márchate de esta oficina —Arin le arrebata a Mireu unos papeles que tenía en la mano y los deja sobre mi escritorio—. ¡Ahora vuelve a tu lugar de trabajo!

—Jódase en sus muertos —escupe Mireu antes de caminar a la salida y empujarme con fuerza de la puerta.

—Ahí estás, Jeon. —Me dice Arin luego de calmarse—. Mira lo que tenía esa mujercita en sus manos.

Arin me extiende los papeles que le había quitado a Mireu, los tomo dudando de qué podría ser y comienzo a leerlos. Eran los informes que yo había hecho en todo este tiempo sobre el caso de Sunhee; Mireu otra vez quería robarse mi caso y Arin se había dado cuenta de ello.

—Denle más trabajo a esa muchacha, ¿no crees?

—Ella es así —respondo molesto y caminando a mi biblioteca para guardar estos papeles en su lugar—, ya te acostumbrarás.

—¿Y bien, qué estamos esperando para trabajar, o tuviste una pelea con tu novia?

Regreso a mirar a Arin confundido, a ella nunca le conté sobre Blake; y tampoco es que sea mi novia.

Arin saca esa sonrisa de lado y tuerce sus ojos antes de sentarse en mi silla de ruedas.

—Jeon, nos conoceremos de hace unos días; pero soy muy observadora con las cosas —me dice—. Hueles a perfume de mujer, no has venido con ese gesto de “todo me huele a mierda” como otras veces sino viniste como “parece que ahora soy yo el que huele a mierda”. No veo la fotografía de una chica en tu oficina, pero en este cajón hay algunas cosas que mayormente las mujeres llevamos en nuestras cartera, hasta hay un pendiente aquí; y los rumores llegan a todos, sé que acostumbras a traer una chica a tu oficina con quien tienes una relación, tu novia. En conclusión, o discutiste con ella antes de venir o simplemente estás más pacífico que otras veces.

—¿Qué demonios?

—Soy buena deduciendo.

—Eres extraña.

Arin sonríe complacida antes de encoger sus hombros y cerrar sus ojos.

—Mi esposo también me lo ha dicho muchas veces.

—¿Estás casada? —Inquiero asombrado.

—Lo estaré muy pronto —dice—. Bueno ya, dejemos nuestras vidas amorosas a un lado y concentrémonos en el trabajo.

La primera hora, Arin y yo nos encargamos de revisar las cámaras de vigilancia de la calle de la casa de Sunhee para ver si nadie se ha acercado otra vez a ese lugar. Asimismo, también pedimos las cámaras del lugar en donde se había encontrado al supuesto Min salir. Nada parecía estar fuera de lo normal hasta que las dos cámaras dejaron de grabar entre las 12:27 de la noche y 2:09 de la mañana.

Arin y yo parecimos haber congeniado en ese momento, ya que a ambos se nos dio ir a revisar las cámaras que quedan más cerca de las otras. En estas las imágenes se mostraban un tanto borrosas por estar lejos, en la cámara cerca a la casa de Sunhee pasó una chica cargando una mochilas vacía mientras que en la otra se vio a un chico vistiendo pantalones de cuero y un polo de algodón blanco entrando al terreno.

¿Quién pisaría un terreno vacío, que se usa como basurero, en medio de la noche?

¿Y quién sale de su casa con una mochila vacía?

—Necesitamos un permiso para entrar a esos lugares. Algo debe de haber escondido ahí. —me dice Arin.

—Estoy de acuerdo.

—Bien. Entonces ve a sacar el permiso, lo necesitamos para hoy. —Me ordena como si este despacho le perteneciera.

Si no fuese porque es un rango más alto que el mío, realmente no tendría problema con mandarla a la mierda por su voz tan desesperante y esa actitud de sabelotodo. Era muy molesto.

****

Si no fuese porque mi maestra está dando a luz a un bebé, nunca me hubiesen cancelado la clase. Había venido aquí a la universidad por las puras; así que esperé a que sea la hora de mi siguiente clases, pero por ahora me quedaré aquí, en un salón de estudios, avanzando con unos dibujos que he estado teniendo en mente como hace más de un año y todavía no los realizaba. Mi inspiración para esto fue la década de los 80's combinado al estilo de vestir de Cruella —esto se me ocurrió luego de ver la película “101 dálmatas”, obviamente.

Empecé por hacer trazos en la hoja para moldear la figura del cuerpo de la mujer. No era ni tan delgada ni tan llena, los dibujos de moda siempre debían de ser con un cuerpo esbelto promedio; y en su principio fue muy difícil para mí poder dibujar un cuerpo humano, pero con práctica y perseverancia, logré mejorar y ahora es una de mis cosas favoritas más allá de lo que sucede en mi celular.

Agarro el borrador que está a mi izquierda y borro aquel rayón que me he dejado. No obstante, la puerta del salón de estudios es tocada y entran tres personas más para colocarse en otra mesa del salón.

—Hola, Blake —sonríe de lado la chica que era mejor amiga de la hermana de Sunhee—. ¿Estás haciendo tus diseños?

Me preguntaba por qué ahora, de manera repentina, ella me hablaba cuando antes no nos decíamos ni "Hola".

—Eh... Sí, estoy haciendo un vestido.

—Genial —responde ella—. Escuché que te fuiste a París la semana pasada, felicitaciones.

—Gracias.

Mi viaje a París parece haber cambiado algo en mí, ya que no solo es ella quien me está hablando y me trata de una manera más amistosa, también hubieron chicas y chicos que me saludaban en el camino a mi facultad y de camino a este salón de estudio. Si esto tenía que ver con París, no le veía lo importante, no es como si siendo invitada por Chanel tenga un estatus más alto que los demás, sigo siendo la misma de antes; lo único que cambió fue mi relación amorosa.

Luego de unos minutos, salgo del salón para dirigirme al baño y arreglarme un poco la falda que traía puesta junto a mis pantis negras que me llegaban a la rodilla. Ya estando adentro aproveché para usar un cubículo y arreglarme ahí dentro. No demoré mucho y salí directo al lavamanos para revisar si mi maquillaje no se había corrido, todo estaba perfecto.

Aproveché en tomarme una foto frente al espejo junto a un filtro lindo de Instagram y subirlo a mis historias.

Dos chicas entraron al baño cuando ya me estaba secando las manos con papel de mano, ellas me saludaron y me hicieron la misma conversación que la anterior chica sobre París y el "chico lindo" con el que fui. No les dije que Jungkook era casi mi novio y que estaba a cargo del caso de Sunhee, ya que no lo veía necesario; lo único que les dije es que no es de ninguna universidad porque ya terminó su carrera y está trabajando.

—Qué envidia me das, Blake —dice una de ellas mientras que sus mejillas se sonrojan—. Yo también quiero un novio que ya trabaje.

—Algún día llegará ese hombre —sonrío de manera amable.

Me despido de ellas y salgo del baño para ir a una de las cafeterías que quedan cerca de mi facultad. Todavía me quedaba tiempo, así que puedo ir con calma.

Mientras que voy caminando, están los saludos por mis compañeros y algunos maestros míos que me hacen preguntas cortas sobre cómo fue el desfiles de París. Luego, agradecí que ya nadie más se me acercara para hablarme; ya que todavía existe esa minoría que le vale totalmente mi existencia y lo que haya podido estar haciendo, más están al pendiente de esta semana, ya que la siguiente entramos a los exámenes finales para acabar el ciclo.

Yo por suerte no debo de preocuparme mucho, ya que mis notas son bastantes buenas y con suerte termino con un promedios de 16 o 17.

Llegando a la cafetería vi a algunos grupos de amigos conversando o jugando entre ellos mientras que otros estaban reuniéndose para estudiar con sus computadoras al frente.

Camino hasta máquinas registradora para pedir un Frapuccino Caramel junto a una tartaleta pequeña de frutas. Luego, la mujer que me atendió me entrega mi recibo y me manda a otra parte para que espere.

—¡Pero no puede ser, es la famosísima Blake Jones! —Un chico exclama atrás de mi espalda. Giro para saber quién es y se trataba de Juheon—. Déjame arrodillarme frente a ti.

—No es necesario.

Con todo lo que sé de Juheon gracias a Jungkook, no es como si me sintiese bastante cómoda tenerlo de cerca y que hable cuando antes pasaba de mí.

—He visto que has viajado a París, acompañada —sonríe ladino—; pero no de Yoongi, sino con el policía.

—Déjame preguntarte algo, Juheon —me acerco un poco más a él y lo miro fijamente—: ¿Y a ti que te importa? No es tu problema.

—No, pero me duele mucho que hayas cambiado a mi amigo por un policía.

—Él me cambiaba las veces que quería con Sunhee —tuerzo mis ojos.

Si una mujer es infiel, es una maldita escoria; pero si un hombre lo hace, no pasa nada. Maldito patriarcado de los huevos.

Juheon se queda en silencio y con esa misma sonrisa de lado de antes. Yo miro a mis lados, y como veo que él ya no va a decir nada, decido que lo mejor es irme rápidamente.

—¿Pero adónde vas, Blake? —Juheon toma muy fuerte de mi brazo y me estampa contra un pilar de la cafetería—. No hemos terminado de hablar.

Trago saliva por lo nerviosa que me siento y vuelvo a sostener la mirada con Juheon.

—Eres una maldita zorra —escupe—. ¿Quién diría que una chica como tú, supuestamente con clase, se metería con un mugroso policía para salvar a su novio de la cárcel?

—Yoongi no tiene nada que ver; y tú tampoco —respondo molesta y frozándome a soltarme de su agarre—. Ya suelta...

Juheon coloca una de sus manos cerca de mi cuello mientras que va acercando más su abdomen al mío. Su rostro y el mío quedan muy cerca, tanto así que su respiración choca en mis labios; tenía miedo de él, pero al menos me sentía un poco más segura el saber que estamos en un lugar público y no podrá hacerme daño.

—Si yo me vengo a enterar que tú y tu novio policía están conspirando en mi contra, a la que le va a ir mal es a ti, ¿entiendes? —dice molesto, casi gruñendo—. Si tanto te quiere, que te cuide muy bien, bonita.

—No necesito de él para protegerme de tus absurdas amenazas —respondo con valentía. Debo de dejar de hablar y de provocarlo—. Puedo yo sola.

Juheon se ríe en mi cara con soberbia y se acerca a mi oreja mientras hace más presión en el centro de mi clavícula. Inmediatamente sentí que no podía respirar bien y las ganas de toser se hacían más constantes.

—Eres una presa fácil, Blake —susurra con una voz ronca—. Cuídate las espaldas.

Y sin más qué decirme, Juheon me suelta y comienza reírse de mí al verme toser y con mis ojos llenos de lágrimas.

Se marcha de la cafetería para dejarme a mí con una incertidumbre atroz. Pero es mi culpa por subestimarlo, Juheon es capaz de todo, hasta de matarme como a sus otras víctimas.

*****

Y bueno... Solo diré, recen por Blake ✌🏻
¡Nuevo personaje desbloqueado! Ryu Arin, en las historias de mi Ig ya les dejaré saber quién es :]

Ahora sí, ya me voy y no me ven dentro de dos semanas (inicio parciales el martes 😔)


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