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C u a r e n t a y s e i s

Abro la puerta de la casa con la nueva contraseña e inmediatamente me llega a un olor de pasta y carne molida con orégano que proviene de la cocina. Me acerco a ese lugar y me encuentro a Blake terminando de emplatar la comida para los dos.

—Ya estoy aquí —le digo mientras me voy acercando a ella—. Cocinaste pasta.

—Supuse que llegarías con hambre —Blake encoje sus hombros antes de dirigirse al comedor—. Ahora siéntate y déjame servirte.

—¿No estarás haciendo esto para evitar que te reclame por lo de esta mañana, verdad?

Blake se detiene en medio de su camino y repara en mí para verme sonreír con soberbia. Ella, a pesar de estar conmigo desde hace muchos meses, todavía no sabe que yo siempre llevo ventaja de las cosas; siempre cree estar dos pasos más delante de mí, pero en realidad es al contrario.

Qué pequeña ingenua bebé.

—Ahora ya nada puedo hacer por ti porque inmediatamente crees que lo hago con dobles intenciones.

—Exactamente —sonrío de manera falsa—. Ahora, acompáñame a comer y hablemos sobre ello.

Blake, con un poco de miedo, se va acercando a la silla de mi costado para sentarse y colocar sus brazos sobre la mesa.

—¿Me dirás por qué lo hiciste? —Inicio preguntándole.

—Jaesang estaba desesperado por saber quién había matado a Sunhee —dice—. Se enteró de lo nuestro hace tiempo y... Comenzamos a hablar. Al principio no dije mucha información porque sabía que te enojarías; pero luego se me hizo imposible no decirle todo cuando las cosas se volvieron más turbias.

—Blake —la llamé serio—, debes de entender que con información como esta no se juega; y no se le dice a nadie.

Blake mira cabizbaja a los dedos de sus pies antes de soltar un suspiro y seguir con su actuación de cachorrito regañado. Pasa unos segundos así hasta que musita un «Perdón» antes de tomar mi mano y acariciarla.

Las cosas hablando son mejor, y de eso estoy aprendiendo recientemente. Me gusta mucho cuando Blake y yo tenemos este tipo de peleas, porque al final lo solucionamos.

Sin embargo, sé que esta conversación no ha acabado desde que me veo en la obligación de preguntarle a Blake sobre Yoongi y su problema mental. No obstante, para llegar a eso —y si es que ella no lo sabe—, tendría que contarle todo lo que Samuel, Juheon y Han-sung me han dicho hoy en el día.

Solo esperaba que esta vez sí se mantuviera callada.

—Blake —ella regresa a mirarme atenta antes de darme un movimiento de cabeza para indicarme que podía seguir hablando—. Te contaré algo, pero esto se queda entre los dos. ¿Entiendes? No tienes derecho a contárselo a Jaesang o a otra persona.

—Está bien, dime. No lo contaré.

—Para empezar, el caso ya se terminó —ella abre sus ojos con emoción, supongo que esperando a que le dijera quién fue el responsable de todo a pesar de que ella ya tenga una idea de quién se trata—. Fue todo el equipo de básquet, incluyendo al entrenador y a...

—¿Yoongi? —Asiento lentamente. Blake pone recta su espalda antes de decirme que continúe.

—Y... Nos enteramos de algo.

—¿Qué es? —frunce su ceño.

Todo estaba yendo tan bien con la parte introductoria de la conversación que llegar a la parte importante de sintió como entrar a un campo minado: No saber dónde pisar para que todo estuviese bien.

Que en este caso sería: No saber qué decir para que luego todo estuviese bien.

Pero tenía que hacerlo. Tomé aire para retenerlo unos cuantos segundos antes de soltarlo poco a poco; Blake sabe que esto lo hago cuando las cosas son un tanto difíciles de decir así como así en su presencia, por eso, ella frunció su ceño y me insistió con su mirada que se lo dijera sin rodeos.

—¿Tenías conocimiento de que Yoongi tenía un trastorno mental?

—¿Qué? —dijo sorprendida. Al parecer no lo sabía.

—Tiene lo mismo que Sheldon. —Le digo. Ella niega la cabeza y se levanta de la silla para caminar por su sala—. Supuestamente el entrenador Han-sung sabía de su condición, lo cuidaba, según sus palabras; pero en realidad lo estaba dañando. Yoongi tenía que estar bajo los efectos de su medicamento; pero el entrenador solo le daba pastillas de dulce.

—Yoongi no puede estar loco... —musita para sí misma.

—Que tenga un problema mental no significa que...

—¡¡Cállate, Jungkook!!

No me esperé aquella reacción de ella. Comprendía que se podía encontrar confundida y molesta por nunca haber sabido del trastorno que padecía su exnovio —o novio, eso todavía es confuso para mí—; pero, en realidad, me sorprendió mucho que me haya alzado la voz.

Me quedo en mi asiento sin hacer nada y solo mirar a Blake caminando de un lado hacia el otro mientras que se repetía a sí misma que yo era el que se lo estaba inventando todo. Pero llegó a un punto en donde ya no pudo y aceptó la realidad de las cosas, supo que no estaba mintiendo y que no tenía ni una razón para hacerlo. Entonces ella se acerca casi corriendo hacia mí con sus brazos extendidos y con su gesto fruncido debido a que estaba tratando de controlar sus ganas de llorar.

La recibo con mis brazos abiertos y acaricio su cabello cuando ella se oculta en mi cuello. La escucho llorar por un largo rato esperando que en cualquier momento pueda hablarme y decirme por qué está así. No obstante, nunca me habla y solo me pide que la lleve a su cama; luego, me pidió que me marchara de su casa y que le diera su tiempo para asimilar toda esta noticia.

Si por mí fuera me quedaba con ella; pero debo de aprender a respetar su espacio en este momento. Si ella no quiere tenerme consigo ahora será por algo que ella tiene en consideración y yo no lo sepa, por eso es que no digo nada, recojo mis cosas y me voy de la casa de Blake.

Dentro de mi auto me pongo a pensar si había hecho bien en decirle a Blake sobre la condición en la que siempre ha vivido su novio. Yo lo vi necesario para ver si es que ella tenía conocimiento de esto y pueda ayudarme a entender a Yoongi. Tal vez, por la ausencia de sus medicamentos, la mente de Yoongi ocasionó casi como un cortocircuito que lo llevó al descontrol de sus personalidades y eso provocó que él fuese coautor de un feminicidio como el de Son Sunhee; porque yo todavía recuerdo aquel interrogatorio en donde había ido a interrumpir a Seokjin por no presionar más a Min Yoongi con sus preguntas dentro de la cámara de Gesell, él estaba llorando para declararse inocente, pero por otro lado estaba esa parte que sabía lo que se había cometido dentro del laboratorio; por eso su declaración no se me hizo tan sólida para que creyeramos de que era inocente. O sino esa vez en la que llamé a Blake cuando ella estaba almorzando con su familia y quería que me contestara, todavía recuerdo haberlo escuchado como si estuviese a nada de enloquecer.

Y con esos pensamientos en mente, me fui alejando de la casa de Blake para seguir pensando durante todo el camino a mi casa y saber si había algo más que yo había notado en Min antes de que se desapareciera.

****

Las cosas no tenían sentido. Es que era imposible para mí creer que haya tenido a un novio que era completamente distinto a lo que creía que era. Lo ocultaba tan bien con todos que ahora solo siento asombro por todo lo sucedido.

Me senté en medio de mi cama para pensar muy bien. Realmente no me esperaba eso.

De repente siento una gran presión en mi pecho que me abruma y pronto me hace sacar unas cuantas lágrimas. Una tras otra. Mi boca tiembla al retener mis jadeos por mi llanto; pero no dura mucho cuando un pensamiento me viene a la mente: Si Yoongi tenía varias personalidades con él, entonces una de ellas se enamoró de Sunhee y otra de mí, lo cual quiere decir que yo no fui la única todo este tiempo; y lo peor es que no sé si debería de enojarme porque Yoongi, o quien mierda que haya sido mi novio, me fue infiel con alguien más porque no sé si se puede calificar realmente como una infidelidad.

Busco mi celular por toda mi cama hasta que lo encuentro debajo de mis almohadas. No sé qué estaba haciendo, solo estoy actuando por impulso, por cólera; entre mis contactos busco el número de Yoongi y no dudo mucho tiempo en marcarlo. Tal vez era rabia lo que sentía, quizá por el hecho de que me había sido infiel o porque me había ocultado algo tan importante como lo es su maldito trastorno.

El teléfono timbra muchas veces pero nadie contesta. Vuelvo a marcar una vez más, pero fue lo mismo que la anterior vez. Intento una última vez y al tercer timbre de la llamada es que me cuestiono qué es lo que estoy buscando con esto; Yoongi y yo no nos hemos hablado desde hace bastante tiempo, había sido como si el otro nunca existió, y ahora estoy tratando de contactarme con él para... ¿Insultarlo? ¿Hacerle muchas preguntas que no me corresponde hacer?

Es entonces que cuelgo y dejo mi celular a un lado para recostarme en la cama y pensar bien en lo que haría después de ahora.

Quizá hablar con Jungkook serviría bastante, o tal vez con Jaesang.

Al día siguiente me levanto tarde, como a eso de las once de la mañana, cuando oigo que alguien está tocando la puerta de mi casa. No esperaba a nadie a estas horas, de hecho, no esperaba a nadie en este día.

De igual modo fui a ver de quién se trataba. Ya no tenía tanto miedo de quedarme sola en casa y escuchar la puerta de mi departamento ser tocada porque sabía que la persona más peligrosa que podía conocer ahora está tras las rejas, aunque también mi cabeza se ideaba ese presentimiento que el que estuviese detrás de la puerta fuera Yoongi; pero aquello está tan lejos de pasar que no le tomo tanta consideración.

Abro la puerta y me encuentro a una jovencita de cabello corto revuelto vistiendo un jogger holgado de color gris. Por la suciedad de sus zapatillas blancas —y porque sus cordones estaban casi desatados—, supuse que vino corriendo desde su casa hasta acá solo para venir a pedirme algo.

—¿Qué pasa, Hayoung? —le digo somnolienta. Me hago a un lado de la puerta para que mi hermana pueda pasar y así ponerse cómoda.

—Quería saber cómo has estado —responde.

No era normal que Hayoung viniera a visitar por su propia cuenta, y que me pregunte cómo estoy. Ella siempre había sido así como Jungkook fue en un principio conmigo: reservado, le importaba poco los demás, casi sin sentimientos.

Ambas nos vamos a la sala de mi departamento. Hayoung se sienta a mi costado con su cuerpo estando en la dirección en la que me encontraba. Yo hago lo mismo, además de apoyar mi brazo sobre el respaldar del sillón, y la miro atenta a lo que tiene que decirme; porque sus ojos se ven temerosos y divagan por cualquier lado de la sala menos en mí.

—¿Qué pasa? —le pregunto otra vez.

—Ya te respondí —me dice—. Quería saber cómo estabas. ¿Acaso está mal?

—Hey, no te pongas a la defensiva conmigo —replico. La miro por unos segundos más y suspiro agotada—. He estado bien, creo. Pasé de ciclo, actualmente me encuentro tranquila...

—¿Y Jungkook? ¿Cómo vas con él?

—Por un tiempo nos distanciamos por el asunto que te conté la última vez, pero ahora estamos bien. Casi somos como novios.

—Ah... No sabía que lo estabas intentando con él —Hayoung va bajando el volumen de su voz por cada palabra que decía. Ella no estaba bien.

De repente se queda callada y no me vuelve a preguntar algo más. Yo tampoco hablo pero me mantengo al tanto de las expresiones que muestra ella en su rostro; estaba pensando en algo, pero no sabía con exactitud en qué, solo podía deducir que ese algo la estaba llevando a un debate mental en donde no se siente segura de decírmelo.

—¿Hay algo que me quieras decir tú? —Inquiero.

Hayoung me mira temerosa hasta que finalmente se acomoda mejor en el sillón y me mira fijamente.

—¿Puedo preguntarte algo? —Asiento sin pensarlo mucho—. ¿Tú... Estás feliz de haber sido adoptada por Byul?

La pregunta de Hayoung me toma por sorpresa. La verdad es que nunca antes lo había hecho, o siquiera tocó el tema de mi adopción, pero ahora que la escucho no sé cómo reaccionar.

Supongo que Hayoung se siente un poco sola en la casa desde que Samuel se fue a España con su familia biológica. Él tuvo suerte de encontrar otra vez su verdadero hogar, a comparación de nosotros que solo debemos de estar muy agradecidos con Byul y Jeong-se por habernos dado un hogar y una nueva familia.

—¿Por qué lo preguntas?

—Respóndeme primero —dice.

—Claro que estoy feliz de haber sido adoptada —respondo—. Mis papás murieron prácticamente frente a mis ojos, era una niña asustada en un país que no conocía. Pero Byul fue mi gran salvación, ella se ofreció para cuidarme y darme todo lo que necesitaba. Sin ella y sin Jeong-se nunca hubiese sido lo que soy ahora.

—Byul piensa que ya la olvidaste —Hayoung encoje sus hombros sin mirarme—. Yo también pienso eso. Es como si nos hubieses abandonado.

Frunzo mi ceño luego de oír hablar a Hayoung. Definitivamente yo no he dejado a mi familia, solo he estado ocupada con muchas cosas.

—¿Por qué lo dices?

—Antes nos ibas a visitar cada semana, o llamabas, o nos invitabas a tu casa —comienza a decir—. Byul era muy feliz cuando tú la hacías parte de tu vida a pesar de ser adulta. Yo, de cierto modo, también me ponía feliz por pasar tiempo con todos ustedes y hacer cosas que hacen las familias. Pero ahora... Ya no llamas, y ya no te vemos por la casa. Mamá es la que más sufre con esto.

Tal vez Hayoung tenga razón con lo que dice. La universidad y estar atendiendo a Jungkook cuando estuvo en el hospital me quitó tiempo que antes le dedicaba a mi familia adoptiva; y comprendo perfectamente la preocupación de mi hermana, ella no se preocupaba en sí por si ya no la quería o no, Hayoung me estaba avisando de la actitud de Byul y cómo está decayendo al pensar que los he abandonado, y más cuando ella todavía tiene la partida de Samuel como un vacío reciente.

Abrazo a Hayoung como consuelo de su preocupación. Ella no me corresponde la acción, pero sí llega a darme palmaditas reconfortantes en mi brazo izquierdo. Deja que le demuestre mi cariño como hermana hasta que finalmente me aparta de ella y se me queda mirando.

—Por cierto, Jihyun muy pronto va a cumplir nueve meses —había olvidado que tenía un hermanito menor—, sería bueno que asistieras a la casa ese día.

—Estaré ahí, lo prometo —Hayoung se queda complacida con mi respuesta y junta sus manos—. ¿Byul te mandó aquí?

—No, vine por mi cuenta —dice—. Te extrañaba, además; y también extrañaba a Jungkook, ese hombre es mejor que Yoongi.

Y de nuevo vuelvo a escuchar su nombre.

Hayoung nota que mi semblante cambió en un santiamén, por eso, intenta enmendar su error y comienza a halagar a Jungkook de una manera que no me creía capaz de ella. Obviamente diciendo cosas positivas acerca de que se le hace interesante y es un hombre inteligente con quien fácilmente podría hablar de cosas como casos criminales o de asesinos en serie como Ted Bundy.

No obstante, a pesar de que algunas cosas que ella dice me hacen soltar una pequeña risa, el nombre de Yoongi sigue sonando en mi cabeza como un eco, repitiendo lo mismo.

«Yoongi no te ama de verdad.»

«No sabes quién es Min Yoongi.»

«¿Qué se siente haber estado con un lunático?»

«Sunhee fue el verdadero amor de Yoongi.»

«Yoongi es un asesino.»

«Yoongi debe de estar muerto.»

Y eso último solo lo pensaba por lo que sucedió anoche cuando intenté hablar con él, pero simplemente no contestaba.

Estos pensamientos me estaban engullendo viva. No sabía cuánto más iba a soportar esta angustia y enojo que sentía.

—Hayoung —la llamo para que me escuche—. Quiero contarte algo.

—¿Tiene que ver con Yoongi? —asiento confundida—. Antes de que me vuelvas a decir que soy rara, una friki y cualquier otra estupidez; te diré que lo sé porque desde que mencioné a Min tus gestos cambiaron. Así que, dime qué pasa con él que te tiene tensa.

—Jungkook ya descubrió quienes son los asesinos de todas las víctimas...

—Y Yoongi es uno de ellos —se adelanta a decir—. Yo sabía que ese tipo estaba loco.

Me quedo en silencio y miro a Hayoung seria. Ella se da cuenta y frunce de igual manera su gesto.

—Yoongi tiene personalidad múltiple —Hayoung abre sus ojos y se queda quieta—. Jungkook me lo dijo anoche cuando vino a verme.

Oh shit. —dice mientras que una sonrisa de lado aparece en su rostro—. Yo sabía que algo no me cuadraba de Yoongi desde que quiso enfrentarte ese día del almuerzo.

—Yo ahora no sé qué hacer.

—Tú no tienes que hacer nada, Blake. Yoongi no es tu prioridad.

—Pero él era mi novio. Bueno, es mi novio, todavía no hemos terminado —mi pecho late con fuerza al recordar todo lo que he hecho en este tiempo que Yoongi ha estado lejos. Otra vez la culpa me invade por estar actuando como él lo hizo conmigo cuando se encontraba con Sunhee—. Es mi novio y le he sido infiel. Me acosté con Jungkook, me fui de viaje con él, estoy sintiendo amor por ese policía que prometí solamente ayudarle...

—¡Entonces tú ya no amas a Yoongi, Blake! —espeta Hayoung antes de darme una cachetada—. ¡Reacciona, por Dios!

Mi hermana se levanta del sillón donde estábamos sentadas y me regala una de sus miradas molestas. Ella no me estaba juzgando por lo que hice, sé que a ella le da igual aquella parte; me abofeteó solo para calmarme y que pensara bien en lo que digo.

—Blake, yo no sé nada del amor porque, por obvias razones, jamás he tenido un interés romántico con alguien —me dice—. Pero si de algo me sirven todas las novelas que ve Byul en la televisión, Jungkook es esa persona a la que ahora quieres. Tuviste muchas decepciones por parte de Yoongi que ahora tú amor por él disminuyó o simplemente se esfumó. De cierto modo él ya no es tu novio, así que no estás haciendo algo malo; pero si quieres estar en paz con ello, busca a Yoongi y termina con él en persona.

Mis labios se fruncen más luego de escuchar a Hayoung. Ella tiene menos edad que yo, pero parece ser más resiliente que yo. Ojalá pudiese ser así como ella.

Atino en asentir con un movimiento de cabeza antes de mirar hacia otro lado. Necesitaba ir solucionando mis problemas de a pocos, ya fue suficiente de ser la chica llorona y berrinchuda de antes. Aquello no me va a llevar algún lado.

—Gracias, Hayoung —susurro—. Ahora, si me lo permites, tengo que ir a ver a Jungkook para hablar con él. Anoche lo... saqué de la casa luego de lo que le escuché decir de Yoongi.

—¿Discutieron? —Niego tranquila. Por suerte Jungkook me hizo caso antes de que yo fuese capaz de empeorar las cosas.

—Solo me porté mal con él. Quiero disculparme —Hayoung alza un poco sus hombros y ladea su cabeza—. Tal vez en la noche vaya a visitarlos a ustedes.

—Byul y Jeong-se no estarán en casa —me dice—. Hoy tienen un matrimonio y me han dejado a cargo de Jihyun; pero, si me quieres ayudar con él, no hay problema.

Sonrío de lado por la ocurrencia de Hayoung al querer convencerme de hacer uno de sus deberes como hermana mayor. No obstante, le doy esperanzas de que tal vez podría ir a ayudarla; ella realmente necesitará mi ayuda para ciertas cosas y yo estoy abierta a darle una mano.

Finalmente, Hayoung se despide de mí y me desea suerte para lo que le dije que haría. La acompaño hasta la puerta y la veo desaparecer luego de que había entrado al ascensor.

Luego de cerrar la puerta, camino a la cocina para desayunar una manzana cortada en rodajas con una taza de té verde. No demoro mucho en comer y lavo mis platos para dirigirme a mi habitación; abro el clóset y de este saco un jean celeste junto a un crop top beige con negro a cuadros y el cárdigan con el que este venía. Dejo todo sobre mi cama antes de irme al baño y darme una ducha.

Mientras que las gotas de agua caían por mi cuerpo, pensé en lo que debería de decirle a Jungkook para disculparme con él. La forma en cómo lo callé ni fue la correcta a pesar de que luego nos hayamos abrazado, la culpa estuvo en mí por no saber controlar mis emociones y solo arrebatarme a los hechos. Por otro lado, sabía que estas disculpas iban a ser sencillas porque sé que Jungkook realmente no está enojado conmigo, lo cual facilita bastante las cosas.

Cuando salgo y me envuelvo en mi toalla blanca, camino de nuevo a mi habitación para rebuscar en los cajones mi ropa interior. Mi celular vibra en ese mismo momento para hacerme notar que era un mensaje de Samuel, mi hermano; aquello eran fotos, de seguro eran de él con su familia, había acostumbrado a mandar imágenes de lo que es vivir allá en España.

Una hora después, agarro un bolso simple mediano de color negro junto a mis lentes de sol y las llaves de mi casa. Camino hasta la puerta para abrirla y cerrarla luego de que yacía fuera del departamento. Llamo al ascensor mientras que voy tarareando una canción que me había aparecido mucho por redes sociales, tantas veces como para que ahora suene hasta en mi cabeza.

Cuando entro al ascensor, enciendo mi celular para buscar el número de Jungkook y marcarle. Timbra unas cuantas veces pero no responde. Era lo mismo que hice con Yoongi: llamarlo varias veces sin obtener respuesta alguna.

Quería saber si se encontraba trabajando ahora mismo; y por lo visto, sí.

Busco el número de teléfono de Namjoon y le marco para saber si Jungkook estaba con él. A diferencia de Jungkook y Yoongi, la llamada solo tuvo que timbrar tres veces para que Namjoon contestara.

—Hola, Blake. ¿Qué pasa?

—¿Jungkook está contigo?

—No. Hoy no ha venido a la estación —me dice—. De seguro está en su casa. ¿Por qué?

—Por nada. Quería saber si estaba en la estación para irlo a visitar —respondo—. Gracias por avisarme.

—No hay de qué.

Namjoon cuelga la llamada tan rápido como las puertas se abren. Salgo de ese espacio pequeño y camino hacia la salida del edificio y buscarme un taxista que quiera llevarme a ese barrio de mala muerte en el que vive Jungkook.

No es que viva literalmente en un lugar peligroso, de hecho es normal el distrito en el que vive; pero para mí es un lugar bastante cuestionable en el que preferiría no estar.

Pero bueno, todo sea por Jungkook.

Un taxi se aproxima hacia donde yo estoy y se detiene cuando alzo mi mano para pedir de su servicio. Me subo y miro al conductor por el retrovisor para decirle:

—A Banpo-dong, por favor.

****
REVIVÍ ENTRE LOS MUERTOS DE MI FACULTAD PARA ANUNCIAR QUE APROBÉ EL CICLO Y DISFRUTARÉ DE UNAS FELICES VACACIONES, LLORO 😭😭

En fin, les dejo spoiler: en el siguiente capítulo pasará algo tierno y el que sigue de ese las cosas se pondrán 🔥👀
Listo, lo dije mundo. Ahora, bais ✌🏻

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